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LA VECINA DE AL LADO
Cuando rondaba por los dieciocho años, todo el día estaba en ebullición, muy caliente.
Me masturbaba dos o tres veces por día, siempre y cuando no me desviara en otros temas, sino eran más. En fin , era muy caliente, mis hormonas estaban siempre en revolución.
Tenía algunos descargos con chicas de mi edad rápidas y tan calientes como yo. pero siempre andaba alzado, como decían mis compañeras de clases.
Recuerdo cundo aquella mañana mi madre me dice muy sonriente y despreocupada.
__¡Dice Violeta, la vecina, sino puedes ayudarla!
__¿Cuando?__ pregunté inquieto
__¡Cuando vuelva de su trabajo en la tarde__ dijo muy seria
__¡Pero tengo practica!!__ me quejé
__¡Luego vas, me dijo que era algo rápido!!
__¡Esta bien!__ conteste y volví a mi cuarto a encerrarme.
Violeta era una mujer mayor. Pero recostado en mi cama la visualice con sus grandes pechos bamboleándose, pechos turgentes muy lindos. Enseguida me endurecí ferozmente. Mi verga se puso de pie. Luego vi su culo parado. La vi tantas veces en casa cuando venía a charlar con mi madre.
Saqué mi pija endurecida, toque mis huevos, los acaricié y puse los ojos en blanco, suavemente empecé a masajear, haciéndome una buena paja.
De repente mi madre me grita de la puerta no sé que cosa haciendo que no pudiera continua con aquella emocionante y necesaria masturbación. Quedé muy duro y re caliente.
La mañana paso muy veloz. Cuando me quise acordar era la hora de ir a lo de mi vecina Violeta.
Un rato después estaba tocando la puerta. Ella abrió la puerta en bata. El cabello roto mojado, su olor penetrante era limpio y excitante, se me nubló la razón. Enseguida mi sangre joven empezó a hervir. Alocada.
__¡Hola Violeta!__ salude tartamudeando.
__¡Hola Vic, pasa querido, pasa__ dijo ella y entre.
__¡Mi madre dijo que me necesitabas!!
__¿Sí, algo así, ponte cómodo, siéntate!!__ la imagine desnuda. Su mirada estaba rara, un poco roja.
__¿Te sucede algo?__ pregunté mordaz
__¡Oh no querido, nada, nada, cosas de la vida!__ su vista se nubló y agachó la cabeza. Me acerqué a ella y le rocé el cabello húmedo y erótico.
__¡No es nada cariño!__ me dijo ella levantando su rostro. Sus labios eran carnosos. Febriles. Sus ojos algo tristes.
__¡Cuéntame!¿Qué sucede?__ insistí
__¡Cosas de grandes!¡Tu eres tan joven!
__¿Puedo ayudarte?__ acaricié su rostro y olí su sexo muy próximo. Era como que ella emanaba un perfume poderoso que me atraía. Mi verga estaba dura como una roca.
__¡No entenderías!
__¡Espero que no sufras por un hombre!
__¡Algo así!__ dijo suspirando
__¡Como alguien puede hacerte sufrir!!
__¡Como!!__ balbuceó ella sin entender demasiado
__¡Eres tan hermosa Violeta, una mujer increíble!!
__¡Oh, no digas eso cariño!__ dijo evidentemente halagada y tal vez caliente
__¡Me gustas tanto, yo no te haría sufrir!!__ le dije tocando su hombro. Ella agacho la cabeza de forma tímida, se la levante muy jugado y busqué sus labios, besándola, de forma suave.
__¡No esta bien , cariño!!
__¿Qué es lo que no está bien?
__¡Eres tan joven!!__ volvió a decir. Volví a tomar su barbilla y le metí la lengua muy profundamente, ella no se resistió y empezó a gemir. Al cabo rocé sus pechos desnudos bajo la bata. Ella se movió pero no quitó mis manos. Apreté sus hermosas tetas y pellizqué sus pezones erguidos y grandes.
__¡Ohh, ohh, esto no puede pasar, ahhh, sí, ahhh!!__ gemía ella caliente. La saliva nos chorreaba las bocas y baje a chupar sus exquisitos melones, que había deseado de siempre.
__¡Oh querido, chúpame, ahh, que rico!!__ decía ella y me acariciaba los cabellos. Mi boca succionaba sus enormes pezones, duros, ricos, parecía un bebe con mucho hambre.
Mis manos ayudaron a quitar la bata. Un cuerpo esplendoroso se me ofreció a la vista y no lo podía creer. Estaba muy buena. Una fruta madura de belleza extraña.
Mis dedos pronto se apoderaron de su clítoris magnifico. No dejaba sus tetas, las lamía de a una, regocijándome extasiado en medio de sus pechos.
Mi verga estaba a punto de romper el pantalón de lo dura que estaba. Gemíamos los dos muy calientes. Besaba su cuello y lo marcaba. Ella suspiraba dando pequeños grititos de calentura. Daba la sensación de que hacía tiempo no tenía buen sexo. Tal vez como yo.
Su almeja babeaba de forma abundante y sus gemidos explotaban en orgasmos consecutivos. Su duro clítoris se hamacaba entre mis dedos y mi boca no soltaba sus pechos dándoles quizá la mamada de su vida.
__¡Eres un demonio Vic, ohhhh me haces gozar!!!__ casi gritaba aquella madura mujer. En un momento me alejo suave de su cuerpo que chorreaba jugos por todas partes.
__¡Espera!
__¿Qué sucede?
__¡Quiero verte también desnudo!!__ empezamos a quitar la ropa, ella me ayudaba. La remera voló por los aires, el pantalón al piso. El bóxer cayó velozmente. Apareció por fin mi pija rocosa, bailando al ritmo de los movimientos.
__¡Oh querido, que linda pija tienes!!
__¡Es toda para ti Violeta!!__ dije y ella se abalanzó sobre mi humanidad, tragando de mi pija de un bocado con sus bonitos labios carnosos.
Chupaba mi verga con pasión, llenándola de saliva, la inundaba de humedad y con su mano agarraba el palo y lo frotaba deliciosamente.
__¡Ahh querido hace tanto no agarraba con mis manos una pija tan dura y tan sabrosa!!__ la vecina de al lado, me mamaba la verga como nadie hasta ese momento. Creí que iba a desfallecer de tanto placer, el que aquella hermosa madura me estaba dando. Con sus dedos jugaba como al pasar con mis redondas bolas. Yo gemía y tragaba saliva. Ella masajeaba el mástil sin prisa, pero constantemente. La veía arrodillada a mis pies y no lo podía creer. Esa vista era inmejorable para regodearme con su trasero. Sus nalgas eran perfectas, sobre todo para una mujer de su edad y con las aventuras que ya habría tenido.
Sus chupadas me volvían loco. Saboreaba cada milímetro de piel. Mis sentidos estaban a punto de locura. Un hormigueo en todo el cuerpo anunciaba que prontamente acabaría. Hacía esfuerzos por aguantar un poco más.
Pero era urgente mi placer y ella lo sabía y lo buscaba, creo que esperaba que le regara la cara como lo hice, ella bebió y trago y chupo hasta la última gota de mi leche espesa y abundante. Ella se entretuvo un poco mas con mi alicaída herramienta. Luego la dejo un momento. Me tomo la mano.
__¡Vamos ven a la cama cariño!!__ allá fuimos caminando lentamente. Entramos a un amplio cuarto, olía a fresco y limpio. Ella corrió las sábanas. Sin soltar mi mano se tiro en ella. Sus hermosas y clientes tetas se bamboleaban descontroladas.
__¡Bésame allí, pasa tu lengua!!!__ dijo señalando su concha mojada. Hacia allá fui, no me hice de rogar,. Los pliegues de su húmeda y rosada cueva me saludaban con charcos de líquidos vaginales. Chupaba y saboreaba mientras la mujer se retorcía y gemía sin parar. Estaba disfrutando de aquellas caricias de mi lengua y mi boca.
__¡Ahh cariño eres majestuoso, chúpame, no dejes de besar mi concha ahhh, así, cariño, eres genial, dame lengua ahhh!!!__ mi lengua iba y venía recorriendo cada rincón de aquella jugosa almeja abierta para mi.
Ella tenía un orgasmo tras otro. Se retorcía y gemía. Acariciaba mi cabeza. Mis cabellos. gritaba, moviendo sus piernas, abriendo y cerrando. Regándome en flujos. Mi estaca se estaba endureciendo otra vez. Mi lengua no paraba de penetrar en sus profundas humedades. La recorría y mordisqueaba su botón eléctrico y cada vez ella desfallecía y se retorcía en orgasmos explosivos y calientes.
Mis dedos se hundieron en aquella almeja hirviendo. Ella grito. Se movió y yo hundí mas los dedos yendo y viniendo dentro de aquella agradable cueva. Los sacaba y los volvía a clavar, ella se retorcía clamando por mi nombre y gozando una y otra vez de forma salvaje.
__¡Ohh, ahhh, siii, cariño, ohhhh, ohhhh, Uhhh, sigue sigue!!!
__¿Te gusta Violeta?
__¡Si cariño ahora mete tu verga en mi!!!__ alcance su hueco despacio, mi endurecida poronga se perdió en su cueva. Ella lanzaba suspiros conmovedores. Entraba y salía, ella se movía y apretaba mi espalda para que la clavara mas fuerte.
La horadaba moviendo mis caderas. Ella con sus músculos atrapaba mi pija y la succionaba con su almeja. Era un concierto de ahogados suspiros y gritos, nuestra calentura era muy grande. La deseaba desde que la había conocido y ahora no podía creer que mi verga estaba ensartada en su concha magnifica.
Se agarró firme de mis nalgas y clavaba sus uñas allí. Rasgando mi piel, para que no pudiera salir del estuche. Era como si quisiera fagocitarme. Era como si quisiera devorarme sin remedio.
Su boca y la mía se fundieron sacando fuego. Nuestras lenguas se golpeaban y volcaban agua por todos lados. Se chocaban y explotaban de lujuria y placer. Mi endurecida pija se vanagloriaba de estar dentro de aquella mujer madura espectacular.
Mordía sus pechos enormes, golosamente, ella gemía, respiraba de forma entrecortada. Mi lengua se posaba en los pezones duros. Los mordisqueaba suavemente y volvía a chupar con desesperación, ella daba pequeñas patadas de electricidad.
__¡Ohhh si cariño, dame tu lengua, chupa!!!
__¡Hermosas tetas Violeta!!¡Son muy ricas mamita!!!
__¡Por favor cariño, no acabes dentro, hazlo por tu mami!!
__¿Y donde quieres mi leche??
__¡Aquí , aquí, en las tetas, si, anda, dámela aquí, vuelca tu leche aquí, cariño!!!__ esas palabras enloquecieron mi intelecto. Sentí un huracán de pasión dentro de mi y sentí que podría coger a aquella mujer todos los días y a cada rato.
La cama se sacudía al ritmo de nuestros alocados y febriles cuerpos. Mi verga se hinchaba dentro de aquella mujer hermosa que me volvía loco. Apuré mis serruchadas. Sentí el hormigueo que volvía a apoderarse de mis entrañas, de mis genitales de todos mis sentidos y de mi cuerpo.
Ella lamía mis orejas diciendo cosas en mis oídos rojos. Metía su endiablada lengua en el fondo de la oreja, arrancando gemidos desde muy profundos sitios.
Apure las embestidas, me tense, mis músculos eran de acero, al menos era la sensación, saqué mi poronga a punto de estallar y fui largando escupitajos sobre las tetas grandes de Violeta que gemía y tenía otros orgasmos sin parar. Recibía mi leche con ternura, algunos chorros cayeron sobre sus carnosos labios y no dudo en lamer y comer aquel apetitoso manjar. Acarició mi espada que aún temblaba. La sacudió de forma tranquila. Ordeñando toda la lechita que aún quedaba dentro de mis bolas flácidas.
__¡Eres todo un semental Vic, estoy encantada contigo!!
__¡Me alegra que te haya gustado!!
__¡Pero aún no te vayas!!
__¿Quieres que me quede contigo?
__¿Tienes algo mejor que hacer?
__¡Debo ir a práctica!
__¡Pensé que te gustaba estar conmigo!!
__¡Me encanta…pero debes darme tiempo a recuperarme!!
__¡Está bien, tienes razón, estoy comportándome como una golfa!!__ luego de un rato me vestí y salí de allí, para volver a la noche y a la noche siguiente y durante muchas noches mas, hasta que un día Violeta se tuvo que marchar de allí.
Ella es una gran recuerdo. Nunca mas la volví a ver.-
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