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Masaje de pies

Un simple ofrecimiento como un masaje de pies es lo que sale de los labios Daisuke ya que veía a Ken últimamente con unos callos tremendos en ambos talones, Ken le dijo que no estaba tan mal, sólo había un poco de dolor pero podía soportarlo, en realidad estaba bien pero Daisuke podía verlo en sus ojos. Así que le dijo que se sentara para ponerse cómodo, quería ayudar, así que le sacó una zapatilla con cuidado y la dejó caer al suelo, Ken se sentó y Daisuke coloca suavemente su pie en el regazo. Él se mueve para quitarse los calcetines, y sus manos descansan en la espinilla de su chico y rápidamente se miran a los ojos. Se comunican de esta manera. Apenas necesitan palabras.



Lentamente, Daisuke mueve sus manos hacia adelante y hacia atrás. Sus dedos amasan suavemente los apretados músculos de la pierna de Ken, sus grandes ojos marrones parpadean hacia él. Daisuke está un poco tenso pero hace esto hasta que escucha que su propia respiración se relaja y Ken se apoya en sus codos contra el brazo del sofá, se quita los calcetines y los deja caer al suelo. Su piel blanca como la nieve es un poco púrpura alrededor de su tobillo. Daisuke masajea a su alrededor, tratando de no acercarse demasiado a la fuente del dolor, no sabe lo que está haciendo, pero no puede parar. Cuando él frota la bola de su pie, Ken deja escapar un profundo suspiro y cierra los ojos. Daisuke quiere que se sienta bien, pero esto también lo hace sentir algo. Se mete entre cada pequeño dedo del pie, sus manos Se encrespan cuando él empuja sus pulgares debajo de ellos y de repente se imagina cómo se sentirían enroscados en su polla, ante ese pensamiento furtivo, toma una respiración profunda. Intenta mantener la calma. Intenta apartar la mirada de esos dedos rosados que se doblan alrededor de sus pulgares.



Tal vez debería parar, debería parar. Comenzó esto con las mejores intenciones, pero esto se estaba convirtiendo rápidamente en algo... más de lo que creía. Sus manos dejan de moverse. Es difícil no mirarle a los ojos pero lo intenta. Toma algunas respiraciones lentas y profundas. Intenta ignorar qué tan cerca está su pie de donde él lo quiere, Ken super relajado mueve el pie de un lado a otro como si tratara de llamar su atención. Finalmente, Daisuke levanta la vista para mirarle a los ojos y Ken le está parpadeando, le está diciendo que quiere más y le sonríe, Daisuke no le ha visto sonreír desde que... A la mierda, Ken está sonriendo y quiere más, sonriendo en respuesta, se inclina para agarrar su otro pie, Ken lo levanta para él y él tira la zapatilla y los calcetines al suelo, Ken por su parte mueve su pie hacia él y Daisuke tiene un impulso, quiere besar esos dedos, chuparlos en su boca, lamer alrededor de cada uno hasta que Ken suelte maravillosos gemidos de amor. Pero no lo hace.



Es diferente esta vez. Este pie no está lesionado, por lo que no tiene que ser tan suave. Él comienza a trabajar en el arco y Ken se ríe un poco. Continúa su masaje alrededor del talón y el tobillo. Esta vez, Ken deja escapar un grito ahogado y tiene un efecto inmediato en Daisuke. Arriba y abajo, y cavando profundamente con sus pulgares, Ken gime de placer. Sus ojos se encuentran y Daisuke puede ver el color en sus mejillas, sus labios se han separado, se interpone entre esos pequeños dedos rosados y se lame los labios, ahora su respiración se hace más difícil, amasando en el arco Ken patea un poco, riendo de nuevo, Daisuke le sostiene con un agarre firme que le impide alejarse, no puede evitar la sonrisa que se forma en el rostro travieso de Ken mientras suavemente arrastra sus dedos hacia abajo y la mira retorcerse.



—Daisuke... —se ríe.



—Mmm —Sujeta con más fuerza, simplemente rozando la piel en la parte inferior de su pie con la punta de un dedo.



— No  —Más risas y se retuerce aún mas.



— ¿Qué no? ¿Esto?  —Lo hace de nuevo y Ken patea más fuerte, tratando de alejarse, pero Daisuke no quiere dejarlo.



— Hace cosquillas  —Contesta sonriente y jadeando a la misma vez



 —Oh —dice mirando a sus labios



Ese momento de complicidad y juego erótico tiene efecto en Daisuke, el silencio le ha hecho tener una erección muy visible.



Los dedos de los pies solo le rozan el estómago mientras lentamente abandona la lucha. Una pulgada, a menos de una pulgada de distancia y Ken lo sentiría, pero él quiere que Ken lo sienta, le pone mucho la "inocencia" de Ken, la "pureza" del juego que está haciendo, sin apenas seducirle.



Frota sobre la parte superior de su pie y le vuelve a coger el tobillo. Ken se relaja en sus manos una vez más, pero ahora le está echando un vistazo. Como si estuviera esperando que Daisuke hiciera algo. Él puede presionar fácilmente su pie contra él. El podria. Pero no lo hace. Una parte de él cree que está esperando que lo haga, Daisuke mientras tanto sigue masajeando hasta que su respiración se vuelve a igualar, alternando entre ambos pies. Él puede oír cada respiración. Cada gemido, incluído Su propio latido.



Intenta deslizar su mano por su pantorrilla, pero sus jeans ajustados no lo permiten, gruñe y vuelve a mirar a Ken a los ojos. Sus ojos están bien abiertos y toma varias respiraciones profundas. Mirando su boca, ve como Ken se lame los labios, es el momento de avanzar un poco más, el momento lo pide, pero nunca llegó esa petición, nunca con palabras, no era necesario, porque de pronto, Ken se incorpora y ahora está de espaldas, con la cabeza apoyada en su jersey anaranjado, La tensión que se respira es tan poderosa que Daisuke Intenta tragarse el nudo en la garganta mientras sus dedos van al botón de los pantalones vaqueros. Él puede ver algo que le excita salvajemente, y es que para en esta ocasión, Ken está usando unas bragas rosas de mujer, rosa, como sus dedos de los pies, las manos de ambos se tocan brevemente cuando Daisuke se hace cargo y las quita del resto del camino. Es muy lento y gentil



Sus ojos se mueven hacia arriba y sobre la larga extensión de piel pálida debajo de él. El rosa entre sus piernas. ¿Esto estaba sucediendo realmente?



Las piernas de Ken son largas y delgadas y él comienza a deslizar sus manos de forma gentil y suave, Ken se siente cómodo con ese tacto y Se da vuelta para que puedan tener ambos un mejor campo de visión, Daisuke levanta suavemente y sostiene su pie malo con una mano y masajea su pantorrilla con la otra. Oye un gemido silencioso escapar de los labios mientras lo pone con cuidado en su muslo. Sus ojos caen sobre la tela rosa mientras levanta su otra pierna.



Las piernas de Ken se abren mientras él trabaja sus músculos con sus manos fuertes. Intenta no seguir mirando, pero no puede detenerse. Sus ojos están cerrados ahora. Su boca esta abierta Pone ambas piernas sobre sus muslos mientras desliza sus manos más arriba de cada rodilla. Subiendo su propio cuerpo hacia adelante. Ni siquiera es consciente de que lo está haciendo, solo quiere hacerle sentir bien, asi que Ken sigue sonriendo, Daisuke usa ambas manos en un muslo, luego en el otro, esas piernas son tan largas que Daisuke tiene que moverse más cerca demasiado cerca.



Ken que tenía los ojos cerrados sintiendo el momento, los abre y parpadea hacia él y este para. Tal vez porque piensa que Ken le va a decir que se detenga o que no lo quiere de esta manera, está conteniendo la respiración. Sus manos se han congelado en el exterior de sus muslos. Ken lo mira a los ojos, pero Daisuke no puede entender lo que ve allí.



— Daisuke  —ella susurra



Traga otro nudo en su garganta.



—¿Sí?



Ken le hace un gesto para que se acerque. Así que lo hace, pero él hace un gesto de nuevo. Curvando su dedo hacia adelante y hacia atrás lentamente hacia su rostro, Daisuke se inclina hacia abajo, por lo que su cara está a pocos centímetros de la de él, con sus ojos observando cada pulgada hermosa.



— No pares  —le susurra al oído. Sus manos toman sus muñecas y comienzan a mover sus manos sobre sus muslos. Más cerca. Tan cerca ahora.



Un sonido se escapa de los labios que nunca antes ha escuchado. A medio camino entre un gemido y un jadeo. Cierra los ojos casi avergonzado. Se aclara la garganta. Las puntas de sus dedos rozan el borde de sus bonitas bragas rosas. Desde la parte superior de sus muslos y alrededor para que él solo pueda sentir la redondez de su culo en pleno apogeo.



Ken se ríe de nuevo. Daisuke abre los ojos aún flotando sobre él y este le sonríe y Daisuke no puede detener la sonrisa que le devuelve.



—¿Qué?



—Haces cosquillas.



—¿Oh si?



Ken asiente mirando a su sonrisa. Su corazón está latiendo tan fuerte que él está seguro de que su chico lo escucha.



—¿Te gusta?  —Su voz es apenas un gruñido.



Ken asiente de nuevo. Sonriente.



—¿Se siente bien? —Sus manos agarran la parte inferior de sus muslos y no puede evitar acercarse un poco más.



La sonrisa de Ken se desvanece, respondiendo con un escueto pero sincero "Sí".



Daisuke mira por su cuerpo. Sus piernas están abiertas y él está entre ellas. Todo lo que tiene que hacer es empujarle un poco detrás de las rodillas y Ken estará presionado contra él. Ese pequeño parche rosa contra su dura polla. Pero no lo hace.



Ahora los grandes ojos azules de Ken lo miran fijamente.



Se apoya con una mano en el brazo del sofá y levanta la otra hacia su hermosa cara, traza una línea por su mejilla con un dedo que se arrastra sobre su labio inferior, el pecho de Ken está subiendo y cayendo más fuerte, Daisuke puede sentir su aliento en su cara. Se lame los labios. quiere besarle y se lo hace saber, le pregunta mirándole a los ojos y Ken responde cerrando su boca, al principio sus labios apenas se tocan. Él arrastra su boca suavemente sobre la de Ken antes de presionar sus labios de forma Amable, Luego un poco más áspero, no degustación, solo sentimiento, suavidad y calidez.



Ken inclina su cabeza y Daisuke intenta ser amable con él, este chico amable, educado, inteligente y popular con las chicas tiene envuelto ahora mismo sus brazos alrededor de Daisuke y este siente la lengua de Ken lamiendo sus labios y gime. Sus lenguas se encuentran y él no puede dejar de lamer contra la de él, sabe dulce como la gelatina



Se lamen las lenguas y los labios. Besos mojados y Daisuke siente que sus manos se deslizan por los brazos, una en su cuello y otra alrededor de sus bíceps.



Ken lo está acercando más y gimen ambos al contacto chupando sus labios inferiors entre sus dientes, pero Daisuke echando la cabeza hacia atrás, le suelta y le mira a los ojos.



—¿Qué estábamos haciendo?  —jadea sin aliento



Y Ken sin querer se ríe de nuevo.



— Pensé que me estabas dando un masaje  —Susurró



Tira su cabeza para otro beso y mueve la mano de Daisuke de regreso a su muslo y luego lo coloca en su culo, ante eso Daisuke aprieta la suave nalga redonda, luego frota su rasposa mano callosa sobre el algodón rosa y luego mete un dedo debajo del elástico rosa y lo mueve hacia adelante y hacia atrás.



Ken jadea en su boca y Daisuke sonrie.



—¿Te gusta ese cosquilleo?



Ken no responde, pero levanta la pierna y la envuelve alrededor de su cadera. Para que pueda llegar más lejos.



Pero todo avanza un poco más, cada vez más cerca. Más cerca del calor. Se sienta sobre sus rodillas para poder ver su mano moverse sobre su culo. Sobre esas bonitas bragas rosas, Daisuke frota un poco más fuerte y le oye gemir. Él tiene el repentino deseo de abofetearle el culo, pero no lo hace. Él quiere ser amable. Intenta ajustarse porque se siente bastante confinado, cuando le oye jadear su nombre, lo mira a los ojos, pero Ken ahora está mirando el bulto en sus pantalones, Ken puede hasta sentir el pulso palpitando a través del pantalon de Daisuke cuando le ve morder su labio inferior.



—EH... —Daisuke Está casi avergonzado por la forma en que lo está mirando.



—Haz eso de nuevo  —La voz de Ken es tan suave y dulce y él no debe haberle escuchado correctamente.



—¿Hacer qué? —Daisuke puede sentir su propia cara tornándose roja.



—Lo que acabas de hacer... con tu mano.



Le mira ligeramente confundido.



—¿Qué hice?



Ken parpadea rápidamente y se muerde el labio



—Dime y lo haré  —sonrie



Haría cualquier cosa que Ken quisiera.



Pero a última hora, Ken cambia su petición



—Quiero ver como te la tocas  —Se lame el labio y baja sus ojos de nuevo a su muy notable duro.



Solo escuchar las palabras hizo temblar sus bolas. Se palmeó el pantalón.



—¿Te gusta esto?



Ken asiente.



De repente, su mente se vuelve clara y enfocada. Daisuke sabe que esto ahora es lo que toca



—¿Quieres que me toque? —Su voz es como papel de lija.



Ken asiente de nuevo. No hay risas. No sonrisas, sólo esos grandes ojos azules.



—¿Quieres verme bajar?  —Casi nunca ha estado así encendido antes.



Sus ojos azules se fijan entre sí. Ken asiente.



—Sí



Daisuke se aleja de Ken en el sofá, donde estaba antes y ahora de rodillas y con la mano sobre el bulto en sus pantalones. Él lo mira y lo ve frotándose los muslos.



—Pon tus pies aquí arriba.



Ken tiene que doblar las rodillas porque sus piernas son muy largas, pero pone sus pies juntos en el cojín frente a él, se sienta un poco para que su vista no sea obstruida.



—Bonitos dedos rosados  —dice trazando un dedo sobre ellos, Ken los mueve un poco bajo su toque y como respuesta se quitó su camisa de botones, Todo lo que él tenía esas diminutas bragas rosas.



Las mejillas de Daisuke estaban enrojecidas y respiraba con dificultad, todo lo que podía ver eran esos bonitos dedos rosados presionados contra sus pantalones.



—Daisuke  —Hablo sensualmente



El dueño del nombre mira aquel rostro esperando ser regañado o reído, pero todo lo contrario, Ken estaba sonriendo, Jugando con su cabello negro azabache



—hmm?



—Te excitan mis dedos de los pies?



—Los tuyos Sí —De alguna manera, su voz era más profunda de lo que había escuchado antes.



De repente, Ken levanta el pie de su pantalón y lo pega cerca de su cara, Daisuke se estaba volviendo loco, dios... esas piernas son tan largas, Ken agita los dedos de los pies y se ríe, por primera vez de forma exagerada.



—¿Te gusta mi toque alrededor de tu cara?



Mirando a esos pequeños dedos moviéndose en su cara, él asiente con entusiasmo.



Levanta su otro pie, así que ahora él tiene diez dedos pequeños bailando frente a él.



—Abre tu camisa —Susurra ahora



Prácticamente arranca los botones para deshacerlo, y antes de que pueda obtener el último, Ken está presionando sus pies contra su pecho. El mira fijamente su boca traviesa abierta, observa la lengua a lo largo de su labio inferior, y ahora él acaricia esas piernas, sigue desde la punta de sus dedos hasta la extensión de sus piernas blancas y lechosas, mirando profundamente en sus ojos.



—Eres tan hermoso —Lo dice en serio. Nunca ha visto a nadie más hermoso que Ken.



Bajó sus manos lentamente hacia su estómago. Sus dedos de los pies se curvaron contra su pecho y él aspiró un suspiro. Él siguió acariciando sus piernas mientras Ken comenzaba a deslizar su pie bueno hacia arriba y hacia abajo, arrastró su dedo gordo hacia abajo por su estómago y empujó su ombligo.



—Me gusta el poco pelo de tu pecho... Me hace cosquillas  —Mas risas



Luego bajó, recorriendo las puntas de sus dedos de los pies a lo largo del bulto en sus pantalones. Instintivamente, se inclinó hacia delante en su toque. Cuando lo hizo, hizo que sus rodillas se doblaran un poco abriendo sus piernas un poco. Avanzando una o dos pulgadas más, se abrieron más y pudo ver claramente la gran mancha húmeda en esas pequeñas bragas rosas.



—¿Me vas a dejar tocarlo? ya sabes lo excitado que estoy  —susurró.



Daisuke sostuvo el pie de Ken contra su polla y cuando se movió bajo su pie, Ken jadeó. Miró hacia abajo y pudo ver que tenía un lugar húmedo de su propio espectáculo.



—¿Quieres tocar mi polla... eh? ¿Con estos lindos y pequeños dedos? —gruñó



—Sí  —tocó su pecho izquierdo y apretó.



Soltó su pie, se agachó y se desabrochó el cinturón mientras Ken presionó su pie contra su pecho y se frotó mientras observaba las manos de Daisuke bajar a sus pantalones. Sus bolas ya estaban apretadas y listas para soplar, estaba tan encendido. Necesitaba calmarse y tomarse su tiempo con esto. Se agachó y tiró de su pantalón respirando profundamente.



—No quiero correrme aún  —gruñó mirando sus pies.



Ken a su vez se estaba pellizcando su pezón mientras lo observaba. Luego deslizó ambos pies por su pecho y acurrucó sus dedos alrededor de sus pezones, apretando.



Daisuke al verlo no pudo contener el gemido que escapó de sus labios.



— Me gusta verte tocarte a ti mismo



Y de pronto, ahora Ken estaba amasando sus dos pechos ahora, las Piernas abiertas un poco más anchas.



—Yo también, tocate por favor  —Apenas podía pronunciar algunas palabras debido a la excitación.



Se mordió el labio mientras él envolvía una mano alrededor de su tobillo y la otra alrededor de su polla. Lentamente, su mano derecha se deslizó por su estómago y él vio cómo sus dedos desaparecían bajo sus bragas empapadas.



—Me gusta que seamos sexualmente muy activos, sin caer en la rutina.



—Oh mierda



Gimió y volvió a agarrar sus bolas. La cabeza de su polla goteaba por su eje y estaba tratando de no correrse, entre todo eso, podía ver el contorno de los dedos de los pies de Ken mientras jugaba consigo mismo para entretenerse. Los dedos de sus pies seguían sujetándole los pezones, aún más fuerte ahora. Tomó su pie bueno y lo llevó de vuelta a su polla. y luego vió como Ken lentamente movía su dedo gordo del pie hacia arriba y abajo de su polla, lo frotó sobre la cabeza, dejando un rastro en la cabeza. Levantó el pie lentamente mientras un rastro de él goteaba de su dedo del pie.



—Mierda cabrón, si, joder  —gimió mientras le observaba hacerlo una y otra vez.



Le oyó gemir y miró su rostro.



—Daisuke —gimió su nombre y Daisuke Vio que sus dedos se movían más rápido ahora y deslizó ligeramente su dedo sobre los dedos de los pies.



—Si maricón, toca mi polla  —y Ken lo hace.



Los desliza arriba y abajo de su eje, empujando un poco hacia abajo. Él le ayuda. Le muestra cómo quiere que lo haga



—Envuelve esos bonitos dedos alrededor de mi polla.



Sus ojos se mueven de un lado a otro entre sus dedos. Él quiere que se junten pero está a punto de correrse



Pero gracias a eso, Ken está gimiendo mucho más ahora.



—Daaai... está jadeando.



—Matame cabrón puff...



Le baja el pie y se pone de rodillas, chupa varios dedos de los pies en su boca.



—Daisuke... —Gime y a la vez se ríe.



—mmmm  —También gime mientras lame y chupa sus bonitos dedos de los pies.



Ken gime al unisono y tira de sus propios pezones mientras lo observa tratar de devorar su pie, Daisuke se acerca más entre sus piernas, mirando fijamente su mano moviéndose furiosamente sobre su propia polla,el ambiente es tan pornografico que comienza a masturbarse tambien y cuando Ken lo ve hacerlo, tiembla y grita.



Para Daisuke, ver y escuchar su orgasmo es una experiencia religiosa, para cuando Ken abre los ojos y le sonríe, Daisuke tiene su polla en en mano, listo para soplar, este envuelve sus piernas sobre la espalda de él, viéndolo masturbarse con anticipación.



—Puedo correrme en tu cuerpo blanquecino?  —el ruega



Ken recuesta estirando los brazos sobre la cabeza. Sonriendo más grande de lo que nunca ha visto.



—Sí  —Se rie



Gruñó cuando miró sus perfectos y afeminados pezones masculinos y luego disparó arroyos de esperma caliente por todas partes. Casi se desmaya, las orejas saltan. Tiene que estirarse y agarrar el brazo del sofá para sostenerse. Él parpadea hacia su cara sonriente. Ken se está riendo de nuevo. Su polla sigue latiendo y exprime hasta el último goteo de semen. Cuando le ve recoger algo con su dedo y lamerlo, se estremece y deja escapar un gemido.



—Joder.



Después de un momento él se acerca a Ken quien casi se ha limpiado a sí mismo lamiéndose los dedos.



—Cabrón... ¿que estás haciendo conmigo?



Ken de forma natural Se seca el pecho y se seca los dedos, y luego Daisuke se arrastra hacia su chico, así que está medio tumbado sobre él.



—Sabes siempre igual de dulce  —susurró, y le besó el pecho



—Apuesto a que eres más dulce  —Daisuke sonrió arrastrando un dedo por su frente.



Ken parpadeó con sus grandes ojos azules hacia él.



—¿Quieres descubrirlo una vez más?  —preguntó sonriéndole.



Esta vez la risa llegó a la expresión de Daisuke



—SÍ.


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