~~Era
un sábado por la mañana, pero no era un sábado
cualquiera, estaba especialmente contento y bastante nervioso, hoy
tendría una cita casi a ciegas con una chica. El
día ante anterior había estado hablando por el chat
con una chica llamada Cintia. Teníamos tantas cosas en común
que estuvimos hablando durante horas, nos debimos despedir como 18
veces, pero lo cierto es que ninguno de los dos queríamos dejar
de hablar con el otro. Finalmente nos despedimos, pero antes decidimos
que no podíamos dejar pasar más tiempo sin vernos en
vivo. Yo la había invitado a cenar el sábado noche en
un restaurante italiano muy romántico que conozco en el centro
de Madrid. Creo que me había enamorado como solo se puede uno
enamorar cuando es joven. Yo
no soy un chico feo (tengo 25 años, 185 de altura, 75kg de
peso, ojos y pelo claro), pero tampoco soy un ligón ni nada
que se le parezca, de modo que trate de ponerme lo más atractivo
que pude. Me duche y me afeite hasta quedar suave como la piel de
un niño. Como era un sitio elegante, decidí ponerme
mi mejor traje, un traje negro estilo moderno (pero ojo no macarra)
con una camisa negra y una corbata plateada. Me limpie los zapatos
hasta ver reflejada mi cara en ellos. En fin. hice todo lo que pude.
Baje y compre un enorme ramo de rosas rojas, me costo una fortuna
pero un día es un día y ella se lo merecía todo.
Tome mi coche recién comprado (un bmw que me había concedido
mi empresa por ser buen chico. ) y me dirigí a su casa a buscarla.
Por
el camino y a pesar de la ilusión que tenía, me surgieron
todo tipo de dudas: ¿Será verdad todo lo que me ha contado?
¿Será cierto que vive en esta dirección o solo
habrá querido reírse de mi? ¿igual es feísima
o tiene algo raro que no me ha dicho?, o peor ¿igual es un
tío?. Al pensar que podía ser un tío me dieron
tales ganas de volver a casa y dejar de hacer el payaso que me pare
en mitad de la autopista, las bocinas de los coches me despertaron
bruscamente de mis pensamientos y me puse en marcha de nuevo, para
haberme matado. Y es que estaba realmente obsesionado. Finalmente
decidí que aunque podía ser todo un enorme engaño
merecía la pena correr el riesgo. Lo peor que podía
pasar es que perdiese el honor, pero si era cierto vería mis
ilusiones colmadas y eso valía mas que todo mi orgullo. Definitivamente
me había enamorado como nunca antes me había pasado.
Allí
estaba llamando al telefonillo de su portal con mi traje y un enorme
ramo de rosas. Las vecinas de barrio no me perdían ojo, y no
es que hubiera 2 o 3, no eran lo menos 20, 10 apostadas en los pisos
de la casa de enfrente y otras 10 en la casa de mi presunta cita.
No entiendo como habían conseguido apostarse en las ventanas
con esa sincronización. Por fin bajo mi chica, casi me desmayo,
sabia como era pq me lo había dicho pero increíble lo
guapa que era. Cintia se había puesto para nuestra cita una
minifalda de infarto como unas medias transparentes de red oscura,
una blusa blanca de cuello redondo con mucho escote. Estaba preciosa,
ella es alta para ser chica 1,75 y las piernas parecía que
no se le acababan nunca, además esta muy bien proporcionada,
sus senos como naranjas grandes contrastaban con su estrecha cintura
y muy apetecibles caderas. No se si eran las medidas perfectas pero
debía estar muy cerca, no entendía la suerte que había
tenido, no me lo podía creer, que pedazo de mujer estaba apunto
de tener una cita conmigo. Nos
dimos dos besos de hermanos y le entregue el ramo de flores. Mientras
las vecinas no nos quitaba ojo. Las flores parecieron funcionar porque
enseguida sonrió y me dio dos besos (de hermano. ). Montamos
en el coche y nos dirigimos al restaurante. Para romper el hielo le
pregunte a que se dedicaba, y me dijo que era abogada. Yo mientras
no podía dejar de mirarla, casi nos la pegamos un par de veces,
pero ella en lugar de enfadarse sonrió las dos veces, es un
encanto de mujer. Sus piernas se movían sensualmente en el
asiento haciendo que yo me pusiera de los nervios. Por fin llegamos
al restaurante y le dejamos las llaves del coche al portero, el tío
cerdo la miraba como un pervertido, me estaba poniendo muy celoso,
pero era normal Cintia estaba cañón y era imposible
dejar de mirarla. Ella se dio cuenta y me susurro al oído:
no te preocupes, esta noche tu eres mi cita y solo tendré
ojos para ti . Claro cuando una tía cañón
te dice algo como eso ¿qué haces? Pues lo que hice yo,
callar y intentar controlar los nervios y la excitación que
tenía. Entramos
en el restaurante y todo era perfecto, las luces estaban bajas, las
mesas y las ventanas estaban llenas de velas y la mesa estaba en un
sitio perfecto donde nadie nos molestaría. Pedimos un vino
rosado y unas gambas de aperitivo, con tanto vino nos brillaban a
ambos los ojos y estábamos muy animados. Yo deseaba tocar su
mano, sentir su contacto, pero no deseaba enfadarla u ofenderla de
modo que acerque la mano a la suya y la deje cerca pero sin llegar
a tocarla, esperando su reacción. Que haría, ¿me
rechazaría? ¿o simplemente no lo entendería?
Al
ver que no apartaba la mano, entendí que lo deseaba tanto como
yo, de modo que la tome la mano. Una emoción intensa se propago
por mi cuerpo hasta hacerme hervir el pecho y la cabeza. Ella también
parecía compartir mi emoción. Estaba preciosa, las luces
de las velas se reflejaban en sus ojos verdes que brillaban como estrellas
en mitad de la oscuridad, su pelo rubio, largo y liso le caía
por detrás de sus orejitas y pecho (que yo en ese momento imagine
firme y suave) adornado por un pequeño colgante plateado me
excitaba hasta limites no conocidos por mi anteriormente. Nuestras
manos seguían enredándose con nuestros juguetones y
cariñosos deditos, deseaba besarla con todo mi alma, de modo
que me acerque hasta casi tocar sus labios, pero sin llegar a rozarlos,
esperando su reacción. Fue solo un segundo de espera hasta
ver su reacción, pero para mi me pareció una eternidad.
Automáticamente ella junto sus labios con los míos,
al principio la bese suavemente pero después lo hice más
intensamente, estábamos dando el espectáculo en el restaurante,
pero que más da. Cenamos
muy bien, y decidimos dar un paseo por las calles de Madrid, la noche
era perfecta, luna llena y no hacia frió. No tardamos en pararnos
y besarnos apasionadamente, cosa que repetimos como 10 veces en 100
metros, estábamos tan calientes, la deseaba tanto. Por fin
me decidí y la invite a subir a casa, tenía un champán
francés excelente y esta era la ocasión perfecta.
y Acepto. Una
vez en mi piso, llenamos las copas y brindamos por nosotros, pero
no habíamos aún terminado de bebernos la copa cuando
yo ya estaba besándola en los labios, en el cuello, y mientras
mis manos se perdían en su pelo. Estaba realmente excitado,
apenas podía disimular mi erección. Yo no sabía
hasta donde querría llegar ella y no queria ofenderla, de modo
que baje mis manos lentamente por su espalda hasta llegar a su cintura
donde pare. pero ella esta tan caliente como yo y empezó
a desabrocharme la camisa. Mi erección hacia estallar mi pantalón,
ella se dio cuenta y paso su mano por encima de mi bragueta, acariciándome
primero y apretando después. Pensé que iba a eyacular
allí mismo, pero no, me concentre y me dedique a quitarle a
ella la camisa y el sujetador. En
unos segundos las copas, mi camisa, su blusa y su sujetador quedaron
tirados en el suelo. Y allí estaba ella como una diosa griega
con los senos firmes y desnudos, con su pelo liso y rubio cayendo
por la espalda, deseándome como una loba con sus profundos
ojos verdes. La tome en brazos y la lleve a la cama, mientras la besaba
los senos. La
tumbe en la cama y la empecé a besar, primero la boca, después
el cuello, luego las tetas donde me pare un rato a lamerle los pezones,
baje al ombligo y se lo lamí con pasión. La subí
la minifalda un poco para poder quitarle las medias y el tanga, tarde
en la operación porque sus piernas son largas, aproveche para
lamerle los pies y después bajar lamiéndole las piernas,
por fuera y luego por dentro hasta llegar a su sexo. Ya solo tenia
la minifalda, la abri más las piernas para poder lamer y chupar
su sexo y con mayor cariño su clítoris, ella disfrutaba
y gritaba de placer. Decía: Quiero que me folles ahora
mismo por favor . Se
levanto de la cama y me quito los pantalones, después el calzón,
me dejo desnudo, únicamente armado con mi espectacular erección.
Se tomo unos momentos para contemplar mi sexo, antes de empezar a
pajearla. Al tiempo empezó a lamerme los huevos, después
lamío mi polla antes de tragársela en la boca. Me tumbo
en la cama y me estuvo chupando la polla una eternidad, sus labios
prietos subían y bajaban mientras sus manos acariciaban mis
huevos, una maravilla. En
un momento me dijo: tienes que aguantar más campeón,
porque quiero que me folles hasta el amanecer , subió
encima de mi cabalgando , agarro la polla y sin meterla la restregó
por la entrada de su sexo, sus labios se abrían y la polla
entraba lo justo para rozar los labios interiores y el clítoris,
se estaba haciendo una paja con mi polla. Estaba tan húmeda
que su olor lo inundaba todo, yo mientras la acariciaba los pezones
y la estrujaba las tetas. Por fin decidió que era tiempo de
metersela y grito FOLLAME CABRON , entro de un solo empujón
y empezó a cabalgar sobre mi. Estaba fuera de si, ella aún
tenia puesta la minifalda, eso si la tenia totalmente concentrada
en su cintura como un cinturón ancho. La
levante y la puse encima de una mesa, la abrí las piernas y
mientras ella me besaba, yo la meti la polla. Empecé a envestirla
rápidamente, mientras sus tetas me golpeaban el pecho, ella
me agarraba la espalda y me gritaba: FOLLAME, FOLLAME; VAMOS,
VAMO, SIGUE, MAS, MAS, POR FAVOR La
di la vuelta y la puse a cuatro patas encima de la cama, la lami el
culo y el sexo varias veces, mientras ella me decía Ummmm,
Que vas a hacer, No se te ocurrirá . Le pase la polla
varias veces por la entrada de su sexo, rozándole el clítoris
y abriendo sus labios con dulzura, después lami su ano y coloque
mi polla en su entrada, y le dije Quieres? , ella dijo
Noooooooooo pero era tarde mi polla empujada firmemente
por mi ya estaba entrando, y ella , ella gritaba SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
POR FAVOR, METELA MAS, MAS, MAS. . Mi polla insaciable entraba
mas y mas, hasta que mis huevos golpearon su sexo, entonces empecé
despacio a meter y sacar, que gozada, que gritos pegaba Cintia METEMELA
POR EL CULO MAS, MAS CABRON , MAS NO PARES NO PARES POR DIOS. .
Llego un momento donde estaba apunto de eyacular y le pregunte: donde
quieres que lo haga, ¿dentro o fuera? y ella dijo: sácala
cielo, aún tengo que chupartela, y quiero que me eches tu semen
en mis tetas de modo que se sento encima de la cama y empezó
a chuparme la polla que acababa de estar en su culo. El placer erar
enorme y me eyaculación termino en su boca, en su pelo y en
sus tetas, automáticamente caí en la cama muerto de
cansancio, mientras ella acariciaba llena de semen mi polla.
A la mañana siguiente desperté desnudo junto a ella
que también lo estaba. Mi polla se puso firme inmediatamente
y el resto ya os lo podéis imaginar.