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La sumisión de Raquel IV

Como ya os dije en la primera parte de “De matrimonio roto a matrimonio sumiso y feliz”, deje de escribir mis vivencias con Raquel y Ana, para contaros algo que me paso a principios de año.



Aunque existe un salto de quince años más o menos, como la relación con Raquel continuó, aunque ahora un poco más espaciada, además de que me sirvió para introducirme en el mundo de la sumisión de parejas, que es lo que quiero contaros en este capitulo, creo necesario retomarla para poder luego continuar relatándoos mis vivencias con Raquel, Cristina, Luis y Manolo, que aunque han sido un par de veces y la primera de forma casual, sin buscarla si que fueron muy satisfactorias por mi parte y por la suya visto el resultado.



-Ahora salid de la bañera, quitaros esa ropa y ducharos, os quiero listas en media hora perras, tu Ana dale la ropa que has escogido para ella. Os espero abajo perras.



A los veinte minutos aparecieron ambas vestidas muy parecidas, parecían más hermanas que madre e hija, solo que una rubia y otra morena, las dos se habían puesto faldas negras por encima de las rodillas y medias negras, con zapato de tacón de 10 cm., aunque a Raquel aun le costaba andar con ese tacón, ya se le veía más suelta, y ambas se habían puesto de blanco la parte de arriba, Raquel una blusa de botones, y Ana una camiseta de pico que le quedaba realmente fantástica, ya que al ser de su hija se le quedaba totalmente pegada dejando ver perfectamente lo tiesos que tenia los pezones, a pesar de llevar sujetador.



Salimos los tres hacia el coche, y Raquel en su papel de sirvienta se adelanto a su madre y a mí, y nos abrió la puerta trasera del coche, poniéndose ella al volante.



Le dije que nos llevara a algún sitio a cenar que estuviese tranquilo, que solo íbamos a charlar como amigos, pero donde no tuviéramos que tener cuidado de lo que habláramos, ya que quería saber más de su vida hasta ahora, pues lo poco que sabia era por medio de su madre y solo era sobre sus desplantes.



Una vez en el restaurante, en el cual yo no había estado nunca, Raquel se acerco al encargado y por el trato vi que le conocía, y le pidió una mesa en un lugar aparatado donde poder hablar sin que nos molestaran.



Nos pusieron en una especie de reservado que aunque no tenia puerta si que nos mantenía apartado del resto de la gente que allí cenaba.



-Raquel.- Espero que le guste Señor, mi marido, perdón, el cornudo y yo solemos traer a comer aquí a los delegados o clientes de la empresa de mi padre.



En eso se acercó el maître para traernos la carta y a preguntar si nos gustaba el sitio que nos habían dado, pues como no había avisado el reservado que normalmente les daba en la planta de arriba no estaba libre, a lo que Raquel le dijo que estaba bien, que no era una comida de negocios, el maître también saludo a Ana, alegrándose de verla pues ya hacia tiempo que ella no iba por allí.



Cuando se retiro el maître, le dije a Raquel que ella escogiera por los tres, que ella sabia mejor que nosotros lo que mejor ponían allí.



Ella pidió por los tres, y además también pidió una botella de Ribera del Duero, nada barata por cierto, y puntualizo que me gustaría, ya que sabia por lo poco que había hablado con su madre, cual era el tipo de vino que a mi me gusta.



-Háblame de ti perra, aunque se mucho, la mayoría es por lo que me ha contado tu madre.



-Raquel.- Pues la verdad señor es que mi vida es más bien aburrida o mejor dicho era más bien aburrida, porque la verdad es que aunque lo haya querido aparentar en ningún momento en sentido remordimientos o me he acordado del cornudo, y si lo he hecho es para maldecir todo lo que me ha hecho perder, aunque eso en parte es más culpa mía que suya por haberlo consentido. No se, si él estará con otra o no, pero creo que no, se que es difícil de creer pero jamás había tenido un orgasmo, hasta este viernes noche, con él solo lo hacia una vez al mes y a veces ni eso, y por supuesto con la luz apagada y sin desnudar, si he de ser sincera Señor, creo que jamás me ha visto desnuda.



-Y porque no trabajas, si antes de casarte trabajabas en la empresa de tu padre.



-Raquel.-Ya ha visto Ud., como funciona mi vida, la verdad es que me case con alguien que me eligieron mis padres, no directamente, pero como si lo hubiesen hecho, pues desde chicos ya nos hacían novios o pareja, no conozco a otro hombre, el siguiente ha sido Ud., Señor, llegue virgen al matrimonio, y la verdad, jajajaja, creo que hasta este fin de semana no he dejado de serlo, y cuando me case mi padre le cedió a él mi puesto y a mi me mando a casa, cosa que yo acepte de buen grado, pero más por como he dicho antes cosas de la educación, y me he dedicado a criar a mis dos hijos, solo acudiendo a actos sociales o a comidas de negocios con mi marido, perdón con mi cornudo, pero siempre como un objeto más, pues aunque entendía de todo lo que hablaban, solo era un objeto para que los clientes vieran que guapa era su mujer.



-Y en que situación o régimen os encontráis?



-Raquel.- Pues como él es hijo único y sus padres eran de mucho dinero, y la verdad un poco avaros, nos hicieron firmar separación de bienes, lo dibujaron muy bien, pues la empresa de mi padre como sabe Ud., funciona muy bien y esta extendida en todo el territorio nacional, pero en aquella época estaba iniciando su expansión, y lo teníamos todo invertido en la empresa, y dieron a entender que como nosotros también estábamos bien, así si no salía bien el matrimonio cada uno tendría lo suyo, y la verdad de todo esto es que se pensaban que mi padre iba a echar mano a los bienes de ellos.



-Y ahora como esta la cosa?



-Raquel.- Pues sus padres viven con lo justo, pues los estafaron, jajajaja, a ellos con lo cautos que eran. Perdone que me ría mi Señor, pero es que ahora tengo la mente tan clara que me estoy dando cuenta de que se han aprovechado de mí y hasta me han llegado a humillar, en fin pero supongo que eso es culpa mía por consentirlo, pero el cornudo no tiene nada, solo el sueldo, pues la casa y el piso de la playa esta puesto a mi nombre, pues nos lo compro mi padre, pero a mi nombre, a su nombre solo existe un coche, y tampoco estoy muy segura.



-Vamos que si te separas y lo echa tu padre se queda con una mano delante y otra detrás no?



-Ana.-Se quedarían en la miseria, porque lo que no sabe la tonta de mi hija es que les tiene puesto un sueldo a sus padres, con el consentimiento de mi marido claro.



En esto que sonó su móvil, y como se suele decir cuando se mienta al diablo… era el cornudo.



-Cornudo.- Hola Raquel donde estas, estoy en el aeropuerto de Málaga, no te he podido llamar antes, ven a recogerme ya que acabo de hablar con mi madre y me ha dicho que tenia a los niños, y me ha extrañado mucho.



A Raquel le brillaban los ojos como si fuese a estallar, se le noto indignada, seguramente antes del viernes, solo se hubiese limitado a asentir, pero se le veía otra muy distinta.



-Raquel.- Pues estoy cenando con mi madre y… (dudo un poco me miro y sonrió), mi Señor



-Cornudo.- No te he oído bien Raquel



-Raquel.- Que no voy a recogerte, coge un taxi y nos vemos en casa, o si no llamas a tu madre, que por lo visto para ella si tienes tiempo, ya veo tus preferencias.



Y colgó, el móvil volvió a sonar, pero simplemente lo apago



-Raquel.- Señor no se si será los orgasmos he tenido por primera vez, lo feliz que me han hecho Ud., y mi madre estos dos días o que de golpe se me han abierto los ojos, pero voy a separarme del maricón este, o el cornudo, como Ud., quiera llamarlo.



-No creo que tenga que llegar la sangre al rio perra, podemos estudiar la situación, yo jamás he sometido a un tío, porque soy hetero, pero podemos intentar someterlo si tu quieres, eso es algo que debes de decidir tú, en eso yo no entro perra.



Raquel me miro con cara de dudas, pero en los ojos se le veía que ya tenía la decisión tomada.



-Raquel.- Me gustaría que lo intentara Señor.



-Bien lo intentaremos ahora vamos a seguir cenando perra, que ya es tarde, mándale un mensaje al cornudo, de que os veis en la casa, que ya mañana iréis a por los niños.



Encendió en móvil y le saltaron como diez llamadas perdidas o más, le envió en mensaje y lo volvió a apagar.



Cenamos bien, y para como había sucedido todo, muy tranquilos.



Pedimos el postre, y cuando lo trajeron le dije a Raquel que se subiera la falda y se sentara sobre el culo. Como si fuese algo que llevaba haciendo de siempre se incorporo y se la subió, por su posición era imposible verla en esa pose.



-Ana metete debajo de la mesa y cómele el coño a la perra de tu hija, que se lo ha ganado, yo controlare que no venga nadie.



Ana se metió debajo y empezó a comerle el coño, y Raquel a suspirar y a gemir, agarrándose al mantel con fuerza para no chillar.



-Raquel.- Gracias Señor, aggggg, me corro señor, puedo?



-Si puta te lo has ganado.



Mirando que no nos veía nadie, me acerque a ella y la bese, para evitar que se enterase todo el mundo que se estaba corriendo.



-Raquel.- Gracias Señor, la verdad es que estaba encendida y excitadísima, creo que solo pensar en humillar al cornudo he estado a punto de correrme.



Ana se incorporo con la boca chorreando de los jugos de la zorra de su hija, y mirando hacia fuera y una vez que vio que no había nadie, se pego un morreo con su hija haciéndole que le limpiara la boca, con la lengua.



Se sentó Ana en su sitio, con una cara de perra y de excitación que yo que la conocía sabia que estaba a punto de correrse, pero no era eso lo que quería.



-Paga esto que nos vamos, te esperamos fuera que tengo que hablar con tu madre mientras pagas, y no te bajes la falda hasta que te pongas de pie perra.



Su madre y yo salimos del restaurante y en la puerta le dije que llamase a Rocío, y que nos prestara el dildo con correas doble que le regalo mi jefa en su momento.



-Dile a Rocío que lo meta en algo que no se vea lo que es, y que eche también las pulseras y las tobilleras con unas cuerdas, dile que ya se las devolveremos.



-Ana.-Señor yo también tengo más o menos lo mismo.



-Lo se perra quien crees que le dijo a mi jefa que os lo regalara, jejejeje, pero no me quiero entretener, dile que cuando estemos llegando le daremos un toque para que nos lo baje y no tengamos que parar, y a Raquel nada de nada, adviérteselo a Rocío para que no se le ocurra decir que es lo que nos da.



En eso salió Raquel muy roja, pero sonriente, el maître la pillo mientras se bajaba la falda.



Nos subimos en el coche y como ya era de lo más normal, Raquel abriéndonos la puerta y al volante.



Una vez dentro del coche le dije a Ana que se quitara la falda, cosa que hizo en menos de un segundo, y metiéndole la mano en el coño, estaba empapado, pero seguía sin querer que se corriera.



Le dije a Raquel que fuera para casa de su madre, pero que no fuese por la parte de la cochera sino del portal que teníamos que recoger algo.



Tardamos unos diez minutos en llegar a la casa de Ana, y a lo lejos divisamos la figura de Rocío, le dije a Raquel que se parara a la altura de Rocío.



Esta cuando llegamos y se asomo a la ventanilla y vio a la puta de Ana sin la falda y a Raquel al volante, se sorprendió pero sonrió.



Rocío.-Buenas noches Señor, ya veo que tiene una nueva puta, ya era hora que domara a esta perra que solo servía para hacer pasar malos ratos a la perra de su madre.



-Buenas noches Rocío, como te va con tu Amo, dile que cuando venga a Granada que me llame, que me debe una cerveza.



-Rocío.- Me va muy bien Señor, además de que ya sabe que Usted tiene permiso para usarme cuando quiera Señor, y le daré su recado.



-Muy bien perra, ahora nos tenemos que ir, va todo lo que te he pedido?



-Rocío.-Si Señor.



-Ok Rocío, gracias, Ana te lo traerá el lunes.



Mirando a Raquel, que ya no se extrañaba de nada, le dije que para su casa, que seguramente el cornudo estaría allí ya, o estaría a punto de llegar, pues habían pasado casi dos horas, y ya eran las doce de la noche largas.



Cuando entramos en el chalet, él aun no había llegado, así que entramos directamente al salón.



-Ana ponte la falda y siéntate, y tu Raquel prepáranos a mi un gin tonic, y a tu madre un ron con coca cola, y tú lo que desees perra.



-Raquel.- Ahora mismo Señor.



Y en eso estaba cuando sentimos llegar un coche a la entrada, y supusimos que era el cornudo en un taxi, y así era, a los dos minutos oímos abrir la puerta y pasos en el pasillo.



En eso momento llego Raquel con las copas y las puso en la mesita y volviéndose a su marido y antes de que este dijera nada.



-Raquel.- Tenemos que hablar



Esto lo desarmo por completo, pues venia en plan de montarle a ella el pollo, así que solo asintió y mirándonos a su suegra y a mí, solo dijo buenas noches.



-Cornudo.- Si tenemos que hablar, ahora cuando se vaya tu madre y este señor hablamos.



-Raquel.- este Señor no se va a ir, y mi madre creo que tampoco, a no ser que este Señor, como tu lo has llamado diga lo contrario.



-Cornudo.- Como?



-Raquel.- Lo que has oído, si tu te quieres ir, ahí esta la puerta, esta casa es mía, y en esta semana arreglaremos los papeles de la separación.



Hasta yo me sorprendí, pues eso en principio no es lo que habíamos hablado, pero ella sabia muy bien por donde iba.



-Raquel.- El lunes iremos a la oficina y recuperare mi antiguo puesto, y como no me hace falta el permiso de mi padre, pues como sabes yo tengo mas poderes que él, y tú, bueno tú según actúes, pasaras a MI servicio, escucha bien a MI servicio o iras a la puta calle, y por supuesto desde este momento la paga que se le pasaba a tus padres bajo cuerda queda suspendida.



-Cornudo.- (con la voz temblando y casi llorando), pero a que viene eso, que ha pasado, aunque supongo que te has enterado.



Estas últimas palabras nos dejo a todos desconcertados, y casi sin reacción, pues lo que menos esperábamos eran esas palabras.



Y la que antes reacciono fue Ana, pues yo tampoco supe reaccionar.



-Ana.- Desde cuando eres MARICÓN.



Estas palabras las dijo más fuertes y recalcándolas bien, pero fueron claves, pues sin más este se derrumbo y empezó a llorar.



-Cornudo.- Lo siento, lo siento Raquel, pero es superior a mis fuerzas, tengo relaciones esporádicas con hombres, pero siempre he sido muy discreto.



-Raquel.- (Aun con el desconcierto encima), y desde cuando eres tan maricón?



-Cornudo.-Desde siempre, desde los 16 años, pero te quiero Raquel, y creo que nadie se ha enterado, siempre he sido muy discreto y jamás he tenido relaciones en Granada.



Yo más repuesto de tanta confidencia y entendiendo ahora que casi no tacara a mi perra, simplemente era maricón, me dirigí a él.



-Vamos a ver maricón, la verdad es que la PUTA de tu mujer no sabia nada, pero se había cansado de ti de que no la satisficieses, aunque ahora ya sabemos el porqué.



-Cornudo.- Como que Puta, que coño dices



-Quítate la ropa puta, quédate como a tu Señor le gusta zorra.



Raquel se quito la falda y la blusa, quedándose solo en ropa interior y los zapatos de tacón.



-Ves MARICÓN, como es mi puta, y ahora los puntos sobre las ies, tu tienes dos opciones, la primera es salir por la puerta sin nada, porque no tienes nada, y quedarte en la ruina, no solo tú perro, sino también tus padres, pues como has visto sabemos lo de tus padres, y sabes que no hablo nada que no sea verdad, pues la separación de bienes que quisiste firmar en su día se te acaba de volver en tu contra



-Cornudo.- (gimoteando) y la segunda?



-Entrar a mi servicio, ser mi criada, oye bien, mi criada, y a la vez la criada de tu mujer y jejejeje, de tu suegra.



Ellas estaban expectantes de la respuesta, aunque yo ya me había dado cuenta de cual iba a ser, pues estaba empalmado.



-Raquel.- Que decides MARICÓN, no tenemos toda la noche



-Cornudo.- (Agachando la cabeza), me quedo Raquel.



En eso me acerque a él y le solté una bofetada con todas mis ganas.



-A partir de ahora es Ama o Señora, tanto a ella como a su madre, y a mi Amo o Señor, mis órdenes estarán siempre por encima de las suyas, porque ellas son también de mi propiedad. Ana desnúdate y ponte el dildo con correas perra, te vas a follar a este perro maricón, a partir de ahora tú te harás cargo de la casa y de los niños, cuando estén ellos, te vestirás normal, pero la ropa interior será siempre la que se quite tu mujer ese día, a la muchacha que tenéis la vais a enviar a casa de Ana a trabajar, ella tiene allí sitio y ella no es culpable de que tu seas un maricón. Y ahora desnúdate perro.



Empezó a desnudarse, le temblaba todo el cuerpo, pero cuando se quedo totalmente desnudo se vio que estaba empalmado.



-Ves eres un puto maricón y además cornudo, y ahora te va a follar tu suegra. Ana llévatelo al sofá, que hinque la cabeza donde están tus meados de esta tarde perra, y mientras te lo follas que lo lama.



El dildo es del tipo doble, Ana se metió una parte y se lo aseguro con las correas.



-A que esperas perro o eso o a la calle ahora mismo.



Bajando la cabeza se acercó al sofá e inclinándose apoyo la cabeza sobra la mancha y empezó a lamer la mancha, se lo ordene más por la humillación que porque aun estuviera húmedo.



Ana se le acerco por detrás y sin miramiento se la metió en el culo de golpe, y le dolió, y el chillido que dio se tuvo que escuchar en toda Granada, pero más por la sequedad que por el grosor, pues según Ana el culo lo tenía totalmente abierto.



Yo cogí a Raquel y la puse junto a su marido y en la misma postura, y bajándome el pantalón se la metí de golpe también en el culo, pero esta apretó los dientes y no chillo, solo aguanto el envite, y empezó a gemir como una perra.



-Que sepáis que los dos soy nuestros perros, tanto de Ana como mio, podremos usaros cuando, donde y como queramos.



-Raquel.-Si mi Señor, ya sabe que esta perra le pertenece y si este maricón no obedece o no cumple en dos minutos estará en la calle el y su familia, agggggggg, Señor me puedo correr?



-Si perra córrete, quiero que el maricón de tú marido vea como se corre la puta de su mujer, o mejor dicho de MI mujer, ufffffffff, yo también me voy a correr zorra.



Pero no me quería correr en ella, así que sacándosela del culo me subí al sofá y diciéndole al cornudo que levantara la mirada empecé a correrme en su cara, y cuando termine empecé a mearme, y el muy cabrón no era la primera vez, pues abrió la boca y empezó a correrse como un puto perro.



Cuando me baje Raquel le estaba comiendo el culo y el coño a su madre, mientras esta seguía follandose al cornudo de su yerno.



-Ana.-Señor me puedo correr, estoy a punto de explotar



-Si perra, córrete



-Ana.- Gracias señor, aggggggggg, como me gusta el culo de este maricón.



-Raquel.- Señor me puedo correr otra vez, uffff, estoy que me voy a morir de gusto solo con ver al puto este llorando y tirado en el sofá.



-Jajajaja, córrete perra.



-Raquel.- agggggg, me corro Señor.



-Ahora nos vamos a la cama, tú maricón dormirás en ese sofá, tal y como esta, por hoy esta va a ser tu cama, porque jamás volverás a pisar el dormitorio, ese solo es mio, y si ella te quiere usar lo hará en cualquier sitio menos en el dormitorio, entendido perros?



-Raquel.- Si Señor así será



Cornudo.- Como Ud., diga Señor



-Vámonos a la cama hoy vamos a dormir los tres juntos, la cama es lo suficientemente grande, y ya va siendo hora de acostarse, y tú perro mañana si a las once no nos hemos levantado, nos llamaras y nos tendrás preparado el desayuno.



-Cornudo.- Así será.



Nos metimos en la cama y nos quedamos fritos, por lo menos yo.



Y al día siguiente…



Continuara.


Datos del Relato
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