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Categoría: Orgías

La sorpresa de Francisco II

La sorpresa de Francisco.

Francisco había estado saliendo con Carolina durante seis meses, y durante aquel tiempo habían pasado buenos momentos. Ella era una morena muy bonita de ojos azules claros con una gran predilección por el sexo oral. A Francisco le gustaba la forma como lo miraba con aquellos ojos azules dulces y grandes, y aquel enorme pene metido completamente en la boca.

Ella siempre le sonreía con su boca embutida por el órgano y parecía disfrutar esta asquerosidad porque se le notaba en el brillo de sus ojos cuando se sacaba y metía aquel enorme huevo al mismo tiempo que lo succionaba con delicia. Además era dueña un cuerpo muy bonito, delgada, aunque muy llenita y con las curvas de una mujer ya madura, muy sexy.

Sus senos no eran grandes, pero si muy atractivos y bonitos, con unos pezones grandes y sensibles con los cuales a Francisco le gustaba jugar y tocarlos. Además a esta señora verdaderamente le gustaba complacer a los hombres; un deleite en la cama, en el piso, o sobre la mesa de la cocina; en donde fuera. Poseía el entusiasmo de una joven por lo cual además disfrutaba de los placeres sensuales, y así como recibía, también daba en el sexo y en el amor.

Su trasero era firme y al mismo tiempo blando, carnoso, con unas curvas que los hombres encontraban muy sensuales cuando se arrodillaban detrás de ella y les colocaba aquel enorme culo contra sus caras. Las caderas daban la impresión de que ya había sido madre y era allí en donde había un pequeño problema: Tenía una hija llamada Alicia, de 18 años mientras que ella tenía 34. Cuando tenía quince años era demasiado ingenua, y como hacía el amor demasiado, se dio cuenta de que necesitaba un control para no tener mas hijos. Después que Alicia, su hija, comenzó a madurar, a Carolina le encantó ver como crecía y se desarrollaba, coqueteándole a los muchachos de su edad.
Alicia, como la mayoría de los jóvenes de hoy día, sabía mucho mas sobre sexo que su propia madre Carolina cuando también ella fue joven a principios de los 70, por lo que necesitó de mucha paciencia para criarla y hasta tuvo que explicarle a su hija como eran las cosas relacionadas con sexo.

Alicia es ahora una mujer joven, y a Carolina le asusta la idea de que pronto será independiente cuando cumpla la mayoría de edad y ya no tendría que cohibirla ni reprimirla.

¿Cuál era el problema en si? El asunto es que su hija era una rubia muy bella, con unos apasionados ojos de color verde claro, pecas en su mejillas, y un desconcertante hábito de quedarse en casa cuando Francisco y su madre deseaban privacidad.

Carolina le dijo a Francisco que Alicia estaba “cuidando a su madre”, para asegurarse de que no se volviera demasiado loca cuando hacía el amor. Una noche, las dos comenzaron a reírse mientras cenaban en un restaurante de esos muy románticos y casi a oscuras: Alicia no sabía que varias veces Francisco y Carolina habían ido a una fiesta y se habían quedado hasta bien tarde. Todo se había transformado en una tremenda orgía de sexo, y terminaron empapados de sudor. Carolina era bisexual y una mujer muy fácil. La misma hija lo sabía desde hace tiempo. Carolina se alejó de los hombres después que nació Alicia y comenzó a interesarse nuevamente por ellos cuando cumplió 25 años.

Francisco hizo un comentario jocosamente, y dijo que tal vez debían irse a una orgía para complacer a Alicia, y dejar que viera todo lo que se estaba perdiendo. Carolina le echó una mirada a través de la mesa, y luego, disimuladamente sonrió. “Tal vez lo hagamos”, dijo, riéndose de la forma como Francisco abrió los ojos de la sorpresa.

Aquel verano las cosas funcionaron muy bien. Ya Alicia había terminado el colegio y constantemente estaba saliendo con sus amigos por las noches, lo cual permitía que Francisco y Carolina tuvieran mucha privacidad. Ya estaban a finales de Julio cuando Francisco tuvo que ausentarse por una semana debido a que debía viajar. Llamó por teléfono a Carolina varas veces para decirle lo mucho que la extrañaba. Dos veces dejaron bien caliente la línea telefónica porque hablaban con detalles sobre cómo sería su próximo encuentro sexual. Aquel viernes, Carolina esperó en el aeropuerto hasta que aterrizara el vuelo en donde venía Francisco. Este caminó a lo largo del pasillo cuando bajó del avión y luego a la zona de embarque. Ella estaba parada en medio de la multitud, fácil de ver con su vestido azul brillante. Los dos se abrazaron y besaron, luego caminaron agarrados de la mano hacia la zona de reclamo del equipaje. Francisco y Carolina estaban parados viendo como giraba la correa con las maletas hasta que distinguió las suyas; las recogió y se dirigieron hacia la puerta de salida del aeropuerto:

- ¿En donde estacionaste el carro? – Preguntó Francisco.

- Yo no manejaba – sonrió Carolina. Alicia está dando vueltas por allí. Mírala, allí está.

El pequeño sedan deportivo se detuvo, y Francisco sintió una punzada de desaliento al ver que él y Carolina no iba a poder seguir su calenturiento amor hasta llegar a la casa. Había planeado algunas cosas interesantes, nuevas formas de hacer el amor mientras venía en el avión.

- ¿Quiere taxi, señor? – dijo Alicia graciosamente, abriendo la maleta del carro.

Francisco lanzó las maletas en el carro mientras Alicia se subía en el asiento trasero, ocupándolo todo con las rodillas dobladas. Carolina se introdujo en el asiento del conductor. Cuando Francisco subió, pareció darse cuenta de la forma como estaba sentada Alicia y vio por primera vez sus piernas y atisbó a ver sus pantaloncitos blancos.

- No te has echado bronceador, ¿No? – dijo Francisco al cerrar la puerta.

- ¿Para que mas sirve el verano? - se rió Alicia.

Condujeron el auto alejándose en medio de la oscuridad de la noche, dejando atrás las brillantes luces del aeropuerto. Se sentía delicioso el aire que fluía a través de las ventanas abiertas, a pesar de la humedad que les mojaba las ropas, pegajosas por el sudor. Alicia tenía puestas unas sandalias, pantaloncitos blancos y un sostén muy sencillo. Estaba sentada detrás de su mamá, de frente a Francisco en el puesto delantero y este podía verla bien y disfrutarla. Francisco y Carolina hablaron sobre su viaje brevemente, y luego Carolina preguntó si deseaban detenerse para comer algo.

- Claro que si!! – dijo Francisco. – Me estoy muriendo de hambre!! ¿Y ustedes, muchachas?

- Todavía no hemos podido cenar - contestó Carolina.

- Yo quisiera cualquier cosa.

- ¿Parrilla? – dijo Alicia con mucha alegría. Tanto Carolina como Francisco se rieron entre dientes y se acordaron de la última vez que fueron a un restaurant y Alicia se le quedaba mirando todo el tiempo a un joven buen mozo sentado en la otra mesa.

- Claro - y -me parece bien - fue lo que contestaron.

Carolina se situó en el estacionamiento y entraron. A Francisco le encantó la forma como ella reflejaba en los vidrios de las ventanas mientras caminaban, y le sonreía graciosamente admirando su figura y la forma como le quedaba su vestido muy ligero y transparente. Alicia los llevó al mostrador, y parecía desanimada, porque el que atendía no era un joven apuesto, si no un señor bastante mayor, el único que se encontraba.

Tomaron asiento en unas mesas para picnic en la parte de adentro, y se pusieron a comer costillitas asadas y pollo a la braza mientras Francisco le preguntaba a Alicia cuál había sido su último novio. Alicia hablaba con un tono muy alegre y animado cuando mencionó a Leonardo y su motocicleta. Carolina le hizo caras a Alicia y Francisco sonrió. Poco después, Carolina se puso a hablar sobre una película que quería ver, en el momento en que Alicia trataba de masticar una deliciosa costilla cubierta de salsa de tomate. Fue cuando una gota rojiza le cayó justo entre los senos redondeados. Francisco sintió que algo se le retorcía en el huevo, y esto hizo que su mente se quedara como en blanco, pálido. Carolina no se había dado cuenta y Alicia se lo limpió con el dedo, luego se lo lamió. Francisco sintió de nuevo una sensación como algo que le apretaba el huevo. Cuando se fueron, Alicia se devolvió corriendo a comprar un refresco, dijo, regresando con una bolsa de papel. Mientras iba en el carro, se tomaba el refresco hasta que llegaron a casa. Una vez allí, mientras Carolina y Francisco sacaban las maletas del carro, Alicia entró en la casa. El equipaje fue llevado al dormitorio de Carolina y Alicia se quedó en el suyo.

Por fin, solos, se besaron apasionadamente. Francisco sintió en el huevo la misma sacudida y sensación que había tenido en el restaurant, y esto luego se transformó en una erección bien dura del machete, o pene, cuando Carolina presionó su cuerpo contra el de él.

- Alicia tiene algo que quiere enseñarte- dijo Carolina cuando trataron de respirar con normalidad, luego del beso.

- Hmmm, ¿Qué puede ser? - Sonrió Francisco, mirándola a los ojos.

- Yo creo que lo quieres ver ya mismo – dijo Carolina con sus ojos radiantes y luminosos, como siempre. Francisco tomó aire profundamente y la siguió hasta la puerta de la habitación. Carolina llamó a Alicia en voz alta y momentos después se abrió la puerta del cuarto. Alicia siguió hacia la sala y Francisco tomó mas aire, para estar preparado.

Allí estaba parada Alicia, vistiendo un bikini muy pequeño de color anaranjado. Todo lo que se veía era una piel de suave bronceado. El bikini de aquellos de cintura alta, con un largo y delgado triángulo que se inclinaba en forma pronunciada hacia las suculentas piernas de Alicia. La parte del sostén parecía demasiado pequeña, dominada por los grandes senos bien rellenos, con los pequeños triángulos que tapaban los pezones como amenazando con salirse por debajo y dejarlos expuestos al aire libre. Alicia se dio vueltas con una sonrisa de oreja a oreja, dándole la espalda a Francisco para mostrarle todos sus encantos. De espalda se veían unos lazos delgados anaranjados atados detrás del cuello y espalda para dejando una espalda completamente desnuda de allí hacia abajo. Uno de los cordones muy delgados rodeaban su cintura, y un pequeño segmento de tela se le metía dentro de la raja del culo, saliendo a la superficie por el frente, en el lugar en donde estaba el triángulo. El culo de Alicia estaba casi completamente descubierto, con ambas nalgas que lo hicieron reír cuando volteó de nuevo. Rozaban suavemente cuando dio algunos pasos. Francisco sintió la firmeza de su pene que crecía entre sus piernas. Alicia de nuevo dio una vuelta, todavía sonriendo.

- ¿Te gusta? – Preguntó la chica inocentemente.Francisco le lanzó un suave silbido.

- Ah, estás como para comerte!!!

Carolina se rió junto con Alicia. Esta se sentó en una silla frente a Francisco y cruzó las piernas, dándole a él la impresión de que estaba desnuda de la cintura para abajo, o sea, que no tenía pantaletas.

- Me tomó un mes tenderme al sol desnuda para darme este bronceado en el patio de la casa y poder lucir este traje de baño - dijo Alicia con mucha delicadeza. – Fíjense: ¡¡No hay marcas de bronceado por ninguna parte!!

Francisco asintió con la cabeza afirmativamente e intentó ponerse cómodo. El palo que le crecía ya presionaba contra el pantalón cuando cruzó las piernas. Carolina se dio cuenta y colocó su manos en medio de las piernas del hombre para ocultarlo pero poco pudo hacer. Alicia dio un salto hacia delante para decir que tenía que hacer una llamada telefónica, y luego salió de la habitación moviéndose coquetamente, caminando firmemente para que Francisco la viera y se impresionara.

- La verdad es que se te está parando, no? – Dijo Carolina.

- Ahhhh, si. Claro que si!!- dijo Francisco besándola. – Y esa chica ya se dio cuenta.

- ¿Por qué no nos metemos en mi cuarto y cerramos la puerta mientras ella habla por teléfono? – dijo Carolina.

- Estoy seguro que ella nos va a espiar, le va a gustar y se va a poner cachonda.

Entraron a la habitación de Carolina y Francisco cerró la puerta. Cuando se dio vueltas, ella se ya se había desprendido del vestido y este cayó al suelo para dejar ver una desnudez que escondía disimuladamente debajo de el delgado vestido. Se movía como agua que corría hacia Francisco, y comenzó a desvestirlo. El colocó sus manos hacia los lados para atraerla y comenzó a besarla apasionadamente.

Momentos después ya estaban acostados sobre la cama de Carolina: ella colocó una pierna en cada lado, a horcajadas con la cuca sobre la boca de Francisco moviendo las caderas, mientras que con la cabeza atrapaba el huevo del amigo, una especie de 69. Francisco oyó un pequeño ruido y no sabía si Alicia estaba parada en la puerta oyendo todo. Con sólo pensar en el cuerpo juvenil de aquella muchacha de 18 años, casi desnuda en ese traje de baño, parada en la puerta espiándolos y con sus dedos tocándose la parte de abajo, en la cuca, escuchando como se tragaban sus órganos sexuales el uno al otro hacía que el huevo le palpitara mas.

Carolina gemía y presionaba las caderas contra la cara del amante y este le lamía y chupaba la suave y elegante cuca de la cual brotaban tantos líquidos. Carolina siguió gimiendo, mas duro, y esto le pareció muy erótico a Francisco ya que ella nunca hacía ruidos cuando tenía sexo. Abrió las piernas del amante y le lamió las bolas, y la cabeza del huevo quedó presionando contra su cuello. Luego presionó la cuca bien duro contra la cara de Francisco restregándole la mojada cuca por toda la cara. Era un magnífico 69. El sintió algo en su mano que lo retiraba del culo de ella, que luego se apretó alrededor de la muñeca. No podía hacer nada ya que todo lo que se veía era el culo de Carolina, y se dio cuenta de que a la otra muñeca también le sucedía lo mismo. De repente, ella desplazó su cuerpo hacia abajo, y amarró con un lazo algo sobre su tobillo derecho. Hizo esfuerzos, por un momento por mover el tobillo izquierdo para librarse de algo que lo atrapaba.

Carolina se salió de la cama y se quedó parada allí mientras Francisco se encontraba atado a la cama con unas cuerdas que aunque eran suaves, se encontraban bien fuertes. Al lado de la cama de pie se encontraba Alicia, todavía con su tanga anaranjada. Carolina estaba completamente desnuda.

Las mujeres lo miraron y luego Carolina le dijo que se relajara y no se moviera. Alicia dio la vuelta por el otro lado mientras Carolina le apretaba el lado derecho, Alicia el izquierdo, hasta que los brazos del hombre quedaron firmes contra el copete del camastro. Lo hacían rápidamente, utilizando correas de cuero para amarrarlo a la cama y luego quitaron las cuerdas de manera que le volviera a circular sangre por las manos. Hicieron esto mismo con sus piernas. Alicia se arrodilló sobre su pierna izquierda frente a los pies del amante y le expuso el culo. A pesar de que la pequeña tanguita le cubría sus aberturas del culito y la cuquita, esto la hacía lucir todavía mas sexy. Alicia se dio vueltas y miró el duro y parado huevo de Francisco.

- ¿No estabas exagerando, no? – dijo, recorriendo suavemente las diez pulgadas del huevo de Francisco con su mano. A Carolina le dio risa, y movía la cabeza hacia los lados. Justo cuando abrió la boca, el sonó el timbre de la puerta. Carolina se colocó la bata, la transparente que Francisco le había dado y salió de la habitación.

- ¿Qué planes tienen ustedes, qué piensan hacer? – preguntó Francisco. Alicia le lanzó una sonrisa y le besó la cabeza del huevo.

- Ya lo sabrás!! - dijo riéndose.

Francisco oyó voces que venían por el pasillo y la cara se le puso roja de la vergüenza. Las voces parecieron quedarse en el pasillo por un largo rato y luego Carolina entró. Detrás de ella siguieron una mujer de cuerpo pequeño, muy bonita que aparentaba ser mas joven que la primera; estaba desnudita igual que la hija, de unos cinco pies de estatura, delgada, con unas pequeñas masas por senos y unos pezones suaves y negros. Su cabello corto de color marrón oscuro le daba una apariencia muy sensual. La hija era unos centímetros mas alta, cabello largo que le caía hasta la mitad de la espalda. Tenía unos pechos bien grandes, enormes, que le colgaban ligeramente por el peso, y ostentaban unos pezones duros que casi tapaban la punta de las tetas. El cabello ligero de la muchacha hacía juego con el bronceado oscuro entre las flexibles y ágiles piernas, y su boca era grande, con una sonrisa muy sexy.

- Esta es Dévora, y su hija, Renata - dijo Carolina al presentar a las damas.

- Me gusta ese traje de baño – Le dijo Renata a Alicia. - ¿Cuándo lo compraste?

- Hace un mes - contestó Alicia.

- Alicia, todavía estas vestida, chama – dijo Carolina como haciendo notar su autoridad y sintieran su falta de cortesía. Alicia se montó sobre la cama y colocó una pierna a cada lado en las caderas de Francisco para comenzar a quitarse el traje de baño lentamente. Primero: el lazo del cuello y luego se sostuvo el traje en su lugar con la mano mientras se lo desamarraba en la parte de atrás. Dejó caer el tibio brasiere sobre el torso del hombre lo que hizo que este se sacudiera ligeramente. Alicia miró a Frank desde arriba, parada en la cama, con sus senos vibrando: temblaban ligeramente. Utilizó el dedo pulgar y el índice de cada mano para jalar lentamente y con fuerza las cuerdas en la parte de abajo. Los ojos de Francisco estaban como pegados a su cuerpo esperando a que aquella tela de la tanguita se bajara. Se soltaron los nudos, y se desplazó la parte de abajo entre sus piernas, quedando colgadas, como detenidas en la parte de adelante, tapando la visión de Francisco y no dejando ver nada. Alicia dejó caer la tela húmeda y tibia sobre el huevo de Francisco y dejó que este la mirara entre las piernas.

- ¡Qué bonita eres!! - dijo Dévora.

- Alicia, qué sexy eres!!! – también dijo esto Renata.

Alicia se había rasurado la cuca completamente y el bronceado se hacía tenue en donde había tenido pelos antes. Francisco pudo ver el brillante rosado de los labios menores, y la punta del clítoris saliéndosele por la parte de arriba de la raja de aquella cuchara. El huevo se le paró de repente de un solo salto por esta visión tan erótica. Alicia dio un paso hacia la izquierda de Francisco y se quedó parada allí, mientras Renata se subía sobre él, sus senos colgando arrastrándose sobre el pene grande y rígido. Se arrodilló en la cama de frente a Alicia y comenzó a lamerle la cuca afeitada y desnuda de la rubia mujer, al mismo tiempo que le mostraba a Francisco su propia cuca peluda desde atrás.
El huevo de Francisco estaba erecto en un ángulo de cuarenta y cinco grados, meneándose y palpitando mientras su dueño miraba a las dos jóvenes. Carolina y Devora se sentaron en el borde de la cama, acariciándose entre si mientras sus hijas hacían el amor. Francisco sintió como si iba a explotar al ver a estas mujeres calientes, aquella carne, culos, cucas, clítoris, labios menores rodeándolo pero sin tomarlo en cuenta. Ya comenzaba a acabar y salía semen por la cabeza del huevo, lentamente bajando por los lados del machete.

Devora sacó una larga pluma y comenzó a recorrerla por las bolas, hacia arriba por el lado de abajo del machete, y luego hacia abajo hasta llegar a la parte interior de los muslos.
- Relájate - dijo Carolina. – Disfruta de los placeres sensuales.

Francisco gemía mientras Alicia y Renata caían en un lento, sensual sesenta y nueve, y los sonidos de los labios dando besos contra las cucas húmedas cuya visión obligaba a salir mas semen por la punta del grueso huevo de Francisco.
Devora se arrodilló y comenzó a recorrer el cuerpo de Francisco con la pluma, haciendo círculos en los pezones del hombre por los que sus pechos sobresalían ligeramente. Carolina estaba acostada entre las piernas de Devora mamándole la pequeña cuca a esta mujer sin importarle el ruido que hacía. Francisco vio el brillo rojo de la cuca de Dévora dibujada en la oscuridad y también la dureza de sus pezones. Por otro lado, las caderas de Renata se movían con abandono sobre la cara de Alicia y los senos de ambas mujeres parecían tan apretados como si quisieran salirse y explotar por los lados. Los de Renata estaban bien llenos, mas grandes, y uno colgaba a todo su largo sobre Alicia, medio aplastado por el peso. Devora dejó escapar un pequeño grito y luego arqueó su espalda, colocando su cabeza sobre el estómago de Francisco cuando acabó. Se sacudió varias veces, y luego Francisco miró a Carolina besarle la cuca a su amiga y también vio cuando se sentó. La cara de Carolina brillaba por los líquidos cremosos de Dévora, y la primera se movió hacia arriba para besar a Francisco con mucha calentura. Ella restregaba su cara contra la de él, metiéndole la lengua salvajemente.

Dévora sacó el vibrador y Alicia presionó la cuca rasurada contra los labios de Francisco. La lengua de este le lamía el clítoris, luego el hueco de la cuca mientras ella movía las caderas. Luego la chica abrió toda esa resbalosa humedad de cuchara que ya estaba colocada sobre la cara del amigo y le agarró la cabeza presionándosela contra su pegajosa cuca que chorreaba un líquido espeso.
- ¡Bébetelo todo!! ¡Bébetelo todo!! – gritaba apasionadamente mientras sus líquidos salían de su interior, y él se los chupaba y lamía directamente de la raja de aquella totona. Alicia acabó por varios largos momentos y luego se bajó de encima del amante para quedar en el suelo respirando con dificultad. Dévora, por su parte, se montó rápidamente sobre la cara de Francisco para aprovechar aquella lengua, colocada frente a sus pies y él también se la chupó a ella. La cuca de Dévora sabía diferente y sus pelos torcidos se le metían en la nariz, irritándosela y causándole picazón.

Dévora gimió en el momento en que él sintió los espasmos de la cuca en la lengua y continuaba tragándose los jugosos líquidos hasta que ella se abajó, todavía sacudiéndose por el orgasmo que había tenido.

Renata se colocó entre las piernas de Francisco para lamerle el culo, desde las bolas, y jugar con su larga lengua sobre estas, haciendo que le dolieran. Levantó cada una y luego la dejó caer por un lado de la lengua, levantó ambas metiendo la lengua con dificultad entre estas. Francisco gemía y ya se le estaba saliendo el semen por el lado de abajo del huevo. Alicia acabó y lamió todo lo que goteaba, mientras sus madres besaban y se besaban los pezones entre si acostadas a lo largo de la cama. Francisco tenía que ver para creer que esto no era un sueño. Aún si fuera un sueño, quería recordar cada segundo.
Las dos jóvenes muchachas se besaban una a otra por encima del huevo de Francisco y en ese momento sintió una profunda urgencia por acabar. Sus caderas se arquearon para presionar el huevo contra los lados de sus bocas. Renata se dio vuelta y abrió la boca, luego con un movimiento suave, bajó la cabeza hasta que su nariz descansó en el bello púbico de Francisco. El huevo de diez pulgadas estaba colocado dentro de la apretada garganta de Renata, y él sintió ganas de acabar; ya estaba a punto. Renata movió la cabeza hacia delante y hacia atrás ligeramente y Francisco se sintió seguro: El semen que se venía comenzó desde adentro y viajó por dentro de él, por todo su miembro, cuando Renata aprovechó aquel momento para levantar y apretar el huevo con los dedos, demorando así el chorro.

Francisco gemía una y otra vez moviendo las caderas…Renata sonrió con todo el huevo mentido en la boca, y luego, con los dedos todavía apretados alrededor de la base del pene, bajó sus labios hasta los dedos. Alicia observaba asustada y a la vez admirada y sorprendida. Renata se sentó y besó a su amiga.

Las muchachas lo miraban, sonriendo y acariciándolo y Carolina se encargó entonces de la situación:

- Creo que ya está listo, muchachas - dijo con una risa silenciosa.

Dévora estaba ahora sentada en las piernas de Carolina y se besaban las tetas tocándoselas al mismo tiempo. Renata se deslizó hasta quedar cerca del huevo de Francisco, y Alicia extendió la mano para atraer los grandes senos de Renata y poderlos colocar a ambos lados del huevo. Los presionó entre si y bombeó el huevo haciéndole una buena paja mientras Renata lamía sus labios y sonreía.

Renata se inclinó de repente y su cabeza llegó hasta abajo para agarrar la cabeza del huevo y metérselo en la boca, con una lengua que le daba golpecitos sobre el área sensible justo debajo de la cabeza del huevo. Francisco gemía y sacudía las caderas lujuriosamente, lascivamente, bombeando la cabeza de su huevo contra la boca de Renata. Sus bolas se restregaban sobre los pechos y entre sus tetas mientras ella se chupaba el palo como si fuera un pitillo o sorbete de refresco.

Alicia se fue hacia abajo, separó las nalgas de Renata y recorrió el borde del hueco del culo de la muchacha con su lengua. Renata gemía con el huevo metido en la boca. Esta vez Francisco sintió como si se le venía una tremenda ola por causa del orgasmo. Un gigantesco volumen que pasaba a toda velocidad por sus bolas en dirección al huevo.

- Adelante, adelante, Francisco, acaba en su boca! - dijo Carolina.

- A Renata le gusta, Francisco!! Dispárale en la boca todo!! - agregó Dévora, jalándole ambos pezones a Carolina.

- Llénale la boca de leche!! - ¡¡Queremos probar tu semen!! - pidió Alicia desesperadamente.

Renata levantó la boca para mirar directamente a Francisco:

- ¡Acaba en mi boca!! – dijo con lujuria.

– Déjame beberme y tragarme tu leche ya mismo!!!
Francisco gimió y sintió todo corriendo por el huevo. Una gruesa fuente de semen caliente saltó cuando salió por el huevo, saltó varias pulgadas en el espacio hasta caer en la boca abierta de Renata. El chorro salió durante un segundo y luego ella cerró la boca como un reflejo. Mas semen se disparó y salió de nuevo, bañando y chocando contra los labios de Renata y su barbilla, para caer todo goteando sobre sus tetas, regándose sobre aquellos senos explayados y abiertos.

Francisco sintió como si galones de semen salían de su huevo y caían sobre la cara de la chica. De nuevo otro largo chorro de esperma voló, y la cara de ella estaba justo en el medio cuando él se inclinó para entregarle su parte.

- ¡Acaba, hija mía, sobre mi!!
Gritaba Dévora. - ¡Acaba sobre ella!!

La boca de Renata se cerró sobre el huevo y Francisco sintió cuando el chorro llenó la boca de la chica con solo dos largos chorros. Ella retiró la boca y Alicia comenzó a bombearle el huevo a Francisco contra el cuello y las tetas de Renata. Gruesos y espesos chorros blancos de esperma bajaban por la piel bronceada de la muchacha y le goteaban por la barbilla. Alicia le chupaba el huevo, y él le disparó dos jinguerasos mas dentro de la boca; sus bolas ya se habían vaciado por los canales de su cuerpo. Francisco sintió como si estas iban a dispararse de nuevo, y esta vez fue contra la teta izquierda de Alicia, la cual quedó bañada en semen.

Esto todavía salía del huevo y las muchachas se los restregaban contra sus caras y labios, haciéndole la paja para que le saliera mas. Luego se besaron compartiendo la espesa crema entre ellas, cambiándose de puesto con las bocas llenas de leche y dejando que sus lenguas bailaran con todo eso dentro de sus bocas. Cuando se separaron, se miraron entre si satisfechas y se tragaron todo esa espesa secreción de espermatozoides, para besarse de nuevo.
Renata se sentó. Sus pesados senos tenían como líneas formadas con el semen de Francisco. Ella levantó su semi parado huevo y se sentó sobre este, echando su mojada cuca contra el machete con mucho cuidado. Carolina por su parte, se levantó y comenzó a lamer una de las tetas de Renata hasta que quedaron bien limpias mientras Alicia hacía los mismo con la otra. Dévora se incorporó y lamió el pezón izquierdo de Alicia, chupándose todo el semen y dejándolo bien limpio.
Renata se movía y gritaba sobre el huevo de Francisco, sintiendo como se ponía duro de nuevo. Francisco estaba seguros de que ya no podía acabar mas, pero minutos después tuvo cinco?, diez? Quién sabe; Renata se bajó rápidamente.

- ¡Va a acabar otra vez, mamá ¡! – gritó.

Dévora se metió por debajo del huevo y lo presionó contra su pecho, restregando los jugos que quedaron cuando acabó su hija, contra sus senos. El huevo de Francisco saltaba y lanzaba la esperma espesa contra sus tetas, y algo de esto también caía en la cara. Dévora lamió el semen que saltaba del palo, sin darse cuenta de que su cara se estaba llena de esperma: esto no le importó.

Cansado, Francisco se acostó de espaldas para mirar a las muchachas lamerse con la lengua el semen entre si. Fue Alicia quien lo volvió a excitar:

- ¿Quieres acabar ya dentro de mi cuca? – preguntó como si le ofreciera café.

- Mas tarde - dijo Francisco con dejadez, desidia y pereza.

- Aahhh, qué va!! – dijo Alicia. – Creo que tendremos que comenzar otra vez!!!.

A FRANCISCO LE DIO UN DESMAYO DE LA SORPRESA!!!

FIN

Traduciro por Marcos Urbina
Traduttore_traidore



VERSION ORIGINAL EN INGLES

FRANK´S SURPRISE

Frank had been seeing Carol for about six months, and during
that time, they'd had some great times. Carol was a lovely brunette
with pale blue eyes and a penchant for oral sex. Frank loved the
way she looked up at him with those soft blue orbs when her mouth
was full of him. She often smiled around his shaft, an impish
delight shining in her eyes, while she worked her mouth up and
down. Carol's figure is nice, too. Slender, yet filled out with the
curves of a mature, sexy woman. Her breasts weren't large, but
they were pleasing and wonderful, with large, sensitive nipples that
she liked Frank to play with. Carol is a delight in bed, or on the
floor, or on the kitchen table. She had a youthful enthusiasm and
enjoyed the sensual pleasures, giving back what she received.
Carol's behind is firm yet soft, with the oh-so pleasing curves that
men find sensual when kneeling behind a woman with her ass
pressed against him. Her hips only hinted at her earlier
motherhood. And therein lay a minor problem.
Carol's daughter, Alicia, is 18, and Carol is 34. Carol had
been a naive fifteen year old when she found out about the need
for birth control. Alicia came along halfway through Carol's 16th
year. After Alicia started to mature, Carol found delight in
watching her daughter grow up, flirting with the boys. Alicia, like
most kids today, knew a lot more about sex than Carol did in the
early 70's, and Carol was very patient and explained things to her
daughter. Alicia is now a young woman, and Carol found the
thought of her own coming independence both frightening and as a
casting off of restraints.
The problem? Alicia is a very pretty blonde, with passionate,
light green eyes, freckles on her cheeks, and a disconcerting habit
of hanging around when Frank and Carol would have preferred
some privacy. Carol had told Frank that Alicia was watching out
for "mom", making sure she didn't get too wild. The two of them
laughed about that over dinner one night, in a dark, romantic
restaurant. Alicia didn't know that several times Frank and Carol
had gone to a party and stayed late, even though it had turned into
a hot, sweaty orgy. Carol is bisexual and very easy about it. Even
Alicia knew, had known that, for many years. Carol had been
turned off by men after Ali was born, only returning to men after her
twenty fifth birthday. Frank made a comment, jokingly, that
perhaps they should throw an orgy for Alicia, and let her see just
what she was missing. Carol shot him a look across the table,
then slowly smiled. "Maybe we should," she said, laughing at
Frank's wide-eyed surprise.
Things went along pretty well that summer. With Ali out of
school, she was almost constantly out on dates during the
evenings, which left Frank and Carol plenty of privacy. It was late
in July when Frank went on a tripfor a week, phoning Carol several
times to tell her how much he missed her. Twice they steamed up
the phone lines, describing in detail what their reunion would be
like. On Friday, Carol was waiting at the airport for Frank's plane
to touch down.
Frank walked down the corridor from the plane and into the
terminal. Carol was standing among the crowd, easily seen in her
brilliant blue dress. The two embraced and kissed, then walked
arm in arm towards the baggage claim. Frank and Carol stood
around the carousel until Frank found both his bags, then headed
for the door.
"Where'd you park?" Frank asked.
"I didn't," Carol smiled. "Ali has the car. There she is."
The small sporty sedan pulled up, and Frank felt a twinge of
disappointment that he and Carol wouldn't be able to get steamy all
the way home. He'd planned some interesting things on the plane
too.
"Taxi, Mister?" Ali said cheerfully, popping open the
hatchback.
Frank tossed the bags in the back. Ali climbed into what
passed for a back seat, sitting across it with her knees bent. Carol
slid into the driver's seat. As Frank got in, he seemed to notice
Alicia's legs for the first time, peeking out of her white shorts.
"You've been getting a tan haven't you?" Frank said, closing
the door.
"What else is summer for?" Alicia laughed.
They drove off into the night, leaving the bright airport behind.
The air flowing in the open windows felt good, even though the
humidity still made their clothes feel damp and sticky. Ali was
wearing sandals, white shorts and a simple halter top. She sat
behind her mother, facing Frank in the front seat. Frank and Carol
talked about his trip briefly, and then Carol asked if he wanted to
stop for something to eat.
"God yes!" Frank said. "I'm famished! How about you guys?"
"We haven't had dinner yet," Carol responded. "Anything's
fine."
"Leo's Bar-b-cue??" Alicia said gleefully. Both Carol and
Frank chuckled, remembering that last time Alicia had stared at the
cute young man behind the counter throughout dinner.
"Sure," and "Sounds good," were their replies.
Carol pulled into the lot and they went in. Frank admired
Carol's reflection in the windows as they walked up, smiling at her
graceful figure and the way the light dress set it off. Alicia beat
them to the counter, and seemed somewhat disappointed that an
older man was the only one there.
They sat on the hard picnic benches inside, eating ribs and
chicken, and Frank asked Ali who was the latest man in her life.
Ali talked in animated tones about Steve and his motorcycle.
Carol made some faces during Alicia's diatribe, and Frank smiled.
A bit later, Carol was talking about a movie she wanted to see, and
Alicia was biting into a sauce covered rib, when a large reddish
drop of barbecue sauce dripped down right between Alicia's round
breasts. Frank felt a twinge in his groin, his mind quickly changing
the color to white. Carol hadn't noticed and Alicia wiped it off with
her finger, then licked her finger off. Frank felt a tightening
sensation in his crotch.
As they left, Alicia darted back in for a soda, she said,
returning with a paper sack. In the car, she drank her soda as
they headed home. At home, while Carol and Frank pulled his
bags out of the car, Alicia went inside. The bags were put in
Carol's room, and with Ali in her own room, they finally kissed
passionately. Frank felt the earlier sensation turning into a thick
erection as Carol pressed her body to his.
"Ali has something she wants to show you," Carol said when
they came up for breath.
"Hmmm, can it wait?" Frank smiled, looking into her eyes.
"I think you'll want to see this," Carol said, her eyes sparkling.
Frank took a deep breath and followed Carol into the front
room. Carol called out for Alicia and a moment later her bedroom
door opened. Alicia walked into the room and Frank took a short
breath.
Alicia stood before him in a very small orange bikini. Her skin
was a smooth tan everywhere Frank could see. The bikini was a
high-waisted affair, with a long, thin triangle that dove between
Alicia's succulent legs. The top seemed to be overwhelmed by her
full breasts, with the small triangles cupping her tits and threatening
to slide down, thus exposing her nipples. Alicia turned around,
smiling from ear to ear, showing Frank the back. In back, thin
orange strings tied behind her neck and back leaving her almost
completely bare from the waist up. A very thin string circled her
waist, and a very thin slice of fabric dove down the crack of her
ass, surfacing as the triangle in front. Alicia's ass was almost
completely uncovered. Both cheeks taunted him as she turned,
rippling softly with her few steps. Frank felt the firmness growing
in his lap. Alicia turned around again, still grinning.
"You like it?" Alicia asked innocently.
Frank whistled softly. "Oh to be twenty again...today!"
Carol laughed with Alicia. Alicia sat down in a chair opposite
Frank and crossed her legs, giving Frank the impression that she
was naked from the waist down.
"It took me a month of nude sunbathing in the back yard so I
could wear this," Alicia remarked carefully. "No tan lines!"
Frank sighed and tried to get comfortable. His growing shaft
pressed against the leg of his slacks when he crossed his legs.
Carol noticed and put her hand on his thigh, not helping things any.
Alicia bounced up and announced that she had to make a
phone call, then jiggled out of the room, walking firmly for Frank's
benefit.
"She certainly is grown up, isn't she?" Carol said.
"Humph! OH YES!" Frank said, kissing Carol. "And she
knows it."
"Why don't we sneak into my bedroom while she's on the
phone and close the door," Carol said. "I'm sure she'll get the
idea."
They went into Carol's room, and Frank closed the door.
When he turned, Carol let her dress slide to the floor, revealing her
nakedness that she'd concealed under her thin dress. She moved
like flowing water to Frank, and began undressing him. Frank ran
his hands down her sides and pulled her to him, kissing her
passionately.
Moments later they were on Carol's bed, with Carol straddling
Frank's mouth with her hips, her mouth wrapped tightly around his
shaft. Frank heard a small noise and wondered if Ali was listening
at the door. The thought of her nubile 18 year old body, nearly
naked in her suit, fingers down the front, listening to them gobble
each other made his cock throb. Carol moaned and pressed her
hips down on his face and Frank licked and sucked her flowing
pussy. Carol moaned again, louder, and Frank found it very erotic,
since she was normally quiet. Carol spread his legs and licked at
his balls, the head of his cock pressing against her neck. Carol
pressed her cunt against his face hard, grinding down and rubbing
her wet pussy all over his face. Frank felt something on his hand
pull it away from Carol's ass, then tighten around his wrist.
Helpless since he couldn't see anything but Carol's ass, he found
his other wrist similarly attacked. Just as suddenly Carol slid down
his body, and looped something over his right ankle, then struggled
a moment with his moving left ankle before it, too, was encircled.
Carol slid off the bed and stood, and Frank found himself tied to the
bed with firm, yet soft ropes. Standing next to the bed was Alicia,
still in her orange swimsuit and Carol, stark naked.
The women looked at Frank, then Carol told him to relax.
Alicia moved to the other side of the bed and while Carol tightened
his right side, Ali tightened the left, until Frank's arms were firmly
against the headboard. They moved quickly, using leather straps
to tie Frank's arms to the bed, then they removed the ropes so his
circulation returned to his hands. They repeated this on his legs.
Alicia knelt over his left leg, facing his foot, and showing Frank her
ass. The small suit covered her openings yet that made her seem
even sexier. Alicia turned around and looked down at Frank's hard
cock.
"You weren't exaggerating were you?" she said, running her
hand softly up the length of Frank's thick ten inches. Carol laughed
and shook her head. Just as she opened her mouth, the doorbell
rang. Carol pulled on her robe, the light one Frank had given her,
and left the room.
"Whaddya have planned?" Frank asked Alicia.
She smiled at him and kissed the head of his cock. "You'll
find out!" she laughed.
Frank heard voices coming down the hall, and a blush
creeping over him. The voices stayed in the hall for long
moments, then Carol came into the room. She was followed by a
small, lovely naked woman who looked a few years older than
Carol, and the woman's equally naked daughter. The woman was
only about five feet tall, slender, with small mounds for breasts, a
deep natural tan skin, and smooth dark nipples. The woman's
short dark brown hair gave her a very sensual appearance. Her
daughter was a few inches taller, with long hair that fell to the
middle of her back. She had larger, fuller breasts, that hung down
slightly, with hard nipples almost covering their ends. The girl's
lighter hair matched the thick tangle between her lithe legs, and her
mouth was a wide, sexy smile.
"This is Devra, and her daughter, Rena," Carol said
introducing the ladies.
"I like your suit!" Rena said to Alicia. "When did you get that?"
"Last month," Alicia said.
"Ali, you're still dressed, you know," Carol said, implying it was
rude.
Alicia stood up on the bed, straddling Frank's hips and began
untying her suit slowly. The neck string first, and she held the suit
in place while she undid the back. She let the warm bra fall onto
Frank's torso, and he jerked slightly. Alicia looked down at Frank,
smiling while her breasts wobbled slightly. She used the thumb
and forefinger of each hand tugging slowly on the strings to her
bottoms. Frank's eyes were glued to her body, waiting for the
material to fall. The knots slipped, and the bottom slid from
between her legs, hanging in front of her, obscuring Frank's view.
Ali dropped the moist, warm fabric onto Frank's crotch and let him
look.
"Oh, that's beautiful!" Devra said.
"Ali, that's so sexy!" Rena added.
Alicia had shaved her pussy completely, and her tan lightened
where her bush had been. Frank could see her glistening pink
cuntlips, and the tip of her clit pushing out at the top of her slit. His
cock jerked at the erotic sight.
Alicia stepped to Frank's left and stood there, and Rena
climbed over Frank, her hanging breasts dragging across his large,
rigid cock. She knelt on the bed in front of Alicia and began licking
the blonde's naked pussy, showing Frank her own bushy cunt from
behind.
Frank's cock stood up at a forty-five degree angle, wavering
and throbbing as he watched the two young girls. Carol and Devra
sat on the edge of the bed, caressing each other while their
daughters made sapphic love. Frank felt like he would burst with
all this hot, womanly flesh surrounding and ignoring him. Pre-cum
oozed from the head of his cock, slowly trickling down the side of
his shaft.
Devra produced a long feather, and began to run it over his
balls, up the underside of his shaft, and then down his thighs.
"Relax," Carol said. "Enjoy the sensual pleasures."
Frank groaned.
Alicia and Rena fell into a slow, sensual sixty-nine, and the
sounds of lips smacking against moist pussies forced more pre-
cum from the tip of Frank's thick cock. Devra knelt and began
tracing Frank's body with the feather, circling his nipples and
outlining his chest lightly. Carol was lying between Devra's legs,
sucking the small woman's cunt with noisy abandon. Frank saw
the flush in Devra's dark features, the hardness of her nipples. On
the other side, Rena's hips moved wantonly over Ali's face, and
both girls' full breasts seemed to be squeezed out to their sides.
Rena's were fuller, larger, and one hung along Ali's side, half
crushed by her weight.
Devra let out a small cry, then arched her back, laying her
head on Frank's stomach as she came. She shook a few times,
and then Frank watched Carol kiss her friend's pussy and sit up.
Carol's face glistened with Devra's cream, and Carol moved up and
kissed Frank hotly. She rubbed her face against his, tonguing his
mouth fiercely.
High-pitched cries and the rocking of the bed from his left
made Carol lift off and they both watched. Rena and Ali were
grinding their cunts against each other's mouths, bucking hard,
making wet smacking noises. Ali came first, raising her legs and
locking them hard around Rena's head. Her hips rocked upwards
and shook as she moaned into Rena's steaming snatch. Frank
could see Rena's thick cream leaking down the side of Ali's flushed
face. Ali lifted her head and sucked, and Rena's body jerked, then
began shaking. Her moans sounded like soft whimpering. Rena's
soft round ass clenched and she sat back, rocking wantonly on Ali's
face. She let out a long, soft "oh", then stiffened and fell limp on
top of Ali. Frank watched for a few moments as both girl's
breathed hard.
"Our sexy girls," Devra said to Carol, running her hand over
Carol's fair skinned ass.
Rena rolled off of Alicia, onto her back. Her legs were spread
wide giving Frank a good look at her sopping cunt. Rena's thighs
glistened wetly, and her tits were covered with sweat. She smiled,
her tongue just behind her front teeth, making her look sweet and
sexy.
Ali rolled over and came up to kiss Frank. Carol watched her
daughter shove her cream coated tongue into his mouth, then
begin rubbing her tits against his chest. Frank tasted Rena's
sweet cream, and sucked it from Alicia's tongue. Rena was next,
and her wide mouth covered his, and she slid her long tongue into
his mouth. She tickled the back of his mouth with it, and Frank
tasted Alicia's cum, sucking the hot girl's slippery tongue to get
every drop.
Rena moved away and spread her legs wide, letting Carol
begin to suck her slippery cunt. Ali moved up and straddled
Frank's face, holding herself just out of reach. Devra's hand
slipped a vibrator into Ali's cunt and it began to hum. With each full
stroke, when it was deep inside Alicia, Devra's thumb brushed Ali's
prominent clit. Frank watched her pink lips extend around the
vibrator as it slid from her cunt, then disappear as it was pushed in
again. Ali's bare, shaved cunt showed every soft fold of skin, every
spasm of her inner walls. Ali's hips rocked back and forth in time
with Devra's pumping. Frank looked up to see Devra's lips locked
over Ali's left tit, sucking the nipple out from her breast. He saw
Ali's cream seep around, then down the vibrator, wetting Devra's
hand. His cock was about to burst when Ali moaned and shook a
few times.
Devra removed the vibrator and Ali pressed her bare cunt to
Frank's lips. Frank's tongue lapped at her clit, then her hole as her
hips rocked. She spread her slippery wetness over his face and
then grabbed his head and pressed his face hard against her
creaming cunt.
"Drink me!" Ali moaned passionately.
Her cream flowed from her, and Frank sucked and licked it up
from her slick, rocking pussy. Alicia came for several long
moments, then slid off of him and onto the floor, breathing heavily.
Devra mounted Frank's tongue quickly, facing his feet and he
sucked her twat, too. Devra's pussy tasted different, and her
coarse hair tickled his nose. Devra moaned and Frank felt her
spasms with his tongue. He shoved his tongue into her pussy and
drank her creamy juices until she crawled away, still jerking from
the aftershocks.
Rena moved between Frank's legs and licked from his
asshole, up under his balls, and played her long tongue over his
aching gonads. She lifted each one, then let it roll off the side of
her tongue. She lifted them both by snagging her tongue between
them and lifting the sac. Frank groaned and his pre-cum oozed
down the underside of his cock. Alicia came up and licked the
trickle, while their mothers kissed and sucked each others' nipples
alongside the bed. Frank had to watch, lest this be a dream.
Even if it was a dream, he wanted to remember every second.
The two young girls kissed each other over Frank's cock and
he felt a deep, growing urge. His hips arched up to press his cock
against the side of their mouths. Rena turned and opened her
mouth, then in one smooth motion, lowered her head until her nose
rested in his pubic hair.
Frank's ten inch cock nestled in Rena's tight throat, and he felt
that he was about to cum. Rena rocked her head back and forth
slightly, and Frank was sure. The surge started deep and traveled
through him. Rena chose that moment to lift up and pinch his cock
off with her fingers, delaying his gusher. Frank groaned again, and
his hips rocked..
Rena smiled with a mouthful of him, and then, fingers still
tight around the base, lowered her lips to meet her fingers. Alicia
watched in awe, and then Rena sat up and kissed her girlfriend.
The girls looked at him, smiling, teasing him.
Carol sized up the situation. "I think he's ready, girls," she
said with a chuckle. Devra was sitting in Carol's lap now, and they
were kissing and playing with each other's nipples.
Rena slid closer to Frank's cock, and Alicia reached down and
put Rena's large tits on either side of his cock. She pressed them
together and pumped his cock a little while Rena licked her lips and
smiled. Rena bent her head down sharply and took the head of
his cock into her mouth, her tongue flicking over the sensitive area
just below the head.
Frank groaned, and rocked his hips lewdly, pumping the head
of his cock into Rena's mouth. His balls rubbed her chest between
her tits, and she sucked him like a soda straw. Alicia moved
down, parted Rena's cheeks and rimmed the girl's asshole with her
tongue. Rena moaned around his cock.
This time Frank felt it rising like a tidal wave. A huge volume
rushing through his crotch, racing for his cock.
"Go ahead, Frank, cum in her mouth," Carol said.
"Rena likes it, Frank. Shoot off in her mouth," Devra added,
pulling on both of Carol's nipples.
"Fill her mouth with cum, Frank. Let us taste your cum," Ali
urged.
Rena lifted her mouth and looked right at Frank. "Cum in my
mouth," she said lewdly, "let me drink your cum."
Frank groaned and felt it surging up his cock. A thick fountain
of hot cum jumped out, leaping through several inches of space
right into Rena's open mouth. The stream gushed for over one
second and then she closed her mouth in reflex. Frank's cum
spurted again, splashing against Rena's lips and chin, dripping
onto her splayed tits. Frank felt like gallons were shooting from his
cock, right into her face. Again another long stream of sperm flew,
and Alicia's face was in the way as he leaned down to join in.
"Cum on my daughter!" Devra cried. "Cum all over her!"
Rena's mouth closed on his cock and he felt his jism filling her
mouth with two more long streams. She pulled back and Ali began
pumping Frank's cock against Rena's neck and tits. Thick white
streams of cum ran down the girl's dark skin, and dripped from her
chin. Alicia sucked his cock, and Frank shot two more squirts into
her mouth, his balls being drawn up their channels into his body.
Frank felt like his balls would shoot out next, and spurted again,
this time against Ali's left tit, soaking it with jizz.
The cum still trickled out of his cock and the girls rubbed it
against their faces and lips, pumping him for more. Then they
kissed, sharing the thick cream between them, swapping mouthfuls
of cum and letting their tongues dance in it. When they parted,
they looked at each other wantonly, then swallowed the thick jism
and kissed again.
Rena sat up, her heavy tits streaked with Frank's cum. She
lifted his semi-hard cock and sat on it, shoving it up her thoroughly
soaked cunt.
Carol got up and began licking one of Rena's tits clean, while Ali
did the other. Devra came over and licked off Ali's left nipple,
sucking the cum off and laving the girl's tit.
Rena rocked and moaned on Frank's cock, feeling it harden
again. Frank was sure that he couldn't cum again, but minutes
later, five?, ten? who knows, Rena got off quickly.
"He's gonna cum, mom!" she cried.
Devra slid down and pressed Frank's cock against her chest,
rubbing her daughter's fuck juices over her nipples. Frank's cock
jerked and spurt thick sperm over her tits, and some in her face.
Devra licked the spurting cock, oblivious that her face was getting
soaked with his jism.
Exhausted, Frank lay back and watched the girls lap his cum
off of each other. It was Alicia who turned to him.
"Wanna cum in my cunt now?" she asked, as if she'd asked
him if he wanted coffee.
"It'll be a few minutes," Frank said softly.
"Aww, gee," Ali said. "I guess we'll have to start ALLLL over!"
Frank fainted.



End of Story
Datos del Relato
  • Categoría: Orgías
  • Media: 4.54
  • Votos: 52
  • Envios: 2
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