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Categoría: Masturbación

Masturbación con la Sra. de mi Padre

Tenia 17 años, mis padres divorciados, vivía unos meses con cada uno de ellos. Mi padre, hombre de buena posición económica, convivía en una hermosa casa con su nueva pareja, una Sra. de unos 40 años.

Disfrutaba mucho el vivir con mi padre, es muy ostentoso y los meses que vivía con el lo hacia como un rey. Pero mucho más disfrutaba lo que les paso a contar: Muchas noches mi padre, hombre de negocios, salía a cenar con su Sra.; me gustaba mucho quedarme solo, eran momentos que aprovechaba para masturbarme como se me antojara.

Lo primero que hacia era revisar la ropa interior de esta Sra. llamémosla Silvia, me encantaba tocarla, mirarla, ponérmela, me dirigía al baño a buscar alguna ropa interior colgada y finalmente me dirigía al cesto de ropa sucia, donde revisaba y revisaba, hasta encontrar el premio mayor, una tanguita sucia, con olor, manchada…ah..si!..como gozaba, no podía dejar de olerla y tocarme al mismo tiempo, me excitación era tal que llegaba a pasarle la lengua también, finalmente acababa y me tranquilizaba.

En una ocasión mi padre viajo por negocios con unos socios así que me quede solo en casa con Silvia, ella tenia una vida social, muy activa también, asi que nos veíamos poco. Una noche salio a cenar con sus amigas y aproveche para el rito casi diario de mi masturbación, no conforme con tener su ropa intima sucia en mis manos, decidí buscar en los cajones de mi padre alguna foto algo sexy de ella, fantaseaba con encontrar fotos desnuda de ella, pero lejos de eso, solo encontré fotos familiares, revisando me quede observando una donde ella estaba en malla tomando sol…me gusto, me excito, decidí tenerla…me dirigí a mi habitación, termine de sacarme la poca ropa que tenia..me acosté…puse su tanguita en mi cara..con una mano observaba su foto y con la otra me pajeaba lentamente, disfrutaba cada segundo de esa paja, finalmente acabe, y me limpie con el papel higiénico que siempre tenia preparado bajo mi cama.

 

Era una rutina luego de acabar, dirigirme al baño, vestirme y a veces mirar un poco de TV. Pero esa noche, seria por la hora, ya tarde, o por lo extenuado de la paja, me quede dormido. Abrí los ojos, era sábado por la mañana, no tenia compromisos de estudio, mire la hora, 10:15 AM, miro hacia mi puerta y estaba cerrada me observo y me quede pálido, estaba desnudo con la prenda intima de Silvia hacia un costado de la almohada y su foto a un costado de mi brazo. No puede ser posible pensé, me quede dormido, la puerta estaba abierta, ya que siempre estoy solo cuando realizo mis pajas, me dio muchísima vergüenza, era seguro que Silvia había llegado a la noche tarde y me cerro la puerta para que no me despierte con ruidos.

Me levante, abrí mi puerta despacito y me dirigí rápidamente al baño, Salí de el y lo único que pedía era que Silvia hubiese salido a hacer compras o lo que sea para no verla, pero no, estaba en la cocina haciendo tareas domesticas.

-- Buen día! Me dijo, casi sin mirarme

-- Buen día. Le conteste con un hilito de voz que parecía de jardín de Infantes. Me hizo el desayuno y casi no cruzamos palabras.

No podía dejar de pensar en eso, y a veces ese estado de vergüenza pasaba al de excitación desmedida al imaginarme la situación, ella observando mi cuerpo desnudo con sus prendas intimas en mi cama, su foto, todos signos mas que evidentes de que me masturbaba pensando en ella…Que habrá sentido?, Se habrá excitado?, pensara que soy un pervertido?...en fin, miles de interrogantes volaban por mi cabeza.

El sábado prosiguió normalmente, por la tarde llegaron amigas de Silvia a tomar el te y hablar de miles de cosas al mismo tiempo yo salí un rato a visitar amigos. Ya anocheciendo, regrese y Silvia en la cocina me pregunto si quería cenar, le conteste que si, tenia mucho apetito. Cenamos, me contó algunas cosas, nada importante y se fue a la habitación.

– Hasta mañana, que descanses. Me dijo.

-- Hasta mañana Silvia. Le conteste. Cerró la puerta de su habitación y escuche que encendía la TV. Yo hice lo mismo en el comedor y luego de aburrirme con una película me dirigí a mi habitación, cuando estaba entrando en la misma, me detengo, me quedo inmóvil, escucho gemidos de su habitación, me acerco silenciosamente hacia la puerta y escucho gemidos y palabras en idioma ingles.

Estaba viendo una película pornográfica. Mis hormonas estallaban, mi erección era descomunal, pegue mi oreja en su puerta con intención de escuchar algún sonido de su boca, mis pensamientos volaban imaginándomela desnuda, tocándose… no pude evitar llevar mi mano a mi pene y masturbarme, cuando acabe me mordí los labios para no emitir sonido y mi otra mano trataba de que el semen no manchara ni la puerta ni el piso…me dirigí al baño a limpiarme. Cuando Salí de el ya no se escuchaba nada…que raro pensé. Se habrá dormido?. Me fui a mi habitación y casi después de una hora de pensar y pensar me dormí.

11:00 AM. Abro mis ojos. Me cambio, me lavo, y me dirijo a la cocina donde como casi siempre ya estaba Silvia haciendo tareas de la casa.

Paso la mañana, sin trascendencia y almorzamos, hablamos como siempre de cosas cotidianas. Luego de Almorzar y ella limpiar la cocina me dice:

– Me voy a bañar.

– Bueno. Le conteste. Me quede pensando por que me lo dijo. Pasaron 15 minutos aproximadamente, yo estaba en el comedor mirando TV, y ella se me acerca con solo la toalla puesta.

– No sabes donde esta la crema del cuerpo?. Me pregunto.

– Nmno…no se. Le conteste tímidamente sin poder dejar de mirarla, intimidado por su cuerpo solo cubierto por una toalla.

– Ayúdame a buscarla por que la necesito y no la encuentro. Me dijo.

Nos dirigimos hacia su habitación, ella caminaba delante de mí, estaba fascinado por sus piernas, la toalla que a penas tapaba el comienzo de su cola…sus hombros al descubierto.

Comencé a revisar la parte alta del placard, mientras ella lo hacia en los cajones.

– No puede ser que no este esa crema...la necesito.

– Por algún lado debe estar, además estas bien vos con crema o sin crema. No podía cree lo que le había dicho, seguí revisando el placard, no quería ni mirar al costado.

– Acá esta!!!. Casi grite girando hacia ella. Ella estaba en el borde de la cama mirándome seriamente.

– Acá esta Silvia!...... pasa algo?.

-- Si pasa, quiero saber que te pasa a vos conmigo. Me dijo ella. Me quede inmóvil, mudo con la crema en la mano, si saber que decir o que hacer. Me senté junto a ella.

-- No se de que hablas Silvia. Solo atine a decir esas palabras.

-- Se que te masturbas con mi ropa interior, con mis fotos, quiero saber que te pasa, si es solo la edad o es conmigo personal. Me decía mirándome a los ojos.

-- no es así Silvia…

-- Te vi!..no quieras engañarte vos mismo…además si esto sigue así voy a tener que hablar con tu padre.. Me puse pálido. Baje mi cabeza y confesé.

-- lo hago por que me gusta..no se.. Le decía sin mirarla a los ojos.

-- Te excita?. Pregunto ella.

-- si. Le conteste. Su mano acaricio mi rostro. Pareció una caricia maternal...

-- Te gustaría verme desnuda?. Me dijo con la voz muy firme. Levante mi cabeza, la mire a los ojos, mi cara seguro debería ser de caricatura por que volvió a preguntarme.

-- Queres verme desnuda?

-- si. Conteste con una voz de tweety el canarito. Se levanto de la cama, se paro frente a mí y dejo caer la toalla. No podía creer lo que estaba viendo. Sus tetas, que tantas veces intentaba ver por entre su camisa, eran hermosas para mi, su vientre, su vagina apenas cubierta por unos pocos pelitos. Ella giro mostrándome su cola también.

-- Te gusta lo que ves?. Me dijo.

-- No te imaginas cuanto. Le conteste

-- Bueno… tocate...quiero ver como lo haces. No termino de pronunciar la última palabra que ya me estaba sacando los pantalones y el slip.

Mi pija estaba que explotaba, ella clavo su vista en mi erección descomunal. Comencé a tocarme, a subir y bajar mi mano, no me alcanzaban mis ojos para observar ese cuerpo desnudo a un metro de distancia. Ella solo me observaba, yo rogaba que se tocara o me tocara pero nada de eso paso...solo miraba como me pajeaba. No aguante más y acabe de una forma muy intensa.

-- Ahhh.mm…ahhhhhhhhh. No pude evitar gemir. Mi semen salio fuertemente manchando su panza y ombligo y enchastrándome toda mi mano también. Por supuesto que seguía con una erección terrible, creo que en ese momento nada en el mundo podía bajar mi pija de ese estado. La mire y ella me sonrió, se acerco a mi cara, me dio un beso en la mejilla.

-- Dulce… anda a limpiarte. Me dijo y se dirigió a su baño. Yo me dirigí al mío sin darme cuenta todavía por lo que había pasado.

Cenamos como si nada hubiera pasado al menos de su lado, yo rezaba a todos los dioses posibles que me digiera algo de lo que había ocurrido o me pidiera otra vez algo así. Pero nunca más paso. Yo seguí pajeandome con su ropa interior unos años mas y todo termino ahí.

Hubiera sido mas entretenida esta historia con agregados. Pero decidí solo contar lo que realmente paso. Fue la paja más increíble de mi vida.

Datos del Relato
  • Categoría: Masturbación
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