Hace muchos años experimentando entre la heterosexualidad y la homosexualidad quise probar tener el pene de un perro dentro mío, trabajaba en un hotel en la montaña cerca de la playa, había muchos lugares solos, había un perro que vivía en el hotel que cuando yo salía a caminar siempre iba conmigo, un día entro a mi cabaña cuando estaba muy exitado yo y quise intentar que me montara pero no me atreví y solo lo másturbe, echó mucho semenencima mio pero no lo probé ni nada, ya el día que me dispuse a que me penetrara me fui con el a un río cercano con el agua muy baja apenas a los tobillos, me desnude y empecé a acariciarlo y su pene también, luego me puse de espaldas a él y el empezó a subir sobre mi, luego lo guíe hasta mi ano y me penetro, comenzó a moverse de forma salvaje, tuve cuidado de no quedarnos pegados, fue rico pero duró muy poco ya que nunca lo hacía con otras perras por que lo había más cerca, luego me sacó su pene, me másturbe, me vine me lamio todo donde me había embarrado, fue muy satisfactorio y desde esa vez no lo intentamos más, aunque me hubiera gustado hacerle sexo oral