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Categoría: Maduras

La viuda madurita

Perdiendo su virginidad con una viuda madurita.


Hola a todos los lectores y en especial a todos los que les gustan las maduras. Les escribo desde Lima, Perú, tengo 18 años y me considero un fanático de las maduras, me gusta su seguridad, su experiencia, su misma madurez, son recatadas, la manera como se desenvuelven, la madurez con que toman sus decisiones. No son como otras niñitas de mi edad que, les gustan las fiestas, inmaduras, toman a la ligera cualquier cosa, son irresponsables, cosa contraria a las maduritas. Claro tienen sus excepciones y no tengo porque generalizar.

Yo me considero normal, no soy feo pero tampoco soy la gran cosa, estoy algo dotado como piernas gruesas, espalda ancha, tengo el cabello semi ondulado, dócil, soy de color canela, mido 1.70, ojos marrones y de cara soy simpático. Nadie cree que tengo 18 años; a primera impresión parezco de 20 - 21, y eso sí, me considero maduro.

Tuve la oportunidad de encontrarme a una mujer de esas cualidades y otras mas como en lo físico, cuando fui al Cuzco de visita a unos tíos por un mes. Ella se llama Carmen, de 45 años de edad, mide 1.65, es de mi color, a pesar de los años esta muy bien cuidada, con unos pechos grandes como melones, un culo bien paradito, y lo más importante: es viuda, y por esta razón se me izo más fácil acercarme a ella. Ante todo debo aclarar que hasta ese entonces yo era casto, es decir, como en el lenguaje vulgar: virgo.

Todo empezó en el cumpleaños de mi tío. Fui a eso
de las 20:00 y allí me la presentaron. Era compañera de trabajo de mi tío, y desde el primer momento que la vi me atrajo mas aun, pues había venido con un vestido rojo que le hacía notar su figura bien cuidada por el tiempo. Termine de saludar a los demás invitados y me puse platicar con ella sobre cosas triviales, y a beber cerveza: luego de un rato de confianza, la saque a bailar y entre esas llega una canción que se tiene que bailar pegados, cuerpo contra cuerpo. Ahí fue cuando aproveche para rozarme con ella, lo que me produjo una erección al instante y mas lo que habíamos bebido hasta ese entonces, me estaba poniendo a mil, ella lo sintió o al menos creí eso y no se inmutó, ni puso resistencia. Fue el permiso para para poder entrarle a ese mujerón.

Terminada la canción, mi tía me manda a sacar mas bebida del congelador que queda en el segundo piso, fui a malas y tratando de que no se me notara mi erección porque aun estaba caliente. Mientras sacaba las bebidas se me cayo una, la cual después de llevar las bebidas tuve que subir, o través para limpiar todo el derrame.Pero cuando subía, Carmen se me acerco dándome su ayuda, la cual yo acepte gustosamente. Subimos y empecé a limpiar. Ella se tuvo que reclinar al igual que yo mientras me decía que bien bailaba y que le gusto él ultimo baile porque sintió algo muy grande: eso me izo sonrojar al principio, pero ella me dijo que era normal; un impulso natural, a lo cual yo que con gran naturalidad y desparpajo le dije que si le había gustado (me gusta la sinceridad de las personas y me gusta serlo a mi también). Terminando la frase, por descuidado me corté un dedo con los pedazos vidrio roto que estaba limpiando (no fue de gran consideración pero sirvió bastante para...) -Ya ves ya te cortaste -me dijo. Buscamos alcohol y una paño pero no encontramos. Me dijo que para que no se infectara, me lo iba a chupar. Levanto mi mano y empezó a chupar mi dedo, viéndola chupar mi dedo con esa cara de puta. Al tocarme me empalme. La tome del cuello y la conduje a mi boca; nos besamos mientras le sobaba el culo y ella llevo su mano a mi paquete, ya no aguantaba mas, tenia que poseerla, así que la tumbe en una mesa que quedaba al lado, boca arriba, le subí el vestido y le empecé a chuparle la concha que ya para ese entonces estaba mojada, succioné todos los líquidos que me estaba dando, mientras con las manos trataba de alcanzar esas tetas grandes que también estaban duras producto de tal excitación que le estaba dando. Luego me baje el pantalón, seque mi verja (que es regular 17 cms de largo y 5 cmsde ancho) se la puse en la entrada de su concha mojada y de un empujón se la introduje hasta... el hígado, lo que le hizo soltar un grito, que si no fuera por la música que sonaba se le hubiera escuchado a un kilómetro de distancia, mientras me decía que le diera mas y
más que, ya no aguantaba estar sola, que necesitaba tener un hombre como yo.

Luego la solté y ella se agachó y me la empezó a chupar, (ahhh que sensación, es la más rica), jamás me la habían chupado, y esta mujer me estaba llevando al mismo cielo. No aguante mas y me corrí en su boca a lo cual ella se lo bebió todo. Luego de medio minuto, ella me agarra la tranca y me empieza a chuparla de nuevo con lo que rápidamente me empalme. De nuevo la tumbe en la mesa pero esta vez boca abajo dejando ese culo añorado totalmente indefenso para mí, le tuve que trabajar algo, metiendo un dedo, de hay dos, con un poco de salibita mezclado con sus jugos. Ella ya sospechaba que es lo que iba a hacer con su culo, mientras mi tranca se metía por su vagina, me pidió que no le hiciera eso, que nadie se lo había clavado por allí, pero yo hice caso omiso y mi deseo pudo mas que aquella petición: tome mi tranca, se la saque de la chucha y se la clave hasta el fondo a lo cual o través grito mientras me decía que se la sacara porque le dolía mucho.

Le dije que se callara, que a mi también me dolía y vaya que dolía pues, era mi primer culo que desvirgaba. Luego se fue acostumbrando y me pidió que la partiera en dos, y que esa sensación era lo más rico del mundo que nunca había sentido algo igual. Yo le avise que me iba acorrer, así que intente sacar mi pinga, para que me lo chupara pero ella se negó, quería que la inundara toda en el culo y así fue.

Terminamos hechos trapos mientras me besaba y me agradecía por todo. Ella me dijo: -Hace tiempo que no sentía algo así como hoy tu me hiciste sentir, después de varios años de estar viuda por fin conozco a alguien con esa vitalidad, ni mi difunto marido tenia esa longitud de trancaza que tienes.

Yo le dije. -No, no me des las gracias, al contrario, yo debería darte gracias por haberme sacado de casto, a lo cual ella se sorprendió y le produjo alegría, diciendo: esto tenemos que celebralo. Sacamos una botella de cerveza (no había otra cosa mas, los champanes y vinos estaban contados) y brindamos por los dos. Ya había transcurrido bastante tiempo desde que desaparecimos y tuvimos que vestirnos e irnos, cuando bajamos encontramos a mi tía (o bueno mi tía nos encontró) y nos pregunto dónde habíamos estado, Carmen le dijo que se sintió un poco mal y que yo le había acompañado a fuera a tomar un poco de aire. Yo le pedí permiso a mi tía para poder llevar a Carmen a su casa y así fue al
salir, sonreímos y nos dimos un beso disimuladamente. En su casa la continuamos.

Después nos despedimos prometiendo yo venir constantemente al Cuzco para pasarla mejor, cosa que no cumplo por motivos de tiempo y estudios. Quizás el próximo año.

FIN
Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 5.44
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