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Mioko, apoyando la cabeza sobre la cama, ofreció a Adrián en todo su esplendor las dos flores mas preciadas de su anatomía, la mayor era como una gran rosa, espléndida, con sus pétalos húmedos y brillantes, en parte por los jugos naturales que la bella ya iba destilando y en parte por la pasta de plátano que ella misma había depositado en su labios vaginales al intentar introducir en su ardiente coño la sensual fruta, y en su parte central, los pétalos mas pequeños formaban un gracioso remolino que sobresalía de su cuerpo y que al ser abiertos por la mano de la bella japonesa, dejaban adivinar entre la rosada carne palpitante una cueva húmeda y angosta que invitaba a entrar en ella.
La flor mas pequeña era como una margarita, perfecta en su dibujo, prieta en aquel momento, pero lista para convertirse en cualquier instante en una glotona flor carnívora, dilatándose para digerir cualquier descuidado que se aventurara cerca de su boca.
.- Por favor, cariño, ¿qué esperas para hacerme gozar? ¿no me deseabas tanto en el baño?. Insistió Mioko, elevando mas sus nalgas para rozar con ellas la verga de Adrián, que no paraba de meneársela mientras observaba alternativamente la enorme pantalla de T.V. y los hermosos atributos sexuales de Mioko.
.- Perdona, pero es que los ojos se me van detrás de ellos. En aquellos momentos la escena de la pantalla era tremendamente erótica, la asiática mas madura, tenía sus morenas piernas totalmente abiertas y levantadas, sujetándoselas con ambas manos por los tobillos, la enorme polla del mayor de los hombres, que estaba debajo de ella , entraba y salía con fuerza del culo de la mujer, que se había dilatado para recibir aquel tronco que no paraba de castigarla, ella gritaba con fuerza a cada embestida, Adrián, no entendía lo que decía pero su cara era todo un poema, la mas jovencita de las dos muchachas, estaba arrodillada entre las piernas de la que estaba siendo sodomizada y su lengua lamía alternativamente la vagina abierta y morena de aquella hermosa mujer y la verga del hombre cuando salía de su escondite.
El muchacho , tendido de espaldas , tenía la cabeza encima de una almohada y metida entre los muslos de la jovencita , adivinando Adrián que le estaba procurando una lamida de reglamento, es decir, que estaba dando el mismo placer que recibía.
Sentada sobre el chico, justo encima de su polla, la que parecía hermana de la mas jovencita cabalgaba desesperadamente en busca del orgasmo, que al parecer y a juzgar por los gemidos que esta emitiendo no podía tardar mucho en llegar.
.- ¿Quieres que cerremos la televisión? Le sobresaltó la voz de Mioko.
.- Si por favor es que si no lo haces no me puedo concentrar en tu lindo cuerpo mi reina, en todo caso ya me dejaras esta película, para verla en casa.
.- Ja, ja, ja,ja. Una carcajada al unísono de las dos mujeres dejó sorprendido a Adrián. Y la pantalla quedó a oscuras.
.- ¿He dicho algo gracioso?. Preguntó Adrián, mientras de un empujón metía con fuerza, sus 19 centímetros de carne palpitante en el cálido y húmedo coño de Mioko
.- Aaaaaaagggggg... traidor......así....damelo, mi amor....a fondo...no pappaaaares. Y casi sin poder hablar de la impresión empezó a mover de forma circular toda su cadera para buscar los puntos en donde el placer se le hacía mas profundo.
Adrián empezó a bombearla con fuerza, siguiendo el ritmo que ella le marcaba. Mientras tanto Amelia, se había echado de espaldas y abriendo las piernas se estaba acercando al rostro de Mioko, con la lengua se iba humedeciendo los labios, como si se recreara con el placer que la esperaba y sus manos acariciaban suavemente senos y pezones, que rápidamente aumentaban de tamaño, la japonesita al instante se dió cuenta de las intenciones de Amelia y sin dudarlo y tal como las sacudidas de Adrián se lo permitían apoyó ambas manos a cada lado de la vulva de Amelia, la abrió cuanto pudo arrancado un gemido de la dama y colocando la lengua en punta cual si fuera una daga la penetró aprovechando una de las embestidas de Adrián.
.- Oooohhhhh., Mioko, mi amor, nunca podré explicarme la fuerza que tienes en la lengua, me estas penetrando como si fueras un ariete,..... oooohhhhhh, ......sigue,..... sigue.... un poco mas arriba.....aquí, aquí
.- Años de entrenamiento, dulce Amelia, y Adrián, que me esta ayudando. El joven, viendo la escena de las dos mujeres en plena mamada, y escuchando aquel diálogo lésbico intensificó sus embestidas, agarró con fuerza los pechos de la joven haciendo que le sirvieran de apoyo.
A a cada penetración sus huevos y su pelvis golpeaban con fuerza las nalgas de Mioko produciendo una especie de palmada, que enervaba a los tres protagonistas de aquel memorable polvo.
.- Dale...fuerte...Adrián, dale con fuerza a esta zorrita nipona, que su lengua sigue el ritmo que tu le marcas... así.... así me gusta..... y Amelia notaba como el duro apéndice bucal de Mioko se metía una y otra vez en su vagina, provocando que de sus interioridades brotaran abundantes jugos, que mojaban los labios y las mejillas de la joven.
.- No se preocupe Amelia, que pronto esta hermosura va a vibrar con un orgasmo tan brutal que hará que con solo verla estremecerse, Vd. misma también se correrá.
Mioko ya no decía nada. En efecto, notaba como en sus entrañas se estaba gestando el orgasmo, conocía bien su cuerpo.
Al ritmo de cada penetración de Adrián, aumentaba la tensión de su cuerpo, las venas de su cuello aumentaron de volumen, sus pechos se endurecieron y Adrián notó que ella iba a correrse, ella también lo sintió, el estremecimiento empezó a formársele en los tobillos... fue subiendo... subiendo... hasta las rodillas siguió hasta los muslos y llegó a su vagina... Adrián aflojó un poco la presión para dejarla respirar pero..
.- Nooooo, ahora nooooo... sigue... no pares... no pares o te mato. Y siguió mamando el clítoris de Amelia. Esta que la estaba mirando a los ojos también presintió la explosión de placer que se avecinaba, y se abandonó a la lengua de la muchacha, a los pocos segundos los ojos de la chica se pusieron en blanco, dejó de mamar el cono a Amelia y enderezándose se apretó contra el cuerpo de Adrián, que la abrazó con todas sus fuerzas... y entonces le sobrevino... unas fuertes convulsiones se apoderaron de todo su ser, al mismo tiempo la garganta de la joven emitió involuntariamente un largo y estremecedor alarido...
Después totalmente desmadejada cayó tendida sobre las tetas de Amelia, que la abrazó con cariño acariciando su largo pelo, su vagina estimulada durante los diez minutos que duró el polvo, por la legua de Myoko no pudo resistir por mas tiempo la presión y menos viendo a Adrián, que al quedar libre su verga de la vagina de la joven, se estaba masturbando con suavidad, aprovechando la fluidez que los jugos de la chica habían dejado en su miembro, la sonreía con dulzura mirándola directamente a los ojos.
.- To... to... da... vía, ¿no te co... co... rres?. Pudo articular Amelia dirigiéndose a Adrián sin dejar de esimularse. Y después de estas palabras un chorro espeso, cálido, serpenteante e intermitente brotó de su vagina salpicando uno de los muslos de la chica, y formando después un pequeño charco sobre la hermosa sábana de satén azul.
.- Vaya Amalia, es usted deliciosamente abundante en sus orgasmos, tendrá que limpiar estas sábanas tan hermosas.
.- Aaaaaaaagggggg, que sensación, que placer.....aaaaaayyyy, que hermoso es el sexo Adrián, y...¿ como es posible que tú todavía y viendo lo que has visto no hayas llegado al orgasmo? ¿eres de piedra? Y no te preocupues por las sábanas....
.- Es que me he asustado un poco al ver a esta criatura.
.- No te preocupes está semi inconsciente, ¿asustado?, pero la rigidez no se te ha bajado ni un milímetro que digamos. Dijo Amelia mirando fijamente la polla del joven.
.- Es que, reservo mi andanada para usted Amelia, ¿dónde desea que deposite el producto que almacenan mis huevos?, tenga en cuenta que llevo una buena carga.
.- ¿Tu que crees buen mozo? Y sacando la legua todo lo que pudo hizo con ella un gesto harto indicativo del destino que deseaba para la leche con que le iba a obsequiar el apuesto joven.
.- Pues vamos allá. Y acercándose a la dama, de rodillas, procurando no tocar a la desvanecida Myoko, niveló la polla a la altura de la boca de Amelia, cogió una de las almohadas que pululaban sobre la cama y la puso bajo sus hombros incorporándola un poco, introduciendo a continuación el enhiesto falo en la entreabierta boca de la bella mujer.
Al instante notó como la lengua de Amelia hacía estragos en su verga, subía...bajaba...mordía... pellizcaba, se la sacaba afuera, le masturbaba con su propia saliva, la volvía a meter hasta la garganta, notando en su glande el roce de la campanilla de la mujer...y vuelta a empezar....Adrián tenia resistencia, pero aquello ya era demasiado....dejó que el orgasmo se apoderara de él ...gimió cuando notó que su semen empezaba a recorrer el camino de salida, intentó apartar a Amelia... pero ella no se dejó, al contrario , dejo de acariciar el pelo de Myoko y se abrazó a Adrián por las nalgas impidiendo que se apartara y sus labios apretaron con fuerza el miembro que tenia dentro, los tres o cuatro chorros de leche cálida llenaron la boca de Amelia, ella cerró la garganta para no atragantarse y después tragar poco a poco el liquido.
No era la primera vez que lo hacía ni sería la última, gozaba viendo como daba placer a la persona que tenía enfrente, ella sabía que a los hombres ( o a casi todos) les encantaba derramar en la boca de una mujer ( o de otro hombre), el semen acumulado durante el coito o la masturbación y ella disfrutaba haciéndolo, ¿por qué no gozar los dos?
Amelia ya tenía practica en felaciones....no acabó de tragar toda la leche y abriendo un poco la boca dejó que el espeso liquido que todavía guardaba bajo la lengua se depositara a lo largo de la verga de Adrián, este estaba viendo la operación con ojos de complacencia, le gustaba aquella mujer...bueno aquella y casi todas.
.- Dejemos que ella duerma un rato ¿ te parece?, Y diciendo esto, se escabulló de debajo del cuerpo de la joven Myoko y la cubrió con otra sabana, dedicándose por entero a la verga de Adrián, que parecía que no había expulsado nada, pues continuaba tiesa como un palo.
.- Me parece perfecto, Amelia
.- Veamos que sabes hacer con esta cosa tan hermosa que cuelga entre tus piernas. ¿tomamos una copa de cava?
.- Si gracias, tengo la boca un poco seca. Amelia escanció el frío liquido en dos copas y ambos brindaron. Amelia se levantó , depositó en una de las mesitas la copa y sentándose al otro extremo de la cama para no molestar a la bella durmiente, le hizo al joven un elocuente gesto con el dedo índice .
.- Ven, quiero que me des mas placer ¿puedes?
.- Te daré mas del que puedas soportar. Contestó Adrián tuteándola por primera vez.
.- Así me gusta jovencito, ya era hora , estaba cogiendo complejo de señora mayor, se que lo soy, pero no me gusta reconocerlo, ¿sabes que tengo la misma edad que tu madre? Adrián sintió un escalofrío al sentir nombrar a su madre. Instintivamente comparó a las dos mujeres, eran distintas pero las dos eran muy bellas.
.- Si, lo se, ella me lo dijo, pero ninguna de las dos aparenta la edad que tiene, además las dos sois preciosas.
.- ¿Tú crees? Preguntó ella levantándose frente a él y dando una vuelta como si fuera una modelo.
.- Eres muy deseable Amelia, cualquier hombre daría lo que fuera por follarte.
.- ¿Mas deseable que tú madre? dijo ella levantando la pierna y apoyando su pie desnudo contra el pene de Adrián. El cogió el pie de la dama y se lo llevó a la boca lamiendo los dedos despacio
.- ¿Qué sabes tú de mi madre? Ahora el joven lamía la planta del pié. Amelía volvía a estar ardiendo
.- Me haces cosquillas.
.- No quiero que sientas cosquillas, quiero que sientas placer, pero quiero saber que sabes de mamá.
.- Te prometo que otro día hablaremos. Pronto, pero antes quiero hablar con tu madre y si no, se lo preguntas a ella, según me dijo no hay secretos entre vosotros .
.- No, no hay secretos, pero nunca me ha contado nada de vosotras dos. Ahora le estaba mordiendo suavemente el torneado tobillo.
.- Adrián me estas poniendo muy caliente
.- ¿En serio?
.- Si, mucho, tanto que estoy otra vez muy mojada.
.- ¿Ah, si?, Y Adrián le soltó la pierna le dio la vuelta y de un suave empujón la hizo apoyar con las manos sobre la cama, la obligó a abrir los muslos y su mano se depositó con fuerza sobre el mojado coño de Amelia. Ella suspiró profundamente.
.- Quiero que me la metas por el culo Adrián, quiero sentir tu verga en mis entrañas, ¿te parece bien, o quizás no te apetece?
.- Me parece fantástico, desde que he llegado no tengo otra idea que perforar con mi verga este hermoso culo que tienes.
.- Pues aquí me tienes, soy tuya, damelo ya. Y poniéndose a cuatro patas sobre la moqueta ofreció sin mas su grupa al joven Adrián.
.- Vamos a preparar este agujerito, linda. ¿te parece?
.- Siiiiiiiii.
Adrián, se arrodilló junto a ella, con la mano izquierda acariciaba sus tetas e iba pellizcando los pezones, metió dos dedos de la derecha en la vagina de Amelia que como ella misma había dicho hacía unos momentos, estaba totalmente mojada.
Los dedos bien lubricados con los jugos de la dama, salían de la vagina y seguían sin separarse de la carne hasta el ano, una vez, dos veces , tres, hasta cuatro veces repitió Adrián la operación de engrase.
Después, muy lentamente probó a introducir en el prieto orificio un dedo
.- Supongo que no seré el primero en sodomizarte ¿verdad? El dedo entró sin ninguna dificultad
.- Ja,ja,ja,ja ¿a ti que te parece?
.- Perdón era solo un comentario. Dentro ya había dos dedos, Adrián empezó a girar la mano , justo a unos cincuenta centímetros, sobre una mesita una botella de aceite corporal parecía esperar ser usada. Dejó de sobarle las tetas por unos momentos y derramó sobre la mano que manoseaba el culo de Amalia un chorrito del perfumado liquido, este se deslizó por la mano del joven recorrió la parte de los dedos que este todavía no había metido dentro y se coló en el agujerito ya un poco dilatado de Amalia.
.- Huuuuummmmm, que suave, este aceite hace milagros.
.- No te muevas, ahora. Y el trecer dedo se coló.
.- Aaaaaaaaaaa...ssssssiiiiiiiii......ahora....dámelo,
.- Si mi reina, ahora ya estas a punto, relájate, ahora te lo meto, tranquila, goza, disfruta del momento.
Y Amelia se preparó para recibirle, apoyó el rostro y todo el antebrazo derecho sobre una enorme toalla celeste, que había sobre la mullida moqueta y con la mano izquierda empezó a masturbarse el clítoris.
Adrián, apoyó el glande contra el agujero ya un poco dilatado de Amelia y empujó suavemente, el grueso cabezón de nuestro amigo, traspasó sin esfuerzo la primera barrera.
.- Yyyyaaaaaaaaggggg, ya...ya mételo todo...todo dentro de mi , quiero sentirte ahora.
.- Pues que así sea. Y de un empujón aquel pedazo de carne joven y caliente como un hierro al rojo se enterró profundamente en el intestino de Amelia.
.- Asiiiiiiiiii,.....asiiiii. mi amor.....espera unos segundos...no te muevas........déjame que lo sienta en lo mas profundo .....aaaaajjjjjjjj, pero que pedazo de polla tienes cariño.....wuauuuuuuu....ahora...despacio...empieza a moverte ya...asiiiiii......
Y Adrián empezó a moverse, primero lentamente, después con mas rapidez y finalmente a tope, la penetró con fuerza, agarrado a sus pechos para que no pudiera deslizarse hacia delante, ella movía toda la cadera de forma circular y apretaba el esfínter para que él quedara unos segundos prisionero, luego volvía a abrirse para sentir con mas fuerza la penetración.
Su fantástico culo era su debilidad, sentía mas placer en ser sodomizada, que al ser penetrada por la vagina, y Adrián sabía hacerlo de una forma impecable, vaya si sabía el jovencito.
Por fin y después de mas de 15 minutos de embestidas y litros de sudor por ambas partes, Adrián la inundó. Abundantes borbotones de semen se le metieron hasta el tuétano, pero, ¿cómo era posible, que aquel chaval después correrse dos veces en aquella noche todavía consiguiera anegarla de aquella manera?.
Que grande era ser joven... después... dejó de pensar y abandonándose al placer, ya que Adrián aun después de derramarse en su interior continuaba follándola con fuerza, esperó a que le sobreviniera el éxtasis final... ¿cuántos segundos duró aquel orgasmo? ¿veinte, treinta? ¿ o quizás fueran varios, uno detrás del otro?. Nunca lo sabría, intentó sin conseguirlo atrapar con la mano con que se masturbaba los jugos que iban manando de su vagina para ofrecérselos al muchacho.
Después se derrumbó rendida sobre la toalla. Apenas reunió fuerzas para subirse a la cama ayudada por el joven y quedarse profundamente dormida. Mientras tanto, la leche de Adrían, iba brotando lentamente sin ya nada que lo impidiera, desde el dilatado y aun palpitante orificio anal, hasta la delicada sábana, mojando a su paso la abierta vagina que asomaba preciosa y húmeda entre los abiertos muslos de la mujer.
Adrián, sonriendo ante aquella visión tan estimulante, la tapó con la misma sabana que medio cubría a Mioko, y felicitándose por su potencial ( por el momento había dejado fuera de combate a las dos calientes mujeres), dirigióse al cuarto de baño para aliviar su vejiga que a gritos le demandaba una rápida evacuación ( este era uno de los trucos que usaba para retrasar la eyeculación, aguantar el pis).
Después se tumbó junto a Amelia a descansar un rato. Eran las 6 de la madrugada. A los pocos minutos dormía como un angelito.
Unos gemidos le despertaron, abrió los ojos, sin moverse, alguien le había tapado y la sábana azul le cubría hasta la cintura , pero unas arrugas impedía que le vieran el rostro, pero no le impedía a él ver como se desarrollaba una sáfica escena a los pies de la cama .
Myoko y Amelia eran las protagonistas de la fascinante visión que se ofrecía a los asombrados ojos de Adrián.
Las dos estaban de rodillas, Mioko, las tenía bien abiertas así como los muslos, su pálida cara se apoyada en el suelo, destacando sobre la negra melena que estaba esparcida en desorden sobre la toalla azul, sus ojos estaba cerrados, su boca entreabierta dejando ver los blancos dientes y la lengua se asomaba a cada instante humedeciendo los labios, con mano derecha se estrujaba un pecho pellizcándose al mismo tiempo el enervado pezón, el otro pecho se aplastaba con su peso sobre la toalla.
Con la mano izquierda se agarraba una nalga abriéndose en lo que podía. Amelia, también de rodillas, un poco por encima de ella y con sus tetas apoyadas sobre la espalda de la joven, se inclinaba sobre ella. Con los pulgares de ambas manos apoyados en los labios exteriores de la vagina de la japonesa, y haciendo un poco de fuerza hacia las nalgas, quedaron al descubierto y en toda su esplendidez los rosados y húmedos labios interiores de la joven, al igual que su clítoris, que lucía grande y hermoso como un pequeño pene en el centro de una flor salvaje.
Adrián, ni respiraba, su verga estaba dura como una roca viendo la escena, pero no se atrevía a moverse para no romper el hechizo del momento.
Amelia acercándose un poco mas al coño de la adorable criatura, sacó la lengua y empezó a lamer aquella carne sonrosada y apetecible, Myoko gemía de placer, la larga lengua de Amelia no dejaba ni un centímetro sin chupar, todas las partes sensibles que quedaban a su alcance eran pasto de aquella lengua insaciable que se hundía hasta lo mas profundo de la húmeda vagina de la joven, uniéndose los labios de la boca de Amelia a los labios vaginales de Myoko en un erótico beso, al mismo tiempo que con un suave movimiento circular restregaba senos y pezones sobre la espalda de la japonesita.
Mas de diez minutos duró la mamada, después con un estremecimiento y un largo y sensual gemido, Miyoko se corrió. Amelia , al darse cuenta de que la joven iba ha tener el orgasmo se apartó unos milímetros y sacado su larga lengua dejó que se depositaran en ella los jugos de la joven, que al brotar con fuerza de su interior salpicaron no solo la lengua sino casi toda la cara de la bella mujer, que relamiéndose, tragó todo el liquido que pudo ayudándose con los dedos.
.- Ahora me toca a mi . Susurró Amelia al oído de Mioko.
Y apartándose unos metros de ella apoyó la espalda en un mueble alto, se agarró ambas piernas por los tobillos y las levantó bien abiertas ofreciéndole a Myoko toda su sexualidad.
.- Anda, mi vida cómeme toda. Myoko no se hizo rogar, andando a cuatro patas cual si de un felino se tratara se acercó a ella, y sin dejar de mirarla a los ojos fue bajando la cabeza hasta la altura del coño de Amelia, después metió todo el rostro en el sexo de la dama, restregándose en sus humedades.
.- Hummmm, Amelia, que dulce aroma emana de tu sexo, que rico sabor tienen tus jugos. Me tienes totalmente enamorada, no puedo pasar ni un día sin sentir en mi piel la calidez de tu cuerpo. E incorporándose un poco la besó apasionadamente en la boca, Amelia correspondió al beso con ardor, con furia, mordiendo los labios a la muchacha, sacando la lengua y volviéndola a meter, mezclando su saliva con la de la joven y saboreando en el líquido que ella depositaba en su boca el sabor de su propio sexo.
.- Sabes que yo también te quiero mi amor, ahora ...dame placer, como solo tú sabes hacerlo. Y Myoko obediente volvió a agacharse, esta vez con la lengua por delante, bien afilada y dispuesta a penetrar a aquella máquina de sexo.
Adrián no daba crédito a lo que estaba viendo y oyendo. Se agarró la polla con la mano y empezó a masturbarse en silencio y con gran precaución, sin dejar de mirar a las dos mujeres haciendo el amor.
Ellas seguían con lo suyo, ni le miraban , simplemente se había entregado la una a la otra, eran la pura imagen de la sexualidad personificada. Adrián se dio cuenta que en aquellos momentos, para ellas ni siquiera existía por lo cual decidió sentir la masturbación en toda su grandeza.
Se quitó de encima la sábana, dejando al descubierto su desnudo y musculoso cuerpo, su piel tenía un hermoso color bronceado por el continuo contacto con la naturaleza y el sol de las islas y los músculos de su vientre estaban tensos y dispuestos para soportar el orgasmo que no dudaba obtener de las manipulaciones que estaba realizando, derramó en su glande un buen chorro del perfumado aceite que aun estaba sobre la mesita auxiliar y sin dejar de masajearse dejó que el líquido impregnara toda la verga hasta los testículos, incluso llegó hasta el orificio de su culo, manchando una vez mas la hermosa sabana azul.
Haciendo caso a lo que le dijo Amelia, no se preocupó lo mas mínimo por ello y siguió autosatisfaciéndose, sin dejar de observar a la pareja de mujeres que le ignoraba por completo, su excitación subía por momentos al mismo tiempo que la de ellas dos.
Myoko, en aquellos momentos aparte de mamar como una loca el coño de Amelia le estaba metiendo dos dedos en el ano, Adrián sin poder contenerse y viendo como Amelia disfrutaba con ello, hizo lo propio con el suyo es decir, cinco centímetros de su dedo corazón bien lubricado con el aceite sobrande se introdujeron en su trasero, el placer subió 10 grados mas, no era la primera vez, que algo profanaba su ojete y él sabía muy bien el placer que ello proporcionaba, y no se consideraba por ello afeminado ni nada por el estilo, simplemente ..aquello daba placer y Adrián lo usaba para ello.
Al fin, y después de mas de un cuarto de hora de caricias orales en su vagina, Amelia se corrió, pero de que forma se corrió, si la primera vez sus jugos habían sido abundantes, aquello de ahora era un manantial, Myoko intentaba retenerlo con las dos manos ahuecadas pero era muy dificil ya que los chorros salían a borbotones y de forma irregular, por fin y después de varios alaridos de placer Amelia se relajó, tumbándose sobre la moqueta. La muchacha se arrastró de rodillas con las manos llenas de los jugos de Amelia y al llegar a la altura de sus pechos dejó que el liquido cayera sobre ellos...después empezó a lamer senos y pezones absorbiendo parte del liquido, finalmente se dejó caer sobre, ella tetas contra tetas, pezones contra pezones y luego sus bocas volvieron a encontrarse en un beso sin fin.
Adrián que se estaba reprimiendo una y otra vez el orgasmo, al ver que ellas habían acabado, dejó por fin que la naturaleza siguiera su curso y dejó que el semen fluyera libremente a exterior, tres o cuatro chorros de leche cálida y espesa volaron en un gracioso arco hacia su poderoso pecho y quedaron como gotas de nieve sobre tetillas y cuello, no pudo contenerse y un ahogado gruñido se escapó de su garganta mientras todavía se exprimía y jalaba al mismo tiempo su verga expulsando las últimas gotas de esperma que se depositaron en el enmarañado vello de su pubis.
.- Vaya, vaya, vaya, nuestro bello durmiente ha despertado, exclamó Mioko entre risas al ver el bonito espectáculo del joven acabando de eyecular.
.- Y como se ha despertado el muy guarro. Este hombre siempre tiene la polla a punto de uso.
.- ¿Cuanto tiempo hace que nos estás mirando? preguntó Mioko.
.- Pues... mas de media hora.
.- Huy, huy, huy, que cosas habrá visto y oído este caballero Myoko, pensará que somos unas chicas golfas. Bromeó Amelia
.- Al contrario, ha sido todo un deleite para mi observar vuestro juego, ya habéis visto, como he acabado. Y su mano se cerró sobre la verga que todavía continuaba semi erguida.
.- Venga, a la ducha todos, vamos a asearnos un poco que estamos los tres muy pegajosos. Mientras decía esto se había levantado y acercándose a la cama pasó el dedo índice sobre la tetilla de Adrián, lo mojó con las gotas de leche que todavía adornaban el pecho del joven y sin mas preámbulos se lo llevó a la boca mientras se dirigía al baño.
Adrián y Mioko la siguieron al baño abrazados ambos por la cintura, al entrar vieron a Amelia en cuclillas sobre la repisa de mármol blanco de la bañera, se estaba abriendo la vagina con ambas manos dejando al descubierto sus mas recónditos pliegues y a los pocos segundos un potente chorro dorado brotó del pequeño orificio que mas que verse se adivinaba en la parte superior de sus labios interiores, Myoko, deshaciéndose del abrazo, se introdujo en la bañera rápidamente se tumbó de espaldas y ofreció su sexo a Amelia de la misma forma que ella lo tenía expuesto.
Amelia cerró unos segundos el grifo , apuntó con cuidado y volvió a abrirlo, esta vez el chorro impactó en el mismo centro del chocho de la japonesa, se notaba que tenían practica en aquel juego, a los pocos segundos de recibir la lluvia, el coño de se convirtió en un surtidor, los orines de ambas se cruzaban y el chorro se iba descomponiendo al toparse uno con el otro.
.- Venga Adrián, únete a nosotras. Le espetó Amelia. El joven ya no se espantaba de nada, en aquella casa todo era posible, así que dicho y hecho . Su vejiga estaba cargada a tope, apuntó con cuidado y el potente chorro casi transparente impactó con fuerza en el ombligo de Amelia.
.- Wuauuuu, que caliente...mas abajo Adrián... mas abajo. El joven siguió bajando, ahora estaba regando la flor de Amelia, que no paraba de abrirse el coño con los dedos pulgar e índice de cada mano para sentir con mas plenitud el riego del muchacho que oscilaba levemente la puntería para llegar a todos los lados de la abierta vulva de Amelia.
.- Guarda un poco para mi Adrián, por favor dame tu orina. Gritó Myoko abriéndose la vagina de la misma forma que lo hacía Amelia.
.- No te preocupes, mi amor hay reserva. Y cambiando la dirección del chorro, anegó abundantemente el hermoso coño de la japonesita, después fue subiendo lentamente, el vello quedo totalmente mojado, después el vientre, el ombligo y el hoyuelo que lo rodeaba también se llenaron y finalmente los senos recibieron la caricia del cálido y dorado liquido.
Después .... el agua purificadora de la bañera los dejó limpios y relajados.
Se secaron el uno al otro y volvieron a la habitación.
Como por arte de magia la sabana azul y la toalla habían desaparecido y en su lugar, otras de color salmón cubrían la redonda cama.
Las dos mujeres se acostaron y las dos hicieron el mismo gesto significativo con el índice a Adrián.
.- Vente paca, precioso que todavía no hemos acabado contigo. Bromearon ambas al unísono.
.- De acuerdo, pero necesito comer algo.
.- Ahora mismo tus deseos se verán cumplidos. Un timbre sonó a lo lejos. Mientras las dos mujeres se abalanzaron sobre el muchacho comiéndole a besos, fregando contra él los pechos ya calientes otra vez, bocas chupando el por ahora, flácido pene del chico, que poco a poco iba adquiriendo forma, de pronto una puerta se abrió y una mujer asiática, depositó sin inmutarse por el panorama una enorme bandeja repleta de carne fría y fruta, así como una botella de vino blanco helado.
Adrián se cubrió la verga como pudo y se quedo mirando a la mujer que había entrado en la habitación sin llamar... como si estuviera en su casa ... ( bueno de hecho estaba en su casa) con la boca abierta, tenía una hermosa figura, no muy alta, la piel morena y el rostro sonriente, a Adrián le resulto muy familiar, su único atuendo era un delantal blanco inmaculado cuyo peto malcubría el pecho de la hermosa mujer, unas cintas lo ceñian a su cintura y el lazo de las mismas se apoyaba en las poderosas nalgas de la hembra.
.- ¿Desean algo mas los señores? . Preguntó sin dejar de sonreir a Adrián
.- Por ahora no Cao, en todo caso ya te avisaremos.
La mujer dio la vuelta y todos sus encantos fueron examinados de la cabeza a los pies por el joven.
.- Pero...Pero... pero si esta mujer es la de la película, me estoy volviendo loco. Exclamó atontado Adrián.
Las dos mujeres no paraban de reírse, ambas a la vez se metieron debajo de la sábana y empezaron a chupar el miembro ya a tope de Adrián.
.- Tú come y bebe...nosotras chupamos.
.- Pero... ¿queréis parar un momento?
.- ¿Que te pasa? ¿ no te gusta el bogavante?
.- ¿El bogavante? claro que me gusta, pero antes podéis explicarme ¿ como coño esta en esta casa la protagonista de aquella película?
.- Claro que si tontito. Le contestó Amelia sin dejar de besarlo
Myoko no paraba de reirse.
.- Es que.... NO ERA UNA PELICULA. Continuó Amelia.
.- ¿Como que no era una película? yo la estaba viendo y tu cerraste la televisión.
.- No era una película...era una filmación en vivo y en directo.
.- ¿Queeeee?
.- Si hombre no te espantes, que no hay para tanto, eran Cao y su familia. Su esposo, su hijo y sus dos hijas.
.- ¿ Sus hijos? y saben que los estáis viendo mientras follan como enanos?
.- Pues claro, hay mucha confianza entre nosotros, ella es mi doncella y ellos cuidan la finca que tengo en el campo, y vienen cuando les digo que tenemos visita, les gusta que los veamos amarse y se alegran de saber que sus encuentros nos excitan notablemente.
.- ....No me digas
.- Ah, y ellos si lo desean ... y yo lo permito, también pueden vernos.
.- ¿ Y hoy, lo has permitido? ...De esta si que me muero. Y fingiendo un desmayo se tumbó de espaldas sobre la cama.
.- Ja, ja, ja, no hoy no, hoy era algo muy especial ... y continua siéndolo.
Y ambas se abalanzaron sobre el joven que ya repuesto de las anteriores acometidas, sació a las dos hembras en otras tres ocasiones a cada una de ellas.
Y aquí acaba otra de las aventuras de nuestro apuesto joven canario.
Si lo deseáis, continuaré, todavía faltan muchas historias que contar.
Espero vuestros comentarios.
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