Como en relatos anteriores, antes de empezar presentarme:

Hola soy Pilar, como ya sabéis escribo relatos eróticos desde hace relativamente poco tiempo y espero que os gusten. 

Todo ha empezado esta mañana, me he levantado más tarde que mi hijo, y como cada mañana mi hijo, Raúl, me ha dado los buenos días y me ha preparado el café, tenía el día libre en el trabajo así que a media mañana, después de ducharme, me he puesto una bata sin ropa interior por debajo, y me he puesto con el ordenador en el salón, estaba bastante excitada, así que no se me ocurrió otra cosa que masturbarme y aumentar mi calentón masturbándome, hasta que mi hijo me sorprendió, al verme intenté hacer como si nada hubiera pasado, me preguntó que hacía y yo le dije que cosas del trabajo, como era de suponer era mentira, entonces, miró por un momento hacia abajo dándose cuenta de que tenía el tanga movido hacia un lado, y se me estaba viendo el coño, así que lo tomé con naturalidad, abrí las piernas y delante de él me empecé a masturbar mientras me miraba, me dijo que si quería que me masturbase, así que mientras acercaba mi cuerpo hacia él, soltándole una sonrisa, empezó a meterme los dedos húmedos en mi coño, comenzando a gemir al instante, aunque poco duró la lección ya que me llamaron porque tenía que ir a trabajar, le dije que le enseñaría más cuando quisiese. 

Por la noche, cuando llegué de la oficina, Raúl me estaba esperando viendo la tele, tenía preparada la cena y había puesto la mesa mientras esperaba a que llegara de trabajar, dejé el bolso en el salón y me fui a dar una ducha rápida, y me puse un vestido corto de tirantes para provocarle y que se excitara, cosa que no fue muy difícil conseguir. Mientras cenábamos, no dejaba de mirarme, sobre todo el escote, ya que me había quitado el sujetador, y las tenía al aire, cuando terminamos de cenar, mi hijo fregó los platos mientras me decía que me fuera al salón para descansar. Al poco, entró en el salón, y los dos nos pusimos a hablar en el sofá, allí le di una sorpresa, puse mis pies sobre su polla pasándoselos una y otra vez, el vestido se me subió, dándose cuenta de que no llevaba ropa interior, así que ya para que disfrutara por completo, me saqué los pechos de la camiseta, lo que le condujo a un estado de excitación en el que nunca le había visto. Le masturbé con mis pies, noté que le gustaba, mientras pasaba mis manos por el coño, me decía que quería más así que le masturbé y posteriormente le hice una mamada, mientras me tocaba los pechos con sus suaves manos. 

Pasado un tiempo, mientras estaba en la cama leyendo, entró mi hijo en la habitación, llevaba ropa sexy, así que ya sabía que se había puesto cachondo, me abrí el vestido, no llevaba ropa interior, y me puse a masturbarle, me quité el vestido y me metí la polla entre los pechos, mientras me tocaba el coño, mientras le lubricaba la polla con mi saliva, me hizo un dedo por el coño y posterior mamada, a continuación me penetró por el coño mientras me cabalgaba. Para terminar, le hice una mamada la cual duró un tiempo hasta que terminó eyaculando sobre mi cara.