"El deseo de un marido de hacer un trió indujo a su esposa, embarazada y caliente en todo momento, de aceptarlo para darle gusto y termino de una manera un tanto sorprendente para ella."

Yo estaba emocionada y excitada... Llevaba casi siete meses de embarazo y me vestí para cenar con mi esposo y un amigo suyo del trabajo al que había invitado a cenar en casa... Pero lo que hizo que esta noche fuera más emocionante es que mi esposo y yo habíamos hablado sobre la posibilidad de que ese amigo nos acompañara para hacer un trío.

Desde la noche en que mi esposo me dejó embarazada, he estado muy caliente... Mi marido, bromeando, me decía que necesitaba que dos tipos me agotaran porque él sólo no podía conmigo… Al final esos comentarios fueron serios y, tras hablarlo, mi esposo hizo que esto pudiese ser real.

Me contó que tenía un amigo, llamado Bernardo, que era unos 10 años más joven que yo y que podría venir para hacer un trío… Mi esposo, que estaba empezando a calentarse con esta idea, invitó a cenar a Bernardo y, según me contó, le dio a entender que tenía muchas posibilidades de follarme… Bernardo aceptó la invitación y nosotros estábamos preparados para ello.

Hay muchas cosas que una mujer embarazada puede utilizar para sentirse moderadamente atractiva... Así que esa noche decidí ponerme un vestido azul que me llegaba justo por encima de mi rodilla… Por insistencia de mi marido no me puse ropa interior.

Bernardo llegó puntual… Mi esposo acababa de terminar de asar los filetes y yo había puesto la mesa con todos los detalles… Pasamos toda la cena charlando y rompiendo el hielo, conociéndonos... Sabía que las cosas iban bien ya que Bernardo me estaba revisando cada vez que podía... Después de la cena fuimos al salón para seguir charlando y relajándonos.

Mi esposo sacó un juego que había comprado y que yo no conocía… Era un juego de desafío en el que coges una carta y haces lo que está en la carta... Los tres nos reíamos mucho mientras jugábamos... Contamos historias vergonzosas y me besé con los dos... Finalmente saqué una carta que me hizo hacer un strip tease… Como sólo llevaba puesto el vestido de verano, bailé seductoramente y me quité el vestido quedando totalmente desnuda ante ellos... Me encantó la cara del chico mientras me miraba.

Después del strip tease me excusé para ir a tomar un vaso de agua… Todavía no estoy segura de lo que hablaron mientras estaba fuera, pero cuando regresé, mi esposo me sugirió que le mostrara a Bernardo nuestra habitación… Le di una mirada interrogativa, pero aún así puse mi brazo alrededor de Bernardo y lo guie por el pasillo hasta nuestra habitación.

He de decir que Bernardo era un hombre bastante atractivo, con cabello rubio y ojos azules, así que no tuve reparos en dejarlo jugar conmigo... Tan pronto como la puerta del dormitorio se cerró, sus manos estuvieron sobre mí… Primero me agarró del culo y me acercó para besarme… Luego exploró mi cuerpo, palpando mis tetas, frotando mi barriga hinchada y tocándome mi coño.

Todavía estaba tratando de averiguar por qué mi esposo no venía con nosotros cuando Bernardo me llevó a la cama… Me senté en ella y lo puse delante de mí... Le bajé los pantalones y le acaricié su polla… Era un poco más pequeña que la mi marido, pero la tenía muy tiesa... Agarré ansiosamente su culo para acercarlo a mí y me la metí en la boca.

Gimió y me agarró la cabeza mientras se la chupaba… Empezó a empujar sus caderas para follar mi boca... Me reí un poco, sabiendo que le estaba dando una buena mamada... Me aparté y le sonreí cuando comencé a probar su pre-semen… Captó el mensaje y se quitó la camisa… Me recostó en la cama con las piernas colgando de un lado… Se puso a mi lado y me besó con fuerza en los labios... Me besó en el cuello y me chupó las tetas hinchadas durante mucho tiempo… Más tarde me dijo que esperaba que yo estuviera lactando.

Una vez que se dio cuenta de que de mis tetas no salía nada, pasó un tiempo besando y masajeando mi barriga embarazada... Él era muy gentil y me sentía muy bien, haciéndome gemir suavemente mientras me palpaba... Finalmente, se puso entre mis piernas para poder probar mi coño afeitado... Eso hizo que mis gemidos fueran un poco más fuertes… Mi vagina estaba increíblemente húmeda y sensible, y cada vez que su lengua rozaba mi clítoris o se deslizaba dentro de mí, me provocaba escalofríos a través de mi columna vertebral… No tardé en gritar "no pares" cuando me llevó al clímax con la boca.

Estoy segura de que mi marido me escuchó mientras me corrí, lo cual me calentó más.

Le dije a Bernardo que lo necesitaba dentro de mí… Se puso acostado en la cama mientras yo lo montaba en reversa... Gemí ruidosamente mientras metía su polla dentro de mí coño... Sus manos palpaban por todo mi cuerpo mientras lo montaba… Me gustaban sus manos sobre mi vientre y mis tetas mientras me clavaba su polla en mi coño.

Me corrí una vez más, gritando mientras follábamos… Bernardo comenzó a correrse dentro de mí cuando alcanzaba yo mi tercer orgasmo... Me encanta la sensación de semen dentro de mí... Bernardo casi tuvo que sacarme por la fuerza de su polla cuando terminó… Yo lo quería todavía dentro de mí.

A regañadientes acepté que habíamos terminado y lo dejé escapar de mí, sintiendo que su semen comenzaba a salirse de mi coño... Se vistió, me besó y me agradeció la oportunidad de dejarlo follar conmigo… Lo acompañé, todavía desnuda, fuera del dormitorio... Se acercó a mi marido, le entregó algo y se fue.

Luego me acerque a mi esposo, lo besé y le pregunté qué le había dado Bernardo.

Él respondió que era sólo un poco de dinero que Bernardo le debía… Esto mi esposo nunca me lo había dicho y yo nunca pude confirmarlo… Creo que mi esposo me había vendido como una vulgar puta.

Le pregunté por qué no se unió para hacer el trio y me dijo que Bernardo era tímido, aunque dijo que me escuchó y eso lo calentó mucho.

Metí las manos en sus pantalones, confirmando que la tenía muy tiesa... Me dio la vuelta y me dobló sobre el respaldo del sofá... Se dejó caer los pantalones y metió su polla en mi coño sucio de la corrida de Bernardo... Gimió cuando me dijo lo diferente que me sentía con el esperma caliente de Bernardo todavía dentro mí… No perdió el tiempo y me folló rápido y duro por detrás.

Bajé la mano y jugué con mi clítoris mientras me follaba... ¡Iba a conseguir mi cuarto orgasmo… Con sus manos en mis caderas, me golpeó el coño con fuerza... Yo le gritaba para que no se detuviera... Y me corrí… Este orgasmo fue más intenso de los que Bernardo me había dado… No quería que se detuviera… Y no tardó mucho mi esposo en correrse dentro de mí, extendiendo temporalmente mi orgasmo.

Exhausto, se detuvo, pero permaneció dentro de mí hasta que terminé de convulsionarme y comenzó a ablandarse su polla. Cuando finalmente salió, me puse de pie y me di la vuelta dándole un gran beso.

Luego, sonriendo mientras el semen corría por mi pierna, le dije que mirara el desastre que hicieron los dos... Abrí mis piernas un poco y él echó un vistazo a mi vagina, llena de leche de Bernardo y él... Se rio y me besó otra vez antes de ofrecerse a ayudarme a ducharme.

Le pregunté mientras nos duchábamos si iba a repetir para un trio y el riendo me dijo que sí pero, quizá con otro u otros amigos.

- “¿También estos te deben dinero, cariño?, le dije socarronamente.

- “Si… Pero como no te dije nada, te daré la mitad cuando me paguen.”

- “Ooooh… yo creo que me estas ofreciendo como tu puta esposa.”

- “Tu folla y disfruta… No pienses en otra cosa”

Hasta el día de hoy, hemos repetido esto tantas veces como le ha apetecido… Cuando viene Bernardo, entra con nosotros y se encarga ponerme su polla a la entrada de mi coño para que me la meta y luego se marcha… Y antes de irse los ‘amigos’, me pregunta delante de ellos si me han dado por el culo también… Y me hace estar delante cuando le pagan… Cuando se van, lo celebra dándome una gran follada y el 50 % de lo que le han pagado.

Me pregunto que pasará una vez tengamos la niña.