Si, como lo digo: en estos 20 años de matrimonio, más 2 de novios, he estado con otros 100 hombres sin que mi esposo se haya enterado nunca de nada. Bien es verdad que, para ser más estricta, no comencé a tener amantes en realidad hasta que tuve a mi segundo hijo, el varoncito, hace 12 años. Eso vuelve más sorprendente aún que haya podido tener tantas relaciones extra matrimoniales en apenas poco más de una década hasta la fecha. Practicamente sale a 10 amantes por año. Y sí, los he contado, uno por uno, y ya que llegué a 100, me siento un poco como con ganas de celebrarlo.

Pasaré ahora a presentarme. Mi nombre es Gabriela Renata, Gaby para mis amistades, y vivo desde que nací en la hermosa ciudad de Quito, capital de mi país Ecuador. En la actualidad tengo 46 años y una vida apacible junto a mi esposo Osvaldo, mi nena de 16 y mi peque travieso de 12. Entre mi marido y yo, hemos sabido construirnos una cómoda situación económica, él como ingeniero petrolero y yo como gerente general de una gran empresa exportadora de flores. Tenemos una buena casa en un barrio elegante, un coche cada uno y mis hijos van a escuelas privadas. Me considero, pues, una persona privilegiada, bendecida por el destino y con eso tan raro y dificil de conseguir llamado felicidad. Sin embargo, mi mayor alegría tambien se encuentra en el hecho de no haberme limitado a tener relaciones solo con mi esposo en estos últimos años.

No soy una mujer perversa, vale aclarar, ni una ninfómana o algo parecido, y a mi Osvaldo lo adoro y me siento tan afortunada de estar con él como desde el primer día. Pero pienso que un matrimonio bien llevado debe incorporar también relaciones fuera de la pareja. Solo de ese modo la plenitud es completa. Él, por demás, nunca ha sabido nada. Hay que tener discrección para estas cuestiones tan delicadas. Jamas estoy con un hombre cualquiera, solo hombres serios, la mayoría maduros, algunos casados, y en general profesionales, educados, elegantes y cultos. Por supuesto, es imposible que todo pueda ser mantenido en el más riguroso secreto, y muchas de mis amigas han sido testigos de mis numerosas infidelidades, asi como mis hermanas. Ha habido varias veces en que he estado en fiestas de ellas con algún amante como cita en ocasiones en que mi marido no ha podido acompañarme. También tengo a varios de mis amantes como contactos en Facebook (por ahí mensajeamos para encontrarnos). Mis amigas y hermanas, por su parte, mantienen muy buenas relaciones con mi esposo y no lo juzgan por lo que yo hago.

Sé que muchas personas de saber esto sentirían pena por él. Los ojos se les pondrían como platos, se quedarían lívidos, petrificados, de oir de alguien que ha sido engañado constantemente durante años con un hombre tras otro. A veces también yo lo veo así y lo entiendo. Puede que me haga sentir un poquito mal que él me haya tenido que compartir con otros 100 hombres hasta ahora (más los que habrán), pero la naturaleza humana es muy complicada y de nada vale hacerse rollos emocionales cuando la vida te ha tratado con tan buena fortuna. Mi esposo pasa muy contento sencillamente. Yo también. Y me gusta tener muchos amantes como una forma de llenar todos los espacios de mi vida.

A dicha conclución llegué cuando mi varoncito estaba de meses. Decidí que lo tenía todo como persona, como esposa, madre y profesional, pero me faltaba algo como mujer. ¿Y por qué no satisfacer también ese propósito? Mi unión conyugal comenzó a enriquecerse desde entonces. Antes de que comenzara a engañar una y otra vez a Osvaldo, no es que pasáramos discutiendo, pues siempre nos hemos entendido de maravilla, pero si eramos más cerrados y distantes el uno con el otro, como más estresados por el trabajo, los chicos, los conflictos que inevitablemente surgen en sociedad. Todo eso comenzó a cambiar desde entonces. Cuando volvía de una cita con algún amante, vivía hermosos momentos junto a mi marido y mis hijos, me sentía más cariñosa con él, más atenta, haciendo más feliz a quienes me rodean. No solo ha sido beneficioso para mí. Hoy endía tengo sexo con mi esposo entre 3 y 4 veces por semana y como 3 o 4 veces también con otros hombres en mis escapadillas. Y estoy muy a gusto con eso. Todo se siente bien.

Soy, en suma, muy feliz y me deseo a mí misma un ¡feliz 100 amantes logrados!