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Las aventuras del Picha Doblada 4

La rutina y el estrés... bueno, creo que no les he contado que tenía ya tres años de estar ejerciendo mi carrera como ingeniero y en el lugar en el que estaba en la compañía podía hacer algunas cosas excitantes, pero a decir verdad tenía ciertos roces con algunos superiores. Uno de ellos decidió mandarme a un poblado turistico a dirigir un proyecto a visperas de la semana santa, en verdad no sé si para mantenerme alejado o para ver si estando por allá podían limarse las asperesas, qué sé yo...

Inicialmente me enviaron sólo a mi a valorar el proyecto y me di cuenta que en ese poblado, el cual tenía unas playas muy hermosas, acudían turistas de todo el pais a pasarla rico y era bastante visitado por esa epoca del año. Ya tenía en ese lugar y nada que lograba ligarme a una chica. Ya otros dos compañeros habían viajado a reunirse conmigo para adelantar el trabajo y estabamos todos como el famoso Moisés, viendo a las chicas como la tierra prometida, pero nunca llegabamos a ella. Era curioso que las nativas de ese poblado no les interesaban los turistas, ya que a nosotros nos calificaban como tal y las turistas reales iban bien custodiadas por sus novios, maridos, padres... en fin.

Esa tarde de jueves santo, no encontrabamos que cenar y llegamos a una panadería tipica de ese lugar donde vendían una deliciosa bebida a base de avena y unos ricos buñuelos calientes, en verdad estaban deliciosos y creo que comi demasiado. Luego nos fuimos junto a la playa donde se concentraba la vida nocturna del lugar y nos tomamos entre los tres una botella de whiskey y a eso de las nueve de la noche nos fuimos a nuestras habitaciones frustrados y concientes que debíamos trabajar al dia siguiente. Ya en mi habitación a punto de cambiarme la ropa, sonó mi celular. Al atender reconocí la voz de un antiguo amor...

-Hola, gordito divino, cómo estás?

Era la voz de Lizbeth, ella era de un poblado que quedaba a tres horas de ahí, pero nos conocimos y tuvimos como 4 años de amores en la gran ciudad, yo fui su primer hombre y ella acababa de regresar de Panamá, ya que se había separado de su marido. Yo había tenido contacto con ella siempre y ya nos habíamos visto en la ciudad luego de su ruptura y pasamos varias noches juntos recordando viejos tiempos. Para mi sorpresa ella me dijo que estaba con unas amistades en una cabaña junto a la playa en el poblado vecino al mio y que asistirían a una fiesta con música en vivo y todo eso.Debo confesarles que yo estaba completamente dominado por mis hormonas ya que veía a diario lindas niñas en diminutos trajes de baño y tenía mas de un mes sin nada de sexo. Sentí una sensación extraña en mi estomago, pero no le presté atención, le pedí las indicaciones para encontrarla y salí sin avisar.

Al llegar a la puerta del evento, le hablé al celular, compré mi tiquete y ella llegó a la entrada a recogerme, no dije hola ni nada de eso, de una me le fui encima y mi saludo fue un intenso beso al cual ella correspondió abrazandome fuerte y jugando con nuestras lenguas demostrando nuestro deseo. Nos desprendimos como al minuto y lo sellamos con un rico suspiro. Ella me presentó a sus amigas y amigos y disfrutamos del evento. Afortunadamente todos acordamos irnos temprano y me fui a la cabaña con ellos a pasar la noche.

Al llegar a la cabaña, nos dispusimos a organizar como ibamos a dormir, solo cabían pocas personas dentro de la cabaña, luego los demás debíamos dormir afuera bajo un bohío en unas hamacas. Les explico para los que no manejan estos terminos, un bohío es un lugar al aire libre con columnas de madera y techo de palma, y las hamacas son como mantos resistentes tejidos a mano por artesanos que se sostienen entre dos columnas elevados del piso y sobre ellas se duerme y también sirven para columpiarse. Lizbeth y yo nos quedamos juntos en una hamaca y bueno, ella se había percatado de mi excitación desde el momento que me saludó y me dijo agarrando de manera disimulada la erección que se me marcaba en el pantalón:

-Bueno, niño... parece que vas a tener que aguantarte las ganas.

Yo estaba a reventar, estabamos como tres parejas en hamacas en el bohio, ella se cambió y se quedó con una blusita ligera, sin sujetador y un pantaloncito corto de algodón para dormir, yo me quedé en boxer y con mi camiseta. Apagamos las luz y nos acostamos, conversamos un poco los presentes ya con la luz apagada y luego la conversación sesó, yo aproveché el silencio y la brisa que venía de la playa hacían que Lizbeth se abrazara mas a mi, metí mi mano y empecé a acariciar sus piernas y subí hasta su paquetito... Lizbeth es una hermosa rubia de ojos verdes, no muy alta con un cuepazo espectacular, sus senitos son como de azucar y sus piernas son gruesas ya que ella practicaba volleyball.

Estabamos cubiertos por una cobija y ella me besaba ardientemente, mientras yo introducía mi dedo medio en su chuchita, ella metió su mano delicadamente en mi boxer y empezó a masturbarme suavemente.

-Por eso es que no puedo olvidarme de ti, nene.

-Por qué, nenita, dime...

-Me haces sentir una mujer, mira como me calientas papiii...

Yo tenía ya toda mi mano sobre su vagina y estaba bien humeda y calientita. Como pude, la puse de lado e hice a un lado su tanguita y su pantalonsito y traté de pegar la cabeza de mi verga por su chuchita. Ella me ayudó y le alcancé a meter la cabeza de mi mondá, seguido de movimientos suaves de mete y saca, no muy agitados ya que nos estabamos solos y la hamaca no nos permitía hacer muchos movimientos. Ella empezó a gemir mas fuerte y tuve que contener el ruido con un beso. Se contorsionó mostrandome su orgasmo y me siguió besando hasta quedó quieta. Me dijo que me había extrañado mucho y nos acurrucamos. Yo comprendí que no iba a poder seguir haciendo de las mías con ella ahí. Me dijo que se iban para otro pueblo cerca la mañana siguiente y que lastima que yo tuviera que trabajar. No sabía que decir y se me ocurrió proponerle que se quedara conmigo en mi habitación de hotel por unos dias. Ella se quedó un poco pensativa y le metí mano a su panochita y le acaricié su clitoris, me miró, sonrió y me dijo:-Bueno, pués así, si me quedo contigo todo lo que quieras. Ya estaba decidido. En eso sentí como mi estomago se contorsionaba y me di cuenta de que estaba en un apuro, lo que me había comido cayó mal y necesitaba un baño con urgencia. Le pregunté a ella por el baño y me dijo que no había baño disponible en ese lugar a esa hora. Eran las tres de la mañana y tuve que esconderme en unos matorrales para ir al baño. Que verguenza! Yo tenía mucha confianza con ella y ella me comprendió y me dijo que solo a mi se me ocurría mezclar eso que comí con alcohol. Seguí todo malito del estomago hasta el dia siguiente y nos fuimos a mi hotel.

Ya en la habitación ella se fue de una al baño y tomó una ducha ella sola, salió en vuelta en una toalla y yo entré a tomar una ducha también, solo en la ducha, pensé que las cosas se habían enfriado un poco y que pués debía ir al lugar del trabajo a reunirme con mis compañeros y supervisar la culminación de unos trabajos pedientes. Noté que mi pene estaba erecto, mi picha doblada no perdía la esperanza de entrar en faena. Me sequé y salí. La encontré completamene cubierta por una cobija en mi cama y desde abajo de ella me preguntó:

-Debes irte de una vez a trabajar, papi?

-Como en media hora, nena por qué?

-Es que te tengo una sorpresita aqui debajo, entre las sabanas.

Dejé caer mi toalla y completamente desnudo con mi verga bien parada y echando humos de lo caliente que estaba me metí desde abajo de la cobija y me encontré con el espectaculo que ella estaba masturbandose muy rico, me deslizé pasando mi lengua desde sus tobillos por ambas piernas y ella se seguía haciendo y meneaba como si me estuviera cogiendo ya. Quitó su mano de su chuchita y le pusé la punta de la lengua en su clitoris, luego bajé y lamí sus labios, metí la lengua en su rajita y le comí el coño bien rico, ella se seguía meneando y acariciaba sus senos, pellizcaba sus pezones y gemía. Subí lentamene dando mordisquitos por su abdomen y lamiendo hasta su pecho, chupé sus senos como si quisiera tragarmelos y mi verga se instaló a lo largo de su vagina, haciendo un contacto bien rico entre mi palo, mis testiculos y su caliente y humeda chuchita. Le di un beso bien rico y ella se seguía meneando con sus pieranas abiertas rozando mi verga en su rajita. No aguanté, hice un movimiento hacia abajo y le clavé de un solo golpe toda mi tranca, ella abrío ese par de ojos verdes y me dió una mirada de lujuría que me calentó aún mas, me agarro fuertemente de mis nalgas, me abrazó con sus fuertes piernas y nos dimos dispusimos a gozar abiertamente de mucho sexo rico.

-Dame papi, dameee... ay, ay, asi, asiii...

Me olvidé de la hora, del trabajo, eché la cobija al piso y me puse boca arriba en la cama.

-Quiero chuparte es chuchita, mami!

Ella pasó una pierna de cada lado de mi cabeza y se posicionó en un rico 69, le comía su rajita y ella chupaba mi tranca bien rico, tal cual y como le había enseñado a hacermelo cuando fuimos novios, pero con unos toques de maestría ganada por la experiencia. Se levantó y se volvió a clavar mi verga en su chucha rica. Se meneaba rico sobre mi como una batidora y yo le acariciaba sus pechos deliciosos.

Se puso de medio lado sobre la cama, levanté una de sus piernas y la volví a clavar, veía como se la ensartaba toda y ella también miraba la penetración con lujuría. Pasaba la punta de sus dedos por su semillita y gemía.

-Como me hacía falta esto rico, papi... que ricooo...

Me hice sobre ella y la clavaba con mas fuerza, no aguantaba mas y ya sentía que mi eyaculación era inminente.

-Te voy a dar la leche, mamita!

-Si gordito bello, llename de leche, llenameee...

-Aaahh...aggrr... oohh...

Llegamos juntos en un rico orgasmo, vi la hora, era tremendamente tarde, me lavé, me cambié volado y al llegar a lugar del trabajo, mis compañeros me preguntaron por mi demora, les resumí la historia y ya que ahí no teníamos jefes, ellos se solidarizaron conmigo y me dijeron que me fuera de vuelta si quería otra vez que ellos me cubrían, que por lo menos a uno de nosotros nos iba de maravilla.

Yo me quedé hasta el domingo de resurección y ese fin de semana la pasamos de lujo, saliamos todos de rumba, a comer, a la playa y a cualquier descuido estabamos en el hotel cogiendo bien rico. Lo haciamos como conejos, pero eso ya se los contaré en otra ocasión.

He notado que ya varios han leido mis relatos y me gustaría saber sus opiniones, sus valoraciones y que votaran. No duden en escribirme que yo les responderé en breve. Espero que esta les haya gustado, ahi nos leemos.Bye.

El Picha Doblada.
Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
  • Media: 5.37
  • Votos: 43
  • Envios: 1
  • Lecturas: 3754
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