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Pasaron apenas un par de semanas para que Marta se sintiera un poco incómoda e inútil con su nueva vida de ser una mujer que no tenía absolutamente nada que hacer pues su esposo le brindaba todo. Ella se había acostumbrado a trabajar y a recibir su dinero, y a pesar que el viejo (su esposo) le daba gusto en cada capricho que ella tenía, para Marta no era lo mismo así que decidió hablar con su esposo.
El viejo llegó a las 7:25 de la noche y allí en la sala de su casa Marta lo esperaba y tras saludarlo con un beso le dijo:
Hola querido, necesito hablar contigo
¿Qué te pasa, tienes algún problema, necesitas que te compre algo?
Es precisamente de eso que quiero que hablemos. Es que no quiero que me vuelvas a comprar nada
¿Por qué?-dijo el viejo con cierto dejo de irritación-
Tranquilo, lo que pasa es que no me quiero sentir como una inútil así que voy a buscar trabajo.
Pero que estas diciendo, yo te doy todo lo que necesitas. Además en esta ciudad es muy difícil conseguir trabajo.
Ya tomé la decisión querido y mañana mismo empiezo a buscar trabajo.
Tú verás
Así, con el viejo molesto, transcurrió la noche y al siguiente día él le dijo
¿Sigues con tu idea de buscar trabajo?
Si
Es que….. estuve pensando en eso toda la noche y me dí cuenta que tú tienes razón, no te puedo pedir que estés sintiéndote como una inútil y además si tú insistes en ello pues… podrías trabajar conmigo
¿Me estas hablando en serio?
Claro que sí, alístate y nos vamos juntos a la oficina que allí miraré en qué te puedo ocupar
El viejo apenas terminó de hablar cuando Marta de un brinco se levantó e inmediatamente entró al baño para bañarse y arreglarse. Aquel día se colocó un traje de sastre negro que constaba de pantalón y chaqueta, y bajo ésta una blusa roja, además zapatos de tacón negros, una moña de color rojo y su bolso también rojo. El viejo se alistó rápidamente y salió con Marta en su carro rumbo a la oficina.
Tras llegar allí entró con ella a su oficina (la de presidente) y pidió a su secretaria que llamara a Alberto quien era el encargado de manejar el personal. El hombre, de unos 53 años, hizo presencia en la oficina sin tardar y allí el viejo le dijo
Mira Alberto voy a ser directo. Mi esposa quiere trabajar y necesito que le consiga algún puesto para que empiece con sus labores lo antes posible.
Claro que sí, Don ------ , en este mismo instante me pongo en es labor. Apenas encuentre algo le informo
Apenas pasó una hora y Alberto volvió a la oficina del viejo diciendo
Ya encontré lo que me pidió señor
Cuénteme
Como usted debe saber señor Clara, la encargada de los negocios con los proveedores se va a ir del país en un par de semanas, así que si a usted le parece que Doña Marta puede cumplir esa labor…
¿Qué te parece mi amor?
Si, eso me parece excelente –dijo Marta con una sonrisa en su cara-
Entonces no se hable mas –dijo el viejo-. Dígale a Clara que la necesito en mi oficina.
Si señor
Dicho esto Alberto salió de la oficina y tras apenas un par de minutos, Clara entró por aquella puerta. Ella era una mujer de unos 26 años, de 1.60m de altura y una cara muy bella además de un cuerpo muy agraciado pues el vestido que llevaba dejaba ver sus grandes pechos y sus bien torneadas piernas. Ella dijo
Me dijeron que me necesita señor
Si Clara, es que mi esposa quiere ingresar a trabajar a la empresa y Alberto me dijo que como usted se irá del país en unas semanas podría darle ese puesto a Marta, así que aprovechando que usted conoce ese departamento a la perfección, le voy a pedir que le enseñe a mi esposa las responsabilidades que va a tener, además que la deje totalmente capacitada para que tras su ausencia pueda llevar ese papel a cabalidad.
No se preocupe señor, ¿cuando empezamos?
Si ninguna tiene problema, pueden empezar ya.
Tras esto, Clara salió con Marta rumbo a su oficina. Allí le pidió que se sentara y tras una pequeña inducción a lo que serían sus labores Clara le dijo que fueran a conocer las instalaciones de la empresa. Lo primero que hizo fue presentarle a las personas que estarían bajo su mando las cuales eran realmente pocas y en su mayoría mujeres. Luego, la llevó a la bodega y le dijo que cada que llagara un pedido, ella debía estar muy pendiente de lo que llegaba así que la bodega sería un lugar muy importante en su trabajo.
Pasaron unos días, y Marta tomaba atenta nota a todo lo que Clara hacía. Tras esto, Clara delegaba algunas tareas a Marta para comprobar su rendimiento y cuanto había aprendido notando que es una estudiante muy eficiente pues realizaba todas las tareas a la perfección. Clara y Marta se habían convertido en muy buenas amigas dada la cercanía constante a la que estaban expuestas.
A la segunda semana de estar trabajando con Clara, más exactamente un viernes, Clara le dijo a Marta
Oye, ¿qué vas a hacer hoy?
No se, me iré para mi casa con mi esposo, ¿por qué?
Es que he visto que tú no sales mucho, así que si tú quieres sales conmigo que también tengo la agenda disponible
Pues…………
Vamos, anímate, tal vez consigamos un par de hombres que nos acompañen la noche jaja jaja. No mentiras, solo un hombre que me acompañe a mí.
Está bien, voy a decirle a mi marido.
Marta salió hacia la oficina del viejo y le dijo
Mi amor, Clara me invitó para que salga con ella esta noche
Tranquila, ve tú y acompañas a Clarita que está próxima a irse así que sal con ella tranquila.
Gracias mi amor, voy a tratar de no demorarme
Tranquila, te puedes quedar el tiempo que quieras con Clarita
Marta se despidió del viejo y con una gran sonrisa en su rostro regresó donde su nueva amiga para darle la buena noticia. Sin tardar salieron juntas de la oficina y se subieron en el carro de Clara. Clara con evidente alegría condujo su auto hacia un bar en un sector exclusivo de la ciudad donde luego entraron. El lugar era amplio y con luces algo tenues aunque se le notaba la clase al lugar. Marta llevaba puesto un vestido blanco que constaba de una chaqueta de botones y una falda que quedaba exactamente sobre sus rodillas. Usaba blusa negra semitransparente a través de la cual se podía observar su negro sostén, medias veladas negras y zapatos de tacón blancos con una pequeña correa a la altura del tobillo.
Ellas se sentaron en una mesa y comenzaron a hablar mientras pedían un par de bebidas. Aún era temprano y el lugar se encontraba desolado pero poco a poco comenzó a llenarse el lugar. No pasó mucho tiempo hasta que un joven se acercó a su mesa y dijo a Clara:
Mucho gusto bonitas, mi nombre es Andrés
Hola, me llamo Clara- dijo ella con una evidente sonrisa en su rostro-
Me llamo Marta, mucho gusto.
Bueno -continuó diciendo Andrés-, la verdad es que me gustaría invitarlas a mi mesa. Es aquella –dijo mientras señalaba una mesa grande donde se encontraban 3 hombres y una mujer más-, así que ustedes deciden.
¿Tú que piensas? -preguntó Marta a Clara-
Por mí no hay ningún problema.
Está bien Andrés, vamos
Se levantaron de su mesa y se dirigieron a la mesa de Andrés. Allí, Andrés les presentó frente a sus amigos. Daniel, era un joven de unos 21 años y el más joven de todos además de ser el más apuesto. Fabián tendría 26 años y medía aproximadamente 1.90 cms, además de ser muy delgado. Alex tenía aproximadamente 25 años y era bastante guapo. Por último Sara, quien era la novia de Alex era una mujer muy bonita de unos 22 años.
Clara y Marta se sentaron juntas y comenzaron a hablar con sus nuevos compañeros acerca de sus vidas y se reían bastante ante cada historia. Pasó casi una hora y ya había cierta confianza entre ellos, así que Andrés propuso
¿Que tal si vamos a un lugar donde podamos bailar ya que hay tres lindas mujeres con nosotros?
A mi me parece una gran idea - dijo Clara visiblemente conforme con aquella propuesta-
Entonces si nadie tiene inconvenientes vamos
Todos se levantaron de la mesa y salieron mientras seguían charlando amenamente. Entraron ahora a un lugar sobre la misma calle, que tenía un ambiente muy festivo y se acomodaron en una mesa. No tardaron en comenzar a bailar y estaban bastante alegres. Eran casi las 12 de la noche cuando Sara y Alex se despidieron y salieron juntos pues al siguiente día Sara debía presentar un examen en su universidad.
Las copas que habían bebido ya estaban surtiendo su efecto. Clara y Andrés que desde el principio habían demostrado un gusto mutuo, se empezaban a besar y Marta, no pudo resistir su cercanía a aquellos dos jóvenes así que al sonar un reggaeton, invitó a los dos jóvenes a la pista de baile. Ella se situó entre los dos y empezó a moverse de forma provocativa. Daniel no tardó y la tomó de a tras por la cintura para acercarla a su cuerpo. Marta notaba cómo el paquete de su amigo crecía ante la presión que con sus nalgas ella le propiciaba. Al ver esto, Fabián la invitó para que se acercara a él y ella obediente se aproximó y sin demora, también se pegó a él, y aunque el paquete de éste le daba en la parta baja de la espalda, no escatimó energías en hacer que tuviera su miembro totalmente erecto. Así siguieron bailando turnándose Marta para que cada uno apretara su verga contra su cuerpo mientras los dos jóvenes se miraban sorprendidos pero excitados.
La canción terminó y volvieron los tres a la mesa con Marta tomando a cada uno por la mano mientras Andrés y Clara continuaban bailando y no se percataban de lo que sucedía. Marta acercó su boca a la de Daniel y lo comenzó a besar mientras con una de sus manos sobaba el paquete de Fabián quien bebía tranquilamente su cerveza. Luego, Marta tomo un leve respiro y dirigió su boca a la de Fabián quien gustoso le correspondió con un apasionado beso mientras le sobaba la entrepierna e iba subiendo su falda. Daniel puso sus manos sobre la concha de Marta y se la comenzó a sobar sobre la falda generando un par de suspiros que interrumpían el beso que ella le daba a Fabián. Al ver a Clara y Andrés acercarse a la mesa, se hicieron los tontos y Daniel dijo
Ya estoy un poco cansado, mejor me voy a mi casa
Yo voy contigo Daniel -dijo Fabián mientras le tiraba una mirada a Marta quien entendió rápidamente el plan-
En ese caso yo salgo con ustedes para no molestar a la parejita.-dijo Marta-
Se despidieron de Clara y Andrés y Fabián fue por su auto mientras Daniel y Marta no paraban de besarse en la calle a la espera del joven. Fabián llegó en su auto y abrió la puerta delantera a Marta quien se subió mientras Daniel se colocaba en el asiento trasero. Fabián arrancó y colocó una de sus manos sobre la pierna de Marta quien tras sobar un par de segundos el bulto de Fabián, bajó su cremallera y sus bóxer para sacarle la verga semierecta y comenzarla a menear hasta lograrle un buen tamaño, casi 21 cms. Ella se inclinó hacia el joven conductor y posó su boca sobre aquella verga para empezar a mamársela mientras Daniel no perdía detalle de la mamada que le estaban haciendo a su amigo. Fabián apenas se podía concentrar debido al placer que Marta le causaba, y con dificultad parqueó el carro en el estacionamiento de su apartamento. Fabián se subió la cremallera y afanosamente salió junto a Daniel y Marta hacia su apartamento. Se subieron al ascensor y los jóvenes no paraban de tocar las tetas y el culo de su madura acompañante.
Salieron ansiosos del ascensor y abrieron rápidamente la puerta del apartamento. Fabián tomó a Marta por las nalgas y la alzó mientras le besaba para luego tirarla sobre la cama de su cuarto mientras Daniel los seguía. Marta no tardó en quitar al pantalón a Fabián y sacarle la verga de sus bóxer. Ella se arrodilló en el suelo y le empezó a mamar la verga con gran pasión mientras el joven se quitaba la camisa y quedaba totalmente desnudo y Daniel se sentaba en una silla y se tocaba el bulto sobre el pantalón mientras observaba aquel espectáculo. Marta llamó a Daniel a su lado y sin tardar él fue allí, y se desnudó tras la orden de su madura compañera. Marta tenía otra polla de similar tamaño a la de Fabián a su disposición y no tardó en mamársela al tiempo que sacudía a su otro amante. Estuvieron un par de minutos así, hasta que Daniel, tomando a Marta por la cintura, la puso de pie y la empezó a besar mientras le subía la falda y le amasaba el culo.
Soltó a Marta y le quitó la blusa y el sostén para empezar a chuparle las tetas mientras Fabián intentaba mantener dura su verga meneándola. Daniel tiró a Marta sobre la cama y mientras la besaba metió su mano bajo la falda y le acarició la mojada tanga. Sin tardar, le sacó la falda y la tanga, quedando Marta solo en ligueros, medias y tacones. Daniel clavó su cara en la entrepierna de Marta y le empezó a lamer la conchita mientras ahora Fabián acercó su verga a la cara de Marta consiguiendo que ella le empezara a chupar la poronga. Daniel le introdujo dos dedos en la concha y le lamía la vulva generando en ella un gran orgasmo que le inundó los dedos de sus jugos, los cuales él mismo chupó.
Sin esperar más, Daniel puso su poronga sobre la rajita de Marta y tomándole la cintura se la comenzó a enterrar lentamente ante un leve suspiro de ella quien estaba supremamente excitada. La verga del joven entraba sin problema a la lubricada concha de Marta quien se concentraba en mamársela bien a Fabián. Daniel empezaba a aumentar la velocidad de sus movimientos y hacía sentir su rigor a Marta quien gemía de placer con la verga de Fabián sobre su cara. Daniel, dijo
Fabián, prueba la concha de esta puta
Creí que no me ibas a dejar metérsela a esta perra
Tras esto, los dos jóvenes cambiaron de posición y Fabián se acostó invitando a Marta a que se clavase en su miembro. Ella se sentó sobre el joven y fue desapareciendo centímetro a centímetro su pene mientras el otro joven se ponía de pie junto a Marta para brindarle su verga. Marta saltaba sobre aquel miembro con gran pasión mientras el joven le pellizcaba los pezones generándole una gran corrida en el joven quien le llenó el chocho de leche caliente.
Daniel la hizo levantar de aquel lugar y sin asco la puso en cuatro patas para comenzar a penetrarla. Deseoso él la comenzó a bombear a gran velocidad mientras ella gemía de placer. Marta empezó a meter uno de sus dedos en su ano mientras Daniel la seguía bombeando, y quien tras notar ello, empezó a lamer el ano de su madura amante para luego enterrarle lentamente la polla en el culo. Él tenía mucho cuidado en no lastimarla pero a pesar de ello, se escuchaban los gemidos de dolor que ella emitía. La presión que el ano de Marta ejerció sobre su verga fue más de lo que Daniel pudo aguantar tras sacar su polla del ano de Marta, se corrió sobre las nalgas de ella que quedaron inundadas de esperma, el cual bajó hasta su liguero y medias.
Fabián aún tenía su verga flácida, pero la acercó a la cara de Marta quien no tardó en dejársela nuevamente erguida. Al tenerla totalmente dura, ella tomó aquel miembro con su mano y lo puso sobre su dilatado ano dando una clara indicación al joven. De una sola estocada y seguido de un grito de molestia de Marta, Fabián le enterró su miembro. Fabián la levantó y la apoyó sobre su pecho, para luego darle un apasionado beso mientras le sobaba las tetas causando en ella un fuerte orgasmo que hizo que sus jugos recorrieran sus piernas hasta llegar al suelo.
Ya Daniel estaba listo para una nueva incursión, así que con su verga nuevamente erecta se acercó a Marta y le dijo
Qué tal si te la metemos los dos al tiempo
Mmmmmmmmmmmm, no puedo esperar.
Dicho esto, Daniel se tiró en la cama y Marta se colocó sobre él hasta estar bien empalmada y luego le dijo a Fabián "Ahora tú, rómpeme el culo". Fabián se acercó a ellos y se acomodó como pudo hasta penetrarla. Marta tuvo varios orgasmos con aquel par de falos llenando sus agujeros y tras cada uno de ellos no paraba de pedir más verga. Daniel fue el primero en correrse y volvió a tirar su leche entre la concha de Marta. Fabián ahora acostó a Marta sobre la cama mirando hacia el techo y volviendo a engancharla por el culo, colocó sus piernas sobre sus hombros para seguir penetrándola.
Fabián dijo
Me voy a venir
Tírame tu lechita encima papi, vamos vente sobre mí.
Fabián sacó su polla del orto de Marta y sacudiéndolo apenas un par de veces, lanzó tres chorros de leche que quedaron en el abdomen de Marta y alcanzaron a llegar a sus tetas.
Daniel estaba de pie y apenas recuperaba sus energías cuando Marta se acercó de a él y dándole la espalda se insertó el flácido pene en el ano, haciendo que este creciera dentro de ella en poco tiempo. Marta parecía una poseída y movía su cadera de adelante hacia atrás provocando una gran excitación en su amante quien la tiró sobre la cama y tomándola por la cintura la empezó a clavar con furia provocando un par de nuevos orgasmos en ella. Fabián regresó al cuarto con la verga dura y dijo
Daniel llenémosle la cara de semen a esta puta.
¿Tú qué dices Marta?
Quiero su leche, denme su lechita-dijo ella aún agotada por sus recientes orgasmos-
Daniel se levantó y se paró cerca de Fabián, y luego Marta se arrodilló en medio de ellos. Marta les sacudía las vergas con fogosidad y tras apenas un par de minutos, Fabián le tiró un chorro de leche en la cara y el pelo mientras ella le sonreía y abría la boca intentando alcanzar alguna gota del ansiado líquido. Daniel siguió meneándosela unos minutos más dejando que Fabián volviera a estar junto a él con la verga nuevamente erecta. Marta estaba alucinada y se sobaba el chocho mientras ellos se pajeaban frente a ella. Nuevamente Fabián llegó al clímax y le tiró un chorro de semen ya menos potente sobre el mentón y el cuello. Daniel seguía masturbándose y a Marta le parecía bastante divertido sentir un grumo de semen que colgaba de su mentón y que no caía al suelo.
Por fin Daniel alcanzó su orgasmo y agarró a Marta por el pelo con una mano mientras con la otra seguía masturbándose. Él lanzó su primer chorro con gran fuerza y se pasó por la frente de Marta hasta llegar a su pelo. El segundo y el tercero fueron directamente sobre su cara cubriendo uno de sus ojos. Daniel y Fabián apenas veían a Marta con su cara totalmente cubierta de esperma y con el coágulo de esperma de su mentón cayendo sobre sus tetas y sus piernas. Marta tomó un leve respiro y les dijo
¿Dónde me puedo limpiar?
Que pena ricura, pero yo no presto mis cosas y es más, mira con lo que Daniel se tiene que limpiar la poronga - dijo Fabián mientras buscando la blusa de Marta se la tiró a Daniel quien la tomó y limpió su verga para luego pasársela a Fabián quien hizo lo mismo-
¿Pero ustedes qué creen que están haciendo?
Limpiándonos, ten tú y límpiate también –dijo Fabián a la vez que le pasaba la blusa-
Hijos de puta
Eso fue lo último que dijo Marta quien enojada tomó su blusa y viendo que no había remedio, se intentó limpiar el cabello y la cara con ella. Luego se empezó a vestir y fue cuando vio que Fabián tomaba su tanga y le decía "Esta se queda con nosotros". Sin más remedio, Marta se colocó la falda. Luego, el sostén e intentó ponerse la blusa, pero lo único que logró fue untar su cuerpo y sostén de esperma así que la guardó en su bolso cuidándose de no untar nada y se colocó la chaqueta del vestido cerrándola toda, aunque fue inútil pues esta apenas le cubría el sostén. Sin mirar a los chicos, salió rápidamente del cuarto y mientras llegaba a la puerta del apartamento, Daniel le dijo
Pero las mujeres son muy raras, hace apenas una hora no quería que le sacáramos la verga y ahora se va como si no nos conociera. De todas maneras ya sabes donde encontrarnos jajajajaja
Marta salió iracunda de aquel apartamento mientras los jóvenes reían a carcajadas. Ella salió y tomó un taxi y no podía evitar notar cómo el taxista demostraba que sentía el olor a semen que impregnaba el auto. Ella llegó a su casa y abrió su bolso para pagar, debiendo sacar primero su blusa la cual emanó su fuerte olor, haciendo que Marta se apresurara en sacar el dinero y tras pagar, el taxista le dijo "Bonita blusa, que bien le quedan las manchas". El taxista no paró de observarla y ella entró a su casa para acostarse junto a su esposo. Marta tiró su ropa incluida la blusa al suelo junto a la cama y se puso la pijama para luego si acostarse a dormir.
Al otro día, tomó su blusa la cual estaba con manchas de esperma bastante grandes y que había dado a la blusa una textura más dura en esos puntos y la guardó muy escondida en uno de sus cajones. Luego se miró al espejo y vio que aún tenía su cabello pegajoso debido a la corrida de Daniel, además su cara y su pecho también estaban bastante viscosos. Se dio un baño y salió al centro comercial donde no paraba de pensar en aquellos chicos.
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