Me sentí culpable de engañar a mi marido, es verdad que Juan Manuel cogía divino, pero esa no era yo, a veces quería confesarle todo, pero el temor me domaba, no podía dormir, la cruda moral me daba con todo.

Tengo una amiga que le vale un poco la vida, ella es mi confidente y hasta la fecha era la única que sabía de mis atrocidades, ella tenía la idea que solo divirtiéndote se te olvidaban las cosas.

A: ¡Órale nena vamos a bailar!

M: ¡No!! ¡No tengo ganas!

A: ¡Ay amiga ya basta!! Ya lo que hiciste lo hiciste, él no lo sabe, mejor olvídate de eso y vamos a distraernos.

Ella sonaba sensata, lo cual me preocupaba porque me estaba convenciendo.

Después de tanto rogarme acepte ir con ella, mi marido no se opuso al contrario me dijo que me notaba rara que fuera con ella, eso me dio más remordimiento y estuve a punto de confesar mi infidelidad, pero mi amiga lo evito, me fui a mi cuarto a cambiarme, me puse una calza negra, una blusa amarilla entallada y mi chamarra negra y salimos de la casa.

Llegamos al bar de siempre, pedimos nuestra mesa y unas cervezas, la verdad el ambiente se veía bien, eso me relajo al principio.

A: ¡Qué bueno que salimos ya lo necesitabas!

M. Ay amiga sí!! ¡Necesito olvidarme de todo!

Estaba yo decidida a divertirme, comenzamos a bailar ella y yo, tomaba una cerveza tras otra, la verdad ya en algún punto estaba ambientada y muy accesible.

Justo en frente de nosotros estaban unos chicos, no se de cuantos años, un gordito de afro y un chaval moreno, flaco que no paraban de vernos.

Cuando empezó a sonar la cumbia, ellos se acercaron a invitarnos a bailar, mi amiga acepta bailar inmediatamente bailar con el gordito, yo me sentí rara, el otro tipo me miraba estirándome la mano, ¡al final comencé a bailar con el!

E: ¡Bailas muy bien amiga!

M: ¡Gracias!

E: Cuál es tu nombre, ¿yo me llamo Emmanuel y tú?

M: ¡Uhm!! Mo…nica!

E: ¡Hermosos nombre!

Al terminar de bailar nos invitaron a su mesa, pedirían más cerveza mi amiga acepta, yo no quería, pero no podía dejarla sola. Nos sentamos como pareja, el gordito que se llamaba Felipe y mi amiga y yo con Emmanuel, ellos estaban en su charla y Emmanuel trataba de hacerme la plática, pero yo era cortante, la verdad no quería que ningún hombre se me acercara, pero entre alcohol y la lucha del joven flaco para que le hiciera caso termine cediendo.

El tenía buenos temas de charla, la verdad poco a poco comencé a sentirme cómoda, bebíamos, brindábamos y bailábamos, parecía una cita.

Pasando ya a la media noche ya estaba muy ebria lo admito, me reía de todo, abrazaba a Emmanuel algo que él no desaprovechaba para sentirme cerca.

Comenzó el baile del reguetón y como adolecente empecé a menearme, me movía arrimándole mis nalgas a Emanuel, él no lo desaprovechaba me las tocaba y me arrimaba su miembro, me daba vuelta y en un acto de locura lo comencé a besar, le comí la boca enterita, el me apretaba las nalgas y los muslos, en eso lo dejé de sopetón y decidí salir a fumar un poco.

Mientras fumaba pensaba en todo, me comportaba como una puta fácil, cuando era joven fui muy aventada al grado de tener sexo con un maestro en la prepa, pero cuando conocí a mi marido cambie, trate de seguir la idea de fiel hasta la muerte, pero algo en mi cambiaba y mientras pensaba sentí un bulto en medio de mis nalgas y sus brazos me abrazaron de la cintura, era Emmanuel, que comenzó a besarme el cuello, yo no sabía que hacer, solo cerré los ojos y sentí humedecerme.

E: ¡Esta buenísima nena!!

M: ¡Uhm!! ¿Que haces?

Sentía su dura verga y eso me humedecía, con fuerza me volteo y comenzó a besarme súper rico, yo no pude negarme así que solo me dejé llevar, nuestras lenguas se entrelazaban, sus manos apretaban mis nalgas, ¡yo arrimaba mi vagina a su bulto, lo cual me ponía más cachonda!

E: Quiero metértela, ¡ya no aguanto!!

Para su suerte a lado del bar había un motel, al que él me llevo, yo no decía nada, humedecida y pensante lo seguí, sabía que en unos momentos ese chico de unos 8 años menos me estaría metiendo su pene.

Al entrar a la habitación comenzamos a besarnos riquísimo, el me tocaba todo, piernas, nalgas, tetas, cintura todo.

Me quito la blusa y el brasear, comenzó a lamerme las tetas, las apretaba con desesperación y fuerza, yo gemía del dolor y placer, me mordía el pezón con fuerza, lo chupaba, me los estaba dejando todos duros, el chico de verdad quería devorarme.

Me tiro a la cama y nos besamos rico, mientras me besaba el ombligo se quitó su camiseta, me dio vuelta y comenzó a lamerme la espalda, darle beso y ligeras mordidas, su verga estaba en mis nalgas, yo sentía rico su paquete, me besaba la oreja, sabia como calentarme.

Me despojo de mi calza y mis sandalias, su lengua recorrió de mis talones subiendo por mis muslos los cuales saboreo y luego me comenzó a lamer mis nalgas, las apretaba y mordía, yo disfrutaba, eso me excitaba estaba mojadisima, me quito el cachetero de encaje y me dio vuelta, el chico comenzó a darme un oral como desesperado, lamia mi clítoris, metía sus dedos, yo gemía como zorra, ya quería tenerlo dentro, pero él tenía otros planes.

E: ¡Mamacita, chúpamela, sé que se te antoja!!

Cuando volteé a verlo él ya estaba desnudo y su verga de unos 22 cm estaba lista para mí, la tenía larga dura, escurriendo, ¡él se acostó en la cama y yo como leona fui directo a mi presa!!

Comencé con la cabeza, tragaba sus fluidos pre seminales, luego lamia su tronco como paleta, ¡le besaba sus testículos y luego como anaconda devoraba su duro miembro!!

E: ¡Oh!! ¡Nena, no pares!!!

M: ¡Uhm!! ¡Que dura!!

Él se retorcía mientras yo devoraba mi comida, en ese momento me di cuenta que siempre fui una zorra y que me encantaba la verga, ¡ahora me liberaba ese joven era mi presa!

Después de sesear mi hambre de verga, lentamente sub a él, tome su verga y me acomode para comenzar a cabalgar, comencé moviendo mi cintura lento, el me apretaba las tetas, me encantaba su aceleración, pero estaba duro como piedra eso me encantaba aún más. Aumente mis movimientos mientras él me acariciaba las piernas y nalgas, se movía también, eso me daba mucho placer, los disfrutábamos de esa pose.

M: Que dura, ¡uhm! ¡Que rico!!

E: ¡Moni!!! eres la mejor, uhm!!!

¡Me movía en círculos mientras él se levantaba morder mis pezones eso me ponía más perra y le jalaba el cabello y me movía para delante y atrás con fuerza!!

E: ¡Ricura!! ¡Como te mueves!!

M: ¡te gusta, uhm!!!

E: ¡Si!! ¡No pares!!

M: Acuéstate, ¡hare otra cosa!

Cuando él se recostó me acomodé dándole al espala y comencé a moverme, me agachaba subiendo y bajando mis caderas, el disfrutaba apretado mis nalgas, que rico sentía y el también, esa pose me encantaba, sentí riquísimo, me movía con velocidad, yo escurría sentía un rico orgasmo y el joven aun duro me movía fuerte para su satisfacción.

M: ¡Papi!!! ¡Que rico uhm!!

E: eres un manjar, que oscura, ¡uhm!!!

Me acomodo de lado, levanto una de mis piernas y me la metía suave, me apretaba las nalgas y los muslos, me besaba el cuello y la oreja, ¡me tenía gimiendo de placer!

E: Desde que te vi te me antojaste, que nalgas, ¡que piernas y que manera de coger!!

M: ¡Uhm! ¡Tú también lo haces rico!!

Se movía como gusano, su verga se sentía bien dentro, me encantaba como se sentía sí, ¡yo gemía y le pedía más y más!!

M: Dámela papi, uhm, ¡que rico coges!!

E: Tómala nena, ¡es solo para ti!!

Me puso a cuatro patas y me la metió de golpe, el chico se movía fuerte y rápido, eso me tenía gimiendo y jadeando, que rica manera de coger de perrito, me apretaba las tetas, me besaba la espalda me daba de nalgadas, ¡ya era su puta!

E: Que ricas nalgas nena, uhm, toma, ¡toma!!

M: ¡Mas que rico, cógeme!! Cógeme!!

E: Muévete solita, uhm, ¡muévete nena!!

Comencé a moverme sola, me hacía para delante y me dejaba ir con todo para atrás, me movía en círculos, me menaba como perra, el gemía y gozaba, que rico placer sentía yo.

Mientras Emanuel me cogía rico por atrás y yo tumbada en la cama babeando la almohada pensaba en lo rico que era ser infiel, me encantaba esta nueva Mónica, más suelta con ganas de disfrutar, ¡así que mientras el joven me la daba con fuerza yo no paraba de pedirle más y más!

M: ¡Cógeme papi, que rico, uhm!!, dámela, uhm!! ¡¡Ah!! Soy tuya, ¡uhm!!

E: ¡Mami, uhm!!!

Me volteo y levanto mis piernas metiéndomela de golpe y moviéndose fantástico, ¡era increíble que le me tuviera gozando así!!

E: Que patotas, ¡uhm!! ¡Eres única Mónica!!

Lo abrace con ella mientras nos besábamos rico, le mordía su cuello le arañaba su espalda, estaba gozando riquísimo, ya ni me acordaba que era una mujer casada, ni de mi amiga me acorde en esos momentos.

M: ¡Nene, mas, uhm, me gusta, ya dámela, saca tu semen!!

E: ¡Oh nena!! ¿Te preño?

M: ¡Si!! ¡Dámela, la quiero sentir!!

Ya no sabía lo que decía, estaba fuera de mí, pero el placer, la adrenalina, me hacían sacar lo perra que tenía dentro, Emmanuel se movía yo también era cuestión de tiempo para que me llenara de semen.

E: ¡Nena, ah!! ¡Me vengo, uhm!!

M: ¡Si papi, uhm, dámela, uhm!!

E: ¡Oh!! ¡Ahí viene, uhm!!

M: ¡Si, agh!! ¡La siento!!, préñame, uhm, que rico!!

Sentí su leche caliente llenarme, yo también me corrí haciendo el orgasmo más rico, quedamos abrazados sudados y llenos de fluidos pecadores.!

Una vez que regrese en mi, me fui al baño, me mire al espejo sabiendo que ya era otra y que esto ya no cambiaría, me limpie, me acomode en lo que él se metía al baño me salí del hotel, mi amiga estaba esperándome, solo me miro y sonrió, yo no dije nada, tomaos un taxi y nos fuimos.

No supe nunca más de ese joven, lo único que si es que me dio una rica cogida y que libero la bestia sexual que tenía dentro, ahora vendrían nuevas cosas, pero esas se las contare después.

Moni<3