Caminando por la acera en la cercanía de una universidad y de un hotel en la misma ciudad metropolitana veo a una morena término medio de cuerpo con falda y saco negro con lentes oscuros y pantimedias negras al decirle muy buenos días hermosura al tirarle unos silbidos sigue a pocos pasos detrás de mí, se voltea aproximándose a mí hablándome que es esa falta de respeto con mi persona yo no lo conozco ni tampoco le he dado derecho a tutearme ni siquiera le he dado motivos para sobrepasarse conmigo le pido mil disculpas al ver mi gesto corporal y mis ojos algo decaídos como tristones al conmoverse y sonreírme abordando un taxi los dos; teniéndola en postura de perro en la cama de mi apartamento vestida con el panti y las pantimedias en los zapatos puesto al cogérmela aguerrida, colosal, poderosa, profunda, penetrante, apasionada, atraída, excitada, arrecha, ardida, enajenada, enardecida y dominándola completamente a mi merced y a mi voluntad con mis dos manos en todos los senos que los tiene con la camisa abierta de par en par y con el brasier en el mero estomago bombeando sin parar mi polvo en su conducto urinario gimiendo y jadeando con todas sus fuerzas y ganas la mujer que le exprese el piropo hace poco minutos en la calle, al tenerla agarrada como sujetada del cuello con mi correa sin maltratarla al venirme como una perrita domesticada me limpia hasta me chupa como me masturba lo que me resta del polvo por la venida que tuve con ella estando yo encima de mis piernas y ella apoyada en una pierna mía al lamerme mi pinga por el cuello y los mismos testículos sabrosos para su lengua…