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Al día siguiente desperté aun sin creer los sucesos de la noche anterior. Por un momento pensé que todo había sido un sueño pero el ver a mi madre durmiendo junto a mí, con una gran sonrisa en los labios me indico que todo había sido muy real. Aun seguíamos abrazados y mi pene permanecía enterrado en la concha de mi madre. Ella despertó unos segundos después y nos miramos a los ojos para luego darnos los buenos días con un apasionado beso.
De pronto caímos en cuenta de lo extraño de nuestra ubicación, seguíamos en casa de Doña Elide. Esta apareció en la puerta enfundada en una bata de satín.
-Buenos días, tortolos. Espero que hayan dormido bien. El desayuno está servido, aunque ya casi es mediodía.- nos dijo mientras bebía una taza de café.
Ambos le devolvimos los buenos días con cierta incomodidad; estábamos un poco apenados por lo sucedido.
Nos dirigimos a la mesa a desayunar donde la preocupación podía verse en nuestros rostros, comimos un rato en silencio hasta que doña Elide hablo.
-Antes que nada debo pedirles una disculpa por haberlos engañado así. Cuando Margarita vino a verme y me conto sus motivos para entrar al grupo comencé a idear un plan. La confirmación de David que también se sentía atraído por su madre fue todo lo que necesite para poner dicho plan en marcha.
El principal problema desde mi punto de vista era que ambos se deseaban pero ninguno de los dos lo admitiría por su cuenta por lo que necesitaban un pequeño empujón. No tienen de que preocuparse, su secreto estará a salvo conmigo. Además debo confesarles que era una de mis fantasías el ver a una madre e hijo follar y les diré que verlos juntos fue algo increíble.-
Ambos nos relajamos completamente y continuamos comiendo y hablando de trivialidades. Doña Elide nos relató algunos de sus encuentros más candentes y sus fantasías más eróticas, cosa que no tardo en ponerme la polla dura, mi madre aprovecho para agarrarla por debajo de la mesa y hacerme una discreta paja, la que yo correspondí metiéndole dos dedos en su concha. Doña Elide se rio al darse cuenta de lo que sucedía por debajo de la mesa y ella también comenzó a pajearse mientras continuaba con sus relatos.
Al final los tres nos corrimos casi al mismo tiempo. Mi semen baño la mano de mi madre quien sin poder tiempo se la llevo a la boca para tragárselo todo.
Una vez que terminamos nos preparamos para dirigirnos a nuestro departamento. Doña Elide se despidió dándonos un beso en la boca a cada uno.
-Hasta luego, tortolos. Pórtense bien. Y David, imagino que esto significa tu salida del grupo. Aunque si quieres seguir participando siempre puedo encontrar a otro jovencito que satisfaga a tu caliente madre.- dijo riendo la señora
-No se preocupe por eso. A partir de ahora yo me encargare de complacer a mi ardiente madre. – respondí abrazando a mi madre mientras esta se sonrojaba.
-Ay, pero que cosas dice este chico. Y qué bueno que lo menciona, aún tenemos que hablar acerca de esos encuentros.- dijo mi madre con un fingido enojo.
Nos dirigimos de regreso a casa actuando de manera normal, como nada hubiera sucedido pero una vez que cruzamos la puerta de nuestro departamento empuje a mi madre contra la puerta y le plante un increíble y lujurioso beso que ella correspondió introduciendo su lengua en mi boca.
El beso no duro mucho pues mi madre hizo que nos separáramos.
-Espera cariño, primero lo primero, será mejor que llame al trabajo y a tu escuela para reportarnos enfermos. Mientras tanto prepara el baño, nos hace falta una buena ducha a ambos.- dijo mi madre.
Obedeciéndola me dirigí al baño mientras ella realizaba las llamadas necesarias. Mientras me desvestía todavía seguía sin poder creer todo lo que había sucedido, pensé que en cualquier momento despertaría y todo habría sido solo un sueño. Pero parte de eso tenía la incertidumbre de que sucedería con nuestras vidas. Obviamente habíamos cometido un acto prohibido y nuestra relación no podría volver a como era antes pero que sucedería a continuación.
Perdido en mis cavilaciones bajo el chorro de agua no me di cuenta que mi madre había entrado al baño. Sus manos sobre me rodearon abrazándome desde atrás.
-Ya está todo listo. Tenemos el día para nosotros, cariño.- me dijo.
Yo me voltee hasta quedar frente a ella y me detuve a admirar aquel hermoso cuerpo maduro. Por primera vez podía contemplarlo en todo su esplendor, sin tener que mirarlo escondido o de reojo.
Me encantaba todo de ella, sus grandes tetas caídas, su gorda barriga, su coño peludo y su enorme culo.
Mi madre me tallo el cuerpo como cuando era niño poniéndole especial atención a mi dura verga que atrapo con sus manos y limpio con cariño y esmero. Cuando la hubo dejado reluciente y limpia se puso de rodillas para chuparla con deleite.
Mi madre agarro mi polla y la contemplo por unos minutos, luego delicadamente poso sus labios sobre su morada cabeza y comenzó a chuparla.
Tal vez no era una experta mamadora pero no me importaba en lo más mínimo, el solo hecho de tenerla deleitándose con mi verga era más que suficiente para hacerme correr. Se concentró en chupar la cabeza de mi verga y luego se la metió toda en la boca, para mi sorpresa logro engullirla por completo. Era una esplendorosa visón el observar a mi madre meterse toda mi polla en la boca. Siguió chupando animadamente por momentos y luego se la sacaba para lamer el tronco y de nuevo volvía a meterla toda en su boca.
Sus atenciones rindieron fruto cuando anuncie mi corrida pero ella hizo caso omiso del aviso y la recibió con gusto de lleno en la boca. Mi madre se tragó toda mi leche sin desperdiciar una gota y aun así le dio un par de lamidas a más al glande en busca de cualquier rastro de mi corrida.
Se puso de pie con una sonrisa en los labios y abrió la boca para demostrar que se lo había tragado todo.
Ahora era mi turno de devolverle el favor y con mis manos recorrí aquel cuerpo que tanto había deseado, apreté sus enromes senos haciéndola gemir, sus pezones se levantaron reaccionando ante mis caricias y los pellizque juguetonamente. Los puse bajo el chorro de agua para limpiar los restos de jabón y luego me los lleve a la boca donde los chupe con fuerza. Mi madre se apoyó contra la pared del baño extasiada ante mis atenciones pero aún faltaba más. Una de mis manos bajo hasta su peludo coño y sin previo aviso metí 2 dedos dentro de su raja, ella se sobresaltó ante la intrusión pero no tardo en disfrutar mis atenciones. Nuevamente protagonizábamos una estampa peculiar, un hijo chupándole las tetas a su madre mientras le metía los dedos en el coño.
La sostuve entre mis brazos pues sus piernas le fallaban a causa de mis atenciones y finalmente descargo su corrida sobre mis dedos pero debido al agua que caía se deslizo por el drenaje de la ducha. Que desperdicio, en fin tal vez luego podría volver a probar su dulce coño, por ahora tenía una idea mejor en mente.
La puse frente a la pared y con la polla erecta me dirigí hacia su coño dispuesto a penetrarla pero ella me lo impidió.
-Eso fue increíble, hijo pero por mucho que desee que me vuelvas a follar creo que antes de continuar debemos hablar seriamente acerca de nuestro futuro.- Me dijo saliendo de la ducha.
Tomamos un par de toallas y luego de secarnos salimos del baño con las toallas cubriendo nuestra desnudez. Me alegre que mi madre tuviera las mismas dudas que yo y ciertamente era importante definir el rumbo que tomarían nuestras vidas.
Nos sentamos en la mesa de la cocina para discutir todo lo que había sucedido. Mi madre fue la primera en hablar.
-Para comenzar debo admitir que ya había olvidado lo bien que se sentía el sexo y nunca había experimentado tanto placer como el que sentí contigo. No sé si todo el asunto de madre e hijo tenga algo que ver pero jamás me había corrido como anoche. No negare que me gustaría seguir manteniendo relaciones contigo pero no deseo atarte y evitar que busques pareja solo por complacerme. Aun soy tu madre y me importa tu felicidad. Además seguramente estarás mejor con una chica de tu edad que con una vieja como yo.- me dijo mi madre.
-Mama, desde antes de mudarnos aquí tenía una fijación por las maduras. Reconozco que nunca antes pensé en ti de una manera sexual pero ciertos eventos me hicieron despertar mi deseo hacia ti. Ese deseo no es más que el amor que ya sentía por ti solo que expresado de una manera un poco más física. También me importa tu felicidad y mientras quieras estar conmigo eso me hará muy feliz. Sin importar lo que pase yo siempre estaré a tu lado, así sea como tu pareja o simplemente como tu hijo.- le conteste.
Mi madre tenía lágrimas de felicidad en los ojos y una enorme sonrisa a causa de mis palabras. Me levante y la abrace tiernamente para luego darle un amoroso beso en los labios.
Sin embargo alguien se estaba emocionando de más, mi pene nuevamente se levantó haciendo una casa de campaña con la toalla en mi cintura y comenzó a presionarse contra ella.
-Por dios, hijo. ¿Es que esa cosa nunca descansa?- me pregunto señalando a mi verga.
-Perdón, mama. No puedo evitarlo teniendo semejante belleza tan cerca.- le respondí.
-Solo dices eso porque quieres follarme. Eres igual que todos los hombres.- me dijo bromeando.
-Por supuesto que no, mama. Tú eres muy hermosa y te mereces lo mejor. Te diré algo, ya que somos pareja lo justo es que tengamos una cita. Arréglate bien porque esta noche saldremos a cenar. Yo invito.- le dije.
Dado que ninguno de las 2 tenia que asistir al trabajo o escuela aquel día nos dispusimos a realizar labores del hogar. Mi madre salió un momento para comprar el almuerzo mientras yo me dedicaba a limpiar la casa. Durante la comida charlamos como antes pero nos lanzábamos furtivas miradas todo el tiempo. Finalmente la noche llego y me arregle lo más galán que pude para la más esperada cita de mi vida.
A la hora acordada nos encontramos en la sala de la casa. Mi madre apareció con un vestido negro que le quedaba espectacular. Sus enormes senos resaltaban con su atrevido escote.
Me quede boquiabierto al verla y mi pene se endureció al instante.
-Vaya, mama, estas preciosa.- le dije provocando que se sonrojara.
Me tomo del brazo y salimos rumbo a disfrutar de nuestra primera cita. Dado que era lunes habia muy poca gente en la ciudad aquella noche. Fuimos a ver una película, cenamos en un buen restaurante y luego nos fuimos a pasear por el lugar. Reímos, charlamos y nos divertimos como nunca. Al principio nos comportábamos de manera normal pero conforme la noche avanzaba nos poníamos más melosos hasta parecer una pareja de enamorados; y al fin y al cabo eso era lo que éramos.
La velada llegaba a su fin y regresamos contentos a casa. Al entrar nos quedamos dudosos de que hacer a continuación. Llegamos hasta la puerta de nuestras habitaciones y permanecimos en silencio. Era obvio que ambos deseábamos lo mismo pero aún se sentíamos cierta incomodidad al expresarlo. Nuestro primer encuentro había sucedido por un engaño y la ducha de la mañana había a causa de la excitación que aun teníamos; pero ahora estábamos consientes de la situación.
Finalmente mi madre me dio las buenas noches y se dispuso a entrar a su habitación. Yo la detuve y al tome entre mis brazos dándole un romántico y tierno beso.
-Mama, deseo pasar la noche contigo.- le dije.
-¿Para follarme?- me pregunto.
-No, para hacerte el amor.- respondí.
Así abrazados entramos en su alcoba donde lentamente comenzamos a despojarnos de nuestras ropas. Al levantarle el vestido a mi madre me tope que por debajo llevaba un sensual conjunto rojo de sostén y bragas de encaje transparentes. Sus erectos pezones y grandes areolas podían verse a través dela fina tela al igual que su peludo coño.
-Lo compre especialmente para ti. ¿Te gusta?- me pregunto.
Mi respuesta fue en forma de otro beso solo que este más arrebatador que antes.
Caímos sobre la cama y poco a poco la fui despojando de aquel despampanante atuendo hasta dejarla desnuda, ella me ayudó a desvestirme hasta quedar como me había traído al mundo.
A diferencia de la noche anterior esta vez nos tomamos nuestro tiempo para disfrutar del encuentro; recorrí el cuerpo de mi madre llenándolo de besos, desde sus labios pasando por su cuello hasta llegar a sus grandes pechos. Con suavidad los chupe como cuando era niño, acariciándolos con delicadeza. Tímidos gemidos brotaban de sus labios al sentir mi boca en sus pezones. Continúe con mi travesía hasta llegar a su coño el cual ansiaba volver a probar. Mi madre abrió lentamente sus piernas dejando ver aquel lugar de donde había salido. Aun lo tenía peludo como me gustan pero le había recortado el volumen y dejado más uniformemente.
Suavemente pose mis labios sobre aquel divino coño maduro y comencé chuparlo de manera lenta, le di un par de lamidas los labios y luego introduje mi lengua dentro de ella. Después me dirigí hacia su clítoris para darle unos suaves besos y lamerlo como si fuera un helado. Estaba decidido a hacerla correr usando solo mi boca y logre alcanzar mi meta unos minutos después cuando sentí el caudal de sus jugos llenar mi boca.
Una vez que termine de saborear los jugos de mi madre me prepare para hacerle el amor por primera vez.
Me acomode entre las piernas de mi madre y dirigí mi dura verga hasta su húmeda panocha. La mire a los ojos y había cierta duda reflejada en ellos.
-¿Estás seguro de esto hijo? Aun podemos dar marcha atrás y olvidar todo esto. Aun podemos volver a ser simplemente madre e hijo.- me dijo con voz temblorosa.
-Siempre seremos madre e hijo pero ahora también somos algo más. El amor que siento por ti nunca cambiara, mama. Si me lo permites te hare feliz todos los días de tu vida y te hare gozar todas las noches. Te amo, mama.- le dije mirándola fijamente.
-Y yo a ti hijo. Entonces hazlo, deseo volver a tenerte dentro de mí. Quiero que me hagas sentir mujer otra vez.- me dijo mirándome a los ojos con lágrimas de felicidad.
Sin apartar nuestras miradas la penetre con lentitud disfrutando cada momento. Una vez que estuve totalmente dentro de ella me incliné para besarla nuevamente. El tiempo se detuvo para nosotros y el mundo desapareció. Suavemente comencé a mover mis caderas, entrando y saliendo de ella de manera calmada y pausada. No sé cuánto tiempo estuve dentro de ella pero era una sensación indescriptible el penetrarla lentamente, gozando cada instante del encuentro y deseando que nunca llegara a su fin.
No había más palabras que decir, nuestros cuerpos hablaban por nosotros, lo único que se escuchaba en el silencio de la noche eran nuestros gemidos de placer.
No besamos con ternura y amor, aumente un poco el ritmo de la penetración buscando brindarle todo el placer posible a la mujer que me engendro, sabía que había pasado años privada de dicho placer y deseaba hacerla gozar como nunca. Quería que disfrutara tanto como yo, que sintiera cuanto la amaba, y por sus gemidos y la sonrisa en su rostro estaba consiguiéndolo.
Al unísono alcanzamos el tan anhelado orgasmo y sin temor a equivocarme puedo decir que para ambos fue el mejor de nuestras vidas. Mi corrí dentro de mi madre y ella se vino al tenerme dentro suyo.
Nos quedamos abrazados disfrutando la consumación de nuestro amor y el inicio de la nueva relación que mantendríamos de ahora en adelante.
Esa había sido una experiencia inigualable e inolvidable. Ninguno de mis anteriores encuentros me había dado tanto placer, ni siquiera el de la noche anterior en casa de doña Elide. Permanecimos un rato en silencio acariciándonos con ternura mientras disfrutábamos de nuestra compañía.
Nos encontramos cara a cara y una vez expresamos nuestro amor con un tierno y romántico beso.
La tome entre mis brazos y nuevamente caímos dormidos juntos y felices, abrazados cariñosamente como la pareja que éramos.
Luego de esa espectacular noche las cosas cambiaron en casa. Mi madre pidió un turno fijo matutino en su trabajo para poder estar más tiempo juntos y yo por mi parte al salir de la escuela corría directo a casa para tenerlo todo listo para su llegada. La ropa quedo prohibida en el hogar y ambos nos paseábamos desnudos por el lugar.
Mi madre me pidió le contara como había terminado en aquel grupo de Maduras Anónimas y todo lo que había hecho con ellas. Cada noche le fui relatando a mi madre los diferentes encuentros que había tenido con las vecinas. Mientras yo le explicaba con lujo de detalles todo lo sucedido nos masturbamos uno al otro hasta hacernos correr y luego follabamos hasta quedarnos dormidos.
Mi madre se excitaba de sobremanera al enterarse de las diferentes prácticas que había realizado e insistió en recrear algunas de ellas. Mi sorpresa fue grande cuando ella también me relato sus experiencias de juventud, dándome cuenta que también había realizado prácticas similares.
Los fines de semana aprovechamos para llevar a cabo dichas prácticas y también otras nuevas.
Ella era increíble en la cama, siempre caliente y dispuesta a follar. No tenía problemas en follar de manera salvaje o de forma tierna. Había noches en que incluso no follabamos, solo nos conformábamos con dormir juntos. Podíamos hacer el amor suavemente como enamorados diciéndonos palabras tiernas y también podíamos coger como animales mientras expresábamos las guarradas más sucias que se nos ocurrieran; era mi novia y mi puta, mi amante y mi amiga pero lo más importante era que era mi madre.
Tanto mi madre como yo concluimos que el sado no era lo nuestro pero la lluvia dorada y los juguetes si nos gustaban bastante. Mi madre disfrutaba cuando la penetraba y luego le metía un consolador por su otro agujero, estoy seguro que fantaseaba con tener 2 pollas de verdad a la vez. Ella se compró un par de juguetes más y mucha ropa interior sensual y coqueta, desde tangas hasta babydolls, usualmente los usaba en nuestras citas y siempre me robaba el aliento el verla por primera vez con esos eróticos atuendos.
La lluvia dorada ocurrió de manera espontánea una tarde cuando mi madre estaba usando el baño; mi madre estaba sentada desnuda en el váter cuando entre para orinar.
-Upss, perdona mama, iba a usar el baño pero esperare a que termines.- le dije también desnudo.
La lujuria apareció en los ojos de mi madre.
-No tienes por qué esperar hijo, puedes hacerlo ahora, solo asegúrate de no manchar el piso.- respondió con picardía.
Comprendiendo lo que quería entre al baño y apunte mi polla hacia ella, el chorro de líquido amarillo salió disparado y le dio de lleno en sus tetas para después comenzar a caer por su piel hasta dentro del váter. Mi madre se amasaba las tetas mientras mi orina las bañaba, disfrutando aquel liquido sobre su cuerpo. Cuando el chorro aminoro hasta llegar a su fin ella también comenzó a orinar pero dentro del excusado, rápidamente me arrodille frente a ella y comprendiendo mis intenciones uso sus dedos para dirigir su orina hacia mí. Al cabo de unos segundos estaba completamente cubierto de su orina hasta que las ultimas gotas salieron de su peludo coño.
Obviamente el piso quedo hecho un asco por ello acordamos que solo lo practicaríamos en la ducha.
En otra ocasión, un sábado por la noche regresábamos de una cita y nos dirigimos al parque que había cerca de la casa. Estaba casi desierto lo que aprovechamos para follar sobre una de las bancas del lugar.
Sin moros en la costa me senté en la banca y me saque la polla del pantalón, mi madre se levantó su falda y haciendo un lado la tanga se sentó tragándose mi verga por completo.
La sensación de ser descubiertos por alguien era de lo más excitante, mi madre hacia lo posible para no gemir pero yo se lo puse más difícil cuando comencé a jugar con sus enormes senos. A lo lejos podíamos ver personas caminando y si cualquiera de ellas se acercaba lo suficiente podría darse cuenta claramente de lo que hacíamos.
Finalmente me corrí llenándole el coño de leche y luego nos recompusimos las ropas y caminamos de regreso a casa como si nada hubiera pasado. Exceptuando claro está que mi madre recorrió todo el trayecto con mi semen escurriéndole del coño.
Durante el día, al estar separados, nos acostumbramos a enviarnos mensajes por teléfono en nuestros ratos libres y también una que otra foto caliente para calentarnos.
Cuando cumplimos 1 mes de iniciar nuestra relación ella me dio un increíble regalo.
-¿Aun tienes fuerzas para un round más?- me pregunto luego de le hubiera llenado el coño de leche como cada noche.
-Para ti siempre, mama.- conteste mostrándole mi pene que comenzaba a recuperarse.
-Hijo, este último mes me has hecho la mujer más feliz sobre la tierra y quiere entregarte algo como agradecimiento. Quiero que me folles el culo.- me dijo.
-¿De verdad, mama? Nunca pensé que quisieras follar por ahí.- le conteste completamente emocionado.
-Solo te pido que tengas mucho cuidado, han pasado años desde la última vez que me cogieron por ahí y aunque hemos utilizado mi vibrador recientemente en él no se comprara con tu enorme polla.- me pidió.
-Claro que seré cuidadoso, mami. Si sientes que te duele solo dímelo y me detendré.- le respondí.
Mi madre me entrego un lubricante que guardaba en su mesita de noche y luego se colocó a 4 patas frente a mí. Antes de usar el lubricante quería una probadita de su magnífico culo y me lance adentro de él. Ella se sobresaltó al sentir mi lengua en su ojete pero pronto comenzó a gemir. Mis manos separaban sus cachetes para poder tener un mejor acceso.
Mi lengua penetro con esfuerzo en aquel estrecho agujero preparándolo para recibir mi verga dentro de él. Aunque había metido el vibrador muchas veces dentro este era de un tamaño pequeño. Su ojete se contraía con las lamidas que le daba y ella se reía disfrutando la sensación.
Sabiendo que solo mi saliva no bastaría tome la botella de lubricante y exprimí su contenido sobre mis dedos. Primero empecé con uno, luego dos y finalmente pude meterle tres dedos dentro de su ano. Me asegure de lubricarlo por completo al igual que mi verga pues no deseaba lastimar a mi madre. Una vez listo me puse en posición detrás de ella.
-¿Estas lista mama?- le pregunte con la cabeza de mi polla tocando suavemente su palpitante ojete.
-Hazlo, hijo. Folla a tu madre por el culo.- me dijo mientras abría sus nalgas lo más que podía.
Lentamente comencé a penetrar el culo de mi madre, la hinchada cabeza de mi polla tuvo problemas para entrar
-¿Te sientes bien mama?- pregunte con preocupación.
-Sí, hijo, no te preocupes, aghhh, solo deja que me ajuste a tu verga.- respondió mientras apretaba con fuerza las sabanas a causa del dolor.
Poco a poco el tronco fue penetrando dentro del culo de mi madre, era el ano más estrecho que había follado y apretaba mi polla de manera deliciosa. Finalmente logre meterla toda hasta que mis testículos chocaron contra ella.
-Ya está toda adentro, mami.- le dije.
-Dios mío, no puedo creer que me la hayas metido toda, hijo. No creí que fuera capaz de resistirlo.- exclamo mi madre sorprendida.
Nos quedamos quietos mientras ella se acostumbraba a tenerme dentro de su culo, la verdad era que yo no tenía problemas en permanecer así el tiempo que fuera necesario, era una sensación única el estar dentro de ella.
Después de un rato ella me indico que era seguro continuar al comenzar a empujar sus caderas hacia mí.
-Ayyyy, hijo, que gusto me das, no pares, mmmm, que rico, tenía rato que no gozaba tanto una verga en mi culo, mmmmm, aggghhh.- gemía mi madre.
-Tu culo aprieta mi verga como ningún otro, mama, ufffff, que delicia de culo tienes, mmm, lo voy a llenar de leche.- le dije mientras la penetraba con más fuerza.
-Sii, hijo, llénalo de leche, aghhh, córrete dentro de mí, ummmmm. Que gusto el tener a mi hijo follandome el culo. Ahhhhh, ME CORRRROOOO.- Grito mi madre anunciando su orgasmo.
-Siiiii, mamaaa, también me vengooooo.- exclame acompañándola con mi orgasmo y disparando mi leche en su culo.
Me desplome junto a ella y mi polla salió de su culo de donde pronto comenzó a chorrear mi semen.
Cada día que pasaba mi madre me sorprendía más hasta donde podía llegar pero la mejor sorpresa llego un día en que regrese tarde a casa a causa de la escuela. Apenas entre pude escuchar con claridad gemidos que provenían del cuarto de mi madre, pensé que a lo mejor se estaría masturbando mientras esperaba mi llegada pero mientras me acercaba note que eran 2 voces las que se escuchaban.
Al entrar por la puerta me lleve la sorpresa de encontrar a mi madre y doña Vicky envueltas en un emocionante excitante 69. Estaban tan enfrascadas una con la otra que ni siquiera se dieron cuenta de mi presencia. Ante tal maravilloso espectáculo solo había una cosa por hacer: me saque la polla y comencé a pajearme.
Mi madre ya me había contado de sus encuentros en la universidad pero era delirante poder presenciarlo en vivo. Apenas y podía ver el rostro de mi madre sumergido entre los gruesos muslos de doña Vicky quien se encontraba sobre de ella y también metida en su entrepierna.
Ambas maduras lamian y chupaban como desesperadas llenando la habitación de eróticos sonidos y gemidos. Pero eso no era todo pues pude escuchar el leve sonido de vibraciones lo que significaba que además estaban usando los juguetes de mi madre entre ellas.
Me acerque un poco hacia el trasero de doña Vicky y comprobé mis sospechas al observar como mi madre tenía un vibrador metido en el culo de su amiga mientras usaba su lengua en su concha. Era espectacular ver como mi madre atacaba ese coño con deseo, seguro que su amiga le estaba dando un tratamiento igual al de ella pues tenía los ojos cerrados de placer.
Finalmente las observe gemir con fuerza y vi sus cuerpos convulsionarse al llegar al clímax de su encuentro, ambas permanecieron unos segundos metidas en el coño de la otra seguramente degustando sus jugos y al terminar doña Vicky se deslizo junto a mi madre totalmente satisfecha.
-Eso estuvo increíble, Margarita. Me alegra que por fin te hayas decidido a llamarme.- dijo la madura completamente extasiada.
-Estoy de acuerdo.- dije revelándoles mi presencia.
-¡¿David?! ¡Dios mío, qué pena! ¡No puedo creer que hayas visto eso!- exclamo totalmente sorprendida Victoria mientras se cubría con las sabanas.
-No tiene de que avergonzarse, señora, eso fue muy excitante, y no solo lo digo yo sino también mi amigo aquí presente.- le respondí señalando mi verga dura como piedra.
-¡¿Pero cómo puedes estar mostrando eso en presencia mía y de tu madre, atrevido?!- dijo la señora pero sin poder apartar su vista de mi miembro.
Mi madre se levantó de la cama totalmente desnuda y se colocó junto a mí.
-Ahora te quejas pero bien que gozaste teniéndolo dentro de ti, zorra. Bienvenido a casa, hijo.- dijo mi madre mientras me agarraba el pito y lo sacudía frente a doña Victoria.
-Es verdad, esa monja, criada y doctora disfrutaron mucho de esta polla. Hola, mama.-respondí dándole un beso apasionado ante la atónita mirada de su amiga.
Por primera vez en su vida Victoria se quedó sin palabras. Lo que sucedía frente a ella era algo inaudito y a la vez excitante.
-E-espera un minuto… ¿me estás diciendo que el chico de aquella vez…? ¿Y no solo eso sino que ustedes dos…?- dijo la mujer comprendiendo lo que sucedía.
-Así es, mujer. Mi hijo te follo en aquella ocasión con esos disfraces que te gusta usar.- respondió mi madre.
-Y eso no es todo, mi madre nos vio follar por la webcam esa vez mientras se masturbaba.- añadí.
-Y ahora este pedazo de pija es toda mía. Todas las noches me duermo con el coño y culo llenos de la leche de mi hijo y nunca habíamos sido más felices.-concluyo mi madre.
-Pues es mucha información que asimilar en tan poco tiempo pero solo puedo decir que eres una mujer con suerte, Margarita. Tu hijo ha sido de mis mejores amantes honestamente te envidio que puedas disfrutar de semejante pedazo de polla todos los días.- respondió la señora.
-Pues aprovecha que lo tienes enfrente y disfrútalo, mujer. Estoy segura que mi muchacho no tendrá problemas en complacer a dos zorras como nosotros. ¿No es cierto, hijo?- pregunto mi progenitora.
-Claro que no tengo problema, mama. Las follare hasta que no puedan mas.- dije emocionado.
Aquel era mi primer trio con 2 mujeres y planeaba disfrutarlo al máximo. Mi madre fue la primera en atacar llevandoe mi pene a la boca para degustarlo como tantas otras veces.
Sin embargo doña Vicky se había quedado quieta observando como mi madre me hacia una mamada, seguramente estaba tratando de asimilar la situación.
-No te quedes ahí estática, Vicky, ven a disfrutar de la deliciosa verga de mi niño.- dijo mi madre menando mi verga hacia su amiga.
Doña Vicky se despabilo y con rapidez se colocó junto a mi madre quien le ofreció mi verga. La señora no perdió el tiempo y se la trago toda de un solo movimiento. Le dio un par de chupadas y se la paso de nuevo a mi madre quien hizo lo mismo. Ese par de zorras maduras se deleitaban compartiendo mi verga como si fuera una paleta, mis gemidos dejaban ver lo mucho que lo estaba gozando.
-Una polla tan rica se merece un tratamiento especial, ¿no estás de acuerdo, Margarita?- pregunto Doña Victoria.
-No podría estar más de acuerdo. Prepárate, corazón, esto te volverá loco.- me dijo mi madre sonriendo maliciosamente.
El ataque doble comenzó cuando ambas recorrieron mi polla una a cada lado, luego mi madre le daba chupetones a la cabeza mientras doña Vicky lamia el tronco, después fue doña Vicky quien se la metió a la boca hasta hacerla desaparecer y mi madre bajo hasta mis huevos para lamerlos. Luego se besaban juntas mientras usaban sus manos para pajearme y acto seguid regresaban a enfocarse en mi verga.
Me preguntaba cuántas veces habían comido una polla juntas aquellas amigas, trabajaban de manera coordinada sobre mi verga, enfocándose en no dejar ni un solo lugar sin atender y encontrándose por momentos donde aprovechaban para darse fugaces besos o lamidas.
Sin siquiera poder avisar y absorto como estaba por las atenciones de esas mujeres mi leche salió disparada de mi polla bañando a mi madre a su amiga con sus chorros mientras ambas sen encontraban chupando la cabeza de mi pene.
Las maduras recibieron la corrida con las bocas abiertas tratando de atrapar la mayor cantidad posible y una vez que hube terminado de disparar sobre ellas se enfrascaron en un lésbico beso compartiendo mi corrida entre ellas.
Gracias a mi juventud y lo candente de la situación mi verga aún seguía en pie de guerra y me acerque a mi madre queriendo follarla primero, pero ella tenía otros planes.
-Un momento, jovencito, ¿qué clase de modales son esos? La invitada primero, hijo, a mi luego puedes follarme toda la noche.- dijo mi madre señalando a su amiga.
-Esperen, que eso quiero verlo con mis propios ojos, antes que me folles quiero verlos juntos. Me excita el hecho de saber que son madre e hijo.- dijo doña Victoria.
La señora se sentó en un rincón mientras mi madre y yo nos dispusimos a complacerla.
Yo me acosté en la cama con la polla al aire y mi madre se colocó encima de mí y se sentó de espaldas hacia mí encima de mi polla, de esa forma su amiga podría apreciar con lujo de detalles la unión entre madre e hijo.
Mi madre comenzó a subir y bajar por mi polla lentamente pero poco a poco aumento el ritmo mientras yo la ayudaba tomándola de las caderas. Yo me uní a ella empujando mis caderas hacia arriba. Dada nuestra cada vez más creciente experiencia juntos encontramos el ritmo rápidamente y el placer fue aumentando para ambos.
Mi madre brincaba sobre mi verga mientras jugaba con sus senos y miraba como su amiga se deleitaba observándonos.
-¿Te gusta lo que ves, cabrona? ¿Disfrutas ver como mi hijo me la mete hasta el fondo?- pregunto mi madre mirando a su amiga.
-Siii, que suerte tienes condenada, que rico te lo hace, mmmmm, vamos David, follate a tu madre con ganas, hazla gritar de placer como la zorra que es.- dijo la madura animándonos.
-No tiene que decírmelo dos veces, adoro el follar a mi mami, me encanta ver como disfruta de mi verga dentro de ella y prepárese porque luego sigue usted, señora.- le respondí.
-ufff, siii, quiero que folles igual que a tu madre, no te detengas, métesela con fuerza, follate a la puta de tu madre.- decía doña Vicky mientras usaba el consolador para darse placer.
-Hazle caso, hijo, cógeme con ganas mientras nos observan, métemela hasta el fondo, lléname con tu leche.- pedía mi madre entre gemidos.
Ante tales muestras de ánimo y palabras de apoyo era obvio que no aguantaría mucho y me corri descargando mi semen dentro de mi madre como otras tantas veces. Doña Vicky también se había corrido junto a nosotros presenciando aquel prohibido e incestuoso espectáculo.
-Ahora sí, cabrones, me toca a mí, pero primero quiero volver a chupar esa deliciosa polla y estoy seguro que recuerdas lo bien que se sentía entre mis tetas, David.- dijo doña Vicky poniéndose de pie.
Y era verdad, aquella ocasión cuando uso sus tetas para atrapar mi polla había sido algo increíble y ahora podía repetirlo.
Doña Vicky se acostó en la cama y subiéndome sobre ella le metí la polla entre sus enormes tetas, la cual estaba cubierta por los jugos de mi madre y mi corrida, ella la atrapo en medio de aquellos globos de carne y comencé a meterla y sacarla mientras mi madre se dirigía al coño de su amiga. Cuando la cabeza de mi polla aparecía entre sus senos, doña Victoria le daba un chupetón pero esa labor era cada vez más difícil debido a las atenciones de su amiga bajo de ella.
-Ufff, Margarita, tu siempre sabes lo que me gusta, mmmmm, siii, déjalo listo para recibir la polla de tu hijo.- dijo la madura.
Con curiosidad me voltee para ver que hacia mi madre y descubrí que estaba lamiéndole no el coño sino el culo. Le abría las nalgas lo más que podía y metía su lengua dentro de aquel oscuro agujero dejándolo preparado para lo que venía a continuación.
-Ya está todo listo, Vicky. David ya puedes traer tu polla aquí y perforar el agujero de Vicky.- dijo mi madre apartándose del culo de su amiga.
Siempre dispuesto a obedecer me baje de la señora y me puse de pie al borde de la cama, mi madre le dio un par de chupadas rápidas a mi polla y luego la guío hacia el ojete de su compañera.
Mi verga entro sin problemas en aquel maduro culo y sin perder el tiempo comencé a penetrarla de forma rápida y feroz. Mi madre se dirigí ahora al frente de su amiga y se dispuso a chuparle aquellos enromes y deliciosos senos.
Doña Vicky estaba loca de placer, con mi polla entrando y saliendo de su culo y mi madre comiéndole las tetas con gusto y pellizcándole los pezones con fuerza.
-Ayyyy, cabrones, que rico lo hacen, mmmm siiii, no se detengan, follame con fuerza, David, aghhh, follame el culo con ganas. Mmmmm, Margarita, chúpame las tetas más duro cabrona, tu sabes cómo me gusta, ughhhhh, siii, asiiii, massss.- gemía la madura descontrolada.
Las atenciones fueron demasiado para ella y pronto se corrió profiriendo un intenso gemido de placer.
Yo también estaba por venirme en el culo de la madura pero mi madre me detuvo.
-Antes que la llenes de leche, cariño, hay algo que quiero volver a realizar con ella. ¿Qué dices, Vicky? ¿Te gustaría volver a hacer aquello?- pregunto mi madre.
-Ya lo había olvidado. Pero claro que sí, Margarita, seguro que a tu hijo le encantara.- respondió la señora.
Aquellas maduras se colocaron una encima de la otra, presionando entre si sus barrigas y grandes senos además de sus peludos coños. Sus rajas quedaron a mi total disposición una sobre la otra,
-Adelante, hijo, escoge la que más te guste pero no te olvides de la otra tampoco.- dijo mi madre.
Obviamente me lance hacia la raja de mi madre y se la ensarte de un solo golpe empujándola hacia adelante, luego de un par de penetraciones baje hasta el otro coño y también le clave mi verga de un solo movimiento.
Las maduras estaban gozando aquello al igual que yo. Mientras yo me enfocaba en sus rajas ellas se entretenían frotándose sus pezones mutuamente y dándose ardientes besos, juntando sus lenguas una con otra y acariciándose con lujuria.
Sus velludos montes de venus se restregaban uno contra el otro y sus clítoris hinchados se tocaban levemente al hacerlo. Mis embestidas también servían para aumentar el ritmo de frotación entre ellas además del placer al sentir sus coños penetrados.
El orgasmo estaba cada vez mas cerca y dado que doña Vicky era una invitada lo más correcto era que vaciara mi leche dentro de ella. Penetre un par de veces más el coño de mi madre y baje hasta el de su amiga taladrándolo con fuerza hasta que llegue al clímax y dispare mi corrida dentro de él.
Doña Vicky se corrió al sentir como la llenaba de leche pero sus gemidos fueron apagados por los labios de mi madre quien también alcanzo el orgasmo mientras frotaba su coño contra el de su compañera.
Los 3 estábamos completamente exhaustos y teniendo una madura a cada lado tomamos una pequeña y placentera siesta.
Desperté al poco tiempo y mi madre seguía en mis brazos pero doña Victoria ya se había levantado y comenzaba a recolectar su ropa para vestirse. Desperté a mi madre para despedir a su amiga.
-Muchas felicidades a los dos. Espero que sigan siendo felices para siempre. Solo les pido que no se olviden de esta desdichada y descuidada mujer, pueden invitarme o visitarme cuando quieran, ya sea los 2 juntos o por separado.- dijo Doña Vicky mientras se preparaba para irse.
-Pero eso ni se discute mujer, siempre serás bienvenida en esta casa donde tendrás una polla o un coño esperándote o los 2 juntos.- respondió mi madre.
-Y otra cosa, les aconsejo intentar transmitirse por internet, les apuesto que si dicen que son madre e hijo tendrán muchísima audiencia.- agrego antes de marcharse.
-¿y cómo es que sucedió esto entre ustedes, mama?- le pregunte una vez nos quedamos solos.
-Pues desde que se enteró que había decidido entrar al grupo de Maduras Anónimas se la ha pasado hostigándome que le cuente como me fue en mi primera vez con un joven. Pensé en contarle la verdad, después de todo es mi mejor amiga y supuse lo comprendería pero luego se me ocurrió una mejor idea. Cuando me avisaste que llegarías tarde la invite a la casa para contarle mi experiencia. Lo hice con lujo de detalles pero omitiendo tu identidad, eso nos calentó a ambas y la convencí de revivir nuestras épocas de universitarias, cosa que n fue muy difícil pues ella lo deseaba desde hace tiempo. Deje la puerta abierta en espera de tu llegada sabiendo que te unirías a nosotras y puedo decir que todo salió a pedir de boca.- relato mi madre.
Siguiendo el consejo de Doña Victoria nos atrevimos a exhibirnos por la red, compramos una webcam y un par de veces nos transmitimos follando. Utilizamos mascaras para ocultar nuestra identidad pero dejamos muy en claro que éramos madre e hijo. Era increíble la cantidad de vistas que tuvimos así como los comentarios que recibimos. Nos excitamos leyéndolos mientras nos masturbábamos.
Pero lo mejor aún estaba por venir y todavía quedaba un asunto sin resolver. Aquella noche, habiendo pasado casi 2 meses desde nuestra primera vez, tenía algo que me faltaba por contarle a mi madre.
Le relate mi último encuentro antes de estar con ella, el que había tenido con doña Rosy, la madre de Alex y la situación entre ambos.
-Cielos, jamás hubiera imaginado que Rosy tuviera esos sentimientos por su hijo.- dijo mientras me pajeaba con ternura.- pero es comprensible. Alex es un chico muy guapo y amable y seguro es buen follador.
-¿Estas tratando de ponerme celoso?- respondí mientras mi mano acariciaba su peludo coño.- ¿No te basta con la verga de tu hijo y ahora quieres más? Vaya que eres una guarra.
-Podre ser una guarra sucia pero aun soy tu madre así que muestra algo de respeto.- me dijo con un fingido tono severo.
-Te mostrare todo el respeto que te tengo.- le dije y tomándola por las caderas la puse a cuatro patas sobre la cama y le clave mi verga en su coño. La folle con fuerza haciéndola gemir y gritar de placer.
-¿Acaso esta polla no es suficiente para ti, madre? ¿No te complace el tener la polla de tu hijo dentro de tu sucio coño?- le dije mientras la penetraba.
-ahhhh, siii, adoro tu verga hijo, métemela mass…. ummm…. masss. Folla a la zorra de tu madre con ganas, ahhhh, que rico, vamos hijo de puta, ahhhh.- exclamaba mi madre.
Le di un par de embestidas más y termine vaciando mi leche en su interior para luego caer rendido junto de ella.
-Ya hablando en serio, madre. ¿De verdad quieres follar con Alex? Después de todo lo que yo hice con las vecinas estas en todo tu derecho además que sé que él te tratara bien.- le dije.
-No te mentiré hijo, me excita la idea de follar con él. De hecho antes me masturbe un par de veces pensando en él. Pero siento que debemos hacer algo con Alex y Rosy; encontrar alguna forma de reunirlos como tú y yo.- me dijo mi madre.
-Primero veré si Alex está dispuesto a la idea de follar con su madre y si es así tengo una idea para matar dos pájaros de un tiro.- le conteste.
-Perfecto. Y si lo logramos podríamos follar los cuatro juntos. Tengo ganas de tener el coño de Rosy en la boca mientras ustedes me taladran los agujeros.- dijo mi madre riendo.
Quien diría que mi madre terminaría siendo una gran guarra dispuesta a todo. Supongo que de tal palo tal astilla.
CONTINUARA...
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