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Categoría: Confesiones

MARITZA

Cuando Maritza llegó a vivir al apartamento con Elizabeth, yo ya iba para los 14 años y mi pene ya llegaba a 7 pulgadas y grueso, con una explendidas venas. Con Elizabeth adelantamos el horario de clases de inglés, ahora era de 8 a 10 siempre los sábados, ya que a las dos de la tarde llegaba Maritza y así podíamos coger de 10 a 12. Con Dyana, tenían muchísima confianza a través de los años, pero con Marita apenas si se conocían, y como la ONU pagaba la renta, ellos ubicaban a sus trabajadores.

Los viernes siempre, recibía mis clases de francés con Maritza, de tres a cinco de la tarde, Elizabeth llegaba regularmente de 8 a 9 de la noche. Maritza era un poco mas alta que Elizabeth, talvéz 1.78 a 1.80, blanca, de cabello negro algo rizado, pechos medianos pero se notaban duros, cintura muy fina, culo rico paradito, y piernas largas redondas hermosas, me llamaban la atención sus pies grandes, pero muy bonitos y suavecitos, pues un día le quité una astilla de su carcañal. tenía unos ojos grandes color café, y una boca sensual, si bién de cara no era una hermosura, era bonita y sus gestos la hacían ver encantadora. Ya teníamos tres meses de estar recibienmdo clases, y ese día se puso un short muy corto, apretado y mostraba todos los atributos de un cuerpo espectacular. Al finalizar la clase, le digo que el próximo viernes no iba a llegar porque era mi cumpleaños ella me pregunta que cuantos años iba cumplir y yo le dije que 14, y me preguntó si yo tenía novia, le dije que no(yo ya andaba con pPatricia, a quién ya había cogido. ver circunstancua en la vida I, en confesiones). Pués si no tienes es porque no has querido me dijo, pues eres muy apuesto, tienes un cuerpo ejercitado y unos ojos azules muy preciosos, eres rubio, y sobre todo muy respetuoso. Luego me dice uno no sabe que le gusta a los chicos, que quieres que te regale por tu cumpleaños, pide lo que quieras. Yo le contesté lo que quiera, y ella me dijo si, lo que quieras, yo le dije quiero que te dejes besar todo tu cuerpo, hasta llegar a un orgasmo. Ella se puso roja, estaba sorprendida no sabía que decir, tartamudeando me dice, nunca pensé que me pedirías eso, pero si te dije que lo que querías ni modo te cumplo. Fuimos a su habitación y la besé fué un beso suave, luego le mordisquié los labios y le metí la lengua, ella me correpondió, le besé su cuello sentí como su piel se erizó, quité la t-shirt, y luego su sostén, besé sus labios y su pequeñísimo pesón, ella respiraba hondo, bajé a su vientre ella se arqueaba, quité su pequeñísimo short, con todo y sus bragas, mostrando así una vagina hermosa, suaves bellos, sedosos, lamí toda su rajita, que estaba empapada, y tomé su clítoris, lo chupe lamí, y ella estaba super excitada, hasta que se vino en su riquísimo orgasmo, luego me dice estás complacido, pero supongo que quieres penetrarme, yo le dije de querer quiero pero no se si tú lo quieras, y ella me dijo hazlo pero con mucha paciencia, sabes en mi vida solo lo hecho tres veces, con mi novio que está en Canadá, y la última vez aún me dolió. Me saqué la ropa, y cuando me vió la polla se le abrieron los ojos y me dice es enorme y gruesa, se la acerqué a lo boca y me dice no lo he hecho, yo le dije haz de caso que estás chupando un helado, al cabo de unos minutos eyaculé en su boca, luego empezé nuevamente a chuparle la vagina y cuando estaba listo, boca arriba ella, la empezé a penetrar lentamente, ella se quejó un poco cuando la tenía a la mitad, y hasta allí entraba y salía, cuando sentí más lubricada su vagina y las paredes dieron de si, sentí como deslizaba en toda su cavidad mi pene, entraba y salía casi todo, ella se movía a mi ritmo, hasta que se se vino, me abrazaba y besaba, y yo le dije que estaba a punto de terminar y que la iba a sacar, ella me dijo termina adentro, no hay peligro de embarazo, y fué cuando la inundé de semen. eran al rededor de las siete de la noche cuando salí y en cuanto bajé del ascensor lo estaba esperando Elizabeth, y al verme con el pelo húmedo, se acerca me dá un beso, y tocandome la csbeza me dice, ya eres todo un conquistador, gozó mucho Maritza por lo que veo, te espero mañana. Al cabo de unos meses se fueron las dos de Guatemala, me quedé muy triste, pero fué sensacional, entre ellas nunca supieron nada. Pero lo que nunca olvidaré cuando le rompí su ano a Maritza, sufrió mucho pero quería mi semen adentro, y lo sorprendente fuéron los orgasmos anales que le provocaba.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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