~~Sé que esto va a sonar a la típica historia de dos personas que se conocen en un chat y quedan para echar un polvo, y sinceramente, lo es.
Gracias a Internet, me paso muchas noches conectada a los chats hablando con gente que ni sé quienes son ni sé lo que son, pero con los que (será debido a que no te ves la jeta y pierdes todo tipo de pudor) te pones a hablar de cualquier cosa.
Pues en esto que estaba yo hablando con un par de coleguitas del chat cuando apareció una ventanita de un tal Adrián y en esto que pensé, OH NO, otro plasta y le empecé a dar largas para que me dejara en paz. El chico se molesto (empecé a ser un tanto grosera) no me mando a freír espárragos pues no sé porque. Le pedí disculpas y le di la típica excusa de que había tenido un mal día en el trabajo y no me apetecía mucho hablar. Parece que pillo la indirecta porque a los dos minutos ya se había ido.
Varios días mas tarde, Adrián volvió a aparecer y me pregunto que si ese día estaba mejor. Empecé a pensar que el chico no era tan plasta como yo pensaba y seguí hablando con él.
Al cabo de dos meses teníamos bastante buena relación y hablábamos prácticamente todos los días.
Nuestras charlas empezaron siendo de lo más inocente, como suele suceder, pero a medida que los días pasaban, las conversaciones siempre terminaban igual hasta el punto que raro era el día que no me iba a la cama después de haberme masturbado varias veces con las guarradas que nos decíamos.
Cansados los dos de trabajos manuales, decidimos que nos podíamos conocer y que si el tema no nos interesaba siempre podíamos haber encontrado a alguien con quien irnos de copas de vez en cuando. Como los dos somos de Alcalá no hubo muchos problemas para quedar en algún sitio y reconocernos pronto. De todas maneras ya nos habíamos enviado nuestras respectivas fotos e íbamos un poco sobre seguro.
Ese mismo fin de semana quedamos con la típica excusa de ir a tomarnos un café y hablar cara a cara, pero claro esta, yo lo que quería era echar un buen polvo que mi cuerpo me lo estaba pidiendo desde hacia mucho tiempo, porque, y no vamos a entrar en detalles, mi ex no era precisamente una fiera, sino que mas bien sufría tanto de eyaculacion precoz, como de impotencia sexual el 90% de las veces que nos poníamos al tema, pero no estamos hablando ahora de eso.
Habíamos quedado a las 7 de la tarde (si lo sé, es una hora muy rara para tomar un café) y tenia bastante tiempo para preparar todo al detalle.
Lo primero la ropa interior, una de esas tanguitas que tanto les mola a los tíos, cuanto más minúscula mejor, que tapa mi depilado cochito que llevo prácticamente al cero (hace algún tiempo un amigo me comento que eso les pone a cien, y no soy yo quien para discutírselo, jejeje).Sujetador a juego, de esos que se abren por delante. Una camisa negra ajustadita, cerrada solo por un par de botones para poder lucir un buen escote que en parte es natural (la divina naturaleza me ha proporcionado una buena delantera) y en parte bien currada en el gimnasio a base de aeróbic y pesas. Una faldita, también negra de esas que quitan el hipo y que más que falda es un cinturón ancho y unas botas altas a juego con el resto del conjunto. Si sé que debería parecer un poco puton pero que le vamos a hacer si se ha puesto de moda ir así. Comentar que soy morena con unos ojazos verdes y que rondo el 1,70 de altura.
Pues en esto que iba yo recordando la foto de Adrián, que según él, no salía muy favorecido, pero que ya iba anotando puntos en el marcador, cuando llegue al sitio donde habíamos quedado. Realmente la foto no le hacia justicia. Es uno de estos chicos altos, morenos y atléticos, de los que se te cae la baba según pasan por tu lado. Mas de 1,80 de altura, cuerpo fibroso y para mayor sorpresa, era el tío del gimnasio que me traía por la calle de la amargura desde hace dos meses por lo bueno que esta. Creo que el también se llevo una buena sorpresa, porque tampoco esperaba encontrarse con alguien del gimnasio. Por suerte, la sorpresa pasa rápidamente y comenzamos a hablar.
¿Adrián?
Si soy yo. ¿Nekane?
Hola. Por fin nos conocemos. (típica tontería que se suele decir en estos casos)
Sí que tal.
BLA BLA BLA (seguimos con las tonterías) BLA BLA BLA
¿Y si nos vamos a tomar algo y hablamos tranquilamente?
Vale.
Pues nos fuimos a una cafetería y estuvimos hablando de todo un poco. Yo no podía quitarle la vista de encima. DIOS QUE BUENO QUE ESTABA!!! Venia con una camisa azul y unos vaqueros que le marcaban ese culito tan mono que tiene. Apenas me entere de lo que decía pues estaba demasiado embobada para ello. Empecé a salir de mi ensimismamiento cuando note una mano que recorría mi muslo. La deje estar y ella parecía que tenia vida propia. Al principio solo era un ligero roce, pero fue avanzando cada vez mas y más hasta que empezó a meterse por debajo de mi falda. Lo mejor es que Adrián seguía hablando como si nada y a mí me estaban entrando los calores de la muerte. Estar delante de tanta gente (la cafetería estaba llena) y el metiendome mano me estaba produciendo un gran morbo.
La mano subía cada vez mas hasta que llego a tocar mi tanguita el cual hizo a un lado para poder continuar sin obstáculo alguno. Segundos mas tarde tenia esa mano introduciéndose en mi sexo como Pedro por su casa y yo ya no sabia si me estaba excitando mas eso, o la sensación de que la gente no nos pillara en ello.
Poco a poco se fue acercando mas y empezó a besarme. Un beso largo y húmedo, en el que nuestras lenguas jugueteaban la una con la otra. Yo ya me había olvidado por completo de la gente y mis manos se fueron directas a su paquete, y no pude por menos que lanzar un gritito. Eso no era un paquete, era un cartón de tabaco entero. Si con los pantalones puesto aquello tenia un tamaño considerable, sin ellos eso tenia que tener a la fuerza vida propia.
Yo no podía mas, mi calenton era considerable, y necesitaba hacer algo mas que simples toqueteos por lo que le propuse que nos fuéramos. Por suerte, vive solo y nos fuimos a su casa directamente.
Entramos y nos fuimos al dormitorio, mientras me iba besando el cuello, dando ligeros mordisquitos en el lóbulo de la oreja, y tocando mis pechos. Yo mientras seguía acariciando su paquete y deseosa de perder de vista el pantalón para poder admirar su polla en todo su esplendor.
Como era de desear, mi ropa no se hizo esperar mucho y desapareció en un abrir y cerrar de ojos quedándome solo con el sujetador y el tanga. Lo mismo paso con la suya quedándose solo con el calzoncillo y con lo que tenia dentro de el que en esos momentos yo ya creía que me hablaba y todo.
Poco a poco me quito el sujetador y me tumbo en la cama, y despacio, muy despacio, fue besando cada parte de mi cuerpo desde mi cuello hasta la cintura, sin dejarse ningún centímetro cuadrado sin su beso. Cuando llego a la cintura, agarro el tanga con los dientes y muy lentamente lo fue bajando, admirando mi chochito depilado y saboreando cada rincón de el.
Volvió a subir hasta mi pecho para besarlo y masajearlo, mientras le daba ligeros mordisquitos a mis pezones, cosa que me pone a mil.
Empezó a bajar, directo a mi monte de venus, que beso con rabia y deseo. Abrió lentamente mis labios y empezó a pasar su dedo entre ellos. Yo ya estaba bastante húmeda y empezó a sorber mis jugos con mucha tranquilidad. Introducía su dedo en mi coñito, mientras besaba mi clítoris y mi respiración entrecortada y mis gemidos demostraban bastante bien lo poco que quedaba para que tuviera un orgasmo. Cuando llego, creía que había llegado al cielo, un cosquilleo desde lo mas dentro de mi ser hasta la base de mi nuca, que me producía escalofríos en todo mi cuerpo. Adrián se levanto y se quito los calzoncillos, y ahí estaba, su verga en plena apoteosis. Algo mas de 20cm de pene apuntando directamente a la luna. Solo de pensar que toda ella iba a ser mía casi tengo otro orgasmo.
Pero esta vez me tocaba a mí. La cogí como la mas preciada de las joyas y empecé a darle besitos en la punta. Poco a poco fui lamiéndola como la que se come un helado y empecé a introducirla en mi boca, poco a poco, para que Adrián fuera notando centímetro a centímetro el roce de mis labios en su polla. Estaba caliente, muy caliente y el tacto era maravilloso. En esos momentos para mi solo existía su polla y la comía como si fuera la comida más sabrosa y deliciosa del mundo y era mía, solo mía. Casi me ahogaba pero quería tenerla toda dentro de mi boca, saborear hasta el ultimo pedazo pero Adrián no pudo mas y se corrió.
En ese momento me cogió de la cintura y me levanto en volandas. Empezó a besarme en la boca con mucha pasión y me dejo tumbada en la cama. Sabia lo que tocaba ahora, y la espera me estaba volviendo loca. Se coloco un condón y empezó a besarme de nuevo el clítoris. Cogió su polla y poco a poco la fue introduciendo en mi, primero solo su glande, pero mis caderas le pedían mas, y aumento el ritmo y a meterla cada vez más. Enganche Mis piernas a su cintura para ayudarle a empujar, porque yo necesitaba su miembro entero dentro de mí. Cada nueva entrada era la mayor de las emociones. Me estaba provocando sensaciones que no sabia que podía experimentar y le anime a que aumentara la velocidad. Cada vez empujaba mas fuerte y yo gritaba como una posesa. Su polla rozando mis paredes vaginales mi producía un gozo indescriptible. Mientras empujaba, me daba masajes en mi clítoris con su dedo, por lo que cuando tuve el orgasmo fui impresionante. Por primera vez sentí mi orgasmo vaginal y mi orgasmo clitorial al mismo tiempo los cuales arrancaron un grito desgarrador de mi garganta del placer que estaba sintiendo y unos espasmos que me obligaron a arquear mi espalda durante un buen rato. Este polvo me dejo completamente hecha polvo. Apenas si tenia fuerzas para moverme. Adrián siguió con caricias durante un buen rato, hasta que me repuse un poco. Nos vestimos y nos fuimos a cenar. Ni contaros lo que paso en la cena.
Desde entonces su manolita y mi pepito son muy buenos amigos y de vez en cuando quedan a tomar café con tarta ;)