Siempre que llego y visito hasta paseo en las tardes de cualquier día de la semana, por el centro comercial en la cercanía del área o corregimiento donde vivo yo actualmente, entro en un almacén de ropa de mujer qué me recibe y me atiende amablemente una vendedora que tiene parecido y semejanza a la complexión anatómica hasta física igualmente de estatura que Brooke. Inventándole acostumbradamente escudada y disfrazada hasta simuladamente una mentira blanca qué quiero hacerle una sorpresa a mí esposa que es de la boca para dentro la mismísima Brooke. En qué siempre me centro la atención y tomo de los percheros una falda lápiz qué me llama la atención y la imaginación erótica cómo lujuriosa hasta pervertida; qué la misma vendedora no se niega sonriéndome aceptando que se la ponga y pruebe con la vana excusa qué deseo vérsela cómo le queda y ajusta a su figura en qué le tiro piropos y flirteos inclusive le digo que se ve sensual cómo sexy hasta bellísima en faldas, me responde que amable y lindo es conmigo sabiendo que soy una mujer casada y con hijo qué soy aclamada y sensacional qué estoy a la orden siempre para lo que el cliente desea y quiere tirándome la indirecta qué estoy levantándome y quiero meterme con ella sexualmente desde hace tiempo que ando deambulando y metiéndome en su almacén al mirar lo nuevo qué le ha llegado en ropa de dama. No pierde el tiempo al irse al probador de damas al quitarse el jeans se la pone con botas mosqueteras y largas sale al acercárseme dejándose qué la manosee hasta le acaricie cómo le bese su culo en público que le gusta qué la vean en toda panavisión conmigo siendo una voyerista que nunca se me paso ni me imagine ni pensé de la propia vendedora dulce y amable hasta sensacional y encantadora inclusive buenísima, sabrosísima, riquísima asimismo atenta finalizo parecida en cuerpo y atributos femeninos a mi queridísima Brooke qué le gusta y emociona mi llegadas, visitas, peticiones, modeladas hasta cumplirme y complacerme en mis reiteradas fantasías de las mentadas faldas de lápiz de mujeres. Bueno se las prueba todas que le escojo y tiene en existencia y en los percheros al comprarlas todas haciéndome un paquete por el mismo precio la vendedora, en qué me entrega su tarjeta con su número de Blackberry para qué nos veamos fuera de su horario de trabajo para que intimemos y siga mostrándome la voyerista que es actualmente en que se deja hacerse todas esas cositas divinas, sexuales, naturales, atrayentes, ardientes, calientes sobre todo amorosas por mí en persona cómo en vivo y a todo color.