Hoy sale a la venta en todas las librerías de nuestra geografía nacional, la primera edición, de una tirada de 100.000 ejemplares, de las memorias completas del insgne y afamado ufólogo Ulpiano Ladillas, quién bajo el título de “MARICÓN POR LA GRACIA DE DIOS”, narra en clave tragicómica y sin apartarse ni un ápice de la cruda realidad, un sinfín de vivencias desgarradoras que fueron marcando de hito en hito la azarosa vida de nuestro desgraciado personaje, consiguiendo de facto por su espontaneidad y candidez, atrapar al lector en una esfera de angustia y máximo interés desde el principio hasta la finalización de la obra.

La obra en sí es un compendio de situaciones variopintas expuestas con desparpajo y acritud, recogiendo momentos y situaciones patéticas, dignas del más puro estilo surrealista, como así lo demuestran, y valgan como ejemplos, estas frases literales extraidas de su libro, al cual auguro buenas perspectivas para convertirse en el Bet Seller español.

-“Estando yo todavía en el mismísimo vientre de mi madre y disfrutando de la calidez placentera que me ofrecía su líquido ammiótico, apareció de repente la enorme cabeza de la polla de mi padre. Todos mis esfuerzos en cambiar de posición fetal fueron vanos e infructuosos, y aquella enorme masa muscular incandescente y erecta atinó en mi ano y me penetró hasta mi inconcluso y frágil intestino delgado, lugar donde eyaculó por litros”.
(capítulo I “Mi primera experiencia con el culo”)

-“Ese día tan importante de mi vida al fin llegó; el día de mi Primera Comunión. Estaba yo guapísimo vestidito de marinerito, con mi rosario,mi crucifijo en el pecho y mi misal anacarado; entonces mi abuelo Obdulio me dijo con voz grave y en tono imperativo: -“ ¡ Ulpiano ¡, antes de que vayamos a la iglesia hemos de cumplir con una ceremonia tradicional en esta familia”- , así que me hizo pasar a su habitación, y con la excusa de realizar un ensayo general de cómo tomar la Sagrada Ostia, hizo que me arrodillase; luego se sacó su gorda y flácida poya y me la introdujo en la boca al mismo tiempo que con talante omnioso y ceremonioso decía: -“El cuerpo de Cristo”-; y yo, casi ahogándome por las arcadas que me producían los golpes que con su glande propinaba a mi garganta, dije a duras penas: “AMEN”.
Complacido mi anciano abuelo por la paja que se pegó en el conducto de mi párvulo esófago, me dijo con voz bíblica y atronadora: -“ ¡ Ulpiano ¡,............ ahora ya puedes decir que estás realmente preparado para recibir en tu boca el cuerpo místico de Cristo; pues nunca se sabe que parte del Nazareno te vá a tocar a ti entre tanto niño que vá a comulgar”- . Mi abuela, que reía alegre y divertida apostilló: -“Pues cómeme a mi el coño, nietecito, no sea que te valla a tocar a tí la peluca”-.

Ese día lloré mucho; ......no por haberle comido la polla a mi abuelo, que sinceramente me gustó; sino porque el muy cerdo se corrió en lo alto de mi crucifijo que tan orgulloso llevaba luciendo, y luego se limpió su chorreante cipote con varias páginas que arrancó bruscamente de mi misal anacarado y que luego resultaron ser las que correspondían al Evangelio de sermón de la montaña.

Ese día,.............................lloré mucho.
(capítulo IV “De marinerito y nadando en un mar de lefa”)

Como habrán podido apreciar, en las memorias de Ulpiano Ladillas nada tiene desperdicio. Una obra cruda y real sobre la vida de uno de los maricones más simpáticos y populares del mundo del objeto volante no identificado, y que la editorial Alfaguarra pone a la venta por el módico precio de 69 Euros, el ejemplar.


E. Pérez (Reverendo Mc Gregor)