Lentamente empezó a doblar su cuerpo para tocar las puntas de sus pies con las manoy para lograrlo tuvo que abrir un poco sus piernas. Estaba de espaldas a mi, completamente desnuda y con los ojos cerrados. Una suave melodía arabe se escuchaba a todo volumen en su equipo de sonido,por eso no me sintió cuando me acerque hasta ella y arrodillandome puse mi rostro a la altura de su vagina. Suavemente acerque mi boca y lamí con deleite su sexo, ella creyendo quizas que era su esposo, que habia regresado, abrió mas sus piernas, asi pude coger con mis labios su clitoris que reaccionó de inmediato, poniendose duro. Era un placer para mis sentidos tener a esta mujer asi, abierta a mis deseos. Luego poniendome de pie, cogi mi pene entre mis manos y empecé a acariciarla con él, ´mi erección estaba al máximo, pero aún no queria penetrarla, hundirle hasta sus entrañas mis ansias, reprimidas durante tantos días, meses, horas de infinita espera.
Cuando sentí que ella estaba al borde del orgasmo decidí penetrar por esos humedos y anhelados espacios, lentamente fui penetrando hasta llegar cerca a su corazón y sentir su palpitar. Era el extasis tantas noches presentido. Era la culminación de un sueño persiguido desde que la conocí. Por fin habia alcanzado poseerla. Me vi en el espejo que estaba a un costado, nuestros cuerpos unidos de esa manera, me enloqueció y comencé esa labor de entrar y salir de su adorado cuerpo. Llegamos juntos al extasis, nuetros flujos se mezclaron al unisono. Era completa mi dicha.
Fui salindo de su cuerpo. Cual no sería la sorpresa de ella al verme. Retrocedió aterrada, yo no era el esposo.
¿Quien es usted? me pregunto enloquecida de terror.
- Soy un eterno enamorado- respondi con timidez.
Ella trato en vano de cubrir con sus manos sus senos, era inutil, ellos se escapaban entre sus dedos . Mire su pubis, abultado, sin un solo vello,suave y rosado como una niña. Al sorprender la mirada, se cubrió con una mano y se arrodillo en el piso para luego sentarse, al hacerlo abrio sus piernas y pude ver sus labios entreabiertos, tratando en vano de esconder ese clitoris que ya habia probado y que me moria por tenerlo otra vez entre mis labios. Se quedo en esa posición para mi felicidad, no podía apartar mis ojos de alli. De nuevo el miembro se fue levantando hasta quedar erecto, frente a ella, como invitandola a que lo introdujera en su boca, ella lo miraba extasiada. Lo cogi con mi mano y se lo ofreci, su cabeza estaba roja y brillante, se veia firme, deliciosamente provocativo, como podía ver yo su sexo.
De repente se acerco y con un poco de agresividad cogio mi pene y se lo introdujo en su boca, casi hasta su garganta, luego lo saco y empezo a lamerlo, con placer, como si tuviera entre sus labios la mas deliciosa golosina. La sensacion era abrumadora. Asi transcurrieron como diez minutos, durante los cuales me chupo hasta enloquecerme. De pronto me dijo:
- Sientate en ese mueble, asi lo hice y ella se subio sobre mis piernas, para sentarse sobre mi erecto miembro, sus movimientos eran exquisitos, plenos de sensualidad. Me poseyo como nunca otra mujer lo hiciera. Durante unas tres horas realizamos los juegos mas extraodinarios y exagerados. Probamos todas las locuras, La penetre por todos sus orificios, la hice mia una y mil veces. Nuestros cuerpos se acoplaron, se encontraron y se quedaron juntos para siempre.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces y aun nos deseamos locamente, su cuerpo es la meta de mis sueños y mi cuerpo es su paraiso recobrado. Ella es mi amante aunque tenga dueño