El juego estaba planeado, solo faltaba ejecutarlo.

Mi nombre es Ximena, actualmente tengo 40 y mi esposo 46.

Nuestro matrimonio hasta el momento ha sido estable, pero sentíamos que algo nos hacía falta. Cada vez que hacíamos el amor nuestras fantasías eran siempre las mismas, invitar a un tercero a nuestras relaciones sexuales, pero por una u otra cosa, no se había podido dar.

El día de ayer finalmente lo hicimos aunque no del todo.

Habíamos estado viendo videos de tríos y nos excitaba mucho, pero hubo uno que nos llamó la atención a los dos; era un video en donde una chica se ve en un hotel e invita a pasar al room service y es él quien termina siendo el tercero en la cama de los que se grabaron.

Nosotros lo hicimos a nuestra manera...

Llegamos a un hotel de la calzada de Tlalpan cerca de las ocho de la noche, un joven como de unos 20 años de edad fue quien cobró al estacionarse mi marido. Subimos al cuarto y en seguida nos pusimos manos a la obra; mientras yo me cambiaba, mi esposo buscó un lugar adecuado para esconder una cámara de video para poder grabar todo lo que sucediera.

Yo me metí al baño a cambiar. Me quite la ropa que llevaba, me puse unas pantimedias en color natural sin ropa interior, encima un conjunto de novia, sin bra, sus guantes y un liguero, pero sin las medias blancas.

Cuando salí cambiada, en seguida mi esposo tomó el teléfono y pidió un par de cervezas, después se acercó a mí, me abrazó, me beso, me agarró las nalgas y me dijo, compórtate bien y complaciente, por favor.

Tocaron la puerta y enseguida me acerqué a abrir. Era el mismo muchacho. Entró y me dijo, son cincuenta pesos, le dije, pónmelas en la mesa, le pagué y cuando lo hice me miró de pies a cabeza. Le dije, oye te pido un favor? Mira, mi esposo se metió a bañar y ya yo terminé de cambiarme, me podrías ayudar a sujetarme las medias en mi liguero? Lo que pasa es que si puedo abrocharme las que van adelante, pero no alcanzo a abrocharme las que van atrás.

Me dijo, no se preocupe, yo le ayudo. Se hincó por detrás de mí, en el momento en el que me puse la media blanca e intentaba subírmela me dijo, no se preocupe, yo le ayudo. La tomó, me tomó el pie y comenzó a subirme la media acariciando toda la pierna. Sentí un temblor y una sensación deliciosa.

Con mucha delicadeza la abrochó por detrás y subió la otra, hizo la misma acción. Después se puso frente a mí, se hincó y me abrochó las ligas por la parte frontal. Me volvió a acariciar las piernas, desde los pies hasta llegar al límite de las medias, después acercó su cara y be besó la panocha, por encima de mi conjunto, mu sujetó de las nalgas, me las acarició y me dió un pequeño mordisco en una de ellas. Se levantó, me agradeció y con una sonrisa en la boca le di las gracias.

Me dio una nalgadita y me dijo, si necesita otra cosa, solo levante el teléfono y pida por Jorge.

Me hizo venirme. Después vimos una y otra vez el video y mi esposo terminó como nunca.

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