Todo sucedió en un lindo pueblo de Managua, de donde es oriundo mi padre, el cual me llevó a vivir con él por un tiempo, dado que se encuentra separado de mi madre.
Es un pueblo campesino, donde la mayor diversión es el salón de baile y la cantina. Fue allí donde conocí a Renata y Julieta, las gemelas del pueblo, tan idénticas que no sabría cual era cual. Yo era un adolescente tímido, hogareño, dedicado al estudio, muy poco emprendedor con las mujeres, tenía para ese entonces diecisiete años, no había conocido mujer alguna y mucho menos tenido experiencias sexuales. Sucedió que mi padre me dejó en la casa por varios días pues debía ir a la capital a resolver algunos negocios, estando en la casa, decidí tomar el sol un rato en el patio, y observé a las gemelas por primera vez, eran chicas mulatas, cabello rizado, debían tener unos veintitrés años, no eran bonitas, no eran feas, un término medio, aquellas mujeres que uno no quiere para casarse... las gemelas se percataron de mi presencia y decidieron charlar un poco, acababan de salir del trabajo: una del departamento de correos y otra de una oficina de abogados. Al charlar me invitaron a comer algo en su casa, pues no estaba mi padre y no había nada que hacer, decidí aceptar la invitación. En su casa la situación se puso algo caliente, mientras charlaba con una, que no sabría decir cual era, la otra bebía aguardiente y se turnaban la botella, al cabo de un rato, ambas estaban casi en estado de embriaguez y comenzaron a quitarse la ropa, empezando por la blusa, la enagua, los zapatos... me comenzaron a besar, una primero, la otra después, las dos juntas; una de ellas se quitó las medias y con ellas me amarro las manos al respaldar de la cama, mientras la otra me quitaba los zapatos, las medias, los pantalones, los calzoncillos, hasta dejarme completamente desnudo. Tal situación me dio un poco de susto y excitación, una me chupaba la verga que la tenía muy dura, la otra me introducía la lengua en la boca, bajando a poco, para intercambiar chupadas con su hermana en mi verga, en cierto momento, ambas me chupaban la verga al mismo tiempo, en otras una succionaba la punta de mi verga y la otra se metía mis huevos en la boca y jugueteaba con ellos. Un rato no muy largo, un gran chorro de semen salió disparado, llenando de liquido la cara de ambas y en algunos pocos la boca. Una de ellas siguió lamiendo mi verga y la otra se puso sobre mi cara con el fin de que le diera una mamada en su panocha, después cambiaron y una se montó sobre mi verga, introduciéndola en su vagina, después la otra y poco a poco después en el culo de cada una, hasta que volví a terminar llenándole el culo a una de ellas de leche. Mi sorpresa fue al acabar en el culo de una de ellas y sacarla del agujero, ver que su hermana chupaba e introducía la lengua en el culo de su hermana, probando la leche que segundos antes había depositado. Fue algo muy excitante.
Actualmente con un poco más de experiencia sexual, visito a mi padre y paso largos ratos calientes con las gemelas, cojiendomelas una u otra vez a las dos.