~~Mi historia comienza un día cualquiera, en la que Adrián, mataba el tiempo delante del ordenador. Recientemente había descubierto una página nueva, donde podía bajarse videos eróticos y poner anuncios de contactos. Desde muy joven, siempre había tenido la fantasía de ser desvirgado por una mujer madura que le iniciase y enseñase todo lo relativo al sexo; al igual que la mayoría de los hombres, a sus 28 años, seguía sin cumplir su fantasía. Tras acabar de masturbarse y manchar otra toalla, últimamente iba a toalla por visita a la página, decidió poner más anuncios a cuarentonas con fotos. Así pasó una tarde más.
Adrián tenía todo el sexo que quería con su pareja actual, una chica de grandes atributos a la par que su apetito sexual, sin embargo el morbo y la tentación de buscar lo prohibido y novedoso, le atormentaba día si y día no.
Cierto día en un pub, tomando algo con su compañera y tras recorrer con la vista todo cuerpo femenino, se fijó en una mujer de pelo rubio y pechos turgentes que tomaba algo en una mesa. Su corta minifalda y su amplio escote, hacían muy difícil el apartar la vista de su golosa figura. Varias veces le cazo su compañera girando la cabeza, pero adrián no podía dejar de mirar; tenia el miembro duro como un tronco y el calzoncillo empapado y de buena gana hubiese saltado sobre la madura mujer y la hubiese poseído. Coincidió que mientras su pareja estaba en el servicio, la mujer rubia se levanto y pasando al lado de la mesa, dejó caer un papel en el regazo de Adrián, para salir a continuación. Éste lo guardo apresuradamente, ya que en ese momento volvía su pareja.
Al llegar a casa, estaba como un flan por leer lo que ponía la nota. Su novia le preguntó varias veces que le sucedía mientras se le incitaba, tocándole el paquete. La excitación del pub, la bebida más todo lo que había pasado hizo el resto. Adrián le levanto la camiseta y le comenzó a comer los pezones y morderlos suavemente, hasta ponerlos a duros, luego fue bajando poco a poco, mientras ella se desnudaba, recodiendo con su lengua las partes que iban quedando desnudas. Al llegar al clítoris, empezó a chupar y saborear su sexo hasta notar que se mojaba, entonces le introdujo los dedos índice y corazón a la par pasaba su lengua una y otra vez por sus labios menores para acabar cogiendo con sus dientes, el clítoris y apretarlo muy levemente. Tras muchos gemidos y contorsiones, ella se corrió. Ahora le tocaba a él, tras introducirse su polla empezó a follársela con los labios apretados y los dientes abrazando el glande. Adrián de dejó hace, más en su cabeza era la rubia del pub la que se la estaba mamando y no su compañera. No tardo en correrse en las tetas de ella. Tras los típicos besos y abrazos se durmieron. Se levantó en mitad de la noche, sudoroso y excitado, había soñado con la mujer misteriosa y ardía en deseos de leer la nota. Se levanto y en silencio se fue hasta el salón a leerla. La nota decía: TE HE RECONOCIDO ADONIS69, TODAVÍA ESPERO ESO QUE ME IBAS A HACER POR TODO EL CUERPO .
Adrián se quedó helado, aquel nombre era su nick en los contactos y por lo que ponía la nota, aquella mujer era uno de ellos. Como loco, encendió el ordenador en busca de fotos de las mujeres a las que había mandado mensajes, pero tenía tantos que no la encontró. Tras escuchar a su novia preguntando donde andaba, se acostó.
Pasó la semana y el viernes se la ingenió para volver al pub donde le habían reconocido, aprovechando que su mujer no quiso salir. Al entrar en el pub no vio a la mujer sentada en ninguna parte, hasta que la descubrió en la barra, mirándole fijamente. Adrián se dirigió hacia ella, nervioso y excitado a la vez, y le dijo:
¡Hola!, me llamo Adrián y creo que me conoces.
Sshhhhh, nada de nombres. Ven conmigo.
Ella se levantó y salió del pub en dirección a su coche. Él la siguió como un perro faldero sin voluntad propia.
Ya en el coche, ella le comentó que le había reconocido por los contactos que le había mandado, ya que llevaba la misma camisa hortera que en la foto del perfil. Le dijo que estaba separada y que quería ese montón de besos y orgasmos que le había prometido en su mensaje. Adrián no sabía ni que hacer ni que decir, más ella se encargó de todo.
Paró el coche en una zona despoblada y reclinando el asiento hacia atrás, se levanto la falda, dejando a la vista su hermoso sexo, totalmente depilado mientras le decía ¡Cómemelo!. Sin pensárselo ni un momento, Adrián se sumergió en esa golosa vulva y empezó a chupar y dar lametazos. Ella no hacía mas que gemir, mientras clavaba sus largas uñas en la cabeza de Adrián, hundiéndola en su sexo. No supo el tiempo que estuvo comiéndole el coño, lo que si sabía era que ella se había corrido un par de veces gracias a su lengua y dedos.
Tras echar los dos asientos hacia atrás y desnudos completamente, la mujer le ató a los agarramanos y le ordenó ponerse entre los dos asiento, de forma que la palanca de cambios le quedase entre las piernas, al lado de su tiesa verga. Sin mas dilación, empezó a moverse y a bajar lentamente hasta rozar con su húmedo coño la polla del sorprendido y muy caliente Adrián, el cual, tras rozarle unas cuantas veces no pudo evitar correrse, para vergüenza suya. Ella no pareció sorprenderse y poniendo su encharcado coño en la boca de Adrián, comenzó a limpiarle la polla de los restos de semen de la corrida, para acabar chupándosela. Todo esto provoco que el miembro de Adrián volviese a crecer y endurecerse, pero no por mucho tiempo, ya que entre las succiones y los pequeños mordiscos de ella, se volvió a correr sin remedio. Ahora no vas a poder joderme, con eso tan blandengue, le gritó ella. Tendré que buscarme algo duro y sin pensárselo dos veces se puso en cuclillas y comenzó a introducirse la palanca de cambios muy lentamente, ante los atónitos ojos de Adrián. Este no se lo creía, la mujer se sus fantasías se estaba follando así misma con el cambio de marchas mientras se magreaba y auto mordía los pezones. Así estuvo hasta que estallo en un intenso orgasmo; rápidamente se saco del coño la palanca y se lo puso en la boca. Este lo chupo y se tragó todo el flujo que pudo, mas de repente la muy guarra empezó a orinarse en la boca y rostro de Adrián, el pobre intento no tragar, pero acabo bebiéndoselo todo. Lo más extraño es que esto le excito mucho. Al terminar le desató y le dijo que no había cumplido lo prometido y que para joderse ella misma no le necesitaba para nada. Acto seguido se vistió y arrancó el coche sin esperar a que el atónito y humillado Adrián se pusiera la ropa, llevándole de nuevo al pub. Al bajarse del coche, Adrián le escucho decir: Si quieres volver a intentar satisfacerme, tendrás que convencerme a tú mujer para que participe, y se marcho.