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Categoría: Incestos

LA TIA DE MI MUJER!

Ella es tía de mi esposa, pero por parte de su madre, es de piel blanca, nalgas paradas, piernona, y cara angelical. Es madre de 4 hijos, todos mayores de 10 años y solo uno casi pegándole a los 20, se viste normal, aunque a veces le gusta mostrar su cuerpo con sus licras ajustadas y sus faldas de rodilla para arriba, en las fiestas llamaba la atención, se movía bien, era inevitable imaginarla cogiendo, pero bueno, a sus 45 años era toda una bomba.



La fiesta de la abuela había pasado, al no poder regresar por la hora, nos dividimos en las casas de los familiares, mi esposa se fue con su abuela, mis hijos con un tío y yo me quede con ella, en realidad su esposo me dijo que me la siguiera con él, él estaba súper ebrio, los niños ya se habían ido a dormir y ella, estaba tan sensual con su vestido entallado color gris, sus zapatos abiertos mostrando sus pies y un poco tomada como nunca la había visto.



Su marido me estaba hable y hable, pero yo no podía dejar de ver sus ricas piernas cada que las cruzaba lanzando una sonrisa coquetísima, una excitación se apoderaba de mí, deseaba desnudarla y tenerla en cuatro, ella me miraba desafiante, hacia muecas y sonreía, me estaba desafiando y es que la tía Alma siempre había sido así, ¡pero esa noche estaba llevando las cosas más allá de su coqueteo normal!



Ya más entrada la noche, su marido empezó a quedarse dormido en la sala, ella fue a la cocina, como ratón seguí a la flautista y me senté en la mesa de su cocina mientras observaba como ponía a calentar agua, ella se empinaba marcando su rica tanga sobre sus torneadas nalgas, se daba ligeros golpes y me miraba sonriendo, al principio creí que era mi imaginación, que las copas me estaban haciendo ver eso, pero al ver cómo me daba un café y me ponía las tetas en la cara sabía que era momento de hacer algo ante las provocaciones de la tía!



Ella estaba dándome la espalda en el fregadero, me levante y con toda la saña del mundo la abrace pro atrás, le repegué mi dura verga, ella no digo nada solo seguía lavando las tazas, mis manos comenzaron a tocar sus muslos por encima del vestido bajando a sus piernas descubiertas, ella no decía nada, solo un ligero gesto de placer se dibujaba en su maduro rostro.



L: ¡Estas muy bien tía!



A: ¡Gracias!



L: ¿Le molesta?



A: ¿Qué?



L: Nada, ¡olvídelo!



Su actitud me calentó muchísimo, cerré la puerta de la cocina con seguro y comencé a besarle sus ricas piernas, ¡años deseando hacerle eso y se me estaba presentado la oportunidad!



L: ¡Ricas piernas tía!



A: ¡Gracias!



Levante su vestido gris hasta su cadera, lamí sus carnosas nalgas como desesperado, ¡ella solo lanzaba ligeros quejidos mientras mis dedos rosaban su vagina por encima de su tanga!



L: ¡Que ricas nalgas, mmm!



A: ¡Ah, gracias!



¡No sé si era el alcohol lo que generaba su actitud, pero me ponía tan caliente!



Le comencé a apretar sus tetas mientras le besaba su cuello, ella cerraba sus ojos haciendo gestos excitantes, mi lengua lamia detrás de sus orejas, ¡una mano apretaba su rico pezón y la otra hacia a un lado su tanga para tocar su jugosa y veterana vagina!



L: ¡De todas las tías, eres la más sabrosa!!



A: ¡Gracias hijo!



L: Que tetas más ricas, me pones a mil, ¡me dejas meterte mi verga!



A: Claro, por eso estoy aquí, dame, ¡necesito una ya!



Ella se dio la vuelta y empezó a besarme con locura, paso de ser una muñeca inflable a dominarme la boca, su lengua entraba en mi boca hasta succionar mi saliva, ¡le acariciaba sus nalgas y ella me despojaba de la ropa!



Le bajé el vestido del pecho y comencé a lamerle sus ricas tetas, le mamaba su rico pezón como un bebe, su color claro me hacía querer devorarlo, mis manos seguían entrando y saliendo de su vagina.



A: ¡Te tenía ganas sobrino!



L: ¡y yo a ti tía!



La recargue en la alacena, ella se sentó un poco y abrió las piernas, entonces como loco la penetre, mis 21 cm entraban casi por completo, nos besábamos salvajes, ¡el tío seguía dormido y yo disfrutaba a su rica y sensual mujer!



A: ¡Agh, que dura, agh!



L: ¡Tía, aprietas magnifico, ah!!!



A: ¡Que buena pinga!!!



L: ¡Es tuya, agh!!!



La tía se movía rico, me encantaba como me abrazaba con sus piernotas mientras le mamaba sus tetas, ¡apoyándose de su alacena se movía hacia delante y me permitía embestirla sabroso!



Después de bajarla de su alacena, la tía inmediatamente s e bajo a darme unas ricas chupadas, su lengua saboreaba magnifico mi glande, recorría de mis testículos hasta mi cabecita, mordía mi pellejo con sus dientes para luego tragar mi verga casi por completo, ¡repitiendo ese rico acto en varias ocasiones!



L: ¡Tía!!! ¡Lo chupas riquísimo!



A: ¡Agh, chop, chop, agh!!



L: ¡Si, así, agh!



A: ¡Disfruta!!



La tomé de la nuca y empecé a follarle su rica boca, ella disfrutaba de mis embestidas salvajes, le daba con todo en su rica boca, se escuchaban los ronquidos de su marido, eso me puso más caliente y más duro, ¡la tía recibía con potencia mi verga, la cual estaba a punto de venirse con solo lo que su boca me hacía!



L: ¡Tía, agh!



A: ¡Mmmm!, rico!!!



L: ¡Me vengo, me vengo!!!



Como manguera mi semen caliente inundo su boca salpicando su hermosa cara, ella con su lengua saboreaba mi semen y lo tragaba, su boca se lanzó a mi verga la cual chupaba magnifico, con sus manos hacia un extraño masaje en la unión de mi verga y mi ano, eso me permitió seguir con mi dureza, la tía era una experta, ¡y me estaba cogiendo rico!



A: ¡Que rica leche, sabe deliciosa!



L: ¡Uf, tía eres la mejor!



Como mi verga aún estaba dura, la lleve a la mesa y ahí ella se empino dejándome su rico trasero a mi disposición, sin pedir permiso puse mi cabeza en su ano, ella no dijo nada, ¡solo abrió más las piernas para dejarme entrar en su estrecho y rosado ano!



L: ¡Ahí le va tía!



A: Agh, si, ¡te siento!



La penetraba despacio, ¡miraba como poco a poco mis duros 20 cm desparecían ene el ano de mi madura tía!



Se apoya de la mesa y movía su cadera, tomándola de su vestido empecé a moverme más rápido, la tomaba de las piernas mientras la perforaba rápido, ella lanzaba pequeños gemidos y mientras tanto en la sal, ¡su marido continuaba dormido!



L: ¡Tía, dios, que rico aprietas!!



A: ¡Si, dame más, agh!



L: ¡Toma, agh, que rico culo!



A: ¡Me empalas, me duele, pero sigue, agh!



L: ¡Súbete a la mesa, agh!



A: ¡Sí!!!



Ella se acostó sobre su mesa, esa en la que las mañanas era usada para el desayuno, la toe de sus piernas y se las pegue a su frente, ¡su culo dilatado ya vierto esperaba seguir recibiendo mi verga!



A: ¡Métela, dame más por mi culo!



L: ¡Eso, pídeme más!!!



A: Dame más, lastímame el culo, agh, ¡es tuyo!



L: ¡Lo que diga!!!



Empuje mi pene con fuerza y empecé a moverme rápido, la tomaba de sus hombros y la empujaba hacia mí, mi verga entraba casi por completo, los ruidos generados me excitaban más y más, ella se mordía los labios, la bese con salvajismo sin importar que minutos atrás se había tragado mi semen, nuestras lenguas se juntaban y se mordían nuestros labios, seguía dándole duro, me ponía de pie para abrirle las piernas y ver como su vagina escurría, con mis dedos apretaba su clítoris, le apretaba las tetas, me estaba dando gusto con la tía de mi mujer!



A: ¡Mas que rico, mas!



L: ¡Tía, eres la mejor, agh!



A: ¡Esta verga es la mejor que me eh comido en mi vida!!



L: Disfrútala, ¡será tuya cuando quieras!



A: ¡Pero eres mi sobrino!!!



L: No importa, ¡todo sea por la familia!!



Pose anal tras pose anal continuábamos, el tío seguía dormido, Alma y yo continuábamos gozando de lo lindo, ella nuevamente en cuatro en una silla recibía con violencia mi verga, su culo ya totalmente abierto paso del dolor de abrirlo a apretar delicioso, pronto terminaría, ¡el orgasmo de ambos se acercaba!



A: Me voy a venir, ¡papi me vengo!!



L: ¡Agh, yo igual, dios!!



¡Su culo era llenado por mi semen mientras su vagina expulsaba un rico liquido conseguid por el orgasmo que tenía!



Quedamos pegados unos minutos, nuestros fluidos estaban por todas partes, ella se puso de pie y tomo un trapo y empezó a limpiar, yo miraba atento mientras me ponía mi ropa, antes de salir a la sala, la tome por atrás dándole un rico arrimón y diciéndole: ¡Esperare con ansias otro encuentro!



Saludos a todos nuestros lectores, este año contaremos más experiencias ya que tenemos de sobra, saludos de parte de mi esposa Lety, mi amiga Cindy y un servidor, Luis, ¡gracias por leernos!


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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