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Categoría: Maduras

La vecina Rosa (1)

Por el año 99, en el mes de Febrero mi madre adquirió un puesto de ventas de tubérculos en el mercado de Trujillo, le fue bien, los domingos iba ha ayudarla porque era día de muchas ventas; junto a al puesto de ventas de mi madre había otro puesto de salsamentería propiedad de la Señora Rosa a quien mi madre le decía vecina, se llevaban muy bien y conversaban bastante.

La señora Rosa, era una mujer guapa, de unos 40 años, trigueña, pelo negro, ojos negros y grandes, tetas medianas, cintura delgada, culo redondo y bien proporcionado, unas hermosas piernas pero lo más interesante de élla era su simpatía, conversaba siempre con una sonrisa en los labios y su alegría era contagiante.

Después de verla un par de domingos, se me ocurrió preguntar a mi mamá:

-Porque a tu vecina Rosa nadie la ayuda a vender en su puesto?.

-Lo que pasa es que es separada, tiene 2 hijos ya casados y está en trámite de divorcio, el marido que tenía la celaba mucho y no lo aguantó más, como verás élla siempre sonriente con todos y eso al marido lo llenaba de enojo, ya están separados 2 años y me dice que así está mucho mejor, que alquiló su casa y vive con su hermana.

Esa respuesta de mi madre me hizo pensar mucho en la manera de como hacer para invitarla a algun lado. El siguiente domingo en la mañana estuve otra vez en el puesto de mi mamá, cada oportunidad que tenía me acercaba a conversar con Rosa, creo que se dio cuenta facilmente en el interés que yo tenía por élla. Después de un rato, como a las 11 de la mañana pasó un muchacho repartiendo volantes para un espectáculo artístico esa noche en El Club Libertad; cogí el volante y cortezmente me acerqué a invitarla:

-Sra. Rosa, pasó un muchacho dejándome esto (el volante)y me dijo que fuera con Ud. al Club Libertad a ver el folclor.

Ella como siempre rebosante de alegría tomó el volante que le habían dejado y me contestó:

-A mi también me lo dió y también me dijo que fuera contigo.

-Entonces dónde nos vemos para ir, la recogo en su casa?, la pregunté.

- No, nos vemos en la boletería a las 7 de la noche- me contestó.

Esa tarde pasó rapidamente, me imaginé bailando con élla, tomandonos unas cervezas, apretándola a mi pecho, pero más que todo eso llevándola a follar a un hotel.

En la noche, nos encontramos en la boletería,tenía el pelo recogido hacia atrás detenido con un gancho plateado que dejada ver su hermoso rostro, iba vestida con una bluza rosada un poco abierta que dejaban ver las endiduras de sus tetas, una chaqueta crema ajustada que hacía resaltar su cintura estrecha, una falda negra ajustada que hacía notar su firme culo y unos zapatos de taco mediano que dejaban descubierto el empeine de sus pies.

Ingresamos y nos dirijimos a un costado del salón

-tomamos unas cervezas-, la pregunté

-claro, como tu digas-, fué la respuesta.

Tomamos 4 cervezas y nos pusimos a bailar, bailamos huaino, salsa, merengue; cuando estabamos en esas la orquesta tocó un bolero de Rolando La Serie "Hola Soledad", la tomé por la cintura y la acerqué lo más que pude, bailamos cadenciosamente hasta el final, cuando terminó la música la abracé acercándola a mi, élla me abrazó por la cintura y pude sentir su respiración en mi cuello y el palpitar acelerado de su corazón en mi pecho.
Tomamos otras 2 cervezas y después de cada baile la abrazaba y élla también, como a la una de la mañana, me di cuenta que estaba cansada, entonces la pregunté si seguiamos ahí o ibamos a otro sitio, élla me miró a los ojos con una sonrisa maliciosa y me contestó:

-A dónde me quieres llevar guapo?

-Disculpa mi atrevimiento, pero me tienes muy enamorado de ti, te deseo con toda mi alma y quiero pasar esta noche contigo-, la contesté.

-Lo hé visto en tus ojos, en tu mirada, en tu cortecía, me pareces un buen muchacho, muy educado,sabes conquistar, y acepto tu propuesta pero hoy no puedo estar contigo por motivos de salud, hagámoslo dentro de 3 días en adelante cuando tu quieras.

Salimos del salón y tomamos un taxi a su casa, en el trayecto nos ibamos besando, con mi mano derecha abrí un poco su bluza y cogí sus tetas blandas y me agache a besarlas.
El siguiente domingo sería mía toda la tarde, pero les cuento en el próximo relato.
Datos del Relato
  • Autor: Hebab
  • Código: 22694
  • Fecha: 12-05-2010
  • Categoría: Maduras
  • Media: 4.83
  • Votos: 30
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3766
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