Luis casi tirado en su cama, seguía dándole vueltas a lo que hacia meses le atormentaba .De vez en cuando, su cabeza paraba y como cada noche en el silencio, esperaba oír a su cuñada y a su hermano.
-Vooooooooy Carlos-escuchaba decir a Ana adivinando los hoyitos que se hacían en su cara cuando reía.
-¿Pero que demonios haces todas las noches, danzando por la casa a oscuras?-Se preguntaba su hermano.
La adivinaba descalza, con el pelo suelto. Acariciándole su espalda y revoloteando sin control a su alrededor.!Cuantas veces soñaba con hundir su cara en esa melena tan deseada!.Todo la atraía de ella, pero sobretodo esa sonrisa limpia y ese pelo.
Se arrepentía cada instante que pasaba, de la decisión tomada .Jamás debería de haberse ido a vivir con ellos. Desde hacia varios meses era un suplicio , cada día cuando despertaba se decía,”hoy hablare con ellos”.Pero después ,cuando la sentía por la casa, la idea de marcharse desaparecía.
Se conformaba con poco, solo con estar cerca de ella. Con adivinar a trabes de las paredes de su dormitorio, como se entregaba. O con la rendija de una puerta, que nunca se cerraba. Sus gemidos , los susurros en el silencio de la noche. Había momento que cerraba sus ojos y la imaginaba en su cama ,a su lado. Casi podía sentir sus besos.
Solo había algo que le incomodaba sobremanera. Y era su hermano. Pero cada vez que este llegaba a su pensamiento, terminaba sentenciando lo mismo. Lo siento por ti Carlos, pero lo voy a intentar.
Si, y lo hacia cada día .Su entrega era absoluta y Ana lo intuía. Desde hacia semanas ,lo notaba .Había veces que el miedo se apoderaba de ella. Miedo a si misma y a sus sentimientos. A las ganas de correr a sus brazos y entregarse. A verlo a trabes del espejo, mirándole sus nalgas y sus pechos. Ese simple echo despertaba en ella el deseo mas salvaje.
Por eso Ana mientras paseaba por el salón, descalza y con su larga melena suelta sonreía. Haciéndosele esos hoyitos tan simpáticos en sus mejillas. Sonreía pensando en su cuñado, le adivinaba y el deseo recorría su cuerpo.
Entro en su dormitorio entornando la puerta y sin pensarlo se tiro encima de Carlos, este sorprendido empezó a juguetear con ella.
-Me cogiste por sorpresa, eso es traición.-le decía mientras se sentaba sobre ella.
Ana tendida en la cama, tenia los brazos abiertos, Carlos le sujetaba sus manos con fuerza. Mientras el suavemente se sentaba sobre ella.
La mujer , susurraba cerrando sus ojos. Bueno ,mejor haciendo como la que los cerraba, porque miraba insistentemente hacia la rendija que había dejado en la puerta.
Estaba allí, como cada noche, como cada vez que hacia el amor con Carlos. Y ella lo sabia.......... desde hacia semanas. Y seguía sin cerrar esa maldita puerta, por mucho que se lo proponía .Sentía las caricias de Carlos.................pero se entregaba a Luis.
El deseo los unía, por eso cada mañana preparar el desayuno era entregarse. Sentía su mirada clavada en la espalda, mientras ella lentamente se agachaba para retirar la banqueta. Luis enfrente, le sonrió y llevo su vista hacia el escote de su pijama. Ana jugueteaba con la cucharilla del café, en su boca y miraba como distraída hacia la ventana.