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Categoría: En el Trabajo

La telefonista

Han pasado muchos años, pero aún tengo fresca una de las experincias sexuales mas hermosas de mi vida. Yo tenía 22 años, trabajaba en una oficina de una empresa multinacional. Hacía pocos meses que había ingresado y siempre uno anda cuidándose de caer bien con todos. En el conmutador había una mujer muy bonita, delgada, cabello castaño lacio hasta los hombros, hermosos ojos y una piernas de los mas sensuales. Siempre bien vestida y con tacos altos, lo que realzaba aún mas ese par de hermosas piernas. En ese momento ella tenía 41 años, separada, una hija y era siempre el tema de conversación de mis compañeros de oficina: todos se la querían coger!!,mas de uno babeaba al verla pasar. Lo mío no pasaba mas que pensar lo bonita y fuerte que estaba hasta que un día vino a mi escritorio a alcanzarme una correspondencia y tuvimos nuestra primera conversación. Justo es decir que a partir de allí y no me pregunten porqué, comencé a ratonearme con ella, llegaba a mi casa y me hacia unas pajas hermosas en su honor. Pero no me atrevía ni siquiera a mirarla fuerte hasta que un día de huelga el destino quizo que nos fueramos juntos en mi auto, porque me ofrecí a acercarla a su casa. Me excitaban tanto sus piernas que no dejaba de mirarlas, máxime con el cruce que había hecho. Conversábamos de cosas banales hasta que me decidí a invitarla a tomar un café, como era día de huelga, costo encontrar un lugar hasta que lo hallamos.

Durante una hora nos contamos cosas normales hasta que nos fuimos, al volver a subir al auto me preguntó si me gustaban sus piernas a lo que le respondí que sí y que si lo preguntaba era porque ella sabía que tenias hermosas piernas. Acto seguido tomó mi mano derecha y la puso sobre su rodilla pidiéndome que la acaricie, por supuesto a esa altura yo estaba al palo, muy caliente y creo que sonrojado también. Ella puso su mano izquierda sobre mi entrepierna y así anduvimos un rato. Yo no me atrevía ni a mirarla, pero ella no sacaba la vista de mí. Me preguntó si le gustaba a lo que también le contesté que sí. Así llegamos a su casa, me dijo que esperara, tocó el portero, ví que habló con alguien y volvió al auto. Me dijo que estaba su hija y que si no hubiese estado me invitaba a pasar. Se despidió con un beso en la mejilla y yo me quedé loco de la calentura.

A la otra mañana al llegar a la oficina ella actuaba como si nada, hasta que en un momento me llamó para que vaya al conmutador. Este estaba cerrado con unas placas de madera, tipo box de oficina, golpeo la puerta, me abre y se sienta en una de esas banquetas giratorias con las piernas abiertas mostrándome su concha, me hace seña para que se la bese a lo que como un desesperado me tiré sobre ella. No se podía hacer mucho ruido dado que las paredes eran delgadas y se podía escuchar. Apenas me acerqué a su concha la sentí mojada, me decía que se había quedado muy caliente la noche anterior. Yo estaba muy al palo, ya me dolía la pija por no sacarla de su encierro. Ella me retiró la cabeza, se bajó de la silla, me abrió el pantalón y sacó la pija que a esta altura ya estaba chorreando un poco de semen. De golpe suena el teléfono, ella se da vuelta para atender se levanta la pollera incitándome a que la coja parada cosa que no hacía falta que me lo insinuase. Me paré detrás suyo y la clavé con todas mis fuerzas. Lo lamentable fué que era tanta la calentura que acabé en 5 minutos. Ella mientras tanto seguía atendiendo el teléfono. Mi pija seguía parada pero ella me hizo seña que me fuese. Así lo hice. Mas tarde me llama por teléfono para decirme que me el resto de la tarde estaría sola en su casa. Hacia allá me fuí. Me esperaba cambiada normal y cuando llegué me abalancé sobre ella y comenzamos a besarnos de manera animal, ella no sacaba su mano de mi bulto. Nos sacamos la ropa desesperadamente, la tiré sobre un sofá y comencé a besarle nuevamente la concha y metiéndole la punta de la lengua en su culo, mientras yo me pajeaba. Me paré y le ofrecí mi pija ya roja de la calentura y comenzó a chuparla de una manera frenética, tanto fué que acabé nuevamente de forma rápida. Como siguió chupandola, volvió a pararse a lo que la dí vuelta, la hice apoyar sus rodilla sobre el sofá y comencé a cogerla de esa forma. Al ver su culo abierto delante mió me tenté a rompérselo y cada tanto se la sacaba de la concha y se la apoyaba en su culito, ella jadeaba y pedía mas. Con mis dedos también comencé la tarea de ir abriendoselo mientras le dejaba la pija en la concha, hasta que le apoyé la cabecita en la puerta del orificio y comencé a empujar. Creía que me costaría mas pero no fué así, con dos o tres golpecitos le entró toda y comencé a bombearla fuertemente. Me pedía que siguiera, que le gustaba, que le hacía cosquillas y yo le decía que me paretara bien la pija. Así estuvimos algunos minutos hasta que sentía que estaba a punto de acabar y que queria hacerlo entre sus tetas. La saqué rápidamente, ella se dió vuelta y terminé sobre sus pechos y cuello.
Era increible, pero a pesar de haber acabado dos veces seguidas estaba caliente como al inicio, la lastima es que tuve que irme porque estaba próximo a llegar su hija.
Datos del Relato
  • Categoría: En el Trabajo
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