Luego de ver como la suegra y el suegro de mi hermana se echaban flor de polo mientras yo los miraba, fue mi turno de darle verga una y otra vez delante de su esposo cornudo.

Me llamo por mensaje de texto avisándome que quería que vaya a la casa para que la reviente en el mismo sillón donde una semana antes el esposo le había dado verga.

Al llegar, me tomo la mano y me beso, me llevo desesperada al sillón, el macho nos miraba sentado y pajeandose, le pedí permiso y comencé a comerle las tetas enormes y maduras de la señora, a esa altura desesperada se la notaba por que la coma toda, y ella comerme la verga.

Yo parado y ella lamiéndome las bolas y la verga sin parar, se la notaba una señora con la boca bien experta para las pijas duras y gruesas, la comía una y otra vez, la escupía como nunca y la comía, me miraba fijo a la cara y no paraba de lamer.

Luego le tome la cara y le cogí la boca, tan fuerte que la vieja puta se ahogo, escupió el suelo y lo lamio, logro ponérmela bien dura.

Al verla deseando que la clave, la puse en cuatro en su propio sillón apuntando ese culo gordo hacia su marido, se lo comí como un desesperado y le metí la verga súper dura en ese hoyo gigante.

Bombeaba una y otra vez, chocando con fuerza mis huevos sobre esa concha madura, a la zorra le encantaba la potencia y dureza con la que le estaba dando, le azotaba cada una de sus nalgas y volvía a clavarla delante de su marido a su señora.

-suegra- Como te gusta este culo enorme pendejo, se nota mucho como lo deseabas desde aquel día donde me viste de lo que soy capaz

-yo- Vieja puta me la pusiste bien dura, te mereces esta verga y este ritmo, sos bien aguantadora puta cogedora.

-cornudo- No se imaginan lo bien que se ve esos huevos rebotando contra mi mujer, un pendejo de mucho ritmo.

Ya desde el comienzo estábamos todos sudados, le lamí la frente a la vieja y ella a mí, era un polvo sucio y perverso, los olores se mezclaban y calentaban a cualquiera.

Me senté en el sillón del placer y le pedí que me cabalgue, que le mueva eso gigante que tenía a su marido con mi verga adentro, lo hacía con tantas ganas y pasión que me hacia sacar orgasmos de placer y ella igual pero con potencia y calientes, le amasaba las tetas se las golpeaba, ella mas gritaba y me pedía que la haga suya, su pendejo y su hembra explotando de placer.

-suegra-Así apretame bien las tetas pijudo, haceme tu mujer, tu hembra, este culo gigante no es para cualquiera……

-yo- que culazo señora, tiene un culazo, lo mueve como una profesional, que bien debe atender al cornudo.

-suegro- La verdad que ese culazo me da mucho placer, me saca toda la leche como a vos en este momento hijo de puta, te la coges tan bien….. .

Abierta en el sillón, la cogí como nunca, mientras le exprimía las tetas, y se las lamia, el macho miraba y no paraba de pajearse agradeciendo lo bien que la atendía a su señora.

Ella mas y mas me pedía que le meta la verga, mis bolas estallaban deseaban llenarle esa concha madura y gorda con mi leche espesa y caliente.

Fue así que no logre aguantar la tentación de llenarle el útero maduro de mi leche espesa, comenzando a descargar una y otra vez chorros de leche, ella gimiendo como nunca sin importarle nada, yo mirándola fijo como agradeciéndole que reciba tan bien mi leche dentro suyo, estallamos juntos de placer, el joven y la madura en un polvo resistente.

-suegra- dios mío como me llenas, nunca imagine sentir esto por un macho joven, amo tu leche y tu cuerpo…..

-yo- Usted hace que la ame vieja puta, nunca me sacaron tan bien la leche con una concha!!!!

-suegro- Solo me queda felicitar y agradecer la gran atendida que le diste a mi señora, la hiciste tuya de verdad.

Luego de abrazarnos, besarnos y agradecernos, nos bañamos juntos donde me la chupo e hizo que acabe de nuevo en sus tetas, para luego vestirnos y yo volver a la cotidianidad de mi vida, pero sabiendo que ese culo gordo me volvería a esperar.