Se me viene inmediatamente a mis recuerdos, aquella manoseada protagonizada con la misma asistente administrativa de la facultad de derecho y ciencias políticas cuando andábamos de amantes oficiales. Qué estaba entrenándola en persona en el uso del sistema computarizado para la creación de la misma oferta oficial académica, que anota cada uno de los procesos e explicaciones versadas de viva voz por mí; sentados ambos mientras estaba anotando aprovecho al llevarle y extenderle divina y calientemente mi mano, al ponérsela en su regazo y vientre que le doy unas merecidas hasta cautivadas y provocadas manoseadas. Vestida con la falda del atuendo del uniforme de administrativa, en que me habla sin apartar para nada la mirada de la libreta donde apunta, cuidado con esas manoseadas tuyas acuérdate que nos puede ver el mismo cajero que si no sabes lo tenemos aquí a lado solo por la división de la misma vidriera.

La semana del jefe y asistente estamos yo y mi amiga la administrativa universitaria aguardando tranquilamente en las mismas bancas al tenerla al lado mío; sin que sepa ni se da cuenta le tomo su mano para acariciarla me la quita al molestarse, no me dice nada en que aprovecho la distracción sin que se entere. Al llevarle mi mano a su pierna para manosearla molesta se voltea, cuidado con esa manoseada tuya acuérdate que yo tengo novio oficial y ya he presenciado hasta he tenido problemas en el pasado por hombres traviesos cómo atrevidos hasta necios como tu, al plantarme está molestia nada menos mi amiga la administrativa universitaria que vestida con chaqueta de manga larga negro claro con falda rojo claro floreado y con sandalias.

En la cafetería de la universidad desayunando antes de entrar a trabajar al mediodía en persona, estamos yo y la compañera administrativa de la oficina de servicios al estudiante sentado. Uniformada con falda y medias que las miro y en un momento, le pongo mi mano al darme una merecida y tremenda hasta soberana manoseada en sus piernas; en que la siento muy caliente y muy suculenta hasta muy emocionada. En que se me acerca al oído al decirme, soy una mujer casada por favor, respétame hasta ten mucho cuidado con tus manos encima de mí; y estás seduciéndome y coqueteándome inclusive, por lo que puedo imaginarme quieres ligarme con el manoseo gustoso que soy víctima protagonista también ante mi presencia en vivo y a todo color por ti al sonreírme y mucho más mientras desayunamos ambos.