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Era un martes en la mañana y Marta debía salir a comprar algunos víveres al supermercado pues la alacena estaba quedando vacía. Su hijo salió muy temprano a estudiar, así que ella debería ir sola a hacer las compras.
Ella tomó un baño y se alistó para ir temprano al súper, que quedaba un poco alejado de su casa. Se colocó un vestido ajustado que constaba de una falda blanca que cubría apenas sus rodillas y un saco blanco bajo del cual llevaba una blusa negra. Usaba también medias veladas blancas y tacones blancos con negro. La verdad se veía bastante elegante para ir a un supermercado.
Ella fue caminando hasta el supermercado, y los hombres no podían evitar voltear a mirarla, pues tenía apariencia de ser la típica madura que se cree mejor que el resto de los mortales y que a un hombre le gustaría follársela duro. Estaba casi a 2 cuadras del lugar, cuando un Audi que se veía bastante costoso se acercó a ella. La ventana del conductor bajó y un hombre de unos 60 años, muy elegante dijo a Marta
Buenos días. ¿A dónde va señora, si gusta podría acercarla?
Marta lo pensó un momento y bastante interesada en subir a aquel carro aceptó la ayuda que le ofrecía aquel viejo. Él bajó del carro y caballerosamente abrió la puerta del copiloto invitando a Marta que entrara al vehículo. El hombre llevó a Marta hasta el supermercado y dijo a Marta que si ella quería, él podría esperarla y llevarla nuevamente a su casa, y ella pensando en la cara que pondrían sus vecinas al verla llegar en tan lujoso carro, aceptó enseguida. Ella compró apenas un par de cosas y salió del supermercado donde el anciano la esperaba. Él, abrió nuevamente la puerta a Marta y dejó los paquetes en la parte trasera del vehículo mientras ella se sentaba. Como lo había dicho, la llevó hasta su casa, y allí Marta le ofreció entrar a tomar un café, a lo cual él accedió gustosamente.
Marta era bastante amable y el viejo hablaba con ella y le contaba acerca de su vida
… mi esposa murió hace 3 años y mis hijos son mayores y viven en sus respectivas casas…
Pero un hombre como usted, tan caballeroso y con tanto dinero, debería tener miles de mujeres detrás.
Se equivoca, encontrar una mujer buena como lo es usted (pobre ingenuo), es más difícil de lo que se puede imaginar.
En fin, el hombre terminó el café y pidió el número de teléfono a Marta quien cordialmente se lo pasó. El viejo la llamó en la tarde y la invitó para que salieran al siguiente día. Lo importante es que ellos salieron varias veces (en algunas de las cuales Marta mostró sus habilidades sexuales), y estaban en una relación formal aunque Marta de vez en cuando follaba con algún hombre que le interesaba (entre ellos Iván). La cuestión es que apenas pasaron dos meses desde que se conocieron y el viejo le propuso matrimonio a Marta. Ella lo pensó un momento, pero sabía que aquel anciano tenía bastante dinero y hasta lo empezaba a querer, así que aceptó alegre.
El viejo quería que la boda fuera lo antes posible, así que lo harían 20 días después de aquel día. Lo prepararon todo y por fin llegó el día. Harían una recepción a la cual asistirían un par de amigas de Marta, pero la mayoría de invitados eran conocidos del anciano.
Marta se colocó un vestido blanco de novia como los habituales a pedido del viejo, con medias veladas también blancas bajo éste y tacones blancos además de estar muy bien maquillada haciéndola ver más bella de lo normal. La ceremonia pasó y fueron al salón donde harían la recepción. Tras un par de fotos de rigor, Marta fue a ponerse algo más cómodo pues aquel vestido apenas la dejaba caminar.
Al regresar, todos pudieron notar la belleza de Marta. Se puso un vestido negro de una sola pieza que daba apenas arriba de sus rodillas, el cual dejaba toda su espalda descubierta, por lo cual no llevaba sostén. Además usaba unos tacones blancos, que dejaban la punta del pie descubierta, unas medias veladas negras y un collar blanco. El anciano al ver la reacción de los hombres que había en el salón, no paraba de presumir de su esposa.
Había unas 200 personas en aquel lugar y Marta y el viejo se separaban por momentos hablando cada uno con diferentes personas que los felicitaban por su boda. Más de un hombre, sin importarle que sus esposas estuviesen presentes, no perdía la oportunidad para halagar a Marta por su belleza.
Marta no paraba de saludar y conversar con sus invitados, y así llegó donde estaba el hijo de un viejo amigo del anciano. Él tendría unos 45 años y se encontraba con su esposa, y su hijo. A Marta le llamó poderosamente el hijo de aquel hombre, de unos 23 años, que medía aproximadamente 1.85 mts, tenía ojos azules muy profundos y una sonrisa que la encantó. Mientras ella hablaba con el padre del joven, veía como él mientras le sonreía miraba atentamente todo su cuerpo. Marta sentía cómo los ojos de aquel joven inundaban su cuerpo e intentando cerrar aquel episodio, cortó la conversación para evitar cualquier contacto con Esteban, pues ese era el nombre del joven.
Marta fue a hablar con otras personas y estuvo n rato con su esposo quien no había parado de beber whisky y ya estaba un poco mareado. Marta quien frecuentemente miraba a Esteban seguía hablando con unos y otros efusivamente. En cierto momento, ella fue hacia el baño, y al salir encontró en la puerta a Esteban quien sonreía mientras la miraba atentamente. Al verlo e intentando zafarse de la situación, Marta dijo
Este es el baño de mujeres, el de hombres queda por allí –mientras señalaba hacia su derecha-.
Yo lo sé, solo quería hablar contigo
Podemos volver al salón y hablar
Me gustaría que habláramos de una vez y aquí mismo
Marta se sentía un poco nerviosa pues en cualquier momento alguien podría verla hablar con aquel joven y pensar algo indebido justo el día de su boda, así que respondió
Si quieres hablar lo haremos en el salón.
Tranquila, no me tengas miedo –dijo Esteban quien no paró de sonreír un solo momento-
Bueno, dime rápido que allá están todos los invitados y no los puedo dejar solos
Es que no he dejado de notar como me miras cada rato-dijo él con gran prepotencia-
Es solo tu imaginación
Yo creo que a ti te gustaría…
Apenas estaba terminando de decir esto cuando se lanzó sobre los labios de Marta quien infructuosamente intentó separarlo, pero él la apretó fuerte y le llevó al baño cerrando la puerta con seguro. Marta rápidamente desistió de su idea de apartarse de él y lo apretó a ella mientras retribuía el beso que Esteban le daba. Marta le dijo al joven "no puedo, para ya", pero era muy tarde pues él sabía que Marta deseaba aquello tanto como él así que volvió a apretarla fuertemente y sin recibir oposición de la recién casada quien relajó ahora su cuerpo.
Esteban la tenía a su merced y rápidamente apretó sus nalgas fuertemente y las amasó a su antojo mientras no paraba de besarla. Él conociendo la premura del tiempo en aquella situación, no tardó en darle la vuelta para acercar el culo de ella a su verga que se endurecía con cada meneo de Marta quien hacía movimientos circulares sobre el bulto del joven mientras éste sin dejar de besarla tenía una de sus manos sobre las tetas de aquella madura y la otra sobre su abdomen apretándola para asegurarse que Marta sintiera bien su miembro. Él le subió el vestido hasta la cintura y metió su mano bajo la tanga de Marta notando que ya tenía el chocho todo mojadito y metió dos dedos en él ante los placenteros gemidos de ella, quien buscaba la boca de Esteban desesperadamente.
Él la estuvo estimulando por un par de minutos con sus manos, tras los cuales y sin perder tiempo abrió su bragueta y sacó su verga bien dura, colocó una de sus manos en la espalda descubierta de Marta e hizo que se apoyara en el lavamanos para luego tomar su verga y empezar a introducirla en el coño de Marta mientras movía hacia un lado la tanga de ella. Marta apoyaba sus manos en el lavabo y levantaba bien su culo para facilitar la penetración. Esteban en pocos segundos la tuvo ensartada, y tomando su cintura comenzó a penetrarla cada vez más rápido logrando un rápido orgasmo en ella.
Tras levantarla un momento para besarla, Esteban quien no sacó su pene de la concha de Marta la tiró contra la pared y le comenzó a clavar allí mientras la besaba. Marta agarraba la cabeza del joven cuando oyeron que una mujer golpeaba a la puerta.
Vaya al .. ah ah .. otro baño, este esta ocupado ..ah ah
Dijo Marta con su respiración visiblemente alterada mientras Esteban disfrutando esta situación le penetraba aún más rápido. Marta rápidamente tuvo otro orgasmo y sus rodillas flaquearon tanto así que Esteban debió abrazarla por la cintura mientras la seguía penetrando esperando que ella se recuperara.
Esteban la giró y la dejó frente a él, levantándola mientras ella cruzaba sus piernas alrededor de la cadera de él para volver a ensartarse. Marta lo abrazó fuertemente y lo besaba mientras él agarrándola fuertemente de las nalgas, la sostenía y llevaba el ritmo de la penetración. Esteban la sentó sobre el lavamanos mientras no paraba de bombearla fuertemente haciendo que ella se corriera una vez más. Esteban aunque visiblemente cansado, siguió bombeando hasta que por fin y en un largo orgasmo llenó de leche el coño de Marta la cual intentaba regular su respiración.
Al terminar, Esteban guardó su verga casi flácida en el pantalón y cerró la bragueta, se secó rápidamente el sudor y salió del baño rápido gracias a que durante la sesión que tuvo con Marta nunca se quitó una sola prenda. Marta se encerró en el baño sola y se acomodó la tanga, bajó su vestido y arregló su pelo, tomó una toalla del baño y secó su sudor para luego salir de allí y volver con su esposo quien la buscaba desesperadamente. Al encontrarlo ella le dijo que estuvo hablando con un invitado y que luego fue al baño, pero que ahora estaría solo con él.
Así lo hizo, el resto del tiempo ella estuvo junto a su anciano esposo. Antes que todos los invitados se fueran, Marta se fue con el viejo a pasar su "noche de bodas", aunque Marta ya había tenido la suya.
Este matrimonio no es el final del gusto de Marta por los jóvenes, por el contrario, ahora con todas las comodidades que le provee su millonario esposo tendrá mucho "tiempo libre".
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