En otra tarde de semana caminando cercano a donde voy siempre a tomarme un pequeño refrigerio del día en mi restaurante acostumbrado y favorito donde llego yo. Paso frente a un auto estacionado donde está una mujer con uniforme de oficina con pantalones que está con un mecanico que anda componiendole o revisandole algo en el motor de su automovil algo gordita en que sin que se diera de cuenta con saco y todo me quedo mirandole las nalgas en que tiene tremendos gluteos en que quedo prendado al hacerme agua a la misma y propia boca por el banquetazo igualmente bocanazo especialmente buenisima, riquisima, sabrosisima, deliciosisima, deseadisima, deleitosisima, etcétera en que me la estoy cogiendo muy profundamente pegado contra la pared ahí mismo donde tiene su carro parqueado en que me pide repetidas veces siguele lo necesito para distraerme hasta olvidarme un poco que estoy perdiendo el tiempo por el desperfecto que tiene y presento hasta me dejo barada aqui mismo, jadeandose y gimiendose varias veces para mi aquella mujer de uniforme de oficina con pantalones en que se lo hago hasta venirme y dispararle grandiosas cantidades industriales tanto de paja y polvo caliente por mí en que bañado y traspirando en bastante sudor que me viene desde la msima cabeza que finaliza propiamente en mis pies me aparto de ella al volverme a vestirme nos arreglamos en que volviendo a mi realidad es por la pitadera y el ruido del mismo tranque vehicular suscitado en la vía donde voy cruzando hacia el restaurante donde llego todas las tarde a tomar mi pequeña merienda y mucho más.