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Categoría: Incestos

Llegue de sorpresa y no tenia donde dormir

Lo que me pasó en esta ocasión fue algo único, atrevido e imperdonable aunque aceptable y creo que hasta justificado.

Estando yo de viaje y habiendo terminado todas mis actividades, me quedaba tiempo para pasar a visitar a mi mamá, sin avisar llegué a su casa ya entrada la noche y cual sería mi sorpresa, que de visita en la casa también estaba una hermana de ella y toda su familia, situación que que me agradó porque por ser hermanas casi no se visitaban ya que vivian bastante separadas, y a mi mamá le agradaba la visita de ellos.

Aparecí justo a la hora que todos se encontraban cenando, inmediatamente mi mamá se levantó de la mesa, nos saludamos y saludé al resto de la familia y agregó un plato en la mesa; así pasamos la hora de la cena, terminamos y seguimos platicando todos al rededor de la mesa.

Como mi visita era inesperada, entonces la cama que a mi me correspondia cada vez que llegaba de visita, ya estaba ocupada, pero para eso ya eran las once de la noche, y todos ya cansados y con sueño fueron buscando sus habitaciones.

Pude notar a mi mamá un poco preocupada porque no tenía cama para ofrecerme y no podía despojar a nadie de la que le había asignado; entonces le pregunté que le pasaba y me respondió, que le daba mucha pena porque mi cama la ocupaba uno de los hijos de mi tía, indicándole muy comprensivo que no importaba que me podía quedar en la sala, a lo que ella me respondió que que no lo podía permitir porque en la sala hacía mucho frió.

Entonces me dijo, va a tener que sacrificarte y compartir la cama conmigo; inmediatameente le constesté que no podía molestarla porque iba a ser muy incómodo para ella tener que compartir la cama, ya que desde que mi papá ya no estaba, ella se había acostumbrado a hacerlo solita y por mi tamaño iba a ocupar mucho espacio; indicándole que lo podía hacer pero en la alfombra.

Ella se negó rotundamente y como toda madre preocupada por el bienestar y comodidad de sus hijos casi me obligó a dormir en su cama, que sin poder replicar absolutamente nada.

Se acostó ella con un camisón como acostumbraba a dormir siempre y yo tenía la constumbre de dormir solo con calzoncillo y playera, pasé al baño y ella con la televisión encendida lo hacía para que tuviera visibilidad y no caminara en la oscuridad. Me acosté, platicamos unos minutos y ella se quedó profundamente dormida, yo no podía conciliar el sueño y miraba la televisión, pero por la pena de molestarla con el ruido y la luz la apagué y traté de dormirme.

Pasaron los minutos y por encontrarme en una cama que no era la mía, se me hacía difícil poder dormirme, además que podía lastimar a mi mamá con algún movimiento involuntario; hasta que el cansancio y el sueño me vencieron y me fui durmiendo.

Recuerdo que estando profundamente dormido y sentir un cuerpo a la par, pensé que era el de mi esposa, ella estaba acostada dandome la espalda, entonces me pegué a ella y la abracé, lo hacía en aquel estado de casi inconciencia o que por la costumbre y lo adormitado pensaba que estaba en mi cama y tenía a la par a mi esposa.

Por estar pegado a ella y abrazándola, mi verga se fue parando y yo seguía acariciándole desde las piernas hasta las nalgas y le besaba la espalda, buscando tocarle la chocha le fui subiendo el camisón para ir metiéndole la mano entre el calzón, hasta que logré bajarselo un poco; en esa posición jugaba con mi verga en sus nalgas haciendo movimientos de vaivén ya que estaba bien pegadito a ella. A esa hora no se si no se había despertado porque estaba profundamente dormida o lo hizo y no pudo o no encontro la forma de replicarme lo que estaba haciendo; mientas tanto yo seguía en mi faena, pensando que de despertarse me haría un reclamo, un regaño o comprendería que estando yo dormido había pensado que era con mi esposa con quien lo hacía, entonces entendería la razón de la que yo me encontraba acariciándola y estaba muy excitado; era algo inesperada la reación que ella pudiera tener.

Mientras tanto, yo ya le había casi bajado el calzón y tenia mi verga en la entrada a su chocha y seguía con el vaivén muy despacio, tal y como acostumbraba a hacerlo con mi esposa, le jugaba su peluda chocha y le subía las manos hasta sus pechos. Con todo ese movimiento y calculando el tiempo que a mi esposa le llevaba ceder a mis deseos, pude sentirle la chochita bastante humeda y su respiración agitada, paso seguido fui empujándole la verga hacia su chocha y podía sentir y oír el chasquido que producia la verga al entrar y salir de su peludita u mojada chocha; esa era la posición que tradicionalmente utilizabamos con mi esposa previó a pasar a otras y tener una noche de placer.

Ya le había metido la verga y sintiendo como se le fue toda, empecé a moverme con más fuerza, oyendo de repente unos pequeños gemidos que mi mamá emitía, pero no decía absolutamente nada, mientras yo seguía cogiéndola, le masajeba los pechos, besándole la espalda y el cuello.

Como era costumbre con mi esposa, después de metérsela en la chocha estando ella de espaldas, la ponía boca arriba para clavarsela en esa posición, le saque la verga la acomodé y le terminé de quitar el calzón, aprovechando para mamarle la chocha, sintiendole los deliciosos jugos que por su excitación habia expulsado; ella seguía a despensas de lo que yo hacía con ella, sin ni siquiera chistar palabra.

Al estar mamándole la chocha, pude sentir sus movimientos de placer, ya que se movía al compás de mi mamada, notando que abrió más las piernas, situación que a mi me volvió loco, sintiendo que por minutos sus movimientos eran más rápidos, cuando sentí que se empezó a retorcer y a gemir más fuerte, era porque se estaba viniendo en mi boca, yo no dejaba de mamársela, chupandome sus juguitos, sentí como alcanzó el orgasmo emitiendo un pequeño grito de placer.

Sin decir una sola palabra y después de sentir que había tenido un orgasmo, me preparé para montármela, lo fui haciendo muy despacio, colocando mi verga en su chocha y empujándola poco a poco hacia adentro, ella permanecía con las piernas bastante separadas situación que aproveché para cogerla con más fuerza y con más confianza ya que después del tiempo que había pasado y habiendo despertado sin decir nada, ya sabía que su hijo era el que la estaba cogiendo, y por pena o por placer no tuvo más que gozar de ese polvo.

Empecé a cogérmela boca arriba, le mamé los pechos, de tan excitado que estaba le besaba el cuello y no me di cuenta a que hora le besaba la boca, ella respondía placidamente, situación que yo aproveché y me produjo un orgasmo de lo más delicioso, me vine adentro de su chocha, diciéndole que la amaba y que rico se había movido, además que me agradaba que hubiera sentido placer porque sentí cuando se vino en mi boca.

Ella seguía sin decir una sola palabra, estaba tan relajada al igual que yo, porque me quedé tendido por largo rato encima de ella hasta que la verga se me aguadaba y de su chocha salían nuestros liquidos mezclados; nos quedamos desnudos dormidos de tanto placer que habiamos tendidos hasta la mañana siguiente.

Cuando desperte por la mañana, ella ya no estaba en la cama, solo su camisón y las sábanas inundadas de nuestros líquidos, me levanté, me fui a bañar y baje a desayunar; a esa hora ya toda la familia estaba en la mesa, entré salude a todos y mi mamá me sirvió un suculento desayuno, ella estaba tan tranquila como si nada hubiera pasado, yo actué de igual forma, terminé mi desayuno, me despedí y sali nuevamente para regresar a casa.

Por su puesto que a la mañana siguiente sentía un sentimiento de culpa y de rechazo hacia mi mismo por lo que había hecho, habiendo disfrutado las nalgas, la chocha, los pechos y la boca de mi mamá y darle una cogida de las buenas. Pero al no encontrar resistencia de mi mamá, reflexioné y me recordaba que ella también lo habia disfrutado tanto como yo. Me recuerdo siempre de esa cogida y me excita y cuando estoy con mi esposa hago de cuenta que lo hago nuevamente con mi mamá.
Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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1 comentarios. Página 1 de 1
pedro vicente mendoza
invitado-pedro vicente mendoza 16-04-2011 00:00:00

Ostia, Freddy, eres más mentiroso que un pantalón marrón, pues, cómo puedes decir que en el momento de meterle el animal aun no te habías dado cuenta de que era tu madre...

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