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Categoría: Maduras

Marta los prefiere jóvenes (18)

Un día, estando en mi casa descansando, me conecté a internet y me encontré con Doris, con quien hacía ya un par de meses que no hablaba, pues yo le marcaba a su celular y no contestaba. Ella me dijo que había perdido su celular y que tenía un número nuevo, así que inmediatamente la llamé



Hola Doris



Hola Marta ¿cómo estás?



Bien y tú ¿cómo andas?



Bien, gracias



¿Y tu esposo?



Yo ya me separé de ese idiota, ¿y tú cómo vas con tu marido?



Bien, él me adora



¿Y a él si le eres fiel? Jajajaja –rió ella-



Pues claro que no, yo tengo necesidades y él no puede conmigo



Tú eres tremenda



¿Y tú qué me cuentas, aprovechando tu soltería?



Pues sí, a recuperar el tiempo perdido



¿Y tienes algún noviecito?



No, solo amantes jajajaja



Seguimos hablando y me contó que a quien más frecuentaba era a Julián, el amigo de uno de sus sobrinos y quien tenía 21 años y quien además estaba bien armado. Yo también le conté algunas experiencias extramatrimoniales y cómo había conocido a Juan y que aún nos encontrábamos de vez en cuando para follar (en una de esas, ya le había dado mi culo), aunque eso no me impedía estar con otros hombres. Al fin quedamos de encontrarnos en un bar el viernes siguiente con nuestros amantes. Yo le comenté a Juan y él no tuvo problemas y obviamente mi marido tampoco, así que salimos aquel viernes y nos dirigimos al bar acordado donde aún no llegaban nuestros compañeros. Casi media hora más tarde llegó Doris con Julián. Ella estaba mejor de lo que yo la recordaba, pues se veía más delgada aunque sin perder sus curvas en lo más mínimo. Por su parte, Julián era un jovencito de 1.70 mts de altura aproximadamente bastante delgado pero con una cara hermosa y unos ojos color miel hermosos. La noche pasó sin contratiempos, y todos nos divertíamos, bailábamos y charlábamos animadamente. Al terminar la noche nos separamos nuevamente y yo salí con Juan hacia su apartamento donde me folló a placer y pasamos un rato delicioso. Al otro día y mientras Juan me llevaba a mi casa en su auto me dijo



Está buena tu amiga



¿Te parece?-dije yo con unos celos inocultables-



Sí, está como me gustan a mí, y se nota que también es una hembra caliente porque a Julián lo debe tener solo para que se la tire



Pues si quieres te doy su número de teléfono y te la follas –dije más exaltada-



Por todos los medios, Juan intentó disculparse conmigo, y al fin lo logró. Me dejó en casa donde se encontraba mi esposo y a quien le conté lo sucedido la noche anterior. Ya en la tarde llamé a Doris



Hola



Hola Marta



¿Cómo la pasaste ayer?



Muy bien, me divertí mucho



Me alegro, nosotros también la pasamos muy bien –dije- ¿Y Julián qué tal la pasó?



Muy bien, y me dijo que tú le pareciste hermosa



A mí también me pareció un jovencito muy simpático. Pero tú también le causaste una gran impresión a Juan



¿Sí, qué dijo?



Que estás buenísima



Bueno, él tampoco está nada mal



Cuidadito que es mío jajajaja



Jajajaja, tranquila, si quieres yo te puedo prestar a Juli jajajaja



Pues yo lo recibiría jajaja –dije-



Bueno, a Juli tampoco le disgustaría jajajaja



Mejor no digamos más bobadas, te llamo luego que debo salir



Está bien



Así pasó el fin de semana sin hablar con mi amiga, y mi vida seguía con total normalidad. Dos semanas después, exactamente el miércoles entró una llamada a mi celular



Hola Marta



Hola Doris –le dije -



¿Cómo estás? –le contesté, hablamos un poco y luego me dijo-. ¿Qué te parece si nos encontramos otra vez los 4?



¿Los 4?



Sí, Juan, Juli y las dos



Pues tendría que hablar con Juan



A Juan no le gusta salir mucho a bares, pero me dijo que no le molestaría si nos vemos en alguna casa o apartamento



Pues por mí no hay problema, pero como ya te dije le debo decir a Juan



Tranquila, cuando se decidan me avisas –me dijo-



OK



Al terminar de hablar con Doris llamé a mi amante y le comenté la situación, y aunque él estuvo reacio al principio al final accedió, así que me comuniqué con mi amiga a contarle la noticia. Charlamos y quedamos en que yo llegaría a las 7 de la noche y luego llegarían nuestros amantes. Como era costumbre cuando salía con Juan, le comenté a mi esposo y él no tuvo problema alguno.



Llegó el sábado y al acercarse la hora en que yo me debía ir me empecé a alistar. Me bañé y me empecé a vestir. Me coloqué mi ropa interior negra, un jean ajustado, una blusa morada y unos tacones también morados. Me veía realmente bien, me maquillé sutilmente y me perfumé. Tomé mi cartera, y salí hacia la casa de Doris en un taxi. Al llegar allí, ella abrió la puerta y tenía puesto un pantalón blanco ajustado, con el cual se le marcaba su lindo culo, una blusa blanca ajustada sin tirantes y zapatos de tacón del mismo color. Me hizo pasar, pero al poco tiempo nos colocamos nuevamente nuestras chaquetas y salimos caminando a comprar un poco de trago para la noche. Durante todo el camino llamamos la atención y escuchamos todo tipo de comentarios, compramos 3 litros de aguardiente y nos devolvimos recibiendo todas las miradas y los comentarios. De vuelta en la casa de Doris, organizamos un poco la sala y hablamos hasta que sonó el timbre, era Juan, quien tras saludarnos no paró de mirar descaradamente a la anfitriona mientras conversábamos. Unos 5 minutos más tarde llegó Julián quien nos elogió por nuestra belleza y se unió a la conversación. Habíamos tomado apenas uno o dos tragos, cuando Juan dijo



Les propongo un juego. Se llama "Yo nunca"



¿De qué se trata?-preguntó Doris intrigada-



Yo digo alguna cosa, y si alguien ha hecho lo que yo dije, se debe tomar un trago. Por ejemplo, yo digo "yo nunca he caminado descalzo", si alguien ha caminado descalzo debe beber un trago. ¿Qué dicen?



Sí –respondimos todos, hicimos un par de preguntas algo tontas hasta que llegó el turno de Juan-



Yo nunca he chupado una verga –obviamente nosotras debimos beber un trago ante la lujuriosa mirada de Juan principalmente-



Así, empezaron a subir de tono las preguntas, pero ya estábamos quedando sin ideas, así que propusieron jugar una especie de "La verdad o se atreve", pero solo atreviéndose, y debido al efecto del alcohol, todos aceptamos. Si alguien no lo conoce, el juego consiste en girar una botella, y a la persona que apunte la boca de la botella debe cumplir una penitencia o decir una verdad. Así, empezamos a jugar, Doris giró la botella y casualmente, ella era quien debía cumplir la penitencia. Como ya había confesado tener algunos consoladores y vibradores, yo le dije que debía hacer una felación a uno de sus juguetes y ella no se opuso, fue a su cuarto, trajo tres juguetes (de gran tamaño), escogimos uno y ella cumplió su penitencia ante nuestra atenta mirada. Al terminar volvimos a tirar la botella y debió hacerlo Juan, y Doris se anticipó para pedirle que comparara su verga con la de uno de sus juguetes. Sin problema, él se sacó la verga frente a nosotros, la cual estaba dura tras el show de mi amiga, se acostó y puso a mirar su miembro al techo, agarró un juguete y lo puso sobre su abdomen en la misma posición para comparar el tamaño, luego lo hizo con los otros dos y Doris no le quitaba el ojo a pesar que los juguetes eran un poco mayores que el pene de mi amante.



Tras la prueba, observé que Doris estaba empitonada y sus pezones se querían salir del vestido y Juan también lo notó y no le quitaba la mirada. Se volvió a girar la botella y el turno fue para mí. Yo estaba ansiosa por lo que debería hacer, y Juan fue quien se adelantó



Tienes que besar a Doris



¿Queeeee?-dije sorprendida-



Ella no tiene problema –dijo el muchacho refiriendo se a Doris y mirándola directamente-



¿Es cierto? –le pregunté-



Sí, es una penitencia y la debes cumplir



Tras esta respuesta, me acerqué a ella y nos besamos durante casi medio minuto ante la atenta mirada de los jóvenes y mientras mi amiga me acariciaba las piernas y la cintura haciendo el beso bastante placentero. Al terminar, la botella volvió a girar y el turno fue para Julián. Doris se adelantó y le pidió que me mostrara cómo lo ponía haber visto nuestro beso. Él se puso de pie, se agarró el paquete sobre el pantalón, y lo talló acercándose casi a mi cara para luego devolverse. Yo no dejé de mirar la entrepierna del joven, incluso tras sentarse, pero se lanzó la botella y el turno fue nuevamente para Juan, y Doris se adelantó y dijo



Ya Julián nos mostró cómo está, ahora muéstrame tú cómo te puso nuestro beso



Está bien –dijo él, se levantó e hizo lo mismo que Julián pero frente a mi amiga-



Pero déjame ver



Como quieras –se abrió la bragueta y sacó su verga dura-



¿Está dura? –dijo ella-



Dime tú –ella estiró su mano y lo agarró mirándolo a los ojos- ¿Qué te parece?



Creo que sí



Ya el juego estaba bastante caliente y nosotros también, y para mi mala fortuna, cuando volvió a girar la botella el turno fue para mí y Juan dijo que yo debía pegar mi culo y bailar bien cerca del otro joven. Los dos nos pusimos de pie, y yo me ubiqué de espaldas frente a él y empecé a restregar mi culo contra su miembro mientras él me agarraba por la cintura y se movía lentamente mientras rozaba sus labios con mi cuello. Yo estaba excitadísima al sentir su duro pene restregarse contra mi cuerpo, pero me senté en mi lugar para continuar el juego. El turno ahora fue para Doris, y Juan dijo que no debía hacer nada, que luego haría una y aceptamos. Luego, el turno fue para Juan, y mi amiga dijo



Les debo una penitencia ¿verdad?



Sí-respondió Julián-



¿Entonces qué les parece si Juan y yo cumplimos la penitencia juntos?



¿Cómo? –dijo Juan-



Yo me atrevo a hacerte una rusa y tú te atreves a darme tu lechita



Me parece una idea excelente



Apenas terminó Juan de hablar, se acercó a mi amiga, se sentó junto a ella y se empezaron a besar muy apasionadamente, y él no desaprovechaba para agarrarle las tetas y ella para agarrarle el paquete. En poco tiempo, Juan bajó la blusa de la madura y sus tetas quedaron expuestas, pues no llevaba sostén, y apretó sus pezones y los empezó a lamer frente a Julián y a mí. A la vez que le comía las tetas, Doris como pudo abrió el pantalón de Juan y empezó a masturbar su duro pene, y poco tiempo después, se dispusieron ahora sí a cumplir su penitencia. Él se puso de pie frente a ella y quedó dándome la espalda, por lo que me moví un poco para ver el espectáculo. Cuando pude mirar claramente, las tetas de mi amiga cubrían ya el falo del joven quien se movía lentamente entre el pecho de la madura. Pasaron un par de minutos hasta que al fin el joven llegó al orgasmo, lanzando su leche sobre las tetas de mi amiga quien con suaves gemidos la recibió y luego lamió un poco el pene de Juan. Ella con sus manos esparció la leche de su nuevo amante por todo su pecho y luego las lamió un poco sin dejar de mirarlo a los ojos. Ninguno de ellos se vistió, y volvimos a girar la botella y esta vez el turno fue para mí, y Juan dijo



Yo ya consentí a Juan, así que ahora tú debes hacer lo mismo con Juli, chúpasela-dijo mi madura amiga-



Está bien.



Tomé un trago, me acerqué al joven, nos besamos suavemente, él no tenía prisa y me hacía sentir muy cómoda, pero yo estaba que reventaba de mi excitación y no pude más, así que me arrodillé y bajé su pantalón, empecé a masajear su miembro por encima de su slip, y notaba su gran tamaño. Tras un momento jugando con su ropa interior, metí mi mano en ella y agarré su pene, y lo que sentí fue tan excitante que no pude evitarlo y le saqué el pene en un segundo. El pene debía tener unos 20 cms de largo, era muy grueso (apenas lo podía agarrar con mi mano)y estaba adornado de varias venas que le recorrían el tronco. Lo agarré en mi mano y lo masturbé un par de segundos, luego pasé mi lengua por su glande un par de veces para finalmente meterme su miembro en la boca. Yo le estaba haciendo una muy buena mamada y él apenas me acariciaba el cabello y la cara. Luego, volví a agarrar aquel falo con mi mano y a pajearlo, fijando mi atención en sus dos enormes huevos, que empecé a sobar con mi otra mano a la vez que él no paraba de sonreírme. Me metí uno de sus huevos a la boca y lo chupé con lujuria, luego lamí sus dos testículos, y pasé mi lengua por su tronco hasta llegar a su glande, donde volví a introducirlo en mi boca y seguir dándole una buena mamada.



Estaba cumpliendo mi penitencia con todo gusto, y de pronto, sentí que Doris se ubicaba junto a mí y me arrebataba aquel hermoso miembro para ella chuparlo. Entendí la situación, y el pene de Julián se turnaba en la boca de nosotras dos, y cuando no estaba en la mía, yo sobaba o lamía los grandes huevos del joven quien gemía lentamente. Así como llegó mi amiga, sentí cuando Juan la agarró por un brazo y la jaló hacia donde él estaba ya con la verga dura e invitándola a que también se lo chupara. Ella no se hizo rogar y se empezó a divertir con aquel miembro en su boca a la vez que yo volví a adueñarme del miembro de Julián. Pasé un par de minutos totalmente concentrada en el pene de mi compañero buscando su leche, pero él no alcanzaba aún su clímax, entonces él me agarró tiernamente la cara, me acercó a él e hizo que lo besara. Sin dejar de besarnos, él agarraba mi culo y yo sentía su verga clavarse en mi abdomen. Con gran habilidad e intentando detener lo menos posible el beso, me sacó la blusa y el sostén, me giró y empezó a besarme el cuello y a masajear mis tetas.



Cuando me giró, pude ver cómo Juan le quitaba el pantalón a mi amiga quien no llevaba ropa interior, y luego ella se colocaba los tacones por petición de su nuevo amante, quien tenía un fetiche y también le encantaba que yo me dejara los tacones cuando él me follaba. Julián continuaba aumentando mi calentura con sus movimientos y Doris se acostaba en una silla con las piernas abiertas permitiendo que el otro joven la empezara a penetrar. Las manos de mi actual compañero bajaban y empezaban a sobarme la concha sobre el pantalón mientras besaba mi boca nuevamente. Él hizo que me acostara en una silla, me sacó los tacones y los puso cuidadosamente en el suelo para luego empezar a besar y masajear mis pies generándome un gran placer. Tras esto, Julián me sacó el pantalón y la tanguita y los dejó cuidadosamente en otra silla, y tras tenerme totalmente desnuda ente él, se apuró y volvió a besarme, bajando después lentamente besando mi tronco hasta llegar finalmente a mi conchita. Con facilidad dada mi calentura, pudo introducir dos dedos en mi concha y me masturbó con gran sabiduría logrando un orgasmo en mí con bastante facilidad, haciendo que me retorciera de placer.



Él se desnudó, buscó un condón en su pantalón y se lo puso, me volvió a besar y con delicadeza introdujo su potente pene dentro de mi concha que aún estaba bastante sensible. Sin dejar de besarme meneaba su cadera lentamente para no causarme daño, mientras por otra parte, yo veía a Juan acostado y a mi amiga montándolo salvajemente, gimiendo con sus grandes tetas bamboleándose a la vez que éste le decía guarradas como "dale así perra", "que rica puta", etc. Mi compañero no aumentaba el ritmo de sus movimientos, así que le dije



Dame más duro



¿Quieres que te folle más rápido linda?



Sí, por favor –contesté-



Está bien



Volvió a besarme e intempestivamente aumentó la velocidad con que me bombeaba y ahora sí, estaba logrando un gran placer en mí. Con aquel movimiento de cadera, sacaba por momentos todo su pene de mi sexo y en una de estas y antes que me volviera a clavar agarré su falo, le saqué el condón y dije



Te quiero sentir bien



Pero te puedo embarazar –dijo él preocupado-



Tranquilo, yo ya no puedo quedar en cinta, así que me puedes llenar de leche



Te adoro



Se acercó y me comió nuevamente la boca, y volvió a enterrar su pene en mi vagina. Tras un rato, escuché a Doris gritar, así que giré mi cabeza y vi como Juan la clavaba vigorosamente mientras ella tenía su orgasmo y no paraba de gemir. Por su parte, mi amante empezaba a bombearme ahora con más vehemencia y tras un par de minutos y un largo suspiro, dejó su leche dentro de mí volviendo a besarme y dejándose caer sobre mí. Yo como pude hice que él se recostara en mi lugar y me arrodillé en medio de sus piernas recogiendo la leche que en su miembro había quedado y sintiendo como el esperma que él había depositado en mí salía de mi concha y bajaba por mis piernas lentamente. Él descansaba y recibía la mamada que yo le daba con placer, tanto así que no tardó mucho su pene en estar nuevamente erecto.



Ahora, yo me senté sobre él y clave su verga en mí y pude observar que Juan estaba también dejando su esperma dentro de mi amiga quien no dejó de cabalgarlo. Yo apoyé mi espalda sobre el pecho de mi joven compañero quien me abrazaba y ayudaba con sus movimientos para darme una buena follada. En ese momento, vi que Juan se levantaba con su verga otra vez dura e hizo que mi amiga apoyara sus manos en la silla y así dejar a su disposición su redondo trasero, lo cual él aprovechó para intentar penetrarla por el ano. Lo intentaron pero no fue posible, pues la cara de dolor de mi amiga era inocultable y para mi sorpresa, fue Doris quien susurró algo al oído de su amante, lo tomó por la mano y se dirigieron a su cuarto entre risas. Yo continuaba recibiendo las embestidas de mi compañero y al poco tiempo escuché los lamentos de mi amiga quien seguramente ya era penetrada por el culo, lo cual me excito aún más por lo que cabalgué a Julián con un ritmo tal que no tardé en tener un nuevo orgasmo con él. Julián me besaba y acariciaba con gran sabiduría sin dejar de penetrarme, y yo continuaba escuchando a mi amiga quien ya gemía de placer al ser follada por su nuevo amante. Cuando recuperé mis energías, y volviendo a estar excitada imaginando y escuchando a mi amiga, dije a mi amante



¿Quieres follarme el culo?



Me encantaría



Entonces dale –me saqué su verga y me puse de pie frente a él-



Qué lindo culo que tienes –me dio una palmadita y continuó- Espérame un momento



¿Adónde vas? –pregunté intrigada-



Voy a traer un aceite del cuarto de Doris para no hacerte daño



Tranquilo hermoso, yo voy –dije, pues quería ver si le estaban rompiendo el culo a mi amiga como en poco tiempo me lo romperían a mí-



Está bien, no te tardes –dijo él tras yo insistir-



Me dirigí hacia el cuarto de mi amiga, y a cada paso los ruidos que emitían tanto Doris como Juan eran más fuertes hasta que llegué al lugar. Allí vi justo lo que esperaba, él estaba acostado sobre la cama y ella montándolo con el falo de este entre su ano. Entré y dije a la madura



Juli me dijo que tú tienes lubricante



Sí, míralo en la mesita –ella me señaló la botella-



Gracias amiga



Tranquila, disfruta de mi macho que yo estoy disfrutando del tuyo



Ahora había confirmado mis sospechas, los dos estaban teniendo sexo anal y mi excitación aumentaba, así que volví rápidamente a la sala donde mi compañero se encontraba sentado y meneándose la verga para que no perdiera su dureza. Le entregué el lubricante y me puse a cuatro patas en el sofá. Él con delicadeza me aplicó un poco en el ojete y empezó a introducirme un dedo en el ano y luego dos sin dejar de moverlos dentro de mí hasta logrando en mí una gran calentura, así que yo le dije



Deja ya eso, méteme tu verga



Como quieras preciosa –se ubicó tras de mí, aplicó un poco de lubricante en su verga y la esparció con su mano-. Me dices si te hago daño



Ok –dije y tras esto, él ubicó su verga en la entrada de mi ano y la empujó un par de centímetros-. Ahhhh



¿Te lastimé?



No, tranquilo –me dolía un poco pero era apenas natural debido al grosor de aquel miembro, el cual se siguió introduciendo dentro de mí-



¿Te gusta?



Sí, vas muy bien



Me encantas –dijo él penetrándome lentamente y sin introducir del todo su miembro-



Tú también me encantas



¿Quieres que te la meta toda?



Sí, pero con cuidado



No te preocupes



Lentamente movió su cadera y logró introducir todo su pene en mi ano, el cual casi no sintió dolor debido a los delicados movimientos del joven, quien ahora se movía suavemente dentro de mí logrando ahora sí una completa dilatación de mi trasero. Tras unos pocos momentos, él aumentó su ritmo poco a poco y mi placer aumentaba a medida que sus movimientos se hacían más rápidos. Yo escuchaba a mi amiga gemir en su cuarto siendo complacida por Juan y yo hacia lo propio con Julián, quien apoyando sus manos en mi cadera me bombeaba con furia tratando de llegar hasta lo más profundo de mis entrañas. Ahora, él sacó totalmente su verga de mi ano, para luego enterrarla nuevamente de un solo empujón, y repitió este movimiento un par de veces hasta que me dijo



Qué culo más delicioso



¿Te gusta bebé? –dije sonriendo-



Es espectacular



Entonces no pares de follarme



Yo le agarré la polla, la introduje en mi ano y movía mi cadera de tal forma que aquel trozo de carne me perforara a placer, lo cual era agradecido por el joven quien besaba mi cuello y mi boca con pasión. Tras un momento, me puse de rodillas frente a él, le chupé la polla unos segundos, lo empujé y lo envié contra un sillón y me senté sobre su miembro haciendo que este ingresara bien en mi culito. Movíamos nuestras caderas facilitando la penetración y no dejábamos de besarnos como si fuésemos un par de enamorados. Él me agarró la cintura y me empezó a follar con vigor al tiempo que yo sobaba mi clítoris y él succionaba mis pezones, lo cual apresuró mi clímax que fue acompañado por un grito, pero que rápidamente fue silenciado por un profundo beso que me propinó mi encantador amante.



Tras mi orgasmo, él hizo que yo me acostara en el sofá y empezó a tragarse mis jugos y a lamerme el coño, para luego meter su verga en mi conchita y luego sacarla y ponerla entre mi ano. Él se turnaba en mis agujeros, hasta que se dedicó a taladrar mi ojete con fuerza. Pasado un rato, vi que volvían Juan y Doris a la sala, él con el miembro flácido y ella con la cara y las tetas llenas de leche, y mi amiga dijo



La he pasado delicioso



Yo también la pasé genial –dijo Juan-



¿A ti te ha gustado Juli? –me preguntó acercándose a mí-



Sí, es un machazo –respondí guiñando un ojo a mi amante-



Yo sé –sin más, Doris me besó la boca y sentía el sabor a leche de Juan, y al separarnos quedaban unidos a nosotros algunos hilos de semen-



Écheles encima su leche parcero –dijo Juan-



¿Quieren mi corrida? –preguntó Julián-



Si, por favor dámela –respondí-



Entonces me voy a venir ya –me arrodillé junto a mi amiga, y frente a nosotros se ubicó Juli-



Aaaaggggghhhh…….aaaaaahhhhggggggggg –exclamaba el joven quien no tardó ni 15 segundos para empezar a lanzarnos su leche encima-



Mmmmmmm….mmmmm…-nos saboreábamos las dos-



Yo succioné el falo de mi amante hasta dejarlo bien limpio, para luego besar a mi amiga profundamente intercambiando los fluidos de nuestros amantes los cuales recorrieron nuestras bocas y luego fueron tragados. Al incorporarme, vi que Juan ya se estaba vistiendo, y empecé a hacer lo mismo, pues era hora de irnos. Al fin estuvimos vestidos, vi que Julián tenía nuevamente la verga dura entre las manos de mi amiga quien lo masturbaba y dijo



Parece que Juli guardó un poco para mí



Es un chico espectacular -le dije-. Nosotros nos vamos y los dejamos solos-besé a Julián en la boca y Juan hizo lo mismo con mi amiga-



Hasta luego, fue un placer hermosa –dijo Julián-



Eso espero –le contesté-



Lentamente me empecé a alejar hasta llegar a la puerta con mi compañero, salimos y fuimos hacia su carro. Durante el trayecto hasta mi casa, no dejamos de hablar de la experiencia, y de nuestros nuevos amantes. Finalmente llegué a mi casa, me despedí de Juan, entré y me dirigí a mi dormitorio donde se encontraba mi esposo ya durmiendo. Al otro día, al despertar, mi esposo me pidió todos los detalles, los cuales le conté con descaro y al terminar él me dijo



Parece que la pasas muy bien con Doris, me gustaría verlas a las dos en acción



Espero poder complacerte amorcito



Tras mi confesión con mi esposo y el deseo de este de verme tener sexo junto con mi amiga, supe que mi esposo estaba resignado a que mi libido no volvería a ser suya nunca, y por el contrario, trataría de cumplir sus fantasías a través mío


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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