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Categoría: Confesiones

LA VISITA DE MI CUÑADA

"Solamente pensaba en tener ese par de hermosas tetas entre mis manos, pero la noche fue más que eso..."

 

Todo empezó con una visita sorpresa de mi cuñada a mi ciudad. Ella es la hermana menor de mi esposa vive en otra ciudad y un día de imprevisto nos aviso que vendría porque tenía que realizar unos trámites, mi esposa tenía que viajar por trabajo y me encargó que ayudará a su hermana al día siguiente. Yo siempre me llevé muy bien con ella así que no le vi nada de malo.

Al día siguiente fui a dejar a mi esposa en el aeropuerto y luego a recoger a mi cuñada. Cuando llegó me impactó verla, tuvo un bebé hace unos 8 mese y no la había visto desde ahí. Había adelgazado de una manera muy buena y su ropa la favorecía mucho, cuando llegó me quede mudo, ella me abrazó fraternalmente y yo ahí recién reaccioné. Me contó lo de siempre que como quedó su familia, que como hemos estado, yo le respondí y el pregunté en que le podía ayudar. Ella me indicó que trámites tenía que hacer y yo la llevé, fui su chofer durante el día.

Tarde regresamos a mi casa, no es muy grande pero es cómoda, estábamos cansados y simplemente llegamos. Ella se recostó en mi cama yo salí y la dejé. Me seguía turbando el recuerdo de haberla visto en la mañana, se la veía deliciosa, sus tetas habían crecido , su trasero se veía en perfecto estado y esa falda que tenía me había dejado boquiabierto. Para tranquilizarme salí a comprar unas cervezas y regresé a leer un poco. Había pasado unas dos horas y ella se levantó, yo solo le sonreí al verla somnolienta, ella me dijo si podía tomar una ducha, yo no le vi el problema.

El problema empezó cuando la vi salir de la ducha con un top y un pequeño short. Si en la mañana me quedé impactado y ese momento debí poner una cara, ella soló me dijo:

- Pasó algo.

- No - le dije, aún turbado - soló que te queda muy bien ese traje.

- Jajajaja parece que demasiado bien.

Yo me sentía un tonto, era mi cuñada, me llevaba bien con ella pero no creo que para esas confianzas.

Regresó con la misma ropa se sentó en el sillón y se sentó a conversar. Le ofrecí una cerveza, pero me dijo que no, por lo del bebé y su amamantamiento. Ese momento sin querer vi sus pechos, noté que no tenía sostén, eran hermosos, preciosos y grandes, la verdad ese momento desee tenerlos, pero regresé a la realidad, ella solo sonrió, parecía que le gustaba el juego.

Me senté a su lado y comenzamos a conversar de varios temas sin mayor importancia. De repente ella me dijo que se sentía un poco mal.

- Que te pasa - le dije-

- Me da un poco de pena decírtelo es cosa de mujeres.

- No te preocupes, he escuchado muchas cosas de esas, dime que te pasa.

- Prométeme que no te reirás y sobre todo que no se lo contarás a nadie, a nadie.

- Te lo prometo - le dije con una gran curiosidad.

- Me duelen un poco los senos, es porque tengo mucha leche y no pude amamantar a mi bebé.

- Eso no lo había oído, pero como puedo ayudarte - le respondí.

- Recuerda lo que me prometiste.

- Si lo recuerdo.

- Lo que me alivia es un masaje, yo te indico como dármelo.

Me quedé helado, soló dije que sí, ella volvió a sonreír. Me paré y me puse a su espalda, ella tomó mis manos y las puso sobre esas tetas enormes y comenzó a moverme hasta que tomará ritmo, mi verga estaba a cien, mi pantalón ya no cabía más. Ella cerró los ojos y se pegó contra mi. Yo me sentía apenado pues el bulto que tenía no se podía disimular. Ella comenzó a gemir sin darse cuenta, yo cumplía con mi "trabajo".

Ella se perdió y se metió los dedos bajo el short que tenía. Me parecía de fábula. Entonces ella se detuvo y abrió los ojos y sacó su mano. Yo "desperté" también.

- Lo haces muy bien - me dijo.

- Me alegro que te haya servido.

- Puedo pedirte otro favor.

- Claro.

- El masaje fue muy bueno pero...

- Pero que.

- Necesito descargarlas, no se si me entiendes.

- Claro- dije sin entender muy bien a lo que se refería.

- No se me podrías ayudar.

Me lo dijo con una sonrisa tan pícara que no le pude decir que no.

- Como lo hago.

- Puedes ayudarme succionándolas un poco, yo te indico como hacerlo.

Me quede de una pieza, ella solo se saco el top. Pude ver el esplendor de ese par de tetas macizas. Ella se recostó y me acercó a su lado y me hizo poner mi boca en su pezón, yo por instinto comencé a lamerlo y después a chuparlo. Era una verdadera delicia, sin darme cuenta tenía mi mano masajeando su otra teta. Ella volvió a meter su mano debajo del short y a gemir.

Yo seguía succionando y comencé a intercambiarme de lado a lado para cumplir bien mi misión, realmente esperaba ayudarla pero no salía nada de leche, pero no me importaba solo la ayudaba.

En un momento me di cuenta que se había quedado desnuda y se estaba masturbando mientras yo la disfrutaba.

Simplemente no fui a su otro seno, bajé a su concha, estaba tan mojada, tenía un corte lindo de pubis y unos labios hermosos, grandes y carnosos. Los devore sentía ese olor a hembra, ella de pronto se levantó me miro a los ojos y comprendí.

Me recosté boca arriba y ella me bajó los pantalones y el interior y yo saqué mi camisa. Puso su concha en mi cara y se sentó sobre ella, la muy zorra solo se movía y gemía no podía detenerse hasta que se corrió en mi boca, fui el sabor más esperado y delicioso.

Yo me quede extasiado mientras ella se levantaba.

- Se deben pagar los favores - me dijo.

Y solamente se subió sobre mi, comenzó a cogerme como una animal, yo solo seguía comiéndole las tetas y ella se daba gusto brincado. Se dio cuenta de que me venía y se levantó me miró y sin decir palabra, se arrodilló y con sus tetas me dio la mejor masturbada que he tenido, terminé como un loco, ella sonreía y lamía sus tetas.

- Gracias, cuñado, me ayudó mucho tu masaje.

- De nada cuñada, esperó se quede entre nosotros esto.

- Siempre que lo repitamos, será nuestro secreto.

- Puedo hacerte una pregunta - le dije.

- Dímela.

- Yo esperaba que te saliera leche cuando te "ayudaba".

- Jajajaja eso ya me la saqué en la ducha mientras me masturbaba.

- O sea me engañaste.

- No, simplemente cumplí lo que deseabas. No me preguntes más y vamos a la cama que la noche es larga aún.

Solamente la seguí, debo reconocer que fue una noche muy buena, el amanecer delicioso. Prometí visitar más seguido a mi querida cuñada y ella prometió darme más sorpresas. Las esperó con ansias.

Datos del Relato
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