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Categoría: Confesiones

LOURDES LA HIJA DE DORA MARIA

Esto que les voy a relatar sucedió cuando yo tenía 24 años, ahora tengo 53 años. Tenía como 4 años de estar cogiendome a Dora María, y la verdad que cada día la veía más atractiva a sus 50 años, aparentaba talvéz unos 35, muy bien conservada y era todo un culazo, ese día pasé por ella a las seis de la tarde, para irnos a dormir a la Antigua Guatemala, pero camino a esa preciosa ciudad colonial, hay unos baños termales, y la verdad que tenía un stress terrible. Entramos al sauna y desesperada me arrancó casi la ropa y se prendió de mi pene a darme una mamada de película, hasta que me sacó la leche, la coloqué sobre la camilla que utilizan para dar los masajes, tocando su vulva hermosa que estaba completamente empapada, sus gruesos vellos estaban pegados a sus labios vaginales, prense con mis labios y lengua ese inmenso clítoris rojo, duro y palpitante, sentía en el pulso de su cuerpo, no tenía ni dos minutos de estarle lamiendo y chupando cuando se vino en tremendo orgasmo, la verdad es que por motivos ajenos teníamos como dos meses de no coger, y como ella me decía, estuvo 26 o 27 años de inactividad sexual, pero comenzó a acostarse conmigo y no perdía detalle de las horas para llegar al día miércoles, su día de locura, el día que lo hacíamos en la semana, perdiendo la cuenta de orgasmos que tenía, era para batir record. El miércoles por la noche, o sea el día siguiente, le comento que voy a viajar a México, y que voy a estar por unos diez días, en Monterrey, precisamente donde vive su hija Lourdes, y que si quiere acompañarme pues tenía entendido que no se veían por casi dos años. Ella me dijo que no podía porque tenía tres o cuatro pacientes que darían a luz por esos días y que ella como su ginecóloga tenía que estar a su lado, haciendome el comentario de que estaba un poco preocupada, pues por las conferencias telefónicas que sostenían presentía que algo no marchaba bién en su matrimonio, quedamos que ella le hablaría de mi llegada, para ver en que podía ayudarme en mis negocios, ya que yo no tenía ni idea del lugar.

La verdad es que yo no tenía ningún acercamiento con Lourdes, y cuando ella vivía en Guatemala, era muy poco que nos viéramos, lo que si recordaba perfectamente era la ocasión que en una piscina, jugueteando en el agua ella me dijo que me iba a enseñar a besar una mujer, y me dió besos de lengua, a esta sazón yo tendría unos diez u once años, y ella de 15 a 16 años. en esa oportunidad yo le toqué por encima del bañador los pechos, y ella jugueteó con mi pene, a raíz de eso hubo cierto alejamiento. Dora María me dijo que averiguara que estaba pasando en la vida de su hija pués presentía algo raro. Dos días después yo partí, estuve en DF dos días y luego me dirijí a Monterrey, al llegar estaba esperandome Lourdes y su hijita de tres años, le solicité que me llevara a un hotel, lo cual se negó, llegamos a su casa, tenía una habitación preparada para mi, ese día me acosté temprano estaba muy cansado, lo raro era que su esposo no aparecía por ningún lado, pero entre la plática me contó que su esposo se había ido de la casa con otra mujer, hacía aproximadamente dos meses, que la situación se había complicada dos años atrás, en los cuales ni una sola vez la había tocado. Esa noche yo tenía una cita con unos proveedores y Lourdes me acompañó, la nena se quedó con la empleada, ya dormidita. salimos de la reunión dos horas después, ya habíamos cenado, y me ofreció llevarme a conocer lugares de la ciudad, entramos a tomar una cerveza a un lugar donde había un grupo tocando música romántica, bailamos un rato, y regresamos a casa. Ya en la sala, tomamos un poco de tequila, y le pregunto si se recuerda cuando me besó en la piscina, se sonrojó un poco y me dice, es que tú siempre fuiste un chico que daban ganas de abrazarte y besarte, aun siendo niño, no digamos ahora porque estás guapísimo, atlético, hoy pude ver las caras de las mujeres cuando estabamos bailando, creo que me envidiaron, la tomé de las manos, la acerqué a mi y le di un beso, tierno, suave, abrió su boca y metí la lengua, la tomo con sus labios y su lengua y sentí el espasmo en todo mi cuerpo, la polla se paró y quedó justo en su vientre, ella se pegó más, sentí latir su corazón aprisa pegado a mi pecho, nos envolvió la pasión, me quité el saco y la camisa, y sentí sus labios besando mis tetillas,yo saqué su blusa y sostén quedando al aires unos pechos blancos, medianos, su pezón erguido rosadito, casi rojo, duros, los besé, los lamí y chupetíe, sentí el temblor de su cuerpo, su piel eriza, baje lentamente su falda, si cintura muy fina, caderas hermosas grandes, quité su calzón convencional de pierna alta, aprecié su vientre plano, sus vello púbico abundante, nalgas redondas, lisas, sus piernas delgadas pero torneadas y duras, sus pies pequeños blancos muy bién cuidados, mordisquíe sus dedos, y talón, le chupé el dedo gordo del pié y fuí subiendo por sus tobillos, su pantorilla, sus rodillas, mordisqué sus rotulas y sentí el sobrecogimiento de su cuerpo, llegúe a su entrepierna, y ella se quitó, suavemente se apartó y me pidió que no le besara la vagina, le dije que si se la iba a chupar y a lamer, y me dijo que eso no se lo habían hecho, yo ignoré sus excusas y me abrí paso con mi lengua en sus labios, hasta tomar el clítoris, grande, robusto, como el de su madre, introduje mi lengua en la entrada de su vagina, sentía eltemblor de sus piernas, gemía y balbuceaba algo que no entendía, solo me decía más rapido, al cabo de unos instantes se estremeció, apretó sus piernas a mi cabeza, para luego quedarse quieta, estaba sollozando, sus lagrimas corrían por sus mejías y tenía una sonrisa de satisfacción, de placer, se incorporo tomó mi rostro con sus manos y me dió un beso apasionado, y me dijo el mal nacido de mi marido, nunca me llevó al clímax, a el solo le interesaba meterla terminar, y darse la vuelta. Me sacó el pantalón, y el calzoncillo, yo estaba que reventaba, me toma la polla, se le queda viendo con los ojos como platos, con una mezcla de asombro y curiosidad, empezó a pasar sus dedos a lo largo del tronco, jugueteaba con mis huevos, salían los liquidos, y ella los regaba sobre la cabeza, y me pregunta quieres que la chupe, asentí con la cabeza y empezó a lamer la cabeza, para luego pasar la lengua a todo lo largo, se la metió en la boca y yo sentí lo tibio de su aliento, me moría por penetrarla, la acomodé sobre la cama abrió sus piernas, y lentamente fuí entrando en su cavidad, sentía la estrechez de su canal, aquellas paredes vaginales se iban ensanchando, llenas de sus jugos vaginales, llegué hasta el tope, pregunte si dolía y me dijo un poco pero la quiero todita,lentamente salía hasta la punta y volvía a entrar ella solo gemía, que delicia amor, más rápido me pedía, yo seguía lentamente sacando y metiendo, le dí media vuelta para quedar de frente pero de lado, subí su pierna, sobre mi cintura, sus pechos quedaban en mi boca, y los turnaba con mordiscos suaves, nuestras lenguas de entrelazaban, se puso encima de mi y empezó a cabalgarme rapidamente, corrían sus líquido por mis piernas estaba completamente loca de placer, se la sacaba y se la metía toda, yo jugueteaba con mis dedos en su ano, estaba completamente mojada que dos de mis dedos en cada embestida que ella daba se le iban hasta la mitad, ya no aguantó más, y nuevamente se vino, la quité de encima y la puse de espaldas a mi, la penetré sentía lo caliente y mojado, la saqué de la vagina, y la deslizé muy despacio por su ano, sentía como pulgada a pulgada se iba ensartando, ella se quitaba por ratos, pero de repente mis testiculos ya chocaban con su vagina estaba al fondo, lo apretado de su ano, y sus contracciones me excitaban cada vez más, salía y entraba lentamente, hasta que me vine en un torrente de leche. Nos besamos tiernamente, hasta quedarnos dormidos de cansancio, fueron ocho días de pasión desbordante, al día siguiente, ella estaba radiante, sonriente, era toda dulzura, sus ojos reflejaban un brillo especial, no era la chica triste que encontré a mi llegada, ella me dijo: no tiene caso que me quede a vivir en México, voy a regresar a Guatemala, a vivir con mi madre, solo quiero pedirte un favor, dedícame uno dos o dos días a la semana, hazme sentirme mujer, déjame amarte, no vas a tener problemas con tu esposa, y gracias por enseñarme que todo tiene arreglo. Ella regresó a Guatemala, dos meses después, trabaja en una Universidad, y todos los sábados la pasamos cogiendo como locos, no sé si Dora María sospecha algo, porque algunas indirectas a recibido Lourdes, por lo que ella ahora con mi mujer sale a menudo para evitar cualquier duda.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.82
  • Votos: 49
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
lobo_calientee27
lobo_calientee27 13-02-2014 04:50:37

rico relato muy hoot

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