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Abrí los ojos, todo estaba en penumbra, gire mi cabeza y vi el reloj, marcaba las 11,24, me di cuenta en ese momento de que habían bajado la persiana y corrido las cortinas. Estaba solo en la habitación, recordaba lo de la noche pasada, pero ya no estaban ninguna de las dos, ni me entere cuando se fueron. Me levante me asee y me vestí, bajando a la cocina para tomar algo.
Me encontré con Natalia, que quiso prepararme el desayuno, la dije que no, que prefería hacérmelo yo, cogí fruta de todo tipo la metí en la licuadora, haciéndome un tazón grande, que lo puse en una bandeja con otro de leche y me fui a la terraza.
Allí estaban las dos sentadas, me acerque a ellas dándolas los buenos días, mi tía se reía, cuando la pregunte, me contesto que por el desayuno que llevaba, fruta para coger fuerzas y la leche para recargar la “pluma”. Susana que hasta el momento estaba callada se puso a reír desaforadamente.
Yo me sonreí también. Apareció Natalia diciéndole a mi tía que llamaba mi tío. Se levantó y me dejo con Susana, ella estaba expectante, me imagino por si comentaba algo de lo de anoche. Se oyó la voz de mi tía llamando a Susana, ella se levantó, justo en ese momento la agarre, pasando mi mano por el interior de sus muslos, ella de pie miro hacia abajo, a mis ojos, sonreía, buena señal, se agacho me dio un piquito en los labios y se fue junto a mi tía.
Regresaron las dos, traían cara de picaras. Me conto mi tía que… “se quedan una semana más en Barcelona”. No pude más que decir…
YO-Me acabáis de alegrar el día.
LUCIA-Y a mí, no te digo.
SUSANA-Que malos que sois.
YO-Mira la modosita. ¿Tú no te alegras?
LUCIA-Como no se va a alegrar, si lo desea tanto como yo o más. ¿O no?
SUSANA-Sí. (Dijo muy suavemente, sonriendo y un poco colorada)
LUCIA-Se me olvidaba Carlos, hay que bajar al piso que llamo el encargado de la reforma.
YO-Cuando termine bajo yo. Y luego, después de comer nos iremos a “dormir” la siesta los tres juntitos.
LUCIA-Eso no puede ser, Natalia estará por ahí, no es como por la noche, que se va para su cuarto y no sale, si no se la llama. Pero bueno también podéis ir vosotros dos y yo la controlo aquí abajo.
SUSANA-Así no, que te tengas que fastidiar tu…
YO-No te preocupes que no se va a sacrificar, que tu amiga es muy “putita”
LUCIA-Jajaja, mal pensado.
SUSANA-No entiendo nada.
YO-Ya te explicare luego.
Baje al piso, iba con prisa, ya que era tarde, cuando me dirigía hacia el portal, vi que delante de mi iba Mª Carmen la mujer que me presentaron el ultimo día y que era vecina mía puerta con puerta. La acompañaban un hombre (suponía que su marido), un chico de unos 10 años y una chica de unos 17-18 años. Todos iban en bañador, las dos mujeres con pareos, estaba claro que venían de la piscina de la urbanización. El con una toalla al cuello.
Ella en justicia estaba mejor así que vestida, el otro día la ropa que llevaba no la hacía justicia. Tendría no más de 40 años, no era una top model, pero estaba bien. La hija estaba muy desarrollada en todo y el marido, o era bastante mayor que ella o se cuidaba mal.
Llegando casi al portal los alcance y los salude. Ella me presento a su marido Antonio, le explico quién era y nos dimos la mano, el de una forma que no me hizo mucha gracia, me pregunto afirmando, nada más tienes 18 años… diciéndole que sí. El después de soltarme un rollo, que no sé a qué venia y tampoco me entere muy bien, vamos que se quería hacer el gracioso, ante la mirada perpleja de esposa e hija. Para luego soltarme que había visto desde el descansillo como estaba quedando mi cocina, que era una chulada, bla, bla, bla… estaba claro que era un pesado, pero le dije que si quería podía ver ahora la cocina.
Nos metimos en el ascensor, que estábamos muy apretados, yo miraba a la mujer, que se cruzaron nuestras miradas y como avergonzada la aparto, para al rato volver a mirar. En cambio la mirada de la hija era más descarada. Se despidió diciendo ya nos veremos cogiendo al hermano y metiéndose en su casa. Antonio se metió por derecho en la mía, en la cocina, a su mujer se la veía cortada, el encargado me explico un cambio por el tema de una bajante, yo a todo dije que vale.
Cuando nos quisimos dar cuenta, Antonio se había metido con el encargado a mirar el resto de la casa. La mujer ya no sabía por dónde meterse. Así que puse un dedo debajo de su barbilla, lo levante un poco y cuando nos miramos, la dije que sonriera que no pasaba nada, ella sonrió y me dio las gracias, diciendo… es que Antonio es así…
Cuando volvía de regreso en el autobús, pensaba en lo sucedido y en Mª Carmen, madura, vergonzosa, tímida… algo que no tengo ni idea del porque me pone tanto. Me venían malos pensamientos ya.
Cuando llegue le conté a mi tía, como iba todo, lo que me dijo el encargado y que ya se podían llevar los muebles. Por lo que se ve todo estaba a la espera de que dijésemos que los llevaran, a excepción de los sillones, que hasta septiembre-octubre no estarían.
Mientras comíamos hacíamos comentarios subidos de tono, sobre todo mi tía y yo. Nos levantamos a llevar las cosas a la cocina y traer los postres. Me mandaron salirme de la cocina, me volvía a la terraza y estando sentado vi el prostre exagerado que habían preparado, dulce por todos los lados. Cuando se fueron a sentar, cogí a Susana y la senté encima de mí. Que con la poca ropa que llevaba y lo fina que era, se notaba todo muy bien.
Al principio se notaba que la había pillado por sorpresa, pero rápidamente se rehízo. Se movía con mucho disimulo, suavemente, mi polla empezó a crecer sin parar, esa según la iba notando, se iba colocando mejor. Yo no lograba verla la cara, pero por el comentario de mi tía diciendo…
-Tienes una cara de “cachonda salida” que no lo puedes disimular. (Dijo mi tía)
-Pues te equivocas. Es por el dulce.
En ese momento puse una mano en la entrepierna de Susana, como el pantaloncito era holgado, no tuve problema en llegar a su coñito, no me hizo falta meter dentro ningún dedo, estaba empapada hasta por fuera, me unte bien los dedos, se los enseñe a mi tía y los chupe con mucho morbo.
-Bueno vale me habéis pillado. Sí, estoy muy excitada, pero la culpa la tiene tu sobrino.
-Pobrecita, tú no quieres… jajaja
Susana y yo nos levantamos para irnos a la planta de arriba. Mi tía dice que se va hacia la zona de la piscina, a hablar con Natalia que está allí. Que dirá que nos hemos ido a dar un paseo.
Cuando llegamos a la planta de arriba, Susana iba enfilada ya para la habitación. Hasta que la dije que me acompañara.
-¿A dónde vamos?
-¿No quieres saber porque dije lo de lo putita que era tu amiga?
-Si claro.
-Pues ven a ese ventanal. Pegándome yo al cristal.
-Te van a ver.
-No te preocupes, desde fuera no se ve el interior.
-Solo se ve a Lucia, hablando con alguien, imagino que con Natalia, pero a ella no se la ve.
-No seas impaciente.
Pasa poco tiempo cuando se ve a Natalia aparecer y quedarse cerca de mi tía.
-De que hablaran.
-Yo te lo digo, que tiene un tirón, La otra se ofrece a darla un masaje y ya veremos lo que pasa.
-No puede ser.
-Veremos.
Empieza como el otro día con el masaje. Aunque se supone que nosotros estaríamos follando ya, no sé porque, pero me da la sensación por las miradas de mi tía hacia aquí, que sabe que la estamos observando. Susana se ha puesto de rodillas en un sillón, apoyada en el respaldo, con el culo en pompa. Lo que aprovecho para ir acariciándola. La digo que se desnude y lo hace rápidamente, para volver a ocupar la misma posición. Me agacho y la empiezo a comer su culito, solo la oigo gemir y decir que delicia, que nunca se lo habían hecho. Después de un ratito lo tiene lleno de saliva, me incorporo, me pongo junto a su oído diciéndola lo cachondo que me pone su culito.
Mientras se lo digo le he ido metiendo un dedito. Esta cachonda perdida y ensimismada por lo que está viendo. Me fijo más y veo que mi tía esta sin la parte de arriba. Ahora Natalia le dice algo a mi tía, que mi tía no responde nada, pero alza el culo lo suficiente para que le quite la parte de abajo.
Vuelve al masaje normal, pero se ve aunque no se divise bien, que Natalia ha ido a mayores. Mi tía gira hacia atrás un poco la cabeza y dice algo. Natalia la da dos azotes potentes. Susana al ver eso, se le escapara un AAAHHHHHH, bien alto e intenso.
-No te preocupes. Y la doy dos buenos azotes.
-SIIIIIIIIIII
-No sé cuál de las dos es más puta.
Ahora vemos como Natalia en la posición que esta Lucia, mete su cabeza por detrás, en su culito. Al ver eso me quito mis pantalones y con mi polla toda erecta, se la pongo en la entrada de su culito y empiezo a empujar.
-UUUUFFFFFFF… madre mía, la noto más que ayer… UUUUFFFFFFF…
Cuando sigo metiéndosela poco a poco, se empiezan a oír golpes y voces en el portón principal. Veo como mi tía da un salto y se pone rápida el bikini. Susana que si esta vestida se va hacia la puerta, nos han cortado el rollo a todos.
-No me dejes así, joder, reviéntame, córrete, lléname el culo.
Se oyen muchas voces, hasta que Susana dice, para, que parecen Roció y Daniel. Así que nos adecentamos, yo para disimular me fui a la sala de la música y Susana bajo. Luego me conto que dijo que ella estaba durmiendo la siesta y yo oyendo música, que no fuimos a pasear porque yo al final no quise.
Yo estaba en la sala de la música con los cascos puestos, cuando apareció Natalia y me dijo que bajara, que lo había dicho mi tía. Yo haciéndome el tonto, pregunte si pasaba algo, ella me dijo que no, que había llegado visita. Es que no tenían otra hora, porque ahora no son horas, dije yo. Natalia me dio la razón, diciendo que por lo menos se avisaba.
Baje y allí estaban, Mónica 40 años, morena pelo largo y liso que le llega hasta la cintura. Muy bien cuidado. Sus ojos son verdosos, los labios carnosos, deseosos de “comer” 1.70 de altura aproximadamente, en cuanto al pecho este es muy voluminoso por lo que oí a mi tía un mínimo de una 110, que se le puso así después de los tres partos. Que aunque se veía caído era un encanto, se la veía fuerte no gorda. Traía un pantalón pirata blanco, que realzaba su culo al máximo y una blusa verde con un escote, que daban ganas de perderse en él. Salva su marido, era el más normal de todos los del día de la barbacoa, daba la sensación de pasota.
Rocío, 35 años. Tiene el pelo corto, rizado y rubio. Ojos oscuros, labios a siliconados o eso me parecía a mí. De la misma altura más o menos que Mónica. Llevaba un polo ajustadísimo, se notaba que no llevaba sujetador, su pecho era de un tamaño normal. Llevaba un mini-short también ajustadísimo, que daba la sensación de no llevar nada debajo, sobre todo por lo que marcaba por delante, no dejaba nada a la imaginación. Su marido Daniel, era el sabelotodo y trataba a la mujer como si fuera tontita.
No me cuadraba lo que me dijo mi tía de que esos hacían intercambios de pareja entre sí, los veía a ellos muy egoístas para eso, esa era mi impresión.
Aproveche que mi tía fue para la cocina y la pregunte que hacían allí.
-El día de la barbacoa, tu tío los invito a pasar unos días. Le dije que les llamara para posponerlo, pero por lo que se ve se le olvido. Y ahora no los podía mandar para su casa.
-Menuda faena.
SUSANA-Faena no, un faenón, sobre todo para mí. (No la habíamos visto llegar)
-Susana quédate con ellos por favor y tu Carlos acompáñame rápido.
Estas dos son las habitaciones para ellos, pero no se pueden cambiar.
-¿Porque no les damos las del final del todo?
-Hazme caso luego te lo explico, pero no se puede enterar nadie.
-Me imagino como lo de follar entre nosotros. Déjate de misterios.
-Te lo resumo, tu tío en un viaje a Madrid, se fue a la tienda esa del espía y compro unos micros, que puso en esas habitaciones.
-Vaya con el tío y luego me decías que el “pervertido” era yo. Como tenía que ser antes del accidente…
-Pues eso un pervertido celoso y que no me daba el placer suficiente. Y ya está vámonos.
-Pero antes de irte. ¿Qué tal con Natalia?
-Seguro que lo visteis, pero no me equivoque en nada. Eso sí muy “bestia” y muy “ruda”, pero las manos y la lengua maravillosas, se ve que no es su primera ni segunda vez.
Una vez abajo les acompañe a sus habitaciones y me fui, eso sí fijándome bien en esos culos. Una vez abajo le dije a mi tía que no los veía yo haciendo intercambios a esos, ella me contesto, que eran los rumores que había, ya que iban a todos los lados juntos. La mire a los ojos diciéndola que había un dicho muy antiguo que decía… “De lo que veas, créete la mitad, de lo que te cuenten…”
Pensé lo que pensé, me fui y me puse uno de los bañadores cortitos, de camino a la piscina me cruce con Natalia, que tenía cara de pocos amigos, luego a mi tía que estaba a punto de estallar. Cuando llegue a la piscina me encontré a Susana con cara de enfado total, la mire y no se pudo aguantar… me caían mal ahora peor y se tumbó nuevamente en la tumbona.
Yo estaba nadando cuando llegaron las dos parejitas, ellas se colocaron apartadas de Susana y los dos hombres, se fueron a la zona donde se suele colocar mi tío solo, cuando trabaja.
Rocío llevaba un bañador muy pegado, parecía su piel, de color oscuro. Mónica llevaba un bikini, que si se hubiera comprado alguna talla más grande tampoco hubiera importado, pero lo cierto es que se la veía muy provocadora. Me preguntaron por la temperatura del agua, esas preguntas tontas que se suelen hacer, cuando no se sabe que decir. Yo seguí nadando y ellas no paraban de hablar. Decidí salir del agua, pero antes me la toque un poco, de tal manera que se notara más. Todo un éxito, al salir yo sabía que Susana aunque sus gafas de sol me lo impedían, yo sabía que estaba mirando, de las otras dos la seguridad era total, porque se quedaron calladas y no me quitaron ojo mientras me duchaba.
Cuando llegue donde estaba mi tía, la dije que no se despegara de ellas hasta que las dejara arriba, como me miro extrañado la dije que era para oírlas arriba, ya que estando Susana junto a ellas ahora no dirían nada. La única contestación de mi tía fue que ya la contaría de qué iba todo. La hice acompañarme a su habitación, al estudio del tío para que me enseñara lo de la escucha, ella me lo enseño pero me dijo que no sabía bien cómo funcionaba.
Me cambie rápidamente y regrese al estudio de mi tío. Encendí todo, llame a Natalia y la dije que me parecía haber oído que en una de las habitaciones no había papel higiénico. Me dijo que ahora lo miraría, regrese a escuchar y al rato oí como entraba Natalia, sabía que era Natalia porque al ratito dijo algo en su idioma. Me salí a observar y vi como venían en dirección a la casa Rocío, Mónica, Susana y mi tía. Rápidamente me fui al estudio, pero no se oía nada, hasta que oí como mi tía las decía que si les hacía falta algo, que no dudaran en decírselo.
MONICA-Creía que no se iría nunca.
ROCIO-¿Viste lo que yo?
MONICA -Ver, ver, no. Pero lo que se intuye es… “anormal”.
ROCIO -Ya quisiera yo que mi marido tuviera esa anormalidad, jajaja, no se le tuyo, pero el mío no la tiene así ni en sus mejores momentos, jajaja
MONICA -Pues no hija, el mío tampoco.
ROCIO -Es que me lo tiraba sin pensar.
MONICA -Eso lo dices de “boquilla”, luego no te atreverías.
ROCIO -Siempre te he dicho como sería el tío con el que no dudaría poner los cuernos a mi marido. Y este sobrepasa con creces los requisitos. Vamos que emborrachaba a mi marido esta noche, que tampoco haría mucha falta, que seguro que ya está medio achispado, me escaparía en mitad de la noche y haría que me “empotrara”.
MONICA -Que bestia que eres. Pero avísame que te ayudo a “violarlo”. Jajaja
ROCIO -Es que estoy hasta el mismísimo… de que no me trate bien, de no tener un orgasmo decente sin necesidad de hacérmelo con mis dedos, de quedarme siempre a medias…
MONICA -Te entiendo perfectamente. Por esos seremos tan amigas.
ROCIO-Es mas esta noche pienso provocarlo y luego cuando el borra chufo este dormido, me hare el mejor dedo de mi vida.
MONICA-Jajaja, buena idea.
ROCIO-Lo dicho voy a arreglarme “biiiien”. (Oyéndose como salía de la habitación)
Me quede esperando por si se oía a alguna hacerse algo. Como solo se oía trastear con cosas, cuando estaba dispuesto a irme, llego mi tía. No la conté ni la mitad, pero lo que si la conté es que seguro que no hacían intercambios ni nada parecido. Cuando iba a apagar e irme con mi tía, se oyó la voz de Salva. Por lo que dije a mi tía que cinco minutos y que bajaba.
Sorprendiéndome, ella le conto a su marido de forma detallada todo, desde lo de la piscina hasta la conversación integra con Rocío.
Reconozco que el jovencito está muy bien, muy fuerte, que por lo que se puede apreciar debe de tener un buen vergón.
MONICA-Más que eso.
SALVA-¿Te ha puesto caliente?
MONICA-Muchísimo.
SALVA-Si no estuviéramos aquí, ya sabes que me encantaría verte con él.
MONICA-Pero también te lo podría contar luego.
SALVA-Es muy peligroso. Y si no saliera bien, lo podría contar e imagínate.
MONICA-Bueno por lo menos déjame un tonteo. Ya que tú no me das lo que necesito… no seas malo. Que Rocío lo va a provocar. Siempre dices que te gusta que sea la más puta…
SALVA-Vale pero solo un tonteo. Que luego no te puedes aguantar y pasa lo que pasa. Y piensa que hay más gente observando.
MONICA-Te lo juro, no pasara de ahí, sabes que cuando lo juro cumplo.
Me fui y mi tía me salió al paso para que la contara. Ya que todos estaban en sus habitaciones cambiándose para la cena. Yo solo la pregunte porque todas sus amigas eran tan calientes y ella me contesto… Te casas joven, con poca experiencia, los años van haciendo la cama más monótona, los hombres piensan más en sus trabajos, son mayores que nosotras, ellos van perdiendo fuerza, por la edad y porque no se cuidan nada y sin embargo nosotras según pasan los años nos volvemos más, mas… “necesitadas”… jajaja. Por eso será que tú te lo pasas también con las maduras y ellas contigo.
Mi tía se fue a arreglar y yo me fui a la terraza a pensar. Yo con 18 años y creía que mi vida era compleja, pero después de ver todo esto… mi vida era sencilla. Estaba con un calentón que sería imposible describir. Lo tenía claro, quería follar esta noche. Lo ideal sería una orgia… pero sabía que era imposible. Mas valía pájaro en mano, que ciento volando, pero la tentación con las dos nuevas era muy grande. Estando inmerso en mis pensamientos, aparecieron Salva y Daniel, que para no defraudar, venían ya con una copa en la mano…
DANIEL-Hombre aquí está el muchachito.
SALVA-Pues el muchachito nos saca más de una cabeza.
YO-Empezáis pronto con las copas.
SALVA-No empezamos, continuamos, jajaja, como luego no hay que conducir.
DANIEL-Mucho cuerpazo, pero con lo cortado que tú eres, no te comerás nada, jajaja. Este se matara a pajas. Jajaja
SALVA-Jajaja
YO-Si me explicáis el chiste, lo mismo me rio yo. (Riéndome pero pensando en lo que había oído a sus mujeres)
SALVA-Déjale tranquilo, que él no se mete con nadie.
Vi pasar rápido a Natalia en dirección a la puerta principal, si habían llamado ni me entere, a continuación apareció Nani, que venía a cenar también, no tenía ni idea de que fuera a venir, pero tampoco me extraño ya que como Luis su marido se fue a Barcelona también y estaba loca por que hubiera marcha, no se lo pensó. Venía muy sugestiva, estaba claro que venía con ganas de lucir ese cuerpecito.
Daniel y Salva, cuando la vieron le lanzaron todo tipo de piropos, algunos bastante subidos de tono. Yo me limite a decir buenas noches. Pero ella les dijo que no estaría tan bien cuando yo no había dicho nada. Daniel volvió al ataque diciendo… Estos chavales mucho culpo a su cuerpo pero luego la mitad mariquitas. Riéndose él y Salva. Yo simplemente les ignore, pero Nani les dijo que fueran dejando la copa, que ya estaban pasaditos y que me pidiesen disculpas. La interrumpí diciéndola que no hacía falta, que no ofende quien quiere si no quien puede.
Se pusieron los tres a hablar y yo me quede observándoles y eran dos tontos, pero Daniel además era imbécil total. Nani me pillo dos veces mirándola, pero al contrario que otras, me aguanto la mirada en plan desafiante.
La primera en bajar fue mi tía, que con Natalia termino de montar todo en la terraza grande. Me acerque por si hacía falta mi ayuda, cuando lo hacía vi como Natalia le decía algo a mi tía en el oído, mi tía sonrió y me vio, solo la dijo que ya se podía ir, que del resto ya nos encargábamos nosotros y la dio las buenas noches.
Aparecieron Mónica y Susana, que venían hablando entre ellas, joder como se habían vestido. Las dos tetonas se colocaron sendos vestidos escotados y se notaban que no llevaban sujetador, madre mía que tentación. Y por fin apareció la última, Rocío venía con una mini falda, que más que minifalda parecía un cinturón. Conjuntada con un top, que dejaba al aire la tripita y esta como siempre no llevaba sujetador.
Mientras todos se saludaban yo las miraba, la más discreta y era mucho que decir, era mi tía, el resto iban en plan de “guerra”. Bueno Nani no sé cómo era, las otras lo tenía claro. Mi tía dijo de ir a la otra terraza que ya estaba todo preparado. Yo me fui a la cocina, porque lo único que faltaba era mi bebida, que no quería tomar alcohol y cogí un refresco bien frio. Mi intención era estar al lado de Susana, para ponerla “nerviosa”, pero fue un corte, porque se habían sentado en la mesa redonda de la siguiente manera, los dos pesados juntos, mi tía, Susana, Nani, Mónica, un sitio vacío para mí y Rocío. Mire a Susana y a mi tía, encogiendo las dos con disimulo sus hombros. Entre Rocío y los pesados, había una mesita auxiliar, con cosas de la cena, por lo que estábamos un poco más apretados.
Cuando me senté, que me costó, con lo grande que soy y al levantar un poco el mantel, a Rocío la minifalda no la tapaba nada de nada, puede ver su ropa interior blanca. Lo que pasa que con el mantel una vez sentado, poco o nada se veía. Cuando abrí mi lata de refresco, se oyó y entonces como no podía ser los pesados, empezaron a tratar de mofarse, cuando les fui a contestar Rocío me puso una mano en el muslo y entre un apretón o caricia, no sabría decir, me dijo que no les hiciera caso. En otro momento no hubiera dado ninguna importancia a lo que hizo Rocío, pero en ese momento me empezó a calentar la situación. Hay me veía yo con cuatro calentonas y una dudosa, acompañado de dos tontos, que estaban al borde de la borrachera total y alguno candidato a unos buenos cuernos, si no fuera por las otras personas que había allí, porque no podía enfadar ni a mi tía ni a Susana. Yo notaba roces tanto en mi pierna derecha como en mi izquierda, pero tratando de ser justos, sería imposible que no nos rozáramos, estábamos bastante pegados.
Pero había momentos en que mis dudas eran demasiado grandes, sobre todo con los roces de Rocío. Otros de los motivos de no querer beber vino esa noche, fue para tratar de controlarme. Que el alcohol no me animara. La tentación cada vez era más insufrible.
Como la cena, era una cena fría, improvisada, mi tía me pidió que le acercara los biscotes para los pates, no sé qué me paso, lo juro, no fue premeditado. Me gire hacia la izquierda, puse mi mano izquierda por debajo del mantel entre las piernas de Rocío, tocándola todo, todo. Me estire con el otro brazo y cogí los biscotes, todo lo hice sin ninguna prisa y cuando volvía a mi posición normal, mis dedos recorrieron lentamente el coñito de Rocío, por encima de su ropa interior. Le pase el cestillo a mi tía y me quede pendiente de la reacción de Rocío. No fue preparado pero… ya estaba, ahora veríamos que sucedía.
Rocío le dijo a Daniel que no bebiera tanto y el de una forma abrupta la contesto que se callara que nadie le había pedido su opinión. Esta vez fui yo el que coloque mi mano en su muslo, diciéndola al oído que tranquila, (mientras la tocaba bien tocada otra vez), eso se cura con unos buenos cuernos. Ella se rio, que se atraganto y todo. Gracias a eso se rompió el momento de tensión. Todos me miraban como diciéndome muy bien, muy bien, pero nadie sabía lo que le dije al oído y lo que hice.
Una vez que terminamos, Susana propuso irnos a la zona de la piscina, que estaríamos menos apretados y más cómodos, todos dijeron que buena idea, nos fuimos hacia allí, los dos pesados se quedaron junto al ventanal que da al gimnasio y piscina interior. El resto nos quedamos donde propuso Susana. Algunos fumaron y Nani, al ver que no fumaba tampoco, dijo… mucho deporte, buena alimentación, no bebe, no fuma, ¿Y del resto? Mi tía rápidamente salió en mi defensa cambiando la conversación. Pero Nani que como más de una estaba algo achispada, decía que si ella tuviera mi edad no me escapaba, riéndose después.
Mire a Susana y me di cuenta que se había pasado bebiendo, estaba un poco perjudicada como le ocurría a Nani. Viéndolo mi tía me dijo que la ayudara a llevar a Susana a su habitación, aunque Susana decía que ella podía sola la llevamos, dentro de la habitación se puso “pesadita”, la dije que cuando se marcharan me pasaría por ahí, eso la dejo más tranquila. Cuando salimos me para mi tía antes de bajar…
-Haz lo que quieras, pero que esos dos gilipollas no se enteren.
-No sé a qué te refieres.
-Que estás loco por fallarte a una de esas dos putitas. Pero no vayas a pegar el patinazo y se enfaden, que al fin y al cabo son amigas mías, no quieren que digan que mi sobrino es un salido… si no lo tienes claro, o te surge alguna duda, la más mínima… una retirada a tiempo es una victoria.
-Si había pensado pasar a tu habitación.
-De eso nada, que yo estaré “ocupada”.
-¿Natalia?
-Si. Tengo ganas de que me dé bien.
-Pero habíamos quedado de hacer como con Susana.
-Así cogerá más confianza, porque me da la impresión de que es lesbiana total. Pero vamos todo depende de esta gente y si se van rápido a dormir o lo que sea.
-Bueno, ya me contaras.
Nani se quería retirar ya, pero estaba bastante bebida también, por lo que mi tía la acompaño a otra habitación. Yo me quede con Mónica y Rocío, que estas apenas habían bebido. Sus maridos a unos metros de nosotros seguían a lo suyo, pasaba como la otra vez, no sabía cómo podían entenderse, con la lengua de trapo que tenían. Mónica y Rocío estaban las dos compitiendo o eso me lo parecía a mí. Yo llevaba ventaja con ellas, porque Rocío no dijo nada de lo pasado en la cena ni me lo reprocho y Mónica por lo que la oí, como mínimo me tantearía.
Llego mi tía se sentó con nosotros, estaba nerviosa, yo se lo notaba, sobre todo por Daniel y Salva, que son los que podrían cortar su rollo esa noche. Mónica dijo que iba al servicio y mi tía me dijo que abriera la puerta del gimnasio, que así no había que dar tanta vuelta, ya que allí había un servicio. Me levante y Mónica vino detrás abrí la puerta y la acompañe porque estaba todo oscuro, podía haber encendido la luz allí, pero no quise, entraba luz del exterior, no mucha pero lo suficiente para ver.
Ella entro en el servicio, pero antes de hacerlo me dijo…
-Espérame por favor, que me da miedo la oscuridad.
-No te preocupes que aquí estaré.
-¿Te puedo pedir otro favor?
-Hazlo y ya veremos.
-Que te alejes un poco, que me da corte que me oigan orinar.
-Jajaja, no te preocupes.
Al ratito salió y la dije…
-Que sepas que sonaba muy bien.
-Me dijiste que no me preocupara. (Dijo en tono ofendido pero sin estarlo)
-Es cierto dije eso, pero nada de que te haría caso. Pero para que veas que soy justo, ahora voy a orinar yo. Por mi puedes oírme y si quieres ayudarme, que como sé que no te atreverás, dejare la puerta abierta.
-Eres un descarado (Dijo simulando enfado)
-Tu misma.
Me saque la polla, lo cierto que no tenía ganas de orinar, ya que lo hice cuando subí a Susana. Pero hice el paripé, lo que hizo que se me pusiera a media erección, como se suele decir bien morcillona. Estaba colocado de tal manera que si se asomaba, aunque fuera poco, podría ver lo suficiente, no todo, pero lo suficiente. La oí acercarse muy lentamente…
-¿Todo eso es tuyo? (Con voz sorprendida)
-Mío y de quien yo diga. (Dije dándome la vuelta quedando de frente a ella)
-Y eso que no está… arriba del todo.
-Eso es fácil, si la quieres ver como dices arriba del todo… me imagino que ya sabes que hacer. Si quieres además para que sea más cómodo me desabrocho bien el pantalón.
-Pero que descarado, si encima me estarás haciendo un favor. (Dijo en tono serio)
-Pues nada. Vámonos (Guardándome la polla y subiendo la cremallera)
Ella se quedó cortada y a punto de decir algo, pero se quedó como bloqueada y los pezones se le marcaban en el vestido, que así no los tenía cuando entro. Apague la luz, iba delante mía, de pronto la empuje contra un murete pequeño y pegue mi polla contra su culo…
-No la veras, pero sentirás come crece, notaras su tamaño. (Frotándola bien)
-Déjame, “SO CABRON” (Pero meneaba el culo) Se lo diré a mi marido.
-¿A quién?... al que está más borracho que nada, a ese que debe hacer siglos que no te folla en condiciones. (Mientras le tocaba esas tetazas y pellizcaba sus pezones)
-Que te has creído niñato. Podía ser tu madre.
-Si tuviera una madre así de PUTA, también me la fallaría.
-Cerdo, degenerado… (Lo decía con “enfado” pero entregada total) ¡QUE ME DEJES!
-Vale, vale te dejo.
Me fui hacia la puerta, yo sé que ella se quedó descolocada, que esperaba que me la follara allí mismo. Estaba seguro. Llegue antes a la puerta de salida que ella, venía con cara de desconcierto, salimos y veo que mi tía me hace una señal con la mano de que me espere y veo que viene Rocío, me pide perdón por molestar, la digo que no pasa nada. Cuando entra y como desde fuera no se ve nada me dice…
-No necesito ir al servicio. Solo quería hablar un momento contigo, que lo mismo mañana es imposible.
-Ven hacia aquí. (Para quitarnos de la puerta, quedándonos a la altura de su marido y de Salva) Dime. (La note seria)
-Lo de antes paso y paso, ya no se puede hacer nada. Antes de que me preguntes, no me disgusto. Pero a pesar de lo que se dice de mí por ahí y lo sé, nunca le he sido infiel a Daniel. Sé que tuve que haberte apartado… un momento de debilidad y por eso te lo estoy diciendo ahora. Hagamos como si no hubiera ocurrido. (Lo dijo todo de carrerilla, se notaba que lo traía preparado)
-Por mí no hay problema. A mí no es que no me disgustara, a mí SI me gusto. Ocurrir ocurrió, que no volverá a ocurrir, ningún problema tampoco. Pero espero que no te moleste lo que te voy a decir… (Acercándola a centímetros de su marido, separados únicamente por un cristal blindado)
Lo que te quiero decir es que ese, señalando al marido, el que te trata como una mierda en público, que en privado no quiero ni pensarlo, ese que en el poco tiempo que os conozco esta siempre borracho, ese que ha lanzado piropos a todas las mujeres cuando han llegado y a ti, que eres la más explosiva te ha ignorado (halagándola, cambie de posición quedándome detrás de ella con mi boca pegada a su oreja y susurrándola), a ese que hará mil años que no toca este culito tan delicado, tan apetecible, tan tentador (se lo decía mientras se lo acariciaba)
-Eres la leche, me has desarmado…
-Ahora mismo me agacharía y te comería todo el culito, lo devoraría…
-¿Y por qué no lo haces?
Me fui agachando y ella no se lo pensó, se quitó el tanga, se apoyó en un asiento que había junto a la cristalera y dejo el culito en pompa, un culito muy bien formado pero pequeñito, se veía muy delicado. Ella estaba moviéndose y gimiendo. Mientras yo la comía el culito y la tocaba desde atrás el clítoris y la follaba con los dedos, se notaba apretadita, uuuhhhmmmmmm, una delicia. Se fue calentando tanto que…
-Mira mamón, si supieras que te estoy poniendo los cuernos. Jooooder que bien lo haces, me tienes muy apuntito….
MIERDA, MIERDA MIEEERRRRDA QUE VINE LUCIA, PARA PARA.
Se quitó de golpe y se fue al servicio. Yo me quede sentado ahí y cuando entro mi tía, iba lanzada al servicio y la chiste, se giró y vino hacia mí.
-¿Qué haces aquí y donde esta Rocío? (Me susurro)
-Esperándola e imagino que ella con lo que tarda estará haciendo algo más que pis.
-Estos me van a joder la noche, ya verás. Mira la hora que es.
-Manda a todos a dormir.
-Ya lo hice y estos dos dicen que la noche es joven. (Dijo enfadadísima)
Apareció Rocío y mi tía la dijo que ella se iba a dormir, que estaba cansada, que la disculpasen. Regresamos a donde estaba Mónica, mi tía se despidió de ella, los dos pesados se limitaron a dar las buenas noches sin hacer amago de moverse. Acompañe a mi tía al interior…
-Ya son más de las 4 de la mañana. Que cabrones estos dos tíos.
-Espera que me acerco a ellos y los mando a dormir.
-Ni se te ocurra que tal como están, Daniel seguro que te monta el “pollo”.
-¿Puedo hacer algo?
-Nada, que ya aunque se vayan, me han cortado el rollo. Buenas noches. (Dándome un beso en la comisura de los labios)
-Espera que te acompaño.
-Si pasa algo, golpea bien la puerta, que tal como están esos dos, voy a poner el pestillo y cerrar el ventanal, que no me fio.
-No te preocupes. (Oyendo el ruido del pestillo)
Cuando baje iba pensando lo que podía pasar ahora, por un lado estaban Daniel y Salva, por otro Rocío y Mónica. La cosa era esperar a que los dos acabaran K.O., que no les debía de quedar mucho y luego la que se quedara de las dos, lo cierto que a estas alturas me daba igual una que otra. Cuando me acercaba veía a ellas dos hablando muy bajito y a ellos lo que se les oía era algo ininteligible. Sería cuestión de esperar y de paciencia. En el momento que una de ellas se fuera a dormir, iría a por la que se quedase, iría como se suele decir a saco.
Cuando llegue, como se quedaron calladas y eso era lo último que me interesaba, pregunte…
YO-¿De que hablaban estas mujeres tan simpáticas y atractivas?
Al unísono contestaron que de mí. Tarde poco en reaccionar aunque no me esperaba esa contestación.
YO-Espero que hablarais bien. ¿Y se puede saber de qué?
MÓNICA-De lo sucedido.
YO-¿Ah, que ha sucedido, que me he perdido? (Pregunte haciéndome el tonto, para no meter la pata)
MÓNICA-Mira, Carlos (Con voz bajita pero solemne), Rocío y yo somos amigas desde siempre, nos contamos todo.
YO-¿Y?
ROCÍO-Pues que nos hemos contado todo lo que ha pasado esta noche.
YO-Disculparme que me repita. ¿Y? (Me parecía que se habían enfadado)
MÓNICA-No, no te asustes, que no pasa nada, que ya somos mayorcitas.
YO-No si no estoy asustado. Pero con todo esto… ¿qué me queréis decir?
MÓNICA-Es muy sencillo, que elijas a una y la otra vigila a esos dos.
YO-Y tu Rocío, ¿Qué dices? Que poco has hablado.
ROCÍO-Estoy de acuerdo con Mónica, ya lo hemos hablado.
Lo cierto, raro en mí, no sabía que contestar, me pillaron fuera de juego, esto no estaba previsto. Lo cierto que nada de lo que estaba pasando esta noche estaba previsto, Susana durmiendo el colocón, mi tía en cama con un enfado monumental, estos dos borrachos y aguantando. ¿Qué hacer, que decir? Si elijo a una malo, si elijo a la otra peor. Oí una voz que me quito de mis pensamientos.
Bueno, ¿Qué contestas? Que te has quedado mudo.
YO-Mirar, no lo tenía planeado, ha salido así. Las dos me ponéis muchísimo. Elegir a una y dejar a la otra sería injusto. Así que solo puedo responder una cosa y espero que nadie se enfade.
MÓNICA-Yo, elijas a quien elijas no me enfadare, ya habrá más momentos.
Opino lo mismo, estoy de acuerdo.
YO-Pues solo puedo responder que las dos o ninguna.
ROCÍO-¿Queeee?
MÓNICA-Imposible
YO-Imposible, ¿por?
MÓNICA-Primero por los maridos que alguien tiene que estar vigilando y lo segundo porque yo aunque a ella la aprecio mucho, no me veo con ella en la cama, todos ahí…
YO-Y tú, ¿Qué opinas? Porque todos tenemos que opinar.
ROCÍO-No sé, lo de los maridos estoy de acuerdo y de lo otro, no se…
YO-Dejaros de tonterías, ser abiertas, no es necesario que entre vosotras hagáis nada. Seguro que ya os habéis visto desnudas y más seguro que alguna de las dos ha tenido alguna fantasía similar. ¿O no?
ROCÍO-Una cosa es una fantasía y otra… la realidad.
YO-Pues es una pena, esta noche nos quedaremos… con un palmo de narices. Así que visto lo visto, os dejo aquí con las “joyas” de vuestros maridos y no perderé más el tiempo, me iré a dormir. (Haciendo el amago de levantarme para irme)
ROCÍO-Espera hombre, espera. Mónica a mí no me importa. La pelota está en tu tejado. O esto o con nuestros “simpáticos” maridos. Lo que decidas te apoyare.
MÓNICA-Vale, vale. Pero entre nosotras nada de nada.
ROCÍO-Por mí no te preocupes.
MÓNICA-Y ahora lo más importante ¿Dónde? ¿Y qué hacemos con ellos?
YO-A ellos los dejamos ahí, que ya un ratito que se quedaron K.O., (Se giraron y los vieron dormidos bufando) y en mi habitación.
ROCÍO-No queda con la de tu tía.
YO-Lo que da son los baños y además no se oyen nada de las habitaciones. ¿Vamos?
MÓNICA-Voy a mi habitación al servicio y voy.
ROCÍO-Yo también.
YO-Bueno pero no tardéis que ya es muy tarde y cuando amanezca cada mochuelo tiene que estar en su olivo.
Una vez que llegue a mi habitación salí a la terraza y mi tía tenia cerrado el ventanal a cal y canto. Me di un remojón y me puse una toalla en la cintura. La primera que llego fue Rocío, que como las dije, no llamo entro directamente. Me acerque a ella y la bese morbosamente, ella me beso metiéndome la lengua con nerviosismo, se la notaba un pelín cortada, pero cuando empecé a acariciarla se le fue pasando., Me ti mi mano por debajo de la micro falda y no llevaba nada, estaba mojada, además de por haberse lavado, pero estaba caliente perdida. La quite el top y quedaron sus tetitas, pequeñas pero se veían deliciosas. Y por fin quite la minifalda, la hice dar la vuelta y me encanto ese culito tan frágil, que ahora con luz se veía mucho mejor.
Se abrió la puerta y entro Mónica, que nos vio, se dio la vuelta puso el pestillo y sin necesidad de pedírselo dejo caer su vestido quedándose completamente desnuda. Las dos tenían depilado el coñito de la misma forma, pero las tetas de Mónica eran más grande de lo que imagine. Los pezones eran como una galleta de grande. Sería una delicia comerlos.
Rocío me metió mano por debajo de la toalla y miro a Mónica diciéndola…
ROCIO-Joooo… Mira Mónica la maravilla que tiene Carlos aquí, me la voy a comer hasta dejarlo seco. Que me tiene cachonda toda la tarde, noche. Quiero comérmelo y fallármelo. (Que cambio había dado)
MONICA-viendo semejante pollón, me está ocurriendo lo mismo. Seamos buenas y ayudémoslo con ese “problema” que tienes entre tus manos, estoy deseando tenerlo dentro de mí y me da igual por dónde.
Lo que habían cambiado. Rocío me hizo dar la vuelta y me empezó a comerme el culo, uuufff que gusto, me apoye en los pies de la cama y ella mientras lo comía me hacia una paja, no le daba su manita pequeña. Mónica se puso a besarme, la manera de besar me indicaba que esta cachonda a mas no poder. La dije que se tumbara en la cama y cuando lo hizo me agache para comerla ese coñito tan jugoso, ella lo único que decía era que no parara y a Rocío le decía que menuda lengua.
Mónica estaba desesperada, porque paraba, seguía, paraba, eso la ponía atacada. Me pedía que la follara que se la metiera hasta el fondo. Así lo hice la agarre la atraje hacia mí y empecé a metérsela, gemía brutalmente, Rocío con ese cuerpo tan delicado, estaba con los ojos llenos de excitación. Me besaba por todos los lados, hasta que la susurre en el oído que se sentara en la boca de Mónica, me sonrió y así lo hizo.
Mónica en un principio se resistió, pero fue ver la cara de Rocío frente a mí y esa cara de placer solo quería decir una cosa, que la estaban comiendo el coñito. Nos besábamos y la pregunte qué tal, ella me dijo que hacia muchísimo que no le comían tan bien el coñito.
Sin esperarlo Rocío empezó con un SIIIIIIIIIIIIIIIIII, se había corrido. Se quitó rápidamente y le comía las tetas a Mónica que ya no protestaba, haciéndola una paja mientras yo me la follaba, cuando Rocío noto que se iba a correr, se agacho y se dieron un morreo de película.
Una vez se corrió dijo que gustazo y tú eres una guarra. Pero me resulto excitante y la acerco hacia ella y la dio un buen morreo. Rocio dijo que vaya aguante, ni parecido con su marido, mientras agarraba mi polla acariciándola, hasta que se colocó a cuatro patas y movía ese culito provocándome.
Me acerque y se la puse en la entrada de su coñito, costaba que entrara, estaba muy apretadita, era un gustazo. Se lo dije y con voz sensual me dijo que sería el tiempo que llevaba sin meterse nada. Pero la entraba hasta el fondo y mientras yo la acariciaba con un dedo el culito, se veía tierno, delicado, ella se movía muy bien, Mónica se puso delante de ella con las piernas abiertas, con cara de puta perdida y Mónica se agacho para comérselo. Yo se la metía despacio me daba la sensación de que la iba a romper, tenía un dedo en su culo también.
Se nota que te gusta mi culo cabrón, pues follame bien, fuerte, hazme correr como quiero y te dejare correrte en mi culo. Fue decir eso y los meneos que la daban era brutales, ella solo pedía más, mas, más hasta que se corrió. Se recuperó enseguida y siguió comiendo el coño de Mónica.
Se giró y me dijo que no esperase más que su culito estaba bien entrenado. Así lo hice y empecé a metérsela por el culo, entraba como con el coño, costaba pero entraba sin problemas. Mónica se volvió a correr. No la tenía toda dentro, faltaba bastante cuando se quitó. Me dio un beso y me dijo que quería cumplir una fantasía, que me tumbase y así lo hice, tanto Mónica como yo nos quedamos expectantes. Se puso de pie de espaldas a mí y se agacho metiéndose ella la polla en su culo, en un momento la tenía hasta el fondo.
Llamo a Mónica y la dijo que se lo comiera, que siempre había soñada que mientras la follaban el culo, la comían el coño. No sabía que eras tan puta. Se agacho y empezó a comérselo, se movía como jamás pensé que se podría mover alguien. De pronto se tensó se corrió y de qué manera.
Ya despuntaba el día así que dije que teníamos que dejarlo, pero antes…
Me puse a hacerme una paja delante de sus caras, corriéndome de forma exagerada, les cayó en sus bocas, pelo, tetas. Ellas luego se besaron y dijeron riéndose que ni sus dos maridos juntos les saldrían tal cantidad.
Se medió vistieron, yo me puse la toalla en la cintura y salí dejando la puerta abierta, cuando me asegure de que no había "monos" en la costa, las hice una señal y salieron corriendo sin hacer ruido las dos.
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