¡Diez años de felicidad y ahora todo se derrumba como un pequeño castillo de arena sobre la playa!
No podía ser... Dios no podía ser injusto... ella no se lo merecía ni su amado esposo Roberto...
Pero Elisa no podía aguantar más. Hablaría con él. Haría lo que su santa madre le había recomendado. Es bueno escuchar los consejos de una madre. Elisa estaba muy confundida, lloraba continuamente. Se levantaba de su cama y miraba por la ventana de su cuarto hacia la lejanía. Sentía que un centenar de pequeños y finos alfileres se clavaban en su corazón...
Amaba a su esposo, a sus dos hijas, a su madre...
No podía echar por el barranco aquellos diez años de felicidad, a veces se preguntaba si ella había fallado, ¿En qué había fallado?...
Jamás le había sido infiel, era una una mujer muy hermosa y en la cama era una artista... no podía entender lo que estaba pasando...
___¡Mira hija, cuando un hombre quiere engañar a una mujer lo hace... no importa si su esposa es un ángel,no la respeta, aun si no lo engaña... los hombre son todos iguales, tarde o temprano nos juegan una mala pasada... así era tu padre, un santo delante de mí y un lobo rapaz cuando estaba en la calle..._ murmuraba su madre-
___Pero madre, Roberto es un hombre serio, cristiano, incapaz de hacerme sufrir, meno de engañarme... lo amo, tú sabes que ha sido el único hombre en mi vida...
__Cállate por favor, no seas boba, ni ciega...
acepta lo que está pasando... el te engaña con otra, quizás con tu mejor amiga...
__¡Mamá!, no sigas sembrando cizañas... Estas cartas son mentiras, alguien nos quiere hacer daño, destruir nuestro hogar...
Elisa rompía en llanto mientras miraba las últimas dos cartas que había recibido por correo donde le informaban de los engaños de su esposo...
Mientras dialogaba con su madre y saboreaba una taza de café tocaron a su puerta...
___¡Buenas tarde!,
___ La madre se levantó y abrió la puerta...
Allí estaba el mensajero con un ramo de flores y una tarjeta...
¡Qué cumplas muchos más, mi amor!- Tere-
__Mira Elisa, qué falta de respeto, hasta flores se ha atrebido a enviar la muy canalla...
Elisa quedó petrificada, enmudeció. Caminó hacia la ventana de cristal de su sala, miró el reloj, faltaba poco para que Roberto regresara del trabajo. Su madre se le acercó y le echó los brazos...
__Debes hablar con él... debes echarlo de esta casa... es un canalla...
Elisa miró con pena a su madre, la abrazó muy fuerte. Suspiró profundamente y fue a caer sobre la cama mientras sus lágrimas inundaban su cuarto.
El ruido del automóvil hizo que doña Carmen se levantara del sofá. Se dirigió a la puerta. Allí estaba Roberto, con su corbata suelta, un poco sudado... Era un hombre alto, bien parecido, muy inteligente... un eminente abagodado, defensor de los pobres y de las causas perdidas.
No entendía las miradas de su suegra... a veces se sentía incómodo con la doña...
__Hola, cariño, cómo estás... deseas una taza de café... Elisa está recostada, se siente mal...
Roberto puso su chaqueta sobre el sillón de descanso. Se quitó la corbalta y sintió las manos de su suegra sobre su corbata... Ella lo miró, se sonrió... Roberto caminó hacia el cuarto dormitorio...
Allí estaba Elisa, tirada sobre al cama, bañada en lágrimas, sosteniendo el ramo de flores en sus manos... en la puerta del cuarto permanecíca su madre, mirando a Roberto...
__¿Qué te sucede mi amor?- exclamó Roberto-
__ ¡No me toques, vete, vete de mi presencia!
__¿Pero qué pasa?, por favor Elisa-
No había terminado de hablar cuando sintió el golpe del ramo de flores en su cara y vio como Elisa rompía un montó de cartas que había recibido...
Elisa salió corriendo y fue a parar en la cocina. Se sirvió un trago y gritaba con desespero... era muy doloroso para ella...
Roberto intentó hablarle pero fue inútil. Su suegra se le acercó... le puso los brazos en sus hombros...
__ Mira Roberto, debes entender que esta situación es muy dura para ella... Habla con ella más tarde...
Carmen buscó su cartera y extrajo un llavero...
__ Toma Roberto, esta son las llaves de mi apartamento... ve allá y descansa un rato... hablaré con Elisa para que puedan resolver esta situación... Ve, hijo mío... allá estarás cómodo...
Roberto, sin comprender lo que sucedía le hizo caso a su suegra. Tomó el llavero y se fue para le hogar de la madre de su esposa...
Elisa regresó a la sala... estaba un poco mareada, había consumido varios tragos de licor.
__Mira, hija... te dije que era un charlatán. Me dijo que no regresaría a esta casa, que estaba cansado de tus celos... qué te olvidaras de él...
Elisa se bebía las lágrimas. No podía creer en las palabras de su madre, aquello no era cierto, conocía a su esposo...
Pasaron tres días y Roberto no había regresado. Elisa estaba muy deprimida, lloraba sin consuelo, trataba de buscar una explicación, oraba a Dios para que le diera fuerzas...
Una tarde su madre sufrió de un fuerte ataque del corazón... fue llevada al hospital. Elisa
tuvo que quedarse toda la noche cuidando de su madre.
Por la mañana la secretaria del hospital le pidió que pasara a la oficina para llenar unos papeles y completar la información sobre su madre ya que permanecería por unos días allí.
Mientras Elisa buscaba en la cartera de esta su tarjeta de seguro social encontró un sobre dirigido a ella...
Temblorosa abrió el mismo y extrajo la carta...
Era la misma letra de las cartas anteriores...
Se puso las manos en cabeza y gritó como una loca desesperada...corrió hacia el cuarto donde se encontraba su madre y fuera de sí la agarró por el cuello...
¿Por qué, por qué me hiciste esto madre mía?
Este bello argumento, tan hermoso y logrado, encierra el sentimiento: ¡vaya suegra me ha tocado!