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Categoría: Incestos

Marisa, casi hija

Cuando comencé con esto de las convivencias matrimoniales tenía yo 25 años, hace por lo tanto ya, bastante de ello, tanto como veintiocho y ya he transitado por varios matrimonios
Sabrás que me enamoré y me casé de una hermosa mujer, algo mayor que yo, que tenía en ese entonces una pequeña hija de seis años.
Yo estaba totalmente poseído por ella y por ella me hubiese jugado, como me jugué en alguna oportunidad, hasta la vida.
Mi esposa se llamaba Norah y su pequeña hija Marisa.
Yo era totalmente novel en esto de las convivencias, hasta algo inocente, aunque sí había tenido abundante éxito con las mujeres a quienes aprendí de muy temprano a complacerlas totalmente especialmente en lo sexual.
Con el tiempo, a los casi dos años de convivencia nació nuestra hija, a la que también denominamos Norah, en homenaje a mi entonces esposa.
Pasó el tiempo, que fué muy feliz, tanto para mi como para ella y también para Marisa y Norita. Gozamos a más no poder de las cosas de la vida y todo iba sobre rieles.
Algo pasó un día, que alteró totalmente nuestras vidas e hizo que nuestro matrimonio se deshiciera.
Mi mujer tuvo que viajar con mi pequeña hija a una ciudad algo alejada de la nuestra para asistir a su padre que estaba con algún problema de salud y la necesitaba. Su hija Marisa, a la que yo había aprendido a querer como si verdaderamente fuese una hija mía, debió quedarse, ya que en ese momento contaba con catorce años de edad y concurría a la educación secundaria, no debía perderse clases.
Marisa se quedaba hasta que volviera su madre, en casa de una amiga, para evitar comentarios que mal nos podrían poner con los vecinos que pensaran en cosas malisiosas, cosas que a mí ni se me pasaban por la cabeza, con respecto a Marisa.
Al día siguiente que Norah y Norita hubieron partido hacia la otra ciudad, yo había vuelto de mi trabajo, eran algo así como las dos de la tarde, había terminado de comer algo y estaba sentado a la mesa, con un pequeño vaso de gaseosa, viendo un noticiero de la TV, y en ese momento sucedió algo totalmente imprevisto para mí, de repente se abrió la puerta de entrada y apareció Marisa, con su guardapolvos puesto y unos libros debajo del brazo.
Me dijo:...-"hola, Miguel, (no me llamaba papá)vengo a darme una ducha y me voy corriendo a la escuela"...
Me olvidaba comentar que era verano y en esos días hacía en esta ciudad, un calor descomunal.
Me dió un beso, tal como siempre lo hacía, cuando volvía a casa, se sacó el guardapolvo que acomodó sobre una silla y se fué a su dormitorio.
Unos segundos después veo que sale con unos toallones, ropa y se mete al baño.
Estuvo en él unos minutos y volvió a salir con su pelo mojado y con ropa limpia, recién puesta, dijo algunas bromas con la simpatía habitual que la caracteriza y comenzó a colocarse el guardapolvo.
Un momento después vino a mí y me dijo:...-"por favor, Miguel, me ayudas a abrocharme el moño de la espalda ?"...
En ese momento la miré para prestar atención a lo que me decía y noté que su mirada no era la de siempre, la noté distinta, no sé qué.
No le dí importancia y me levanté de donde estaba para ayudarla, ella dió vuelta para que yo le abroche el moño, allí noté que,luego de la ducha se había colocado un perfume tan hermoso que te puedo asegurar, que su fragancia me quitaba casi la respiración.
Allí me dí cuenta de otra cosa... Marisa estaba dejando de ser una niña para convertirse en una hermosísima mujer... un poco menos alta que yo y un cuerpo que se estaba formando tan bien, como el mejor cuerpo que conocí.
Estaba en el trabajo de abrocharle el moño y era evidente que mi estado de ánimo había cambiado, me ocasionaba dificultad lo que estaba haciendo, estaba trémulo, tembleque, titubeante.
Ella lo notó demasiado bien, pero no se preocupó, al parecer lo tomó como algo natural y nuevamente con simpatía me dijo:...¿qué te pasa, Miguel, estás nervioso?..., ¿con mamá también te ponés así de nervioso?...
No supe que decirle, temía quedar en evidencia, temía que me malinterpretara y por último temía que algo así pusiera en jaque a mi matrimonio con Norah... miles de miedos en muy pocos segundos...
Pero esto estaba recién empezando.
Terminé, gracias a Dios, de abrocharle ese moño, le dije: ..."¡listo, Marisa!, ya está".
Ella no se movió de donde estaba, dándome la espalda, más bien me dijo:..."¿te gusta mi perfume?".
"¡Me encanta!, le dije, hueles muy bien", ella se levantó el hermoso cabello negro que tenía y acercó a mi cara su cuello para que yo se lo huela y me dijo: ..."¿ y aquí te gusta?", aspiré ese perfume, para lo cual acerque mi cara aún más a su cuello y sin poderme dominar y frenar de ninguna manera, tomé sus hombros con mis manos, fuertemente y besé su cuello... te juro... no me pude dominar.
Le pedí disculpas de una y mil maneras, ella rió dió vuelta sobre sus tacos y me pidió algo que todavía no puedo creer... me dijo: ..."no tenés que disculparte, ahora quiero que me beses mi boca".
Le dije,...-"estaríamos faltando el respeta a tu mamá, no me lo podría perdonar, de ninguna manera".
Me contestó:..."Quiero que me hagas conocer lo que es besar, no seas malo".
Entonces tome a Marisa con mis manos por su cara y suavemente besé sus labios, a ella le gustó lo que sintió y casi con un sollozo me dijo:..."¿Sabes, Miguel, hace tiempo que estoy enamorada de vos, y pienso en vos todo el tiempo?, no me importa lo que piense mamá si lo sabe, no me importa nadie más que vos".
Allí fué cuando perdí todo control, no pensé más en nada, solo en Marisa y en lo que ella esperaba recibir de mí, aunque después me pesara.
Tomé a Marisa de su mano y la acerqué a la pared, le dije:..."entonces déjame besarte con toda mi alma, por favor Marisa"...
Ella respondió:..."si, Miguel, eso es lo que quiero"...
Pasé mis brazos por debajo de los suyos, hice que abriera su boca y comencé a besarla con desesperación mientras aplastaba su cuerpo con el mío y le hacía sentir mi endurecido miembro, buscando con él el suyo a través de nuestra ropa, ella al principio rehusaba pero al momento comenzó también a hacerme sentir su concha y nos movíamos con deleite mientras con mi lengua urgaba el interior completo de su boca y su lengua tan dulce como miel.
Momentos después se desprendió de mí, como asustada y dijo:... "me voy a la escuela, dejame".
Yo le dije:..."por favor Marisa, te necesito, necesito acostarme contigo necesito hacerte el amor, necesito que me lo hagas a mí... no seas mala".
Me contestó:..."mi amor, nunca lo hice, tengo miedo de sufrir y también tengo miedo de quedarme embarazada".
Le dije:..."no tengas miedo, mi amor, todas las mujeres desean el amor, no te resistas, yo te voy a proteger".
Mientras esto le decía, tomaba su mano y la hacía caminar hasta el dormitorio, ella algo se resistía pero yo ya estaba totalmente fuera de mí y solo la deseaba.
Ella al fín se dejó llevar, yo la tomé de sus brazos, la senté en la cama y la comencé a besar nuevamente mientras con mi cuerpo la empujaba hasta quedar ambos acostados y yo casi encima de ella, le agarraba con fuerza sus pequeñas y hermosas tetas, ella me abrazó y dejaba que yo haga, sus labios estaban hirvientes, yo desplacé mi mano hacia sus pierna, la metí entre ellas y comencé a acariciar fuertemente su concha, trabajando con los dedos para intentar meterlos en ella a travez de la ropa.Le comencé a desprender sus botones y a retirarle su ropa, el guarpolvos, levanté su pollera, bajé algo su bombacha, saqué mi pija y comencé a acariciarle con mi pija, su sexo por entre sus piernas, sin metérsela.
Ella estaba totalmente sonrojada, con verguenza,no me miraba, pero yo notaba que estaba demasiado exitada, demasiado caliente, aunque rígida.
Le dije:..."mi amor, desnúdate, quiero cojerte"...
Comencé a sacarle, ahora sí su bombacha y ella no se resistía, más bien me ayudaba, con mucho amor le hice abrir las piernas, me puse entre ellas y ella dijo:..."por favor, Miguel, no me hagas doler... despacito, por favor...".
Apoyé la pija a la puerta de su concha, ella retrocedía con su cintura por miedo a sufrir dolor mientras con sus manos en mi pecho intentaba casi rechazarme, su mirada estaba entonces clavada en una lámpara de la mesa de luz, al costado, no quería mirarme a los ojos.
Comencé a introducir, con mucho trabajo mi pija en su concha, moviéndome con cuidado, ella era vírgen y estaba asustada.
Mucho rato después, mi pija estaba dentro de su concha, por completo y mi gozo era tanto como nunca lo había sido antes, ella estaba llorando porque la había lastimado y le dolía... eso me decía...
Un rato más tarde acabé y fuí tan feliz que cada día de mi vida lo recuerdo y te puedo asegurar que si en ese momento habría muerto, habría muerto como el hombre más feliz del mundo.
En ese momento Marisa tenía 14 años, yo tenía 32.
Ella luego de ese hermoso momento que ambos tuvimos, volvió a ducharse y prepararse para ir a la escuela.
En un momento dijo:..."quisiera quedarme y que me sigas cojiendo... me gustó mucho, mi amor... nunca supuse que me ibas a cojer, que íbamos a cojer juntos, siempre pensé que me ibas a rechazar, y hoy tuve la dicha de sentirme cojida por vos... no quiero que nadie más en mi vida me coja... solamente vos..."
Le contesté:..."yo también fuí muy feliz y quisiera que te quedes para que sigamos cojiendo tengo mucho todavía para enseñarte, quedate hoy conmigo, por favor, mi amor..."
"¿Y que más me enseñarás?", me dijo Marisa.
Le contesté:..."te enseñaré a que acabes, que seas una mujer que me dé el gozo de que acabes... que te sientas una mujer completa al lado mío... que me dés todo lo que tienes para darme... que me dés enteramente tu amor, mi amor...
Me dijo:"... quiero quedarme hay contigo... que me hagas tuya por completo, como dices... que me lo enseñes todo..."
Tomé sus manos, le hice sacar la poca ropa que se había ya colocado, la atraje hacia mí, empecé a besar todo su cuerpo, la tiré sobre la cama, le dije: "... querés que te meta la lengua dentro de tu concha?..." sonrió,le abrí las piernas y comencé a meter la lengua dentro de su concha, que estaba algo inflamada, ella suspiraba, movía su pelvis, me tiraba del pelo, me empujaba como si quisiera meter mi cabeza dentro de su concha:
Y al rato me decía: "...¡hay!...cojeme, mi amor,... cojeme...".
Yo me levanté, le pedí que me esperara un momento y fuí a darme una rápida ducha, cuando volví estaba Marisa, esperándome anhelante y sumamente caliente, le pedí que me chupara la pija... me miró... se sentó en la cama, me tomó de la mano, me pidió que me acostara, agarró mi pija con su mano y fue acercando su boca a ella. No se decidía a ponerla dentro de su boca... como si le diera algo de asco... pensó un rato mientras yo tomaba su cabeza para ayudarla a tomar la decisión... de repente dió un beso en la cabeza de mi pija, luego muchos más a medida de que la iba metiendo en su boca... y comenzaba a chupar y chupar y chupar, moviendo su cabeza y su mano que también estaba en mi pija.
Estaba a punto de acabar en su boca, se lo dije,"...mi amor, quieres que acabe en tu boca?...", levantó su cara y dijo:"... no, mi amor, quiero que me cojas..."
Entonces le dije:"... ¿te gustaría ser una mujer completa para mi y hacerme gozar en todo lo que puedas?...
Marisa respondió: "... claro que me gustaría...".
Le propuse:"...¿quieres que te enseñe?..."
Me dijo:"... si, mi amor, enséñame, quiero ser tu mejor mujer, la mejor que haz tenido... ¿que debo hacer?..."
Le dije: "... necesito cojerte por el culo... pero tu lo tienes que desear...".
"...Pero me va a doler mucho... tengo miedo..." dijo Marisa.
"...Algo te va a doler..." le contesté..."...pero es algo que no se puede evitar, yo puedo hacer que no te duela tanto, tienes que tenerme confianza, tienes que tenerme amor.... si tu me amas necesitas que te coja por el culo, mi amor..."
Marisa me contestó: "...quiero que me cojas por el culo, Miguel, pero si me duele mucho me lo sacarás?... por favor...
"...Si, mi amor..." le contesté, si tu me dices que te duele demasiado te la sacaré, no quiero hacerte daño porque te quiero y no quiero verte sufrir...".
"...bueno, mi amor, cojeme por el culo, lo necesito...
Le hice apoyar las rodillas y las palmas de las manos en la cama, me puse de rodillas detrás de ella y comencé a acariciarla, a decirle palabras hermosas, a tocarle las tetas, el culo, a meterle la punta de los dedos, su culo estaba tomando temperatura alta, la besaba en la boca y ella dijo:"...metémela, Miguel, quiero que me la metas"...
Tomé algo cremoso que había en la mesa de luz (una crema) y puse abundantemente en toda mi pija y luego le contesté, con mucho amor en mi vos: "... si, mi amor, toma mi pija con tu mano y apóyala en tu culo así te la meto... ¿quieres?...".
Así lo hizó, mi pija quedó entonces lista para penetrarla. Comencé a moverme despaciosamente empujando con suavidad, no para meterla, sino para que la sienta. Ella decía: "...¡metela!, ¡ya!, despacito, pero no me hagas esperar más, mi amor... te la estoy recibiendo..."
Continué moviéndome, ella hacía también movimientos deliciosos, llevada por la calentura, de vez en cuando repetía:"...¡ya!...¡ya!, mi amor..."
Yo hacía que la desease aún más. Al rato ella empujaba hacia atrás para recibirla, noté que el anillo de su culo se dilataba de deseos y empujé algo más fuerte y algo penetró, ella suspiró y gimió un poco y comenzó a moverse más y a hacer más fuerza para atrás, eso me indicó que en ese momento ella quería que le meta la pija en su culo, no importara como. Entonces fué como con un empellón que le dí, mi pija entró hasta la mitad... ella quiso como quitar su culo, gritó y comenzó a sollozar pero sin tratar de evitar ahora, la penetración. Volví a empujar, hablándole cosas hermosas, besándola, le metí toda mi pija, me dijo: "... me duele, amor, me duele.... estoy sangrando...".
Le dije: "...quieres que te la saque?...",
"...no!... me contestó, sígueme cojiendo..., puedo aguantar..."
Yo le decía con susurros:"... sos la mujer más hermosa que he tenido... sos la más linda... te quiero para siempre para mi... me gusta cojerte por el culo... ... me gusta cojerte por tu concha... sos hermosa quiero que sientas bien mi pija... que no la olvides en ningún minuto de tu vida, mi amor, mi pasión... mi locura..."
"...cojeme por la concha, mi amor...", me dijo al fín... le saqué la pija del culo, la dí vuelta le abrí las piernas, tenía yo mi pija inflamada, me dolía, me ardía... pero el deseo pudo más y le metí la pija en su concha...
Comenzó a moverse como desesperada, yo le decía al oido:"... quiero hacerte acabar... mi amor... acaba para mí... quiero sentirte gozar... pero gozar mucho... quiero que acabes como una yegua..."
A medida que iba cogiéndola y hablándole de esa manera, ella más fuerte me iba apretando con sus piernas y con sus brazos, enlazaba sus piernas en mi espalda, se movía frenéticamente y solo decía:"... te amo... te amo... cógeme más... quiero acabar para vos, mi amor... solo tu para siempre...
Estuvimos moviéndonos durante unos veinte minutos, yo controlando mi eyaculación que quería proyectar cuanto antes... de repente sentí que ella decía:"... ¡hay!... mi amor... mi amor... así, así..."
Cuando comenzó a acabar yo la fui sintiendo y fui diciéndole: "... así, mi amor... acaba... acaba como una yegua...¡si!...¡si!...asi..."
Comencé yo también a acabar y ambos lo hicimos casi juntos y fuimos muy, pero muy felices.
Nuestra relación duró un par de años, yo debí dejar a Norah ya que había dejado de quererla.
Un día Marisa partió... se fue no se adonde... la busqué pero nunca la pude encontrar, nunca más supe de ella.
Quiero que donde esté, esté feliz.
Espero también que un día ella lea este relato y que sepa también de esta manera, lo feliz que fuí con ella y cuanto la amé.
Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 6.29
  • Votos: 796
  • Envios: 32
  • Lecturas: 50526
  • Valoración:
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Comentarios


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13 comentarios. Página 1 de 3
seductor
invitado-seductor 22-05-2017 04:30:30

fue grandioso tu relato.....yo pase algo parecido con mi prima

invitado
invitado-invitado 22-05-2017 00:06:09

Hermoso tu relato, me sucedió algo parecido con mi sobrina estaba conmigo desde muy pequeña y cuando tuvo trece años me pidio hacerlo y duramos tres años y cuando yo estaba enamorado de ella se esfumo y hasta hoy no se de ella, casi muero

Karcornudofeliz
Karcornudofeliz 11-02-2014 16:15:56

Hermoso relato e historia de vida, lee los mios, sobre todo vacaciones con nuestra sobrina, besos. A Karina le encanto ahorita nos vamos a echar un polvito dedicado a vos y Marisa

Luu
invitado-Luu 09-10-2013 01:40:20

Genial tu relato,Dios que malita me puso me imaginé en el lugar de esa chica y que corrida mas rica he tenido

xxdesad sdadsw
invitado-xxdesad sdadsw 29-08-2009 00:00:00

Claro que es la mejor mujer, si ella no tieme referencia tu eres el mrjor.

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