Esta es la segunda parte de mi relato Marina Martín y yo
Después de terminar el primer orgasmo, espectacular por cierto, decidimos tomarnos unos minutos de respiro, hasta que Marina sedienta de sexo comenzó su trabajo fino y dedicado.
Ella era ahora la que daba las ordenes, le pidió a Martín que me acaricie suavemente los pechos, mientras ella hacia lo mismo con su clítoris.
Martín se dedicaba con afán a su tarea y yo gozaba de sus caricias y sus besos en mis pezones ya erguidos de calentura, Marina se movía desenfrenadamente mientras metía dos de sus dedos en su húmeda vagina. Al ver semejante espectáculo Martín se calentaba más y mas.
Lleve la mano de Martín a mi vagina, la cual recibió además de caricias una lengua húmeda y sedienta de mis jugos, yo estaba a mas no poder. Marina no soporto mas su rol pasivo y se monto en Martín tal cual yegua en celo y lo comenzó a cabalgar sin piedad.
Yo caliente y al borde del orgasmo, detuve a Martín (que estaba ocupado en satisfacer a Marina) y puse mi vagina sobre su cara, mientras Marina en su posición de amazona me acariciaba el clítoris y yo a ella.
Cuando los tres sentimos que no podíamos aguantar mas tanta calentura, le pedí a Martín que salga de Marina y tome su pija erecta y furiosa en mi boca y lo mame hasta sacarle la ultima gota de leche.
Marina gemía de placer al ver semejante escena y pidió por favor que la hagamos acabar, yo con toda mi buena voluntad (aunque exacta) le di un sexo oral que jamás olvidara.
Continuara…