Habíamos combinado una cita, era todo tan difícil para mi, era la primera vez de una cita a ciegas , la primera vez que me encontraría con el .
Habíamos intercambiado varias noches de contacto por mail, Javi había sido durante meses el amigo perfecto, solícito, camarada de escucha atenta, habíamos establecido una relación casi perfecta, nos contábamos todo, compartimos las mas íntimas de las confesiones,.
Ambos esperábamos el encuentro , ambos sentíamos la necesidad de estar juntos mediante un máquina y poder compartir nuestras soledades pesar de que ambos , sabíamos que teníamos pareja.
Cierta cuestión comenzó a fluir en esos encuentros y lo que había comenzado con inocencia {se convirtió en necesidad de vernos, morbosidad por saber cada uno los encuentros del otro con sus parejas y empezamos a confesarnos nuestros secretos de cama.
La relación con Javier era cada vez más íntima y comprometida, ya ambos necesitábamos y casi con obsesiva frecuencia nos sentábamos a contarnos cosas que rondaban la mayoría de las veces lo erótico,
Para ese tiempo, ambos teníamos nuestros amantes, el me preguntaba que hacíamos y yo con inocencia y con cierta cuota de morbo, lo hacía participar de mis relaciones , contándole en detalles, como el me pedía mi relación con mi amante, por su parte el hacia lo mismo, respecto a sus encuentros sexuales.
Nos reíamos mucho en ese tiempo, pero siempre el insistía que le cuente y yo lo hacia, Tenia para ese tiempo un excelente amante y en la cama disfrutaba mucho, así que cuando le contaba mis encuentros me esmeraba en ser lo mas específica y el me daba que lo disfrutaba, a mi en cambio me daba mucho celos que me contase sus encuentros con mujeres.
Empecé a darme cuenta y preguntarme porque celaba a Javi, que era mi amigo y por lo cual tenia todo el derecho de cogerse a quien quisiera.
Pero no era si, me molestaba , celaba cuando me contaba cuanto disfrutaba con su amante y como habían acababado chupándose mutuamente .
Cuando me contaba que a su amante la había hecho acabar varias veces en su boca chupándola despacito, haciéndola volver loquita de deseo y luego cogiéndola con la lengua, me describía como le metía la lengua adentro y se la sacaba para lamer el clítoris, cosa que la enloquecía a tiempo que apretaba los pezones de su compañera y se los retorcía con un poco de sadismo, y cuando ella comenzaba a quejarse el la obligaba a callar poniéndole su pija en la boca y cogiéndola por la allí, mientras seguía metiéndole los dedos profundamente en la vagina.
Yo también le contaba de mis experiencias con mi amante, de cómo me encantaba hacer el amor durante horas sin parar, besándonos durante horas llegando a tener orgasmos encadenados, que no teñíamos prejuicios el uno con el otro y que en la cama funcionábamos a maravillas.
El insistía que le cuente y yo le contaba como le chupaba el pene, me pedía detalles y yo le contaba que la forma que mas me gustaba era cuando le tomaba con mis manos su bolas y lamía despacio desde su ano donde le metía la lengua , pasando por las bolas que metía despacito una adentro toda de mi boca y luego despacio la otro, luego acariciaba frotando con las manos esa zona mientras chupaba despacito el largo de toda la pija hasta hacerlo enloquecer, entonces le metía un dedo en el ano, despacito, muy despacio, mientras seguía besando su pija dura, pero sin llegar a la punta , al glande que me encantaba ponerlo al rojo vivo del deseo, hasta que mi amante me rogaba que le bese la cabeza de su pija, yo me negaba como parte del juego, despacito le daba apenas chuponcitos y gozábamos ambos cuando el se arqueaba buscando penetrar mi boca que yo sacaba a tiempo.
Me encantaba tocarle la punta y con mi saliva hidratarlo mientras continuaba el juego de caricias en el pene y el dedo e su ano .Le contaba lo loco que le ponía con este juego, hasta que me suplicaba que se la chupe, entonces accedía y despacito con mi lengua abría su orificio y metía mi punta y agitaba rítmicamente hasta que sus líquidos preseminales comenzaban a fluir. Me gritaba mas, por favor mas metétela toda me decía y yo sacaba mi boca de esa pija y recorría con mi lengua su cuerpo, hasta llegar a su boca que me pedía mas , mas .así hasta que no aguantaba mas y me sentaba en la punta de la cama mientras el permanecía de pie y me agarraba con fuerza desde la cabeza tirándome del pelo y metiendo mi boca en su pija, cogiendo, haciendo entrar y salir mi boca con fuerza, con el ritmo de sus manos tirándome del pelo, Cuando iba a explotar ,me sacaba con fuerza su pija de mi boca y me obligaba a abrir las piernas , mientras me decía puta , sos una reputa y sin mas me metía los dedos fuerte en la concha y me hacia doler con el ritmo, acomodaba mi cuerpo a la altura de su pija y apretaba mis pezones con fuerza hasta hacerme gritar, cuando lo hacia me obligaba a callarme apretando mas , y me decía que solo podía gemir, como lo hacían las putas, pero que ni se me ocurriese gritar, siempre me metía la pija de golpe en la concha y me producía una sensación de placer y dolor al mismo tiempo, me cogía con mucha fuerza y retorcía los pezones con desesperación y repetía siempre puta, mas que puta, luego salía dentro de mi y me daba vueltas y obligaba a arrodillarme y me metía en el ano la pija, sin importarle mis gritos de dolor, al contrario seguía y decia aguanta puta , eso es bueno para vos, luego me agarraba del pelo y volvía a introducir su pija en mi boca mientras me gritaba : Apretala cogétela bien, y yo debía obedecer cerrando mis labios para que sintiera la presión , si cedía un poco por el cansancio, me pegaba con su pija en la cara y me metía los dedos en la concha no uno, sino varios, como “castigo”.le encantaba que me siente en la cama y me toque los pezones y la vagina y le suplique que me coga, mientras el se tocaba despacio y me besaba en la boca dejando sacar su saliva de la boca y tirándomela encima, yo suplicaba y el me decía:” te voy a coger pero te acabo en la boca y no dejes una gota sin tragar” .Yo, sabía que debía hacerlo porque si no lo hacía me iba a castigar y seguramente iba a ser terrible , capaz de meterme dos consoladores mientras me mantenía atada a la cama y cada rato apretando mis pezones y metiendo los consoladores bien adentro por mis orificios. Ya lo había hacho en varias oportunidades cuando por error para no ahogarme con su semen , sin querer dejaba caer un poco fuera de mi boca, se ponía como loco y el castigo venía seguro, podía tenerme por horas cogiéndome en estado de exitación, o lo que fue capaz de hacerme un día que tiré en la sábana todo su leche, porque al momento de que el acababa, me vino arcadas por la fuerza que salió el contenido, no hubo manera suplique, le explique lamí la leche de las sábanas pero el mas se enfurecía -Mandó a llamar a dos camareros del hotel donde estábamos hospedados y les dio una suculenta propina para que me chuparan y manosearan, pero sin dejarme acabar, ese fue el peor tormento que me diera, durante horas me lamían, tocaban y metían pijas y consoladores y no me dejaba acabar, el solo metía su pija en la boca y me hacía tragar los líquidos de su leche, y cuando alguno de los meseros acababa, debía hacerlo fuera de mi cuerpo, pero estaba tan enojado, según el decía que hizo que chupara la leche de ellos también no desde sus pijas sino desde sus propias manos que era donde los había hecho acabar, me hizo lamer sus dedos con la leche de sus compinches y luego los hizo marchar y continuó cogiéndome por largas horas hasta que por fin dejo que yo acabase, ese día durmió a mi lado mientras me acariciaba la espalda y me decia suavemente que había ido el castigo ejemplificador para que no me olvide nunca de tragar siempre su leche, que de ese modo ibamos a tener la garantía de amor eterno, y otra cosa que le gustaba hacer a mi amante, una vez que acabábamos y estábamos dispuestos a dormir, era lubricar su dedo índice y metérrmelo en el culo, mientras me dormía y se dormía, si me exitaba, me daba mas, me cogia pero con furia, porque decía que le había mentido en mis orgasmos, y era terrible lo que era capaz de hacerme, a veces me mordía el clítoris en esos momentos hasta hacerlos sangrar por eso cuando me metía el dedo en el ano, por mas que la mayoría de las veces me excitaba, lo disimulaba y aguantaba para que mi amante no se pusiera frenético .
El decía que eran celos, que se atormentaba pensando que no me podía satisfacer y que yo quisiera ir con otro amante.
NO había manera de convencerlo de lo contrario.
A veces me traía mujeres u hombres para que me cogan, pero yo no podía chupar otra pija que no fuese la de el ni pedir que nadie me penetrase sin el pedido de el, cuando el quería me dejaba penetrar, pero siempre que lo hacía el metía su miembro en mi boca y me obligaba a beber su leche.
Javi, mi amigo, me dijo que todo lo que yo le contaba le resultaba muy erótico, pero que no tenía un amante que me hiciese sentir bien, que no podía el satisfacerse a costa de no permitir mis orgasmos, que eso no estaba bien, a pesar que yo le decía que era muy feliz con mi amante y que durante mucho tiempo habíamos estado así.
Me dijo que el iba a preferir no hablar mas de esos temas porque no le hacía bien y me confesó su amor .Al principio quedé sorprendida, pero luego de algunas charlas con me di cuenta que a mi me pasaba lo mismo y que también estaba enamorándome de mi “amigo”
Cuando por fin nos vimos, supe lo que era el sexo, supe lo que era ser mujer y tuve a partir de entonces mil orgasmos permitidos y otros tantos compartidos.
Nunca mas volvía a mi primer amante, aunque con Javi, a veces jugamos a “el visitante” pero ambos gozamos las veces que queremos.
es un cuento bastante ordinario, no posee nada de literatura instructiva y es vulgar no educativo...