Soy un adepto, adicto, aventurado, aguerrido, ardiente especialmente arrecho y ardiente cuándo se trata de los temas de mujeres finalmente de sus ropas interiores que me las huelo, hasta me las froto contra mi cara y mi pene; imaginándome un poco de vainas sobre estas mujeres que se ponen y se las lleva todo el día quedando impregnadas sus esencias como sus olores algo hediondos. Pero yo no le presto atención a que me produzca asco sino que eleva más mi erección como excitación por cada una de ellas a la fecha de hoy.
Candorosamente con una impresión corporal, demuestro una inocencia hasta por qué no decirlo con suma franqueza, ellas ignoran ni conocen mi tendencias de ser un fetichista que adora hasta se restriega, también revisa igualmente se escabulle en su intimidad, explorando que estilo de ropa interior especialmente se ponen todos los días con el vestuario de trabajo como social. Hasta con la ropa interior sucia me meto sin que se enteren a aspirar ese exquisito olor que registra la ropa interior especialmente lo que son los pantis, hilos dentales y tangas en que tienen una esencia como una hediondez algo leve, fuerte y normal haciéndome con todo gusto y agraciadamente la paja, en que contribuyo con mi granito al dejarle mi esencia de mi leche blanca al limpiarme cada vez que me masturbo la punta de mi palote con estas.