Viene de Mavery el naufrago (Cap. 1 a 5)
- MUY BIEN, TODOS A TRABAJAR (les grito Urara)
Capitulo 6: Bien venido a Picesla.
Luego que todos se dispusieron en sus labores, regrese a mi camarote.
“Bien” (pensé) “que haré ahora, para colmo tengo por delante cinco meses, no se si podré zafar de esto mucho tiempo”
Ya al atardecer entra Urara, (sonriendo como siempre, pero esta ves algo distinta, había algo en ella que no encajaba en su forma normal de comportarse)
- Hola, (la salude mirando con atención)
- Hola (respondió, esta ves algo mas tímida que de costumbre)
- Vine porque todavía tenemos que arreglar algo.
- ¿Qué? (pregunte intrigado)
- Bien, vos me salvaste, me liberaste y quiero agradecértelo (dijo sonrojándose)
- Oye (respondí viéndomelo venir), no es necesario (dije, mintiendo descaradamente)
- Pero… (dijo levantando la vista y mirándome fijo a los ojos con tristeza) yo debo…
- …yo quiero…
- Oye, no quiero que hagas nada, si lo haces como un favor. (no lo puedo creer, que me esta pasando, una hermosa mujer se me ofrece y la rechazo)
- Mira, yo… (será que… no imposible, aunque nunca había conocido a alguien como ella)
- Yo…
No logre terminar la frase, Urara se me tiro encima y me tumbo sobre la cama, me besaba con pasión, aunque con torpeza.
La abrace fuerte y le respondí a sus besos, en un segundo ya estaba al palo, tenia la pija súper dura y le rozaba la pierna a Urara con ella dentro del pantalón.
Ella se separo de mí y se quito su ropa, quedando completamente desnuda, era un espectáculo maravilloso, ese par de tetas, esa concha peluda, sus caderas.
Ella avanzo hacia mi, se acostó sobre la cama y me dijo que la hiciera suya.
Ella temblaba, un poco por miedo otro por ansiedad y una gran parte por la excitación que tenia.
Le dije que si estaba segura, me respondió que si, que se enamoro de mi y que quería ser mi mujer, también me pidió que fuera dulce, que tenia miedo.
Sabiendo que esta era su primera vez con un hombre le dije que no temiera, que la cuidaría.
Comencé acariciándola suavemente.
La bese en la boca, por un rato, en su labio superior, en el inferior, en toda la boca, fui besando sus mejillas hasta sus pómulos y de allí seguí a su cuello.
Bese sus orejas, mientras le decía muy suave que la amaba, mientras ella me acariciaba y me decía entre gemidos que también me amaba.
Continué bajando por su cuello, recorriendo sus hombros y comenzando a subir en círculos hacia sus pezones, mientras subía por sus pechos, los besaba, los lamía y chapaba.
Lento, muy despacio, continué mientras oía sus gemidos, al llegar a la sima bese sus aureolas, las cuales estaban de un color rosado hermoso.
Comencé a lamerla, movía mi lengua en círculos cada vez más rápidos y mas serrados, llegando a rozar su pezón, el cual estaba erecto y duro, parecía una hermosa frutilla.
Me entretuve un rato largo con ese pezón, lo lamía, chupaba, lo introducía por completo en mi boca y lo presionaba contra mi paladar con la lengua, dejándolo empapado en saliva.
Siempre acompañando todo con suaves caricias.
Sople aire frió muy suave y ella se estremeció, seguí chupando y lamiendo.
Comencé a moverme hacia el otro pecho de la misma forma, al llegar al pezón esta vez sin tocarlo, exhale una bocanada del aire mas caliente que pude y nuevamente se estremeció.
Continué chupando, y besando su otro pezón, nuevamente lo deje empapado de saliva y volví a soplar suavemente aire frió.
Seguí por otro rato, mientras con la mano derecha le acariciaba la concha, pero sin meter los dedos, eran un movimiento suave y constante, un movimiento circular.
Comencé a bajar por su pecho, pase por su estomago hasta el ombligo, allí decidí ir hacia sus caderas, siempre besándola, chapándola y en ocasiones mordiéndola con suavidad.
Esto me estaba volviendo loco, tenia ganas de penetrarla de una vez por todas, pero prefería ser paciente.
Continué con los besos y las caricias, besaba su cintura mientras la daba vuelta y la colocaba boca abajo.
Comencé a subir por su espalda, lentamente hasta su nuca, allí comencé a amasarle el culo con mis manos. La excitación que ella tenía y los gemidos que daba eran increíbles.
Comencé a descender nuevamente, hasta llegar a sus nalgas, las besaba y mordía ya con más pasión.
Continué bajando por la parte de atrás de su pierna hasta los pies.
Nuevamente la coloque boca arriba y le separe las piernas.
Le elevé un poco la pierna que estaba besando y comencé a subir por el interior de esta, es increíble lo sensible que es esta zona, ella no dejaba de jadear.
Lento despacio, siempre acariciando sus pechos y su concha.
Al llegar hasta su concha no la toque, simplemente exhale aire caliente con suavidad y su columna se curvo hacia arriba en un espasmo orgásmico.
Continué con la otra pierna, hacia abajo asta los pies y de nuevo hacia arriba.
Al llegar a la concha la rocé con la punta de mi lengua, la movía velozmente sobre la superficie, tocando solamente sus labios vaginales.
Luego, sin dejar de amasarle los pechos, la lamí, aplane mi lengua lo mas que pude y desde la unión de su ano hasta la parte de enfrente de su vientre, subí con un lengüetazo tratando de cubrir la mayor superficie posible.
Seguí lamiendo y comencé a penetrarla con mi lengua, estaba disfrutando como loco con el delicioso sabor de sus jugos vaginales.
En eso tubo otro orgasmo, y vi como se desbordaba por su entrepierna.
Seguí jugando mientras disfrutaba oírla gemir, ella se aferraba con fuerza de mis cabellos y empujaba con fuerza hacia abajo, mientras elevaba las caderas tratando de seguir el ritmo.
Comencé a subir por su vientre, pase nuevamente por su ombligo y llegué a los pechos, en ese momento comencé ha meterle un dedo y ha masturbarla con suavidad.
Seguí subiendo siempre sin dejar de jugar con mis dedos en su conchita.
Al estar en posición tome sus manos y las lleve hacia atrás de su cabeza, le coloque la punta de mi pija en su concha y comencé a moverla pero sin penetrarla, ella subía sus caderas buscando que la penetrara, y tratando de zafar sus manos para abrasarme.
Entonces me decido y le meto la punta, ya me dolía la pija de dura que la tenia, estaba ansiosa por sentirse contenida en esa cueva calida y acogedora.
Empecé a empujar despacio, ella gemía y respirar con agitación, hasta que llegué a la tela que separa su virginidad, su himen.
En una estocada este cedió, en lo que ella grito, me dijo que le dolía, le dije que no se preocupe, ahora me quedare quieto dentro de ti y el dolor pasara.
Al rato comencé a moverme nuevamente, ella ya no se quejaba, gozaba, me rodeo con sus fuertes piernas la cadera para evitar que me saliera.
Comencé con embestidas mas duras y rápidas, mientras ella gemía, otro orgasmo exploto y arqueo nuevamente su columna, con tanta fuerza que me levanto en el aire sin ningún problema.
Mientras nos besábamos y acariciábamos, ya llevaba un ritmo increíble, y no aguantamos más y ambos terminamos al mismo tiempo, mientras la llenaba con mi leche, ella quedo enroscada en mí.
Al acabar nos quedamos abrasados, yo aun dentro de ella, completamente transpirados y agotados, nos quedamos dormidos.
Por la mañana al despertar, me encuentro solo en la cama.
Urara ya se había despertado, cuando me ciento sobre la cama, observe la gran mancha de sangre que había en ella.
Una gran aureola de color rojo oscuro, la cual se notaba mezclada con otros líquidos, dejando esa zona de la cama aun húmeda.
En eso veo que la puerta se abre y entra ella con unos platos y jarras llenos de comida y bebida.
- Ola preciosa (le dije sonriendo)
- Buenos días, (me respondió con una gran sonrisa, se notaba alegre y su rostro relucía de felicidad)
- Traje el desayuno, (dijo depositando todo sobre la mesa), ven, comamos.
Mientras me bestia, ella se acerco a mi y me dio un gran y largo beso, me acaricio y abrazo con fuerza.
- Te amo (dijo despacio en mi oído), te amo mucho.
- Yo también te amo mi reina (respondí mirándola a los ojos)
Desayunamos, y discutimos lo que deberíamos hacer el día de hoy en el barco.
Me contó la situación actual.
- Anoche tuvimos viento a favor y hemos avanzado mas rápido, el día de hoy parece que seguiremos con suerte.
- Genial (respondí), espero que el viaje sea tranquilo.
- Ahora deberás salir a inspeccionar el barco (dijo mirándome y esbozando una sonrisa burlona)
- ¿Qué? (dije sobresaltado), te dije que no se nada sobre barcos.
- Tranquilo, yo te acompaño, si veo algo te aviso.
- Bien, a poner el pecho. (Urara me miro como queriendo preguntar que dije, sacudió la cabeza y siguió comiendo)
Al terminar de desayunar, nos dispusimos a salir a realizar la ronda, ella se adelanto para abrir la puerta, antes que la alcance, la tome del brazo, la tire hacia mí y la bese con fuerza mientras amasaba su hermoso culo con mis manos.
Luego abrí la puerta y salí, dejándola atrás, con una mirada lujuriosa en sus ojos que brillaban.
Mientras realizaba el recorrido por la cubierta, con Urara siempre a mi lado indicándome cosas, disfrutaba del hermoso y calido sol, mientras oía los gritos de los demás marineros.
- Eeee, alcen la vela mayor (grito uno que estaba en el timón) el viento esta soplando de nuevo.
Alguien grito algo de un trinquete de proa, y dos salieron corriendo.
- Oye, ¿Qué es el trinquete? (pregunte)
- Ves el palo mayor que esta en proa (dijo señalándolo)
- Si, (respondí)
- Bien, allá arriba esta la verga (no pude evitar esbozar una sonrisa).
- ¿De que te reís? (pregunto mirándome intrigada)
- No, después te explico (había mucha gente alrededor nuestro)
- Bien (continuó), allí es donde se amarra la vela (no podía evitar seguir riéndome)
- ¿Qué, de que te ríes? (volvió a preguntar)
- Nada, ya…
- OMBRE AL AGUA (grito uno de los marineros)
Uno de los marineros había caído por la borda y el barco se alejaba de el con rapidez.
- Arrójenle un salvavidas (grite, pronto me di cuenta que fue algo entupido, algunos se me quedaron viendo raro.)
- Arrojen una cuerda (ordeno Urara), bajen las velas (prosiguió), giren a babor.
Luego de un rato el sujeto ya estaba de nuevo en cubierta, Urara parecía muy enojada con el, le gritaba y le ordeno que regrese a su puesto, cosa que izo de inmediato.
Urara imponía mucho respeto y temor cuando se ponía seria y gritaba.
- ¿Qué sucedió? (pregunte)
- Ese idiota no se aseguro, y cayo al agua (dijo enfadada)
Preferí dejar que se calmara un poco, así que regrese al camarote, el único lugar donde me sentía a gusto.
Cerca del medio día salí nuevamente a cubierta y ahí estaba ella, tan hermosa, tan sexy, tan… ¿violenta…?
Ella estaba peleando con dos sujetos, ellos la atacaban con espadas y ella solo se defendía con una vara, era increíble se movía con una agilidad tremenda, giraba la vara por todos lados, en un momento desarmo y arrojó al piso de la cubierta a los dos sujetos.
Uno de los marinos me dijo que estaba entrenando, eso me dejo mas tranquilo.
Agarro una espada y comenzó a moverse sola, sobre la cubierta, realizando movimientos parecidos a los de artes marciales, de repente comenzó a blandir su espada con velocidad y destreza, parecía uno de esos chinos de las películas de kung-fu.
Al acabar me dirige una sonrisa, y se acerca, estaba agitada y sudada.
Ese sudor que le recorría el cuerpo, que mojaba sus pechos, eso me éxito demasiado.
Lamentablemente no era el momento indicado para saborearla.
Nos trajeron el almuerzo y Urara salio de la tina en la que se estaba bañando, su cuerpo desnudo escurría agua, y yo también me empecé a escurrir…
Le pregunte si quería comer algo, me dijo que no tenia mucha hambre.
Me acerque a ella y comencé a acariciarla, me quite la ropa y ya tenia la pija dura dentro de mi calzoncillo.
Le pedí que me los quitara, ella se arrodillo y me los bajo, levanto la cabeza y mi pija estaba delante de su boca.
Recordé que todavía no me la había chupado, aun le quedaban vírgenes su boca y culo.
Le dije que me la acariciara, ella levanto su mano y comenzó a acariciarla, le pedí que me la chupara.
Ella la miro con duda, y pregunto como.
Le coloque la palma de su mano sobre mi pija y le dije que serrara la mano, la cual la rodeo completamente, le dije que moviera su mano hacia atrás y adelante despacio, y que mientras lo hacia metiera mi pija en su boca y lo chupara y lamiera.
Así lo izo, primero beso la punta, lamió el tronco, luego la introdujo en su boca rodeándola con sus labios, y comenzó a chupar, al principio con dudas, pero pronto se entusiasmo y acelero el ritmo y la fuerza.
Yo le sostenía la cabeza a la vez que bombeaba y le amasaba el pecho y pellizcaba sus pezones.
Nos dirigimos a la cama y me acosté boca arriba, la coloque enzima de mí con su boca en mi pija y su concha en mi boca formando un 69.
Mientras le acariciaba las tetas, jugaba con mi lengua en sus labios vaginales, ella seguía en su labor sin detenerse, yo ya estaba por explotar pero ella exploto antes en un gran orgasmo, llenándome la cara y la boca con sus jugos, faltando poco para que yo también acabase, la hice colocar de rodillas en el piso, frente a la cama, mientras yo seguía tendido de espaldas, le dije que recibiría de mi pija un chorro de leche, que no se asustara.
Ella me mimo con sin dejar de chupar y asentó con la cabeza, y en ese momento explote, un manantial lácteo salio de mi, llenando su boca, le veía como le chorreaba por la comisura del labio, ella lo saboreo con los ojos serrados y se lo trago todo, volvió a meter mi pija en su boca y siguió lamiendo y chupando hasta que ya no quedo mas nada por sacar.
Quede tendido un rato sobre la cama ya con mi pija flácida y en franca retirada.
Bien, dije al rato, me muero de hambre, a comer, ella afirmo y nos sentamos desnudos a comer.
Al acabar de comer se vistió y salio a continuar con sus deberes.
Por la noche ella quería seguir, pero lamentablemente yo no podía, estaba completamente descompuesto, pálido y no dejaba de vomitar, algo de la cena me había caído muy mal.
- Lo siento (le dije vomitando dentro de una bacinica)
- No te preocupes (respondió suavemente, mientras me acariciaba la nuca)
- Acuéstate, traeré algo para las nauseas y mañana estarás mejor.
Al rato regresa con una jarra con una cosa verde apestosa.
- Esto es Pertit, una planta curativa, se hierve y se machaca en mortero hasta formar una pasta, tendrás que beberla (dijo dándome eso)
Solo el olor me izo vomitar de nuevo, luego de resistirme a beberlo por un rato, me forzó a tragármelo, era realmente fuerte, y asqueroso.
Eso bajo por mi garganta muy despacio, como un jarabe espeso.
Me recosté y no podía quitarme el sabor de esa cosa.
Ella me beso y dijo que descansara.
Me quede profundamente dormido.
Desperté ocho días después.
- Hola, (me dijo Urara)
- Realmente estuviste mal, con mucha temperatura y delirando.
- Como te sentís ahora.
- Mareado, (respondí) pero sin nauseas (me sentía débil)
- Solo descansa, luego te traeré algo de comer.
Se despidió con un tierno beso y salio.
Estuve en cama por tres días y al cuarto ya estaba mucho mejor.
Urara se acerco para saber como me sentía, hacia tiempo que no le prestaba atención y ese día se veía particularmente más radiante.
La tome de la cintura y la arroje sobre la cama.
Le dije que mucho mejo con una sonrisa lujuriosa.
Nos besamos y la comencé a desnudar de a poco, aunque ella estaba mas apurada, se quito toda la ropa y me desvistió mientras me besaba con frenesí.
Respondiendo a su furia la bese con fuerza y apreté sus tetas hasta hacerla gritar de dolor.
Ella me araño la espalda mientras me besaba con fuerza.
Baje mi mano hasta su concha la cual estaba completamente húmeda, le metí un dedo y comencé a masturbarla con fuerza, luego fui metiendo otros y jugando con ella.
Mojando mis dedos con sus fluidos, lubrique y jugué con su ano, le introduje un dedo y ella dio un sobresalto.
- Tranquila (le dije jadeando)
- Esto te va ha gustar.
La acosté boca arriba y pase mis brazos por detrás de sus piernas, levantándolas a la altura de mis hombros, luego apoye mis manos detrás de sus hombros, ella quedo con sus rodillas casi en la misma posición que mis manos.
Yo estaba encima de ella y con todo su culito a mi disposición.
- Necesito que me ayudes (le pedí), coloca mi pija en la entrada de tu culo.
Ella la agarro y la coloco en donde le pedí, cuando entro la cabeza ella la soltó y se aferro a las sabanas con fuerza.
Empecé a empujar mientras ella gemía y gritaba, en el tercer enviste ya la tenia por completo adentro, entonces comencé a bombear, moviéndome cada vez más fuerte.
Ella seguía gimiendo y gritando en una mezcla de placer y dolor, yo mientras, gemía y respiraba con dificultad, muy agitado.
Estuvimos así por un rato en ocasiones se la sacaba por completo y se la volvía meter hasta el fondo con una embestida brutal, ya era mas fácil estaba completamente dilatada y bien lubricada.
Ella mientras me acariciaba las bolas con una mano y con la otra se masturbaba, llego varias veces al orgasmo, derramado fluidos sobre sus pechos y cara.
Finalmente explote dentro de su culo, mi semen se escurría por su agujero aun penetrado por mi pija, me quede en esa posición inmóvil hasta que deje de sacudirme por los espasmos producido por mi eyaculación.
En un momento, llaman a la puerta.
- ¿Qué? (grite), no molesten.
- Señor, (dijo un marinero desde el otro lado de la puerta) se acerca una tormenta.
De inmediato salí de encima de Urara y me coloque los pantalones, abrí la puerta y volví a preguntar.
- ¿Qué?
- Señor (repitió) una tormenta (mientras decía eso apuntaba con su dedo en dirección al frente del barco)
Urara se levanto y vistió, salio a cubierta y vio con asombro, yo la seguí y quede igual que ella, era una gran tormenta que se acercaba directamente hacia nosotros.
- Señor, ¿Qué asemos? (pregunto este)
- Que tan grande es (dije sin apartar la vista de ese banco gigantesco de nubes negras)
- Inmensa (respondió) si intentamos rodearla nos demoraríamos un par de meses mas.
- Pero eso seria un problema (continuo este) las provisiones de comida y agua no duraran mucho mas.
Urara y yo nos miramos.
- Continuemos de frente (dijo ella)
- De acuerdo (confirme, no muy convencido)
- De frente, directo a través de ella (ordene al marino)
- SI SEÑOR (respondió y salio corriendo)
- Mavery, (dijo ella) yo iré a preparar todo, tú regresa a la cabina.
- De acuerdo (le dije mientras me despedía con un beso.)
La tormenta nos azotó por mas de un mes, en ocasiones parecía que amainaba, pero luego se desataba con mas furia, los relámpagos iluminaban el cielo oscuro y las olas se levantaban a mas de cuatro metros de altura.
Lo único se hacíamos todo el tiempo y por turnos era drenar el agua que se metía en el barco e inundaba la bodega.
Se hacia casi imposible el caminar sobre cubierta por el fuerte viento, teníamos que amarrarnos con fuerza para no caer al agua, tanto por la fuerza del viento como por los embistes de las olas que caían con furia sobre la cubierta del barco.
Al lograr salir de la tormenta habíamos perdido a varios hombres, los cuales habían caído por la borda y desaparecían de inmediato bajo las olas y el barco.
Los meses pasaron y todo continuo muy normal, todos los marinos seguían con sus cosas y yo seguía cogiendome a Urara.
Una vos que llamaba a la puerta nos despertó.
- Señor (dijo esta voz) hemos divisado tierra.
- ¿Qué? (dije sin comprender, aunque Urara ya había saltado de la cama y se estaba vistiendo)
- Tierra (dijo ella contenta)
- Han visto tierra mi amor. (dijo terminando de cambiarse y saliendo a cubierta)
Yo aun estaba en la cama, me levante, cambie y salí, se veía a la distancia un gran puerto.
- Ese es el puerto de Picesla (dijo ella feliz)
- Tierra (dije más feliz que ella) por fin.
La alegría duro poco, de pronto nos vimos rodeados por buques de guerra de la armada de Picesla.
- Nor Gre (dijeron de uno de los barcos) usted será puesto bajo arresto de inmediato.
- Entréguese pacíficamente o abriremos fuego.
- No disparen (grite dirigiéndome hacia el buque que nos lanzo la advertencia)
- No somos piratas (dije), hemos atrapado a Nor Gre y venimos a entregarlo.
- Diríjanse al puerto y desembarquen, si intentan algo los mataremos.
Ordene que hicieran lo que decían y una vez en el puerto desembarcamos.
Al desembarcar entregamos al pirata Nor Gre.
- Bien (dijo el capitán de la milicia de Picesla), ustedes lo han capturado y esta es u recompensa.
- Quinientos mil topis (depositando un cofre frente de mi)
- Ahora debo atender otros asuntos, asta luego.
Abrí el cofre y estaba lleno hasta el tope con monedas de oro.
Vi el rostro de los demás y el de Urara y comprendí que era mucho, aunque no sabía exactamente cuanto.
Tome puñados de estas monedas y las coloque en pequeñas bolsas que servían de monedero y llenándola se los fui entregando a los tripulantes.
- Esto es para ustedes (dije), ya son libres y de seguro querrán regresar a sus hogares.
- Gracias señor (dijo uno), esto es muchísimo oro, será mas que suficiente para regresar a nuestros hogares.
Urara metió sus manos en el pequeño cofre y reía mientras jugaba con el oro.
- Decime, (le pregunte) esto es mucho dinero.
- Si te referís a que no tendrás que preocuparte por un buen tiempo (dijo mientras sonreía) si, esta es una pequeña fortuna.
- ¿Qué aras ahora? (pregunto) ya que tenes tanto dinero.
- No se, la mitad de esto es tuyo (dije)
Ella me miro y salto a mis brazos y beso con fuerza.
- Ahora deberíamos ir a comprarte ropa (dijo mirándome de arriba a abajo)
- Si, (respondí) me hace falta.
- Donde iremos (pregunte)
- Mmmm, cerca de aquí hay un gran bazar (dijo) vamos.
Cada uno tomo una manija del pequeño cofre y nos pusimos a caminar.
A pesar de ser pequeño era muy pesado, considerando que estaba lleno de monedas de oro.
Mientras recorríamos las calles podía observar los distintos negocios.
Una taberna llamada “Son Gou”, en la cual se veía fuera de ella un gran numero de mesas ocupadas con hombres bebiendo y comiendo como cerdos, mientras manoseaban a las meseras.
Un montón de casas una pegada a otra, me llamo la atención un cartel que se encontraba encima de la entrada de otra tienda.
“Tienda de hechicería, Arut”, observe al pasar, el frente era pequeño tenia una puerta y una pequeña vidriera, en la cual había frascos con cosas dentro, algunas flotando en liquido, también una bola de cristal en el centro, y un montón de animales colgando de sus patas.
Seguimos caminando hasta encontrarnos frente a una gran tienda que tenía un enorme cartel adosado sobre la puerta.
“GRAN MERCADO Derbalo”, se podía ver no bien entrar, una inmensa sala con grandes mesas sobre las cuales había armas de todo tipo; hachas, espadas, arcos, unas masas con púas y otras cosas que ni idea que podrían ser.
Contra la pared de la derecha se encontraba una gran biblioteca, me acerque un poco y pude leer algunos títulos.
“Plantas curativas, por Moro Mark”; Pociones y venenos, por Salam Sper”; “Como defenderse de los malos espíritus, por Inu Sha” y seguía, seguía…
- Mavery (me llamo Urara) ven, mira esto.
- ¿Qué…? (pregunte al acercarme, estaba viendo un traje de cuero con púas sobre sus hombros y rodillas)
- Es un traje de cuero de dragón, muy resistente (dijo) y estas son púas de erizo de mar
- …Muy…heavy…
- No habrá algo mas discreto, algo como lo que tengo puesto.
- …Si, (dijo desanimada) por aquí.
- ¿Estos? (me pregunto) te gustan.
Eran horribles, parecían confeccionados con bolsas de arpillera, y eran totalmente bombachudos.
- Sabes (dije no muy convencido) me parece que me quedare con el traje de cuero de dragón.
- De verdad (dijo feliz), bien pruébatelo.
- Si… ¿donde?
- Aquí, donde mas.
Me los probé y me quedaban muy ajustados, algo incomodo, no estoy acostumbrado a ropa tan entallada.
- Te queda maravilloso (dijo mirándome)
- ¿Te parece? (pregunte no muy convencido, me apretaba mucho en las bolas)
- Si, ha (dijo como recordando algo) también tendrás que comprarte ropa de gala.
- …¿Por? (pregunte arqueando mis Sejas)
- Bueno, no querrás que mis padres te vean vestido así, ¿verdad?
- No, por supuesto (dije, sus padres, ya me había olvidado de ellos)
- A propósito, donde vives (pregunte)
- Cerca de aquí, en la isla Vergara.
- Vivís en una isla con el apellido de tus padres.
- Si, es nuestra isla, allí esta también el colegio.
- Queda muy lejos. (quise saber, la idea de volver al mar no me agradaba demasiado)
- No, solo, medio día en barco.
Luego de elegir ropa, y algo parecido a un pañal, que usaría como calzoncillo, algunas armas, provisiones y otras cosas fuimos a pagar.
En el mostrador había un anciano calvo y con barba de chivo completamente blanca.
- Hola querida (dijo este dirigiéndole una sonrisa a Urara, luego me estudio de pies a cabeza)
- Tiito, (dijo ella) el es mi amigo Mavery, lo conocí en la isla de los dragones y me rescato del pirata Nor Gre.
- Mavery el es mi tío Pigmenton Nervbalo.
Su rostro cambio por completo cuando ella le dijo eso, sonriendo salia de su lugar detrás del mostrador y me abrazo con fuerza.
- Muchacho tu salvaste a mi querida Urara, (dijo sin soltarme) estoy en deuda con tigo.
- Pide lo que quieras y será tullo.
- Gracias, (dije tratando de que me suelte) no será necesario.
- Insisto (dijo, soltándome por fin) pide y te será dado.
- Ahora no, (interrumpió Urara) tenemos que salir para casa.
Luego de las despedidas y más abrazos salimos con nuestros bártulos a la calle, y ya era de noche.
Caminamos hasta una hostería que había cerca de allí y pedimos una habitación.
- Así que es tu tío (le pregunte, sentándome en la cama)
- ¿Quién? (pregunto)
- El de la tienda, Pimienton,
- HA (dijo sonriendo), es Pigmenton, no, no es mi tío verdadero, es un muy buen amigo de mis padres, es como de la familia.
- Bueenooo (dije estirando mis brazos como bostezando) será mejor que descansemos.
- O prefieres… (le dije mientras golpeaba mi mano contra la cama)
- No se, (respondió ella acercándose)
- Estoy cansada (decía mientras se abría de piernas arriba de mi y se sentaba lentamente sobre las mías.)
Comencé a besarle los senos y a acariciarle el culo, luego nos sacamos la ropa y me empujo sobre la cama, dejándome tendido boca arriba.
Quito mis calzoncillos y comenzó a lamer y chupar, ya era toda una experta en ese ramo.
Luego se arrodillo encima de mi pija bien parada y con su mano la coloco en la entrada de su concha, se dejo caer permitiendo que entrara de una, hasta el fondo, comenzó con un movimiento suave de vaivén, luego en círculos lentos, otra ves en vaivén, lento, despacio, en ocasiones se quedaba quieta y solamente presionaba con sus músculos vaginales, apretaba y soltaba, volvía a apretar y a moverse.
Yo no dejaba de amasar sus pechos y a pellizcar sus pezones, luego la atraía hasta mí y la besaba, agarraba sus nalgas y la movía con fuerza mientras levantaba mi pelvis.
Nos enroscábamos en una despiadada lucha de lenguas, luego lamía sus tetas y seguimos luchando.
Cada vez con movimientos mas veloces, ella empezó a mover su cintura a mayor velocidad y a gemir, era un gemido desesperado, yo por mi parte también había entrado en esa desesperación, y comencé a gemir cada ves mas fuerte, ella subía el volumen de sus gemidos y el ritmo de sus embestidas.
- EY, USTREDES (gritaron los de la habitación de alado mientras golpeaban la pared) guarden silencio.
Lo ignoramos, no nos íbamos a detener justo en este momento, continuamos con mas fuerza, mas rápido, con embestidas salvajes y frenéticas hasta que llegamos al limite y explotamos, yo subí mi pelvis elevando a Urara de la cama varios centímetros, mientras ella arqueaba su espalda y exhalaba un grito mezclado con un hondo y largo gemido.
Nos recostamos abrazados hasta que nos dormimos.
Por la maña bajamos a desayunar y mientras estábamos en eso unos sujetos empezaron a molestarnos.
- Oye perra (le decía uno, al que le escurría el licor por su barba y se limpiaba con su brazo)
- Si queres gozar, ven con migo, yo te haré gritar.
- Pero ella ya grito bastante (dijo otro que estaba en otra mesa, riéndose), anoche casi no me dejaron dormir con sus gemidos.
- Lo dudo, no creo que es infeliz pudiera hacer gritar a ninguna mujer.
- Con ese traje, parece marica (Sus compañeros comenzaron a reír a carcajadas, eran cuatro, uno mas grande y feo que el otro, pero el líder les ganaba por lejos)
Urara se levanto de la mesa muy lentamente, primero elevo sus piernas dejando su culo bien parado a la vista de todos y luego se enderezo.
- Este hombre es mas hombre que cualquiera de ustedes, mas que todos ustedes juntos.
Para que dijo eso, los sujetos se callaron y se pusieron de pie.
- Si, que lo demuestre (dijo el mas feo… el del medio... no el de alado)
- Ven hombre rudo (decían mientras desenfundaban sus espadas)
- Cuando acabemos con tigo, nos ocuparemos de tu mujercita.
En ese momento me hubiera gustado tener una uzi o un lanzamisiles.
Me levante y… agarre mi jara de bebida, y se la lance.
Tuve tanta mala puntería que le di a uno que estaba de espalda en la barra bebiendo, este era tan grande como estos sujetos, “tierra trágame” pensé.
Por suerte este se puso furioso, y agarro al primero que vio cuando se dio vuelta, ese fue el feo.
Al que lanzo contra otra mesa donde otros sujetos estaban comiendo… bueno esto se empezó a poner feo, de verdad feo.
Tome a Urara de la mano y la arrastre fuera, mientras que con la otra llevaba todas nuestras cosas con dificultad.
- Por que no te quedaste a pelear (me pregunto, parecía que quería entrar en la lucha)
- ¿Qué? Estas loca, no se pelear, me hubieran matado.
- ¿No sabes pelear? (pregunto con asombro)
- De donde venís no pelean.
- Bueno si, pero no todos lo hacen, y la mayoría no utilizan espadas, hachas y cosas por el estilo. (aunque muchos utilizan botellas, palos y otras cosas, pero no podemos compara una espada a una navaja)
Ella seguía caminando a mi lado, en silencio.
- Desde mañana te entrenare en el arte de la guerra (dijo muy emocionada, hubiera preferido que siguiera en silencio)
- Gracias (dije exageradamente) pero no creo…
- bueno (dijo sin escuchar una palabra) mañana empezaremos.
Aunque trate de convencerla que no es buena idea, no me escudaba seguía hablando de todo lo que me enseñaría.
- Primero deberás fortalecer tu cuerpo (ya empezó a criticar, ni que fuera fofo…)
- Luego aprenderás el uso y cuidado de la espada de doble filo.
- Si, (dijo golpeándose la mano con un puño) también aprenderás Incon,
- ¿Incon? (pregunte intrigado y a la vez sin mucho animo)
- Si, el Incon es un tipo de lucha, que te permite enfrentarte a otros sin armas.
- Después…
Para entonces tenia el cerebro desconectado, solamente caminaba a su lado sin oír una palabra.
- Aquí esta (dijo ella señalando algo)
- ¿…?
- Me estas escuchando (pregunto golpeándome con el codo en las costillas)
- ¿Qué?, si (respondí sin saber que dijo) si, que sucede.
- Estaba mostrándote el barco que compre, lo utilizaremos para ir hasta la isla de mis padres.
- Si, claro, es hermoso (dije sonriendo, solo por fuera)
Capitulo 7: Un viaje muy placentero.
Luego de revisar el barco, subimos he izamos velas.
Ya en alta mar comenzó de nuevo…
- Primero tendrás que mejorar tu resistencia (hablaba sin dejar de caminar de un lado al otro, con los dedos de sus manos enlazados a su espalda)
- Para eso tendrás que levantarte temprano y correr varios pertins.
- ¿Pertins?, que es eso.
- Bueno, es una medida de distancia, un pertins seria como recorrer el largo de este barco unas cincuenta veces.
- Eso seria… un kilómetro…
- Así que un pertins seria un kilómetro (dijo ella) bueno, deberás correr diez pertins o kilómetros por día.
- Diez… Kilómetros… (Porque dios, que ice para merecer esto…)
- Urara (dije tratando de desviar la conversación, tal ves se le olvide el tema)
- Sabes, desde que nos conocimos, jamás me hablaste de tus padres, como son.
- Bueno, mi padre es el hombre mas amable del mundo, el enviudo cuando tenia treinta y volvió a casarse, ahora esta casado con una mujer mas joven que el, el tiene cincuenta y seis años y ella treinta y cuatro.
- El es director y dueño de una academia de hechicería me dijiste, y tu madrastra a que se dedica.
- ¿Madrastra? (pregunto ella)
- Si, la esposa actual de tu padre.
- Bueno, ella no hace nada, solamente cuida de el.
- Y ella también es hechicera.
- No, ella no posee dones para la hechicería.
- Y tenes hermanos, hermanas.
- No, soy su única hija, han intentado por mucho tiempo concebir pero sin resultado.
El tiempo pasó pronto, y sin darnos cuenta ya estaba oscureciendo.
Ella fue al camarote y me pidió que la espere aquí, al rato aparece con un traje de cuero diminuto, estaba formado por dos piezas, la superior, que cubría solamente unos centímetros por arriba y debajo de sus pezones, los cuales notaba erectos y la parte inferior.
Bueno, esta se encajaba en su concha y la marcaba perfectamente, la rodeaba y apretaba, lentamente se dio vuelta y me mostró la parte de atrás, allí parecía que no hubiera nada, simplemente se le metía por el culo, quedando completamente cubierto por sus nalgas.
Completo el giro y estando de frente a mi nuevamente se arrodillo, coloco las manos en el suelo y comenzó a avanzar hacia mi en cuatro paras, como una gata, una hermosa gata en celo.
Yo me comencé a quitar la ropa y ella me dijo que no, que ella lo aria.
Entonces me quede sentado, con las piernas estiradas y las manos apoyadas sobre la cubierta, a mis costados.
Cuando llego hasta mi, comenzó a besarme y a quitarme la ropa, primero la prenda superior, y mientras la deslizaba hacia arriba, besaba mi estomago subiendo por mi pecho hasta mi cuello y finalmente mi boca.
Allí se entretuvo un rato, yo quise acariciarle un pecho y ella no me lo permitió.
Comenzó ha bajar mientras desprendía los botones de mis pantalones, siguió besando mi estomago a la vez que comenzó a quitármelos, llego a la raíz de mi pene y lo beso, siguió besando todo alrededor de el, hasta que llego a la unión de mi pene con mis bolas.
Termino de quitarme los pantalones y el supuesto calzoncillo que llevaba, sin dejar de besar mis bolas.
Comenzó a lamerlas y a chuparlas, primero se colocaba una en la boca y la chupaba con ganas, luego la dejaba completamente empapada en saliva y continua con la otra, comenzando a masturbarme.
Muy lento subía y bajaba su mano, se notaba mi pija dura y llena de venas, parecía que iba a explotar.
Siguió chupando mis huevos por un rato, después comenzó a lamer el tronco de mi vega, solamente lo lamía, por todos lados, luego lo besaba mientras me apretaba las bolas con una de sus manos y con la otra seguía masturbándome.
Corrió hacia atrás su mano dejando expuesta esa punta roja e hinchada, que escurría líquidos sin cesar.
La introdujo en su boca y comenzó a succionar, parecía que deseaba beber el contenido de mis huevos directamente sorbiéndolos por el agujero de mi pija, como una bombilla de un mate.
Cuanto mas chupaba mas elevaba mis caderas, llegando ha estar apoyado solamente sobre mis pies y manos en el suelo.
Se metió toda mi pija en su boca y la comenzó a chupar, la llenaba de saliva, esta se escurría por la comisura de su boca y cada vez que se la sacaba de la boca la saliva se escurría a chorros por mi verga.
En un momento se quito la parte inferior del bikini y se acerco más a mí, aplastando sus tetas contra mi pecho y comenzó a moverse, a franelearme, rozaba con su culo mi pija, movía su cadera hacia atrás y la rozaba con su concha, siempre evitando ser penetrada.
Se gira, colocándose de espaldas a mi y agarra mi pija dura y adolorida de ganas de coger y se la mete despacio en su concha, solamente la punta, la mete, la saca, la mete, nuevamente la saca, siempre doblando sus piernas haciendo descender sus caderas.
Luego desciende lentamente, y se la va metiendo despacio, centímetro a centímetro, hasta que por fin la tiene adentro por completo, decido intervenir y la tomo de las caderas.
La levanto de las caderas hasta sacársela casi por completo y la vuelvo ha bajar con violencia, ella grita, yo lo hago de nuevo, una y otra ves, la elevo y luego la bajo con violencia, metiéndosela toda una y otra ves, rápido mucho mas rápido cada vez.
Ella sigue gimiendo, grita, ahora puede gritar con toda libertad, yo también grito, pero le grito a ella.
Completamente excitado, toma puta, trágatela toda perra, sentila yegua, te voy a partir en dos.
SIII, SIII, gritaba desaforadamente, mas, mas duro, quiero sentirla adentro, dale, ponémela mas fuerte, SIIII.
Con un grito final MAAASSSS, ella acabo, yo termine con un, TOOOMAAAA PUTAAA.
Capitulo 8: Isla Vergara.
Ella aun respirando agitadamente, miro a la derecha y dijo, lle-llegamos…, a-allá e-esta-a mi… cas-casa...
Yo solamente me desplome en el suelo con ella todavía empalada con mi pija, con los brazos y las piernas extendidas respirando con dificultad y me quede en silencio.
Después de descansar, nos cambiamos.
Al llegar al puerto, desembarcamos y nos dirigimos a una caballeriza en donde tomamos dos caballos y nos pusimos en marcha, hacia la casa de Urara.
- Decime una cosa (le pregunte), de donde sacaste eso que usaste en el barco.
- ¿Te gusto? (Pregunto sonriéndome), lo ice yo, te acordas de lo que llevaba puesto en la isla.
- Si (respondí, el recuerdo de la primera vez que la vi, paso por mi mente como un rayo)
- Bueno, como me compre ropa nueva, eso ya no lo necesitaba, simplemente lo corte.
- Otra cosa, por que me tengo que poner esta ropa para ver a tus padres. (llevaba un pantalón dorado, muy suelto, y una camisa haciendo juego, una especie de turbante de color azul con lunares amarillos, una capa blanca, todo era de seda, o al menos eso parecía, y lo peor eran los zapatos, unos zapatos verdes que terminaban en una punta hacia arriba.)
- Bueno, no pretenderás que nos vean vestido con esos trajes de cuero, verdad
- Hasta yo me he cambiado. (Ella llevaba un pantalón celeste muy bonito que le ajustaba en la cintura y se habría en campana abajo, una camisa; también celeste, parecía ceda lo que ella levaba puesto, sus mangas debía ser de tul, se le podían ver los brazos y usaba unos zapatos como los míos pero estos eran dorados.)
- ¿Qué, tus padres no te permiten usar cuero?
- Estas bromeando (Respondió, aprendió rápido a utilizar algunas de mis feraces)
- Pero por que. (insistí)
- Ya lo sabrás, ha, se me había olvidado comentarte algo…, mira allá vivo.
El camino por el que íbamos estaba franqueado por espesos árboles, pero en un recodo, al girar lo vi, enfrente de mi se levantaba un enorme castillo.
- Vivís en ese castillo (dije incrédulo)
- Si, eso fue lo que olvide decirte. (dijo haciendo un gesto como de niña pidiendo perdón, por decir una mentira)
- Mi padre es el Rey de esta isla.
- …El Rey…
- Y que se supone que debo hacer, jamás trate ha la realeza, que debo decir, como debo comportarme.
- Bueno (dijo sonriendo con maldad) ya trataste a la realeza.
- ¿Cuándo?
- HO RAYOS, vos, vos sos de la realeza… (Mierda, y yo la llame puta.)
- Si, soy la princesa Urara Calipso, princesa del reino de Sopena.
Uuuuu, me coji a una princesa, genial…, si el padre se entera, me mata.
- Oye, tu padre se enfadara si descubre que tu y yo, bueno ya sabes.
- Mejor no se lo digas (comento irónicamente)
- Una princesa debe permanecer casta hasta su matrimonio.
- ¿Qué? (pregunte elevando la voz) estas loca, ahora me lo decís.
- Porque, hubieras preferido que te lo dijera en el barco, aquella vez.
Que dios me asista, si el rey se entera que desvirgué a su hija me fusila, o lo que hagan aquí.
Al llegar a la entrada del palacio, los guardias franquearon la entrada con una reverencia, entramos en un enorme patio, con árboles, aves parecidas a los guacamayos, una enorme fuente se encontraba en el centro del patio, en ella había una escultura de una sirena desnuda con una vasija debajo del brazo la que sostenía con ambas manos y de ella salía agua.
Nos bajamos de los caballos frente a una enorme puerta de madera, cubierta con un repujado de plata.
Dos muchachitos se acercaron corriendo y tomaron a los caballos, se alejaron haciendo reverencias.
Entramos y caminamos por un enorme pasillo, ancho y lardo cubierto por una enorme alfombra roja.
Al final del pasillo se observaban al Rey y la Reina, sentados en sus tronos.
- Me dijiste que tu padre era el director de una escuela. (le dije en voz baja)
- Si, (respondió ella también en voz baja) lo es, es el director de la escuela y el rey de esta isla, aunque no ejerce directamente el cargo, tiene un asistente.
- Entonces el es también un hechicero, si, y uno muy bueno.
Al acercarnos, el rey se levanto y Urara corrió a sus brazos.
El la estrecho con fuerza y le bezo la frente.
- Bienvenida hija (dijo sonriéndole)
- Hola padre (respondió ella abrazándolo)
La reina se acerco y también la abrazo.
- Hola querida (dijo ella abrazándola)
- Hola madre (respondió Urara besándola en la mejilla)
Luego el rey me miro fijo a los ojos y me observo de los pies a la cabeza.
El era un sujeto bajito, mas bajo que su hija, gordo y con los cachetes rojos.
Vestía un pantalón lila con bordados de oro y una camisa igual, llevaba un turbante dorado y una capa roja con los bordes blancos, la cual arrastraba por el suelo.
En cambio la Reina, era otra cosa.
Ella era alta como Urara, de pelo negro, lacio y largo hasta la cintura, sus ojos eran marrones oscuro y su piel negra.
Sus bustos eran inmensos, su cintura fina y unas caderas magnificas.
Vestía un traje dorado muy elegante y ajustado, dejaba asomar por encima sus hermosos pechos.
- Padre, madre, quiero presentarles a Mavery (dijo ella presentándome)
- Mavery Sopena (dije inclinándome ante ellos)
- No es necesario que te inclines (dijo Urara)
- Padre, el me rescato del pirata Nor Gre.
- Mavery, (pregunto el Rey)
- Bien, usted ha salvado a mi hija y estoy muy agradecido, si hay algo que pueda hacer por usted, solamente pidalo.
- No es necesario…
- Si, dígame (dijo el Rey)
- Bueno, Urara me dijo que usted es un excelente hechicero, y me preguntaba si pudiera ayudarme a regresar a mi hogar.
- Por supuesto, dígame en donde vive.
Mavery comenzó a relatarle toda la historia desde que salio de su casa en Argentina hasta que llego a la isla de los dragones.
- Vaya, (dijo este) es una historia muy interesante.
- Así que usted es de otro mundo.
- La verdad no se si es otro mundo u otra dimensión (tal vez este soñando, quizás sigo en mi camarote… Un sueño… Todo es muy real para ser un sueño.)
- Mundos paralelos, otras dimensiones, esto es muy interesante (Hablaba el rey para si mismo en voz alta)
- Pierda cuidado, si existe una forma de regresarte la encontrare.
- Gracias alteza (dije sonriendo, al mirar a Urara estaba triste, comprendí que no le gustaba mucho la idea de que me fuera.)
- Hija, (dijo la Reina) pero que cara, estas triste por algo.
- No, (respondió sonriendo, pero seguía triste) estoy bien.
La Reina observo a Urara por un rato y luego me miro a mi, no se si se había dado cuenta de algo, pero ya empezaba a sentir escalofríos.
- Hasta que encontremos la forma de regresarte a tu hogar, serás nuestro huésped (dijo el Rey)
- Usaras la alcoba Sur.
- Querida (dijo dirigiéndose a Urara), muéstrale cual es su habitación.
- Si padre.
Urara me guió por un sinfín de pasillos, siempre seguida por un guardia que no me quitaba la vista de encima.
En voz baja continuamos hablando.
- Que te pasa (pregunte)
- Nada, por que (respondió)
- Es que estas triste, te pasa algo.
- Es que…
- … no quiero que te vayas.
- Por favor, quédate (pidió suplicando)
- Te amo.
- Ya también te amo (dije sonriéndole)
- Pero este no es mi hogar, aquí no conozco nada.
- No se de que podría vivir.
- Allá tengo un trabajo, amigos… (La conversación la ponía mas triste)
- …Y si voy contigo (pregunto sin levantar la vista del suelo)
- Eso seria estupendo (respondí)
- Pero… allá no serias una princesa, no tendrías todo este lujo y comodidades.
- Además… (no continué, eran muchos los problemas, ella no existía en mi mundo, como pasaría desapercibida, sin documentos, sin trabajo, seria difícil)
- Aquí ese (dijo deteniéndose frente a una enorme puerta doble.)
- Donde es tu habitación (pregunte)
- En el ala Sur.
- Al sur, eso es en la otra punta del castillo (observe con mucha astucia…)
- Si, (comenzó diciendo) primero debo ir hasta el final del pasillo.
- Luego girar a la izquierda y continuar hasta llegar al cuarto corredor en donde debo girar a la derecha.
- Seguir de frente hasta encontrarme con la estatua de un león y girar a la derecha.
- Seguir de frente, mi habitación es la que esta al final del pasillo.
- Pero no se te ocurra ir allí (dijo, mostrando una leve sonrisa.)
Nos despedimos, estuvo tentada a abrazarme, pero al recordar que estaba el guardia observando desde la distancia se reprimió.
Entre en mi habitación y lo primero que vi fueron unos horribles querubines, parecían estar gritando de terror, aunque supongo que el que los tallo quiso que pareciera que estaban felices.
Estaban tallados en madera y colocados frente a una enorme chimenea.
Sobre la chimenea había un cuadro gigante del Rey, con una estúpida sonrisa montando un hermoso caballo blanco.
En su mano derecha, la cual tenía elevada a la altura de su cabeza, colgaban unos faisanes, al menos eso parecía.
Parece que considero, que a sus visitas les gustaría tener un retrato suyo con dos aves mueras en sus manos.
La cama era enorme, tenía cuatro columnas que se elevaban desde sus cuatro rincones a una altura de tres metros y tenia una especie de techo…
Como un toldo. Este estaba forrado con una tela roja y de los bordes de este techo colgaban como estalactitas unas puntas de madera de unos veinte centímetros parecidas a lanzas todas trabajadas y decoradas.
O todas las habitaciones de huéspedes son así, o esta era la habitación de las visitas no deseadas.
Guarde mis cosas en un enorme ropero que había contra una de las paredes y coloque el cofre con el oro debajo de la cama.
Al rato golpean a la puerta, era un sirviente, no habrá tenido más de quince años.
- Señor (dijo este muchachito) lo están esperando en el comedor principal.
- Gracias (respondí)
- Me podes decir donde queda.
- Si, debe dirigirse… (comenzó con las explicaciones, ya en la cuarta vuelta estaba perdido)
- Espera, mejor guíame vos.
- Si señor (respondió)
Luego de caminar por varios pasillos y corredores llegamos a una enorme sala en la cual se encontraban sentados en una gran y larga mesa el Rey, la Reina y Urara.
El Rey estaba sentado en la cabecera, a la izquierda de este sobre un costado de la mesa la Reina, frente a ella en el otro lado de la mesa Urara.
A mí me sentaron al lado de Urara, bueno a unos cuatro metros de ella.
Sirvieron la cena, y comenzamos a comer.
Comían en el más absoluto silencio.
Lo único que se escuchaba era una orquesta que tocaba música muy suave.
- Ehhh, es muy lindo su castillo alteza (dije mirándolo y sonriendo)
- Gracias (dijo este)
- Si, también muy grande (respondí sin dejar de sonreír. Uuuuu, frío polar.)
- Usted a que se dedica (pregunto la reina)
- Trabajo en una empresa que desarrollan software de computadora, soy ingeniero en sistemas.
- ¿Y que es eso exactamente? (pregunto el rey fríamente, definitivamente no le agrado)
- Bueno, es difícil de explicar (comencé, la reina no dejaba de observarme)
- Mi trabajo es crear programas para computadoras, las computadoras son maquinas electrónicas que nosotros utilizamos para trabajar y entretenernos.
- ¿Qué tipo de maquinas? (pregunto esta muy interesada)
- Bien, (por que no le dije que era bombero, seria mas fácil de explicar)
- Una computadora es…
- Tiene un… gabinete, es como una cajita en la cual están guardados los distintos componentes; como la mather, el disco rígido… (me estoy yendo a la mierda)
- Es difícil de explicar (ellos ni siquiera tienen electricidad)
- ¿Cómo puede trabajar en algo que no sabe explicar que es? (pregunto el Rey)
- Es difícil (respondí, ya me estaba sacando de quicio.)
- Lo que sucede es que utilizamos tecnología completamente distinta a la de ustedes.
- ¡Si! (dijo sin darle importancia)
Este viejo de mierda me estaba pudriendo.
- Si me permite, debo decirle que tiene usted una hermosa mujer (dije cambiando de tema)
- ¿Cómo se atreve? (dijo el Rey golpeando con sus manos sobre la mesa)
- ¿Qué? (pregunte asustado, para que mierda abrí la boca)
- Disculpe, no fue mi intención ofenderlo (dije rápidamente)
- Es que en mi mundo se acostumbra a elogiar a las mujeres,
Entre Urara y la Reina lograron calmarlo, pero la cena se termino de inmediato y el Rey se fue deprisa, murmurando algo que no entendí.
Al rato regreso Urara y se sentó a mi lado con la cabeza fija en la mesa.
- Lo siento, (se disculpo) no se por que actúa de esa manera.
- ¿Por qué? (pregunte molesto)
- Porque me odia, simple y sencillo.
- Mejor me retiro a mi cuarto (dije levantándome, intente besarla pero ella se aparto.)
- No, los guardias podría decírselo a mi padre (dijo en voz baja)
Estuve dando vueltas por los pasillos del castillo, molesto por lo que sucedió, y tratando de orientarme.
Finalmente encontré mi habitación.
Pedí que llenaran con agua caliente una especie de bañera que había allí.
Cuando la bañera estuvo llena coloque un biombo delante de ella y me desvestí.
Me metí en ella y permanecí sumergido un largo tiempo.
Logre relajarme, y comencé a pensar en Urara su hermoso culo y luego mi mente comenzó a divagar en las tetas de la Reina.
En un momento se me paro y yo seguía pensando en las veces que tuve sexo con Urara, principalmente la última ves, en el barco antes de llegar a la isla.
Salí y comencé a secarme, desnudo camine hacia la cama secándome el cabello.
De repente me detengo en seco, allí estaba sentada sobre el borde de mi cama la Reina.
Lo primero que ice fue taparme con la toalla, de mucho no sirvió, la erección que tenia era tremenda, la toalla quedo sobre mi miembro erecto formando un enorme bulto.
- No quise interrumpirte (dijo mirando fijamente mi pija parada detrás de la toalla)
- No (dije tragando saliva)
- No se preocupe (estaba aterrado, si alguien nos viera en esa incomoda situación)
- Sabes, Mi hija y yo estuvimos hablando.
- Ella no es mi hija realmente, sabias. (pregunto)
- Si, (respondí) ella me contó todo sobre eso)
- Si, y a mi también me contó algunas cosas (dijo mirándome a los ojos)
- Ella y yo llevamos una relación más de amigas que de madre e hija.
Si, definitivamente estoy muerto, si el Rey se entera me corta la cabeza.
- Ella me dijo que perdió su virginidad con vos, me contó todo.
- Cada una de las veces que tuvieron sexo, y como la haces gozar de placer.
- Este… Yo… (no sabia que hacer, pensé que me daba un infarto)
- Reina… Yo no… (no logre terminar la frase)
- Quiero que me hagas lo mismo a mí (dijo, dejándome atónito)
- ¿Qué? (pregunte como si no hubiese entendido nada de lo que dijo)
- Si, lo que acabo de decirte.
- El Rey es muy bueno conmigo, pero no me satisface.
- Y con lo que me contó Urara, pienso que vos si podrías lograrlo.
- Bueno… yo no se si debiéramos (dije pensando en el Rey, no porque me faltaran ganas, pero se complicaría muchísimo)
- También podría ir a hablar con el Rey sobre lo que le hiciste a su hija.
- NO (la corte con desesperación)
- Pero si se entera Urara… (dije, poniéndome a pensar, no se por que, pero me asusta mas la idea que ella se entere, a que lo haga su padre)
- Si vos no decís nada, yo tampoco (respondió acercándose)
Se acerco hasta mi y comenzó a besarme, la tome de los brazos dejando caer la toalla, mi pija seguía erecta y estaba deseosa de buscar una nueva madriguera donde ocultarse.
Le quite la ropa muy rápido y la arroje sobre la cama.
Ella cayó pesadamente boca arriba y con los bracos hacia atrás.
- Despacio, (dijo asustada) se amable con tu Reina.
- ¿Mi Reina? (pregunte con una sonrisa malvada)
- Vos no sos MI REINA (dije acercándome a ella, ya no pensaba, solamente actuaba)
- Vos sos mi cosa, mi puta, mi propiedad, VOS SOS MIA (seguía hablando y viendo el rostro de terror que tenia)
- NO (Intento gritar, pero le tape la boca con una almohada)
Agarre un pedazo de tela que había allí y le tape la boca, luego le ate las manos a una de las columnas de la cama.
Ella respiras agitada, con miedo.
Se movía con desesperación, intento librarse pero no pudo, quedo bien amarrada y amordazada, solamente se oían sus quejidos ahogados.
Intento patearme pero yo lo evite sosteniendo sus piernas, tome una almohada y se la coloque debajo de su cadera.
Tome sus piernas y las doble, atándole los pies a los costados de su cadera.
Quedo con sus piernas bien abiertas, la tome de la cintura y la acomode.
Me acosté sobre ella sin penetrarla, solamente rozaba su concha con mi pija.
Le chupaba las tetas con fuerza, luego se las amasaba y la besaba sobre la mordaza.
Le decía en el oido, ahora vas a saber lo que es un hombre puta.
Vos querías gozar, te voy a ser gozar, te voy a ser sufrir, te voy a partir en dos.
Mientras veía su rostro lleno de miedo, había comenzado a llorar.
Baje mi mano y comencé a tocar su concha, la sentí húmeda, parecía que después de todo se había excitado la Reinita.
Le metí dos dedos y comencé a masturbarla mientras amasaba una de sus tetas y chupaba la otra.
Seguí así, mientras oía sus gemidos, seguía llorando con los ojos serrados, sus lagrimas caían por su cien hasta la cama.
Aumentaba la velocidad de los movimientos de mis dedos y ella arqueaba la columna.
Al rato se hoyo un gemido muy largo el cual ahogaba la mordaza y estallo en un orgasmo.
Sus líquidos se derramaron sobre la cama.
Me coloque frente de ella, alce y separe lo mas que pude sus rodillas y la penetre con fuerza, fue una embestida violenta, le entro todo a la primera.
Ella seguía arqueando su espala y pretendiendo gritar, ya no lloraba, sus ojos húmedos estaba fijos en mi.
Comencé a embestir con violencia, una y otra ves, mientras veía sus hermosas tetas de color negro balanceándose de aquí para allá, en un movimiento hipnótico.
Luego me detuve, se la saque, levante sus rodillas mas y se la metí con fuerza en el culo.
Ella no estaba preparada para recibirla, y grito con muestras de gran dolor.
En dos envestida poderosas la tenia completamente adentro, mientras seguía bombeando mis huevos golpeaban con fuerza contra su culo.
Tome sus tetas y comencé a amasarlas nuevamente, seguí alternando besos, mamadas, amasadas.
Volví a sacársela y se la metí nuevamente por la concha, mire su rostro y tenia sus ojos serrado y gozaba de una forma increíble, trataba de liberar sus manos mientras se retorcía de placer.
Al ver como luchaba por liberarse le solté las manos.
Ella me apretó con fuerza las nalgas, empujándola hacia abajo.
Mientras gemía, ella amasaba mi culo, lo empujaba con fuerza y yo aceleraba el ritmo de mis embestidas.
Acabe por completo dentro de ella con un gemido, ella acabo con una especie de alarido.
Me quede acostado sobre ella con mi pija dentro de su concha mientras descansaba, hasta que ya la tenía flácida y acurrucada.
Me di vuelta sobre la cama, colocándome boca arriba, mientras ella se desataba la mordaza y luego se quitaba las ataduras de las piernas.
- Nun- Nunca me habían echo-o algo así (hablaba con dificultad)
- Debo decirte que… al principio tuve miedo pero fue increíble (seguía ya respirando mas normal)
- Nunca sentí tanta potencia, tanta fuerza.
- Ahora (dije mirándola a los ojos)
- Ahora vos me pertenece, desde ahora sos mía.
- Si (dijo obediente)
- Soy tuya, tu cierva.
- Tuya para siempre.
Luego de un rato se vistió y salio de mi habitación, me tape con las sabanas mi cuerpo desnudo y me dormí.
Por la maña, al despertar veo a Urara parada en la entrada de la habitación.
- Pasa (le dije)
- No te quedes allá.
- Es que no seria correcto (dijo, de repente se volvió tímida otra ves)
- Por que (le pregunte, parece que tiene miedo que su padre se entere de lo nuestro)
- Dale, no pasa nada acercarte.
Ella se acerco despacio, mirando cada tanto hacia la puerta.
Cuando estaba al lado de mi cama me quite las sabanas y quede completamente desnudo frente de ella.
No aparto la vista, simplemente se quedo mirando mi pene dormido fijamente.
- Hace mucho (le dije acariciándomelo)
- Si (respondió)
- Pero ahora estamos en el castillo de mi padre y si el se entera…
- No te preocupes (le dije sentándome en el borde de la cama con las piernas abiertas mientras seguía acariciándome el pene que ya había empezado a reaccionar.)
- No (dijo ella apartando la vista)
- No hay tiempo, nos esperan para desayunar.
Cuando empezó a marcharse la tome de la mano y la jale hacia mí, la bese y coloque su mano sobre mi pija.
- Te dije que no podemos (dijo elevando la voz)
- Cállate (le dije, esto de ser el macho dominante me empezaba a gustar)
- ¿Qué dijiste? (pregunto con sorpresa)
- Que te calles la boca.
Al decir eso la empuje hacia abajo haciendo que cayera de rodillas.
- Chapala (le ordene)
- Te dije que no tenemos tiempo (respondió)
- Te digo que me la chupes, hace unos días que me tenes olvidado, soy un hombre y tengo necesidades.
Yo ya tenía la pija bien dura, le tome la cabeza y le acerque la pija a la boca, le roce los labios con la punta y se la deje allí, muy cerca de su boca.
- Que estemos en el castillo de tu padre no significa que no cojeras conmigo (dije serio)
- Si es así, prefiero irme, yo quiero estar con vos, pero si aquí no podemos entonces me iré.
No dijo nada, simplemente agarro mi pija y la empezó a chupar, se la metio en la boca y comenzó con su mamada.
- Tenes razón (dijo sacándose la pija de la boca)
- No puedo estar sin vos, te deseo.
Se coloco la pija nuevamente en la boca y continúo chupando.
No teníamos mucho tiempo, ya que nos ataban esperando para desayunar.
Acelero el ritmo de sus mamadas, me estaba dando una pajeada espectacular.
Ya sin resistir le llene la boca de leche, caliente y pegajosa.
La saboreo, con los ojos serrados y se la trago, siguió chupando asta que ya no quedo más nada.
Al acabar se levanto, me beso y dijo que nos esperaban en el comedor.
Al darse la vuelta se sobresalto, parada en la entrada estaba la Reina.
- Madre (dijo sorprendida)
- Que haces aquí (pregunto)
- Como demoraban decidí venir a buscarlos (dijo sonriendo)
- Por favor (le dijo) no le digas a mi padre.
- No te preocupes (le dije)
- Ella no dirá nada, cierto (dije mirándola)
- Si, (respondió agachando la cabeza)
- No diré nada.
Continua en Mavery el naufrago (cp. 9 a 10)