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Categoría: Maduras

Marcela una clienta especial

Mi nombre es Gustavo, esto sucedió cuando tenia 27 años. Hacia unos meses había instalado un negocio de venta de insumos y reparación de computadoras. El negocio avanzó rápidamente, la clientela iba en aumento constante, en especial y en determinados horarios los clientes eran del sexo femenino.



No muy lejos del negocio, a una cuadra y media para ser más preciso vivía Marcela, ella era una mujer de aproximadamente 40 años, (42 para ser más preciso), casada y tenia una hija de 20 años. Yo admiraba a esa mujer, sin ser una mujer enloquecedora físicamente tenia sus atributos femeninos bien distribuidos, vestía muy bien, era muy elegante, se la notaba muy señora, suave en el trato y también para sus movimientos, era alta, caminaba muy erguida, y al desplazarse lo hacia con marcada suavidad, haciendo que su cola se moviese un tanto insinuante, su forma de ser comenzó a provocar en mi una cierta atracción, lo que me llevó a desearla. Pasó a ser una obsesión no solo por su aspecto físico, sino porque se la veía como una empresa difícil de abordar. Si bien era muy dulce en el trato, se notaba que ella establecía una pared a mis leves insinuaciones que eran sumamente difíciles de escalar, ella se encargaba de frenar muy delicadamente cualquier atisbo que intentase, era como si dijese no mi interesan otros hombres más que mi marido.



A todo esto el matrimonio de Marcela parecía marchar en perfecto estado, se lo veía junto a su hija formar una familia ideal.



Yo a pesar de que el tiempo transcurría no dejaba de imaginar en mi mente la forma de acercarme íntimamente a Marcela cada día me gustaba más, cada día me obsesionaba más, y por su forma de ser por todo lo que ella demostraba contra lo imaginable pasó a ser un desafío, quería probarme hasta donde podía llegar.



Como les decía en determinados horarios la clientela era en mayor medida del sexo femenino, y algunas comentaban cosas de más. Así pude enterarme que hacia más o menos un año habían entrado a robar en la casa de Marcela, y según comentarios, el ladrón la habría violado.



Ese comentario hizo que sintiese compasión por ella, la situación por la que había pasado era bastante traumática. Pensé que esa era la cusa de su frialdad al momento de mis delicadas insinuaciones. Pero transcurrido un tiempo sentí que mi morbo y mis deseos por ella eran aun mayores, y comencé a imaginar la situación por la que había pasado. Imaginarme eso hacia que me excitase con ello en demasía, comencé a imaginar la situación de distintas formas hasta llegar a penetrarla, me imaginaba al violador besándola ante su resistencia, sus manos acariciándola, desnudándola en forma violenta hasta desnudar su cuerpo por completo, disfrutándolo saboreándolo, lamiendo sus senos sus pezones excitándose cada vez más, acariciando sus piernas esbeltas, su vagina hasta penetrarla por delante y volviéndola a poseer nuevamente esta vez haciéndole la cola gozando ese momento hasta saciar su más bajos instintos.....



Así fueron pasando los días imaginándome la situación y que alguien hubiese tomado por la fuerza ese cuerpo tan deseado por mí, y ese deseo que sentía por Marcela se hizo más fuerte en la medida que pasaban los días...



Una mañana ella entró al negocio, saludó muy dulcemente y sentí como que su voz y su forma de saludarme eran un tanto insinuante, ella tenia problemas con el monitor de la PC, yo le dije que pasaría a verla, Marcela iba a hacer unas compras y entonces quedamos en que pasaría por el negocio cuando volviese, dijo que no se demoraría demasiado. Media hora después paso por a buscarme, fui con ella hasta su casa íntimamente mi corazón se aceleraba mientras iba a su lado, y mi mente comenzó a trabajar de la misma forma, ella estaría sola en la casa y sin nadie que pudiese interrumpir esa soledad, era el momento ideal para empezar el intento por lograr algún acercamiento o provocar alguna situación que me llevase a tener algo con ella.



Entre a su casa, la computadora estaba en el living, la miré, el monitor no encendía, pero más que la PC la miraba a ella estaba estupenda, como siempre muy elegante, ella media alrededor de 1,70 mts. llevaba su cabello corto de color castaño y lacio, sus ojos marrones, delicadamente maquilados en párpados y suavemente delineados, lo que le daba un toque de dulzura a su bello rostro, sus labios finos llevaban un rojo encendido, llevaba una camisa blanca de mangas cortas, levemente holgada, bajo la cual si insinuaban sus bien formados senos, aunque no eran de un gran tamaño, tenía una cintura pequeña y sus caderas marcadas por una pollera a cuadros de color gris en varias tonalidades, sin quedar muy marcada se notaba la buena forma de su cola, el largo de su falda llegaba a unos 5 cm de sus rodillas sus piernas esbeltas eran torneadas y firmes, por último llevaba unos zapatos abiertos de taco no muy alto pero le daban más tonicidad a sus delicadas piernas. Ella se desplazaba en forma muy suave lo que le daba un toque felino a sus movimientos.



Antes de poner mis manos en la computadora ella me ofreció un café y en la charla como quien no quiere la cosa puede saber que tanto el marido como la hija no llegarían hasta las 17.00 Horas, el problema era que la compu no tenia nada grave como para demorar mucho ese arreglo, simplemente el monitor no encendía porque tenia el cable cortado, mientras estaba intentando demorar un poco la tarea ella comenzó a realizar las tareas inherentes a una ama de casa, pasados unos minutos ella dijo que se había olvidado de comprar algo, así que salió hasta dos cuadras de su casa, me quedé solo y cambié el cable, el monitor encendió y ahí observé algo que no estaba en mis planes que me excitó y provocó sobremanera, ella estaba conectada a Internet, no había reseteado la máquina, y la página que estaba abierta era un juego virtual en el cual debía intentar seducir a un tipo para que este se fuese quitando la ropa, la verdad me sorprendió que ella estuviese realizando eso y más me sorprendió lo que ella iba escribiendo al ver las distintas escrituras para seducir al chabón eso me excitó más de la cuenta, me provocaba saber que Marcela pudiese llegar a tanto, no la consideraba capaz de semejante cosa, entonces sentí la llave en la puerta, por lo que minimice la pagina ella al entrar vio la computadora encendida y se acercó hacia donde yo estaba, luego de decirle cual era el problema que tenía la PC, intencionalmente abrí la pagina en la que ella estaba jugando, se sorprendió cuando lo hice, yo estaba a esa altura muy acelerado, suavemente deposité mi mano en su cintura y dije:



G- Es un juego interesante, pero es mucho más agradable "en vivo", que te parece si me seducís y soy yo el que se saca la ropa.



Aproveché ese instante de estupor en ella y deslicé mi mano bajando de su cintura hacia su cola, entonces ella reaccionó y se alejó de mí no muy lejos porque salí tras ella y a escasos dos metros le di alcance, ella forcejaba conmigo para que no la tomase pero había quedado en una mala posición atrapada por mi y arrinconada en un ángulo de las paredes del living con sus manos y brazos sujetos por los míos y apretando su cuerpo contra la pared por el mío, ella intentaba salirse de la situación casi en forma felina ofreciendo la mayor de las resistencias a mis intentos, como había quedado de espaldas, mi mis órganos tomaban contacto con las formas de su culo lo que me excitaba aun más y mis intenciones por besarla se demoraban por ese movimiento de resistencia y mientras intentaba besarla dije entre otras cosas:



G- No seas arisca, estamos solos por varias horas, te deseo me gustas mucho y ahora más que antes porque por fuera sos difícil pero por dentro sos un putita deseosa y caliente, con un cuerpo divino, deseable al que dudo mucho que tu marido satisfaga,,,



Mientras decía esto mis intentos por besar su boca parecían infructuosos tan solo podía besar su mejilla pero esa situación me estaba llevando a un clima de calentura muy pocas veces vivido. Ella quedaba a pesar de su resistencia cada vez más arrinconada a tal punto que llegue a apoyar mi pene erecto dentro de mi pantalón sobre su pollera pudiendo sentir sus nalgas y diciéndole:



G- Mira como te desea, podes sentirlo, imagínatelo ahora dentro tuyo yendo y viniendo en tu ano en tu vagina...



Mientras decía esto uno de mis brazos quedo liberado y mi mano acarició sobre la blusa uno de sus pechos provocándome una mayor excitación entonces pude ver como su blusa se abría un poco al perder uno de los botones entonces pude ver sus senos en forma de pera apenas cubiertos por un corpiño blanco de encaje, ante ese hermoso panorama, mi boca dejo de buscar sus labios, mientras mi mano continuaba acariciando su seno mis labios incursionaron por su hermoso cuello, lo lamí y bese varias veces luego su oreja murmurando entre besos y chupones lo mucho que me gustaba y cuanto la deseaba entonces mi boca llego a el detrás de la oreja mientras hacia sentir contra su cola la virilidad y el deseo por ella. Entonces mi boca comenzó a besar más suavemente su cuello por detrás de la oreja y segundos después comencé a notar una disminución en su resistencia, estaba convencido que había encontrado una veta a la que le sacaría el mayor de los provechos. Continué besándola suavemente notando que su cuerpo comenzaba a dejarse llevar, entonces en medio de ese intento sentí que de su boca nacía un suave e imperceptible gemido, segundos después otro un poco más sonoro, entonces continué pero murmuraba lo siguiente:



G- Así, goza, me encanta sentirte de esa manera disfrutando mis besos y mis caricias y van a ser tuyas cada vez que lo desees, vos me gustas desde que te vi la primera vez, te veo tan señora y a la vez tan puta que me enloqueces por completo



Ella acomodó su cuello ofreciéndolo a mi boca y poco a poco sus gemidos fueron subiendo en intensidad y su resistencia a mi fue desapareciendo. Mientras continuaba besándola y ante la falta de resistencia de su parte mi otro brazo que sujetaba su cuerpo bajo acariciando por sobre su pollera sus muslos y su ingle, entonces su cuerpo comenzó a entregarse un sinfín de gemidos partía de su boca, y luego de algunos segundos giró de frente a mi, y en su bello rostro estaba dibujada la pasión y el deseo. Sus brazos rodearon mi cuello podía ver su blusa casi totalmente abierto sus asomando por ella semicubiertos por su corpiño blanco de encaje con alguna transparencia, rodee su cintura depositando mis manos sobre la pollera a la altura de su cola y aferré suavemente sus nalgas entones ella con desesperación me entregó su boca, su lengua su interior y el beso tan deseado se prolongó por varios minutos mientras ella me entregaba su calentura en forma total, su lengua ardiente recorría mi boca con inusitada pasión. Yo abrí su camisa y acaricié sus senos levantando el corpiño, sus pezones comenzaron a erguirse, su boca gemía y con voz entrecortada dijo



M- Así bebé me encanta que me los acaricien



Mientras continuábamos besando quite su camisa, ella la mía, y desprendió su corpiño, sus senos eran blancos, sus pezones estaban erguidos rodeados por una aureola rosada pequeña entonces me tomó por la cintura y apoyo sus senos en mi torso desnudo y fue moviéndolos deslizándolos por mi pecho muy suavemente, una sensación de placer y pasión se apoderó de mí, entonces dijo:



M- Me gusta ver tu carita disfrutando este momento



Yo la tomé por la cintura y ella con suavidad y dulzura comenzó a chuponear mi cuello de tal forma que sentía que ella me transportaba, me enloquecía y pasaba a dominar la situación, luego de varios minutos así en los que me llevó a un clima total de excitación me tomó ella de la cintura acariciaba con su mano mi pecho y besándonos me fue conduciendo a su habitación.



Entramos en ella se acostó en la cama y yo sobre ella y me besó enloquecedoramente introduciendo su lengua en mi boca, yo acariciaba su tórax y mis manos podían saborear el placer que me ocasionaba el contacto con sus pechos y sus pezones endurecidos.



Pasados unos segundos, mi boca bajo en busca de sus pechos, los tomé entre mis manos y comencé a besarlos, luego a lamerlos, cuando sintió mi lengua en sus pezones un concierto de gemidos partió de su boca y ni que hablar cuando mis labios con suavidad los pellizcaban, luego me sumergí en ellos succionándolos mientras ella enloquecía con mis caricias, luego bajé por su tórax y fui besándolo por completo hasta llegar a su cintura, comencé a bajar su pollera hasta arrojarla al piso ella tenía una pequeña bombacha blanca de encaje que hacia juego con su corpiño, entonces me paré sobre la cama bajé mis pantalones, y vi su carita de excitación al notar mi pene erguido bajo el slip, ella se incorporó y su mano acarició mi pene erguido por sobre el slip para luego introducirse por debajo acariciándolo, excitándolo más con sus manos, luego bajó el slip lo besó delicadamente y mirándome dijo:



M- Es maravilloso, me enloquece verlo y saber que en segundos estará dentro mío haciéndome gozar a cada instante



Entonces ella se quitó la bombacha, su concha depilada lucia excitante me acomodé sobre su cuerpo y nos besamos enloquecedoramente, con inusitada pasión y moviendo mi cintura lentamente hacia que mi pene erguido juguetease en la entrada de su vagina, eso la excitaba más aun, su boca gemía y gritaba ahogada por el beso que nos estábamos brindando, entonces sentí sus manos aferrando mi cuerpo con fuerza, su beso se hizo mas profundo y sentí su cuerpo bajo el mío agitándose, sacudiéndose en un orgasmo infernal, mientras yo la besaba y la acariciaba muy dulcemente.



Cuando su cuerpo se calmó ella dijo:



M- Bebé me hiciste acabar sin ponérmela, y estoy deseando más que antes que entres en mi cuerpo, te deseo, cojéeme...



Sentí que sus piernas se abrían dispuestas para recibirme en su cuerpo apoyé mi glande sobre su concha la miré y dije:



G- Llegó el momento de estar en tu cuerpo, de gozarte, de disfrutar dentro tuyo...



Mi pene comenzó a avanzar en ella un profundo gemido nació de su boca su cuerpo comenzó a vibrar y mi pene lentamente comenzó a apoderarse de su vagina hasta introducirse por completo en ella entonces comencé a deslizarlo en su interior lentamente como para gozar y hacerla gozar esa recorrida y poco a poco comencé a aumentar la aceleración dentro de ella nos besábamos, acariciaba su cuerpo, su tórax, sus senos excitados y ella hacia lo mismo con el mío, quería demorar al máximo el instante de lanzar sobre su interior mi semen, ella gozaba excitada pasaron un par de minutos y ya con voz desesperada pidió casi en forma de suplica que la acabase, volví a besarla y dije:



G- estas deseando que te acabe, y yo también deseo hacerlo pero también deseo seguir disfrutándote...



M- Acabame por favor, voy a ser tuya todas las veces que vos lo desees porque esto no termina acá...



Aceleré mis movimientos ya no me podía contener más entonces dije:



G- Ahora, nena el momento llegó hagámoslo juntos...



Pasaron segundos cuando sentí que mi pene eyaculaba en su interior al mismo tiempo que su cuerpo se contraía y comenzaba a sacudirse con un nuevo orgasmo, sus manos tomaron mi cuerpo se incorporó levemente depositó su boca en la mía en medio de sus gemidos, se dejó caer sobre la cama y nos besamos apasionadamente durante incontables minutos, nos acariciábamos y gozábamos a cada instante pasaron largos minutos así nuestros cuerpos se habían aquietado ella se incorporó de la cama y dijo:



M- ya vengo mi cielo voy a ducharme.



Pasaron unos minutos fui al baño ella se estaba secando yo la ayude con la toalla y mi mano recorriendo su cuerpo luego la tomé en mis brazos de espaldas a mi mi pene comenzó a parase cuando tomó contacto con la suavidad de sus nalgas, ella me miró y dijo:



M- Me encanta sentir que me volves a desear porque yo quiero más...mucho más



G- Yo te voy a dar todo lo que vos desees y también espero que vos te entregues por completa.



M- deseas mi cola, sabes una cosa te la voy a dar pero no hoy, un poco cada día, así que si la deseas vas a tener que volver por ella otra vez



G- Bueno jamás pensé en que hoy fuese nuestro único encuentro, sos una locura en la cama como para dejarte tan fácilmente



Volvimos a la habitación, salí de su casa cerca de las dos de la tarde luego de volver a cojerla otras dos veces.



Al día siguiente volví n busca de más y ella me entregó como su premio su muy preciada cola, pero la cosa no terminó ahí durante dos meses iba a su casa a buscar su cuerpo tan deseado, antes de decidir que lo nuestro había terminado.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 7
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1743
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