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Categoría: Maduras

La tía Carmen. ¿Su primera vez?

Un viaje a ciudad capital para un congreso y el hecho de querer economizar el gasto del alojamiento fue lo que me permitió compartir una de las mejores experiencias sexuales con una mujer mayor.



Una vez llegado a la ciudad y luego de la acreditación me dirigí a la casa de Carmen, una de las tías de mi señora; quién es conocida como la clásica tia solterona que hay en toda familia: una mujer de unos 50 años, devota de cuanto santo haya, fiel feligresa de la parroquia del barrio y sin hombres conocidos en los últimos 25 años. Más preocupada por el bienestar de los otros que por si misma, llegando a veces a ser un poco “rompe huevos” (como decimos por acá)



Carmen físicamente la puedo describir como una mujer de pelo blanco (por las canas sin teñir ), pero arreglado; quien se mantiene físicamente delgada aunque no hace dieta ni ejercicios, tiene los pechos pequeños, el trasero flaco y apenas una pancita (supongo que propia de la edad y el descuido). Inés no tuvo hijos y solo se le conoció un  novio en su juventud, quien por motivos que no he indagado la dejó plantada poco antes de su compromiso.



De su imagen personal, puedo describirla como una mujer vestida para su edad, que solo se arregla para ir a misa todos los domingos. Algo que me ha llamado la atención han sido sus piernas y como las luce en pollera y tacos (envidiables para mas de alguna jovencita).



Una vez en su departamento y luego de los cordiales saludos y ya sabiendo cual sería mi habitación me dirigí al baño para ducharme y prepararme para descansar. Al ingresar reparé en la cesta de la ropa para lavar y no puede con mi genio y le eché una ojeada a su ropa interior: típica bombacha de algodón con un buen olor a hembra.



Compartimos la cena, con charla de actualización familiar, luego la ayude con el aseo de a vajilla. Carmen ya se encontraba en camisón con una salida de baño liviana que le marcaba bastante bien su figura.



Mientras charlábamos, tomando una copa de vino, tuve que controlar mi actitud para no dejar en evidencia las miradas que hacía a sus pálidas piernas…delgadas pero muy bien formadas para su edad…con algunas pecas y unas pequeñas arañitas. Recién bañada, tenía el pelo húmedo y de sus tez blanca sobresalían sus ojos azul-marrones.



Una vez en mi habitación, me predispuse a lo que sería una noche de sueño en preparación para la siguiente jornada. Pero no podía sacar de mi cabeza la idea de cogerme a esta vieja solterona…si bien no era una mujer atractiva (aunque tampoco era un batracio) no dejaba de pensar en cogerla hasta hacerla reventar. Finalmente me calenté tanto que pensé a hacerme una paja para poder dormir, pero para ello iba a levantarme hasta el baño para tomar alguna prenda interior que haya usado hasta antes de su baño y con su olor dedicarle una buena puñeta.



Salí de mi pieza y mientras me dirigía al toilette escuche ruidos en su habitación. Ya cuando había subido la primera y luego de una rápida ojeada me había percatado que la mirilla de la puerta deba justo de frente a su cama y al lado donde probablemente se cambie; sí que era solo cuestión de no hacer ruido e inclinarse un poco para mirar.



Lo que observaba me dejó perplejo…la mismísima Carmen (purísima y bendita) se estaba tocando por debajo de sus sábanas…así que sin pensarlo aproveché para colarme en la habitación en puntitas de pie y me paré a los pies de la cama observando cómo se tocaba y reprimía sus gemidos en la almohada. En un ataque de lujuria (bastante extraño para una persona seria y recatada) levante la sábana y ella me miró horrorizada, sin darle mucho tiempo para pensar me abalancé hacia su entrepierna, la cual intentó cerrar, y antes de que se diera cuenta ya estaba besando su clítoris. Ella intento poner resistencia  diciendo que no era correcto… que esto estaba mal… que….. Solo bastaron unos cuantos lengüetazos en su ya caliente concha para que se dejara hacer sin poner mayor resistencia que la que salía de sus labios diciendo nooo…por favor….basta….no. Supongo que al principio los gemidos que salían de su boca debieron ser de llanto pero luego se fueron convirtiendo en goce



Su entrepierna se encontraba poblada por una fina mata blanca sin cuidar (obviamente no esperaba que nadie visite en esa zona), sus labios era delicados, con un suave sabor y aroma a jabón, el sabor de sus fluidos era increíblemente delicioso. La verdad que yo estaba gozando como nunca de esta situación (con la tía solterona de mi señora, algo impensado en cualquier momento). Cuando noté la humedad de su orificio vaginal, comencé a jugar con la yema de mis dedos en la entrada, de lo que a mí me pareció una conchita sumamente estrecha. Ella solo arqueaba sus caderas como pidiendo…rogando que continuase aunque de sus labios emitía un débil nooo…no puedo mas….por favor……ahhhhh….mmmm….mmmnoomm.



Sin más preámbulos me incorporé, me baje el bóxer y le apoyé la punta de mi verga en la entrada su vagina. En ese instante abrió sus ojos mirándome con cara de horror, y tal vez sabiendo que no habría vuelta atrás (diga lo que diga) intentó pedir que no la penetre…que no era correcto …pero al sentir el contacto de la verga con los labios externos… solo dejó caer su cabeza balbuceando  suave…que era su ¿primera vez???



Nooo! No lo podía creer



50 años y virgen!!



Hoy lo pienso y me pregunto muchísimas cosas con respecto a su vida y muchas de sus actitudes moralistas…pero en ese momento…con la calentura que tenía solo podía pensar en meter mi nabo (normal creo yo) que estaba que reventaba.



Al acomodar la cabeza en la entrada me pareció sumamente estrecha… pero era tanta la calentura que solo pensaba en que entre para disfrutar desea mujer



Carmen cerraba los ojos y hacía gestos naturales de dolor, pero se notaba en ella su calentura, al punto de abrir sus piernas para facilitar la penetración.



No puedo describir la sensación de estar dentro de esa mujer…a pesar de sus 50 años… se veía como una quinceañera recibiendo su primer falo….era su primer falo!!!. Lo estrecha de su concha hacía que no quisiera salir jamás… sus manos se aferraron a mi pecho intentando regular la penetración, pero ya mi cabeza había ingresado la mitad de mi cuerpo viril estaba recorriendo la humedad de su sexo.



Sus ojos cerrados … sus piernas abiertas…su boca abierta, con los labios intentando ahogar un grito de iniciación… su sexo ardiente y apretado mientras avanzaba dilatando todo a su paso.



Era increíble verla así… la cama con sus camisón arremangado hasta arriba de la cintura… sus pernas abiertas…todavía con las medias puestas…su rostro arrugado en un esfuerzo por mantener sus ojos y boca cerrada…ahogando sus gemidos de placer.



Yo metía profundamente mi verga y la sacaba lentamente hasta sentir que su concha ajustaba mi glande impidiéndome salir (en ese punto sus rostro evidenciaba una mueca de dolor).



Yo continuaba mi mete y saca provocando en mí una desconocida (hasta ese momento) sensación de violenta lujuria contenida. Solo quería reventarla a pijazos pero trataba de mantener cierto control de mis más primitivos impulsos.



La habitación se llenó de sonidos sinsentidos:



mmmm….nooo…mmmm….siii…ahí….mmmmm…suave….suaveeee…siiiiiiii…mmmm….



En un momento mi rostro quedó a la altura del suyo, rozando nuestras narices…comencé a pasar mi lengua por la comisura de sus labios hasta que abriendo su boca fundimos nuestra lenguas y fluidos (también ahí se notaba su falta de experiencia).



Nuevamente me acomodé e irguiéndome tome sus piernas, las abrí un poco más y las levante para profundizar la penetración…ya no me quedaba mucho mas.…solo quería inundar esa concha vieja con mi semen…su nuestros gemidos se hicieron mas fuertes hasta casi llegar a un grito cuando juntos llegamos a un orgasmo que me hizo clavar en lo mas profundo de su ser mi falo caliente, mientras ella con los ojos sumamente abiertos y llorosos me miraba sin terminar de dar crédito a la oleada de sensaciones que se habían disparado en su  veterano cuerpo.



Luego de unos minutos…pasados los espasmos…lentamente baje sus piernas y me dispuse a salir de su interior, pero nuevamente la estreches de su entrada freno momentáneamente la salida de mi glande;  el cual al salir completamente dejo a la vista los restos de nuestros fluidos teñidos por una fina mescla carmesí.



Gire a su alrededor, me levanté…tomé mi bóxer y me retire de la habitación dejando atrás el comienzo de unos suaves sollozos.



continuará


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 5.67
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1 comentarios. Página 1 de 1
Jose
invitado-Jose 11-05-2016 04:38:13

Excelente mucho morbo y excitante, buen comienzo de la historia.

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