Después del primer encuentro sexual con Aurora, generalmente nos veíamos en su casa los jueves, llegaba a las cinco de la tarde y salía al día siguiente cuando ella ya se iba a su consultorio. Tuve que salir de la ciudad por diez días y le llamaba a diario y ella me decía que me extrañaba mucho, que ya le hacía falta tener mi pija adentro y cosas por el estilo. El día que regresé fuí directamente a su consultorio, eran casi las cuatro de la tarde, calculando la hora que ya va de salida, aún tenía un paciente y esperé un rato, no me anuncié por mi nombre sino como paciente. Cuando entré a su despacho cerró la puerta y empezó a besarme con pasión, deseo y a tocarme el pene sobre la ropa, luego salió y le dijo a su secretaria que podía marcharse que el tratamiento era un poquito largo y que no había problena al marcharse. cinco minutos después por el intercomunicador la asistente se despidió y oímos el ruido de la puerta al cerrar, por las dudas ella salió a constatar que se había marchado, me quitó el pantalón y sobre un pequeño sillón me tumbó y empezó a darme una mamada de ensueño, yo subí su vestido y saqué su tanga y empezé a chupar su raja y clítoris con fuerza, no tardó en venirse, besé sus piernas hermosas, duras y blancas, seguí besando su panochita hermosa, para luego ponerla de espaldas y de pié recostada sobre el escritorio, era todo un espectáculo verla de espaldas, un cuerpo precioso bien formado y sus nalgas paraditas y duras, abrió sus piernas y mi pija buscó su vagina húmeda, lentamente empezé a penetrarls, hasta que mis huevos chocaron con sus muslos, entraba y salía casi todo y la envestía con fuerza, yo estaba super excitado y con una carga de esperma tremenda por los días que no había cogido, por lo que me corrí en ella con abundante leche, ella empezó a moverse más rapido al sentir lo caliente de mi semen en su interior y no tardó en venirse, al sacar mi pija el semen le corría por los muslos,, por lo que fuimos a asearnos.
Ella me comentó de que había fallecido una hermana de una señora que vivió en el vecindario y que iba a asistir al velatorio, y que incluso se iba a quedar en la funeraria hasta al amanecer, porque cuando falleció su madre tanto la difunta como la hermana la acompañaron ya que a cierta hora las personas se van a descansar y se queda sola la capilla, y me dijo que la acompañara y que yo podía irme cuando quisiera, y luego me compensaba con una buena mamada.
Llegamos a la funerria como a las ocho de la noche, ya que antes fuimos a cenar, al poco rato de estar allí, llegó Raquel la vecina de enfrente de la casa y que gracias a ella me enteré de que le gustaba a Aurora, y por eso me atreví a ser directo con la relación que ahora estaba disfrutando. Raquel es una mujer como de 37 años de edad, soltera, delgada de cuerpo formadito y piernas torneaditas, morena clara, alta, su cabello negro lo tiene peinado con rizos, y su pelo es suave y brillante, pechos grandes y nalgas pequeñas redonditas. No la veía desde el día que escuché la plática que tuvo con mi madre, aunque siempre estuve al acecho desde mi casa para ver si la veía para que con cualquier motivo ir a su casa y provocar sexo, pero sin esperarmelo fué con Aurora con quién ligué. Una noche me comentó Aurora que Raquel nunca se casó porque cuando era adolecente, unos 16 años, ella después del colegio iba a recibir clases de música al Conservatorio Nacional, el bus la dejaba allí y por la tarde el piloto de la familia la recogía, y dado esa relación terminaron enamorandose y el piloto la cogió, y el padre lo supo e intentó matar al novio y este de temor nunca se volvió a aparecer. Pero volviendo al relato, por el viaje estaba super cansado, ya a las diez de la noche empezé a bostezar, Aurora me dijo que si quería podía marcharme pero aún me quedé un poco más, pero ya casi cerca de las once de la noche les dije que me retiraba, Raquel tenía que trabajar otro día y Aurora le dijo que la podía llevar ya que viviamos enfrente. En el camino platicando con Raquel, me preguntó si tenía amistad con Ariana, la hermana de la difunta, le dije que no que casualmente me había encontrado con Aurora y la había acompañado, y por lo que hablamos, era obvio qur Raquel no sabía nada. De repente ella me dijo que sentía pena conmigo, ya que tarde se dió cuenta de que yo estaba en el área de lavandería de mi casa y que había escuchado lo que ella le dijo a mi madre acerca de mi persona, y que cuando me vió en la funeraria con Aurora sintió más pena ya que la había involucrado en la charla. Le dije que no es pecado, ni censurable que una mujer sola desee a un hombre y que yo no lo tomé en serio porque siempre han bromeado y que pensé que lo decía porque yo estaba allí, y que era una forma de bromear conmigo. Y ya más envalentonado le dije que era un orgullo para mí que mujeres tan bellas y hermosas pensaran eso de mí, si yo por ejemplo le dije, muchas veces me he masturbado pensando en ellas, en ese momento ya estaba ella incómoda y seguí hablando de lo que me gustaba ella en especial,en eso llegamos a casa, la luz apagada le dije, pero en fín voy a ir a prepararme un café, tirando al frase al aire, ella me dijo que lo tomaríamos en su casa. Mientras calentaba el agua se fué a cambiae zapatos, y ropa, ahora estaba con una batita corta, que dejaba ver sus muslos morenos a la mitad, vigoros y torneados y unas pantuflas, cuando nos sentamos en la mesa a tomar el café le dije que tenía unas piernas previlegiadas, ella me salió adelante diciendome: hablando con tu madre me dijo que tú desde muy chico te has caracterizado por tener un pene grande, y que ahora estás muy bién equipado, que al entrar a tu recamara te ha visto dormido, porque duermes sin ropa. Le dejé ir una pregunta directa, Raquel, cuantos penes has visto, o has podido tener, o eres aún virgen?, encendió un cigarillo, jsló fuerte y después de expulsar el humo me dice:Dos penes, uno de un novio cuando yo tenía los 13 ó 14 años y lo masturbaba y el otro cuando tenía 17 años y con ese perdí mi virginidad, le pregunté por el tamaño y me dijo que eran iguales, pero no sabía si grandes o pequeños, porque no había visto más. Apagó su cigarrillo y me dijo, que aparte de un corto de una película que vió de sexo oral no había tenido la oportunidad de ver en la realidad, y que los que vió eran para ella normales, porque los consideró del tamaño de los que conocía, pero me dijo que le gustaría ver el mío. Ella estaba sentada enfrente de mi, de verle las piernas yo estaba caliente, me puse de pié y me acerqué a ella, y le dije que si quería verlo que lo sacara. Me aflojé el cinturón y ella bajó el ziper del pantalón, y empezó a bajarlo hata la rodilla, el bulto era enorme, y el boxer ya tenía una manchita de líquido, bajo el boxer, mi pija quedó tambaleandose frente a su rostro, se le quedó viendo fijamente y luego con una mano lo tomó desde ls base, y lo apretó luego me dijo señalando con el dedo de la otra mano, hasta aquí llegaban, sobra un poco más del doble de los otros, empezó a sobarlo y luego lentamente me subía y bajaba la piel, chúpalo le dije, y suavemente empezó a lamerlo y a mamar el glande, le pedí que fuéramos a su cama, le saqué su ropa y empeé a lamer su conchita rica, luego en un 69, empezé a penetrarla, ella me pidió despacio ya que solo tres veces lo había hecho y de eso habían pasado 20 años. Lentamente le tenía la mitad metida y así la bombeaba, su vagina era super estrecha, sentía el calor de su canal, y como se estiraba cuando le entraba,no le metía más de la mitad, sentía su clítris rozar en mi tronco, estaba por venirse y me pidió que le metiera otro poco, al cabo de unos minutos, ya la tenía toda adentro, me decía que se sentía llena de carne, empezó a temblar y a gemir casi en silencio, aguantandose para no gritar, se vino sollozando de placer y luego me corrí en ella, sentí un placer exquisito, tierno. Me empezé a vestir y cuando ya salía me pidió que Aurora no supiera nada de lo ocurrido, si ella fué bocona con lo de ustedes, yo quiero mantenerlo sólo entre nosotros terminó diciendo, ven cuando gustes, te esperaré siempre, y me beso con ternura.