MABEL Y EVA II
La verdad es que mañana tenemos un examen muy difícil por lo que me encuentro demasiado inquieta. Acabo de tener una deliciosa sesión de sexo con Carlos y sigo sin poderme concentrar. El muy cabrón a pesar de que le dije que no quería nada siempre se sale con la suya porqué sabe donde y como tocarme. Me resistí todo lo que pude pero una tampoco es de piedra y acabé cediendo y corriéndome como una perra en celo mientras el sonreía feliz por conseguir su objetivo de hacerme disfrutar de mi orgasmo de mediodía. En cuanto se marchó traté de concentrarme porque la tarde no iba a ser fácil ya que está tarde quedé aquí con Eva y en cuanto la tengo cerca acabo cediendo a la tentación olvidándome de los estudios y las oposiciones a funcionario. Ahora que lo pienso, seguramente el interés del cabroncete de Carlos por que me corriera follando con el debe ser porque desconfía que mi bisexualidad esta en peligro ya que, como le cuento mis aventuras, el sabe cuanto me gusta Eva. Bueno, cuando ya conseguí concentrarme en la legislación europea sonó el timbre y por el video portero observo a la dueña de mis deseos absolutamente sonriente. Le franquee la puerta y una vez en mi apartamento volví a admirar su figura. Estaba deliciosa, Eva tiene 27 años y mide aproximadamente 165 y sus tetas eran de la medida justa para mi gusto (talla 90). Sus ojos verdes rasgados y sus labios gordezuelos y sensuales la hacían muy apetecibles. Unas piernas bien proporcionadas, un culito respingón motivo de pasiones y manos suaves y cuidadas completaban el conjunto. Que conste que yo no estoy nada mal. Soy un poco mayor que Eva (34 años) pero conservo una figura espectacular. 167 de estatura, 66 kilos, talla 95 de pecho y un culito impresionantemente delicioso (todos mis amantes lo destacaron) ojos marrones y miel y una pasión declarada: follar y follar. La verdad es que esa tarde no estaba yo de buen humor para el sexo porqué nos jugábamos mucho en el examen del día siguiente pero a l parecer Eva se había quedado con ganas de nuestro encuentro en la academia. Nada más llegar comenzó a provocarme con que tenía mucho calor y sonreírme pícaramente. Traté de centrarme. Me gustaba y tenía ganas de comérmela pero ya habría tiempo para eso. Eva no me dejaba pensar y levantándose de su silla se colocó detrás de mi para besarme el cuello mientras su mano derecha acariciaba mis tetas aún calientes de los apretones que me había dado Carlos. Traté de pararla pero la niña por lo visto venía con la idea de follarme y no atendía a razones. Como el último día le había dejado tomar la iniciativa intentaba llevarme a su terreno. Hasta aquí podíamos llegar –pensé, antes Carlos y ahora Eva, pues va a ver esta lo sumisa que soy. Me levanté y la sujeté por las manos. Ella no reaccionaba por la sorpresa, le puse los brazos detrás de su espalda y me lancé a comerle y morderle la boca. Le hacía un poco de daño pero a Eva parecía gustarle la dominación. Me senté de nuevo en la silla y la coloqué de bruces sobre mis piernas con sus nalgas hacia arriba. Levanté su falda y sin retirarle el tanguita color azul celeste que llevaba, comencé a darle palmadas sin parar hasta que su culo comenzó a ponerse rojo como la grana. La sujeté entonces por su melena rizada y la hice arrodillarse delante de mi mientras yo me iba despojando del chándal de deporte que llevaba puesto. Sin dejarla levantarse, me situé con las piernas abiertas delante de ella y le enterré literalmente su boca contra mi caliente coñito. Comenzó a lamerme delicadamente pese a la presión que ejercía sobre ella y para mi sorpresa con su mano derecha me acariciaba mi culito complacida. Le ordené que se parara y se colocará a cuatro patas. Me dirigí al frigorífico y saqué de el una botella de champagne bien fría que siempre tenía Carlos allí para alegrarnos la noche de vez en cuando. Me situé detrás de Eva y comencé a acariciarle su coñito desde allí. Tenía los muslos separados y pese a ello, los labios vaginales parecían pegados así que le introduje despacito mis dedos índice y medio y comencé a frotar su clítoris desde esa posición. Eva abría su piernas a medida que la calentura la invadía y yo decidí lamerle un rato su coñito tan fresco y delicioso que nunca deseaba soltarlo. Pero yo tenía mis planes y cuando sus jugos comenzaron a resbalar por la comisura de mis labios, volví a introducirle los dedos está vez con mas furia y decisión. Ella lo gozaba la muy putita porqué empujaba hacia atrás para disfrutar totalmente de la penetración entonces sin dejar de meterle dedos, agarré la botella que tenía en suelo con la mano izquierda y la puse a la entrada de aquel delicioso coñito. Al contacto con el frío, Eva se estremeció pero no se movió. Se quedó como expectante aguardando cual sería mi próximo paso. Decidí que debía hacerla sufrir y gozar a la vez así que comencé a meterle la botella con su tapón en aquel mojadísimo coño de la putita de mi amiga Eva. Se quejó levemente cuando le clavé en su cueva la mitad del gollete de la botella pero ni me inmuté. Agarré la botella con la mano derecha y sentándome en el suelo comencé a metérsela y sacársela al principio suavemente y luego más intensamente; más a fondo con mayor violencia mientras la conminaba a que se masturbara en la posición que estaba. Eva me obedeció y comenzó a masturbarse mientras yo le abría las entrañas con la botella de Moet y enseguida comenzó a jadear con fuerza anunciándome un inminente orgasmo.
-Mabel, cariño dame más, dame másss, huummm como me gusta
- Venga putón – le decía yo- córrete y disfruta que seguro que nunca has tenido un orgasmo como el que vas a disfrutar. Le metí el pulgar de la mano izquierda en su culo mientras ella comenzaba a gritar y estremecerse en un orgasmo bestial.
Se quedó allí abierta de piernas desmadejada mientras su cuerpo seguía convulsionándose y su mirada perdida se quedaba pendiente de mi.
La agarré de la mano y me la llevé a la cama. Hice que se colocará boca arriba y le pregunté si quería más. Asintió con la cabeza y mientras la colocaba sobre mi, agarré mi juguete favorito de la mesilla. Eva comenzó a lamer mi coñito mostrándome su culito y su vagina ante mi. Abierta de piernas sobre mi cara era una invitación a que la penetrará y después de masajearle y lubricarle su culito con los jugos de su coñito, comencé a meterle despacito la cabeza de mi polla de juguete en su virginal culito. Cuando conseguí (no sin esfuerzo) meterle un trozo de juguete, le ordené que lamiera con más fuerza mi coñito. Eva se sujetó con fuerza a mis muslos abrazándome por detrás de las piernas mientras me clavaba un dedo en mi culo. Entonces no tuve compasión y le clavé a fondo mi consolador en su culo. Se detuvo dolorida pero al rato comenzó a moverse suavemente haciendo que su culito se relajara y permitiendo que pudiera mover a gusto el juguete. Comencé a moverlo con fuerza, cada vez más fuerte y cuando ella me clavó un segundo dedo en mi culo, no aguanté más el orgasmo y estallé en gritos mientras le metía hasta las bolas el consolador. Eva gritó, chilló y comenzó de nuevo a correrse en medio de convulsiones y oleadas de placer que nos trasportaron al séptimo cielo. Con dificultad me incorporé sobre mi compañera de clase y le espeté, “ Que putita, ¿ a quien le gusta más que la dominen eh?, a partir de ahora tu vas a ser mi putita particular y ya verás como lo vamos a disfrutar. Eva por toda respuesta me abrazó y buscó mi boca con ansía.
Continuara…….
Mabel Traste
Muchas gracias Marta. Hay mucho de imaginación pero tengo dos amigas que aportan datos y deseos que yo convierto en relatos. Saber que mis relatos sirven para satisfacer deseos y provocar orgasmos es una buena motivación. Besitos húmedos