Era la tarde de un domingo como siempre que estaba en el negocio de mi madre y me aburria sali a tomar el fresco, de repente en la distancia ví llegar a Marisol una chiquilla de 13 años que tenia ya un rato acosandome, siempre que tenia oportunidad llegaba con voz melosa a interrogarme yo sabia perfectamente que le gustaba pero para mi no era de total agrado, ademas ya contaba con 18 años "qué dirian de mi si se enteraban que traia loquita a una niña".

En fin ese día me decidí a seguirle el jueguito.

Al hacercarce traia un helado el cual me ofrecio, a lo que respondí que si, chuparia de su helado pero no ahi."vamos a otro sitio"-sugerí- ella me siguio hasta una callecita solitaria y ya en ese resguardo me hacerque para que me diera de su golocina, creo que al igual que yo, ella también se emociono con la idea de estar apartados de miradas indiscretas y mas que helado hubo fuego intenso, comence a besarla, un beso humedo delicioso lujurioso pero lleno de inocencia, eso me prendio aun mas y empece a manocerla por sus pequeñas y apenas formadas tetas,ricas y duras, desabotone la blusa y comence a mamrselas con una pasion que no crei capaz de tener, ella se retorcia permitiendome toda libertad de recorrer con mis manos todo su rico cuerpo, toque su pepita rica debajo de la falda pero sin mover sus calzones solo lo suficiente para sentirla temblar en mis brazos y delinear su rajita la cual empezo a mojar su prenda, deje ese rico manjar para pasar a sus nalguitas bien paraditas,alzandolé su falda sentia que mi verga se inchaba con la idea de que ponia su culito al descubierto en plena calle lo que me producia una ecxitacion enorme el simple hecho de sentir las lineas de sus calzones de niña me paro la verga a niveles insospechados, con mucha delicadeza tome su manita y la dirigí a mi falo el cual tomo con mucha prontitud y destreza, una destreza nata. Introdujo su mano bajo el pantalón que por ser un pants no le costo ningun trabajo y asi comenzamos un juego que ya nunca mas podriamos dejar de jugar.