Me presentaron a Carlos y me lo recomendaron como bien dotado, bajo, delgado y simpático, conversamos un poco y lo llevé a la pieza, comencé a desvestirme, busqué el lubricante anal que tenía y me recosté, esperando que se quitara toda su ropa, cuando se saca el slip no di crédito a lo que veía, una tremenda verga larguísima y gorda, que me produjo casi temor, pensé, eso parado debe ser tremendo, y lo era, comenzamos el juego erótico, besos se la chupé sintiendo como se agrandaba dentro de mi boca hasta llenarla por completo, luego me di vuelta ofreciéndole mi culo, lampiño y bien lubricado, y entonces sentí lo que nunca, comenzó a meterla muy suavemente, sin forro, al principio el glande se introdujo digamos fácil, luego fue como un dolor intenso al penetrar toda esa verga enorme que se tradujo en un placer tremendo, así comenzó a entrar y salir acompasadamente hasta que una explosión de semen me llenó el culo con una cantidad increíble, quedó inmóvil un tiempo y su verga se iba durmiendo dentro de mí, al sacarla jugosa de leche me acerqué y chupé con fruición toda esa verga que me había dejado el culo abierto pero feliz y satisfecho.